Invitando al demonio (Lestat) [+18]

Alce una ceja cuando senti que me acariciaba el pelo y me proponia un poco de accion, hacia mucho tiempo que no mataba a nadie, bueno desde aquella familia en el bosque. Me levante de inmediato y espere a que el hiciera lo mismo.

- Veamos como le sienta al clerigo vernos en su iglesia asi, antes de morir.

Comente mientras abria la puerta y comenzaba a andar descalza por el frio suelo de la iglesia mientras miraba al cura, de espaldas a mi, colocando flores en el altar.

La deje que se levantase y saliese fuera, luego salí yo también detrás de ella, observando al cura poner las flores sobre la mesa, y preparando la misa para después. Sonreí ligeramente. Mire a Lestat, y pregunte si hacía ella o yo, aunque suponía que le gustaría a ella, hice los primeros honores, dirigiéndome al cura.

- Disculpe, padre... Una pregunta, ¿Cree que clavaríamos el papel de Adan y Eva?

Pregunte, con una socarrona risa en mi voz. Mire a Lestat.

- Todo tuyo.

Le susurre y la vi actuar.

Movi mis caderas mientras caminaba hacia el cura, luego me pare en seco para que comenzara el, pero al preguntarle aquello, me carcajee grave por el comentario y despues, dando dos pasos y mirando la cara aturdida del cura, le propine una patada que lo empujo directo hacia el altar, sonando alguna costilla rota.

- Quieres seguir tu? - Dije alzando una ceja y disfrutando del espectaculo.

- Oh por dios, no, yo ya me e divertido suficiente, me apetece ver el repertorio que tienes.

Dije, sonriendo ampliamente y esperando ver sus movimientos y acciones, su forma de actuar. Observe la cara de cura, dedicándole una sutil sonrisa mientras volvía a observar a Lestat actuar, deleitándome al ver su cuerpo desnudo caminar por el altar de cara al cura de nuevo.

Sonrei malovola hacia Syn mientras mis ojos se teñian de nuevo todo negro y me daba la vuelta, volviendo a contonear la cintura hacia el cura. El me agache, ofreciendo la vista de todo mi trasero a Syn y le dije al cura - ¿Donde esta tu Dios ahora? - Dije mientras de un seco puñetazo, le partia la ceja - ¿Porque no viene a salvarte curita? - Dije mientras daba una vuelta por todo el altar, tocando el mantel blanco que caia a cada lado.

Me mordí el labio inferior al ver como sacaba el culo bien para que me fijase en el, y la verdad es que no lo perdía de vista. Sonreí levemente al ver como le partía la ceja de un puñetazo al cura.
Me senté en el banco, poniéndome cómodo para ver el espectáculo. Lestat sabía moverse, tanto en pelea como en el sexo, como en lo que fuera. Era un demonio todo terreno, y la verdad, es que me ponía verla de ese modo.

- Tu si eres la reina pornosa.

Reí muy sonoramente.

Rei al ver el sangrado de la ceja del cura y como Syn se sentaba en uno de los primeros bancos para ver la actuacion. Seguia desnudo y eso hacia que la excitacion subiera en mi cuerpo, aparte de por la sangre.
- Siento decirte que Dios se ha olvidado de vosotros, de los humanos - Dije mientras andaba hacia el cura de nuevo que comenzo a emitir unos gemidos y unas suplicas para que no lo matara - No te preocupes, todavia no quiero que mueras, insecto.
Me acerque de nuevo a mi espectador e inclinandome, le bese mientras apoyaba mis manos en sus rodillas. Luego sonriente me di la vuelta.

Sonreí al escuchar que aun no iba a matarlo, cosa que no mucho me extraño bastante. Entonces vi como retrocedía y se acercaba a mi, besándome en la boca. Sonreí y seguí su beso, colocando mi mano en su nuca y apretándola contra mi boca. La deje ir, y le di un leve pellizco en el culo. sonreí, y la volví a observar ir a la carga en contra al pobre cura aun tendido en el suelo. Me levante y me camine hasta colocarme a su lado. Mire a Lestat, y luego al cura.

- ¿Quieres que te perdonemos, besa nuestros pies desnudos?

Solte una carcajada agachando un poco hacia el cura de nuevo - Sera mejor que lo hagas, clerigo - Dije de nuevo levantandome y girandome hacia Synyster. Pose mi mano en su trasero apretandolo y poco y juntandome con el para moverme en su cuerpo. Luego sonrei malevola y mire al cura - Que? Te excita esto verdad? - Comente mientras bajaba la mano al miemblo de Syn.

Note su mano sobre mi trasero, apretándolo un poco. Reí ampliamente mientras que miraba como se movía por mi cuerpo, notando sus piernas alrededor de una de las mías. Sonreí al escuchar lo que le dijo al cura, y me estremecí al notar su mano pasar hacia mi miembro. Subí una de mis manos hasta sus pechos, acariciándolos.

- El no se, pero a mi si.

Reí, y bese sus labios con lujuria y fuerza, mordiendo levemente su labio inferior.

Sonrei al cura y luego le saque la lengua. Entonces Syn me beso mientras acariciaba mis pechos y me di la vuelta para que ambos miraramos al curo y rozara mi trasero con su miembro.
- Venga curita, mueve tu trasero y ven a besar nuestro pies.
Dije mientras no paraba de moverme pegada a Syn.

Vi como Lestat se coloco frente a mi, juntando su trasero con mi miembro, y sonreí levemente notando el rozamiento que provocaba sus movimientos, estremeciéndome. Aparte un poco el cabello de Lestat dejándolo a un lado, y bese su cuello, dándole de nuevo un mordisco. Mire al cura, y sonreí, saque mi pie para que se acercase, y poco a poco fue acercándose a nosotros.

- Penoso.

Dije, y le propine una patada en la mandíbula inferior, haciendo que volviese a darse contra el altar. Reí, y salí de detrás de Lestat para acercarme a el lentamente.

Mordio mi cuello y cuando el cura se acercaba hacia nuestros pies, lleno de esperanza de que lo dejaramos con vida, Syn le propino una patada en la mandibula, mandandolo a su posicion original.
- Acabemos con esto - Dije susurrando en su oido mientras volviamos hacia donde el cura habia quedado, tumbado en el suelo.

Observe al cura tirado en el suelo, y sonreí de forma amplia, tomando gran parte de mi rostro. Me gire hacia Lestat al escucharla hablar. Asentí con la cabeza a lo que me pedía. Tome la cabeza del cura, y le desnuque a lo mas puro estilo Rostin, como diría yo. Observe el cuerpo inerte, y no contento con ello le arranque la cabeza de un tirón al cura. Las venas que circulaban por su cuello reventaron, haciendo que la sangre saliese disparada, bañándonos tanto a Lestat como a mi. La mire, y dibuje una leve sonrisa en mi rostro. Me acerque lentamente a ella.

Rei mientras veia como la sangre nos salpicaba. Entonces me acerque hacia Synyster y pase la lengua por una de las gotas de sangre que habia junto a su pezon. - Nunca habia probado esa muerte en mis manos humanas - Dije alzando una ceja porque lo pondria en las futuras muertes, que no faltaria mucho para concluir.

Me estremecí al notar su lengua pasar por mi cuerpo, mas concretamente por uno de mis pezones. Observe su rostro, y volví a besar sus labios. Sonreí de nuevo, y me senté en el banco cercano a donde estábamos. Una leve jaqueca me ataco la cabeza. Y es que siempre me pasaba lo mismo al matar a un hombre de dios. Ya me paso al ser pequeño, y se volvía a repetir.

- ¿No? Esta ya es mi segunda vez.

Sonrei mientras despues de besarme, le seguia hasta el banco donde se sentaba y hacia lo mismo al lado. Comento que era su segunda vez mientras fruncia el ceño no se si enfadado o con algun dolor interno - Que pasa? - Dije intentando enterarme de que le pasaba. Me estire hacia un lado, dejando las piernas relajadas sobre la madera y apoyando mi espalda en el brazo de Synyster.

Negué con la cabeza a su pregunta, mientras con mi brazo rodeaba su cuello cariñosamente, dibujando una sonrisa algo cansada.

- Solo que matar a los curas, me desgasta... Creó que es por mi infancia, eso de estar en un convento internado... Debe de haberme tocado alguna neurona.

Dije, riendo levemente mientras acariciaba su busto.

Senti como de nuevo comenzaba a acariciarme y un escalofrio recorrio mi cuerpo - Bueno ese tipo de cosas, trastocan a cualquiera. Yo llevo toda mi vida en el infierno, eso tambien deja secuales. - Dije mas seria de lo que solia ser yo normalmente y por supuesto mucho mas sincera pero es cierto que nunca habia hablado con nadie de mi vida como demonio.

Sonreí al escucharla hablar, y observe su cuerpo aun desnudo casi sobre el mio. Volví a dibujar de nuevo una sonrisa, y bese su cabeza.

- Bueno... Para infierno el que tuve que pasar... En un convento no vale la pena que te llames Synyster... Créeme, no es nada bueno.

Dije, riendo con una carcajada seca. Volví a acariciar su melena.

- ¿Que pasaste en el infierno? Y no me digas que un infierno.

Senti sus caricias y algo extraño paso por mi mente, me sentia bien, no sabia lo que era que alguien me tratara de esa manera asi que por una parte, me negaba a sentir algo parecido a un sentimiento pero algo dentro de mi luchaba por que fuera asi.
- Tendrias que tener a las malditas monjas aterradas Syn.
Comente pensando en que seria desde pequeño el niño mas endemoniado y maldito de todos. Luego suspire - Ser la hija de Lucifer exige mucho esfuerzo, nunca negaron mi don innato para matar pero, siempre me ponian el liston muy alto.

Sonreí levemente, note como mi gesto le gustaba, pero era extraño, no era propio de un demonio. Sonreí levemente, y deje mi cabeza recargada sobre la suya.

- Vaya... Eso es lo mas normal. Eres la hija de lucifer... Debes de ser especial, como yo.

Dije, y la mire.

- Bueno, mas que yo.

Pellizque su muslo cuando dijo aquello de mas importante que yo, era cierto que me sentia importante, y que lo era pero no para mi padre, para el solo era una de sus hijas y hijos mas. - No creas que tengo un puesto al lado de mi padre en el infierno, no soy su unica hija - Le informe mientras la mano que le habia pellizcado, acariciaba ahora su muslo.

Di un leve salto al notar su mano en mi muslo, y sonreí al notar sus caricias. Bese de nuevo sus labios, con deseo, introduciendo mi lengua en su boca.

- Bueno... Ya vera que eres especial.

Dije, echando su cabello hacia atrás.

- Te noto diferente.

Coloque una mano sobre su muslo, acercándolo a su entrepierna con una sonrisa lasciva.

No creia qye mi padre notara que era especial pero no estaba en la tierra gracias a el, y menos por algo que me hubiera pedido el, si no por el otro demonio que habia requerido de mis servicios. Introduci mi lengua cuando el me beso de nuevo y senti su mano cerca de mi entrepierna, lo que hico que un calor subiera por todo mi cuerpo. Luego dijo que me notaba diferente, como podia ser eso? Habia sido yo misma en todo momento y no habia dejado escapar a Nicole ni sus sentimientos, o eso creia.
- Con tu mano ahi, ahora mismo no me apetece ser mala, si te refieres a eso