Los Adams [Acontecimiento Sobrenatural][Lestat]

Era una tarde fría y el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte. La familia Adams estaba como de costumbre haciendo su rutinaria acampada en el bosque de la ciudad. Tenían una zona muy especial para ello; un pequeño claro rodeado de altos pinos, donde nadie podría molestarlos. Ellos eran muy conocidos en el pueblo por ser la familia más arriesgada de la zona, les gustaban las aventuras y siempre lo hacían todos juntos. Aquel atardecer no tenía por qué ser diferente, la madre Jane, estaba preparando un guiso en la hoguera, mientras el padre, Ian y su hijo Mark jugaban con una pelota. Para Sara, la hija más pequeña de la familia, todo era como un cuento de hadas. A ella le encantaban, las sirenas, los duendes y todas esas criaturas de fantasía que eran hermosas.

-¡Mamá, Mark ha desnudado mi muñeca! –se quejó Sara al descubrir a su muñeca completamente desnuda y embarrada en un pequeño charco.

-¡Mark deja a tu hermana tranquila! –se quejó Jane mientras seguía dándole vueltas al guiso.

Ian, que estaba pasándose la pelota con su hijo notó un clima extraño a su alrededor. Detuvo el juego cogiendo la pelota con sus manos y se quedó unos segundos mirando al cielo.

-¿Qué pasa papá? –preguntó Mark siguiendo la mirada de su padre.

Entones, todo ocurrió muy deprisa una figura apareció ante ellos. Era una mujer hermosa, de apariencia normal, pero el hecho de que hubiera aparecido de la nada aterraba a los Adams.

Aquella tarde, después de encontrarme con el maldito cazador Jake, había prometido matar a alguien mas, mi sed de muerte no se saciaba fácilmente, así que me acerque al bosque del pueblo donde me quedaría un tiempo mas para joder al cazador.
Por esas zonas no solían haber muchas personas, la mayoría eran excursionistas que volvían de la montaña o gente preparando un día de campo. Pero ya estaba anocheciendo y la gente empezaría a marcharse.
Andando entre los arboles, escuche a un grupo de personas.
Me acerque sigilosa hacia uno de los arboles que daban a un claro donde una preciosa familia jugaba y cocinaba. Se me hizo la boca agua al sentir la pena y el dolor de los hijos pequeños al ver morir a sus padres. Como me gustaba destrozar familiar y ¿Quien sabia? Podría encontrar a alguien nuevo para cuando acabara con Jake Tayler.
Entonces rápida, aparecí delante de lo que sería el padre de aquella familia, sonriendo radiante como siempre. Moví un poco mi nueva melena rubia y eche un vistazo a los pequeños que corrían por allí.
- Mm mm... ¿Que tenemos aquí? - Pregunte alzando una ceja - Que preciosa familia, pasando una tarde de campo, ¿verdad?
Comente mientras me movía al rededor del padre sonriente y mirándolo de arriba a abajo. El niño pequeño se había dado cuenta de que algo no andaba bien ya que se agarro a la pierna de su padre con fuerza mirándome asustado.
- Hola pequeñín - dije - ¿Te lo estas pasando bien?
Pregunté agachándome un poco para mirarle directamente a la cara y después de asentir el niño, solté una carcajada limpia y fria.

La mujer, que a pesar de tener una apariencia atractiva y juvenil, atemorizaba a aquella familia. Todos estaban aterrados, en especial Mark y Sara, los pequeños de la familia.

Sara, cogió su muñeca lo más rápido que pudo y la escondió bajo su camisa protegiéndola. Su madre fue enseguida a su lado y la cogió en brazos. Ian, el padre, estaba congelado ante la mirada de la mujer, la cual parecía que había prestado demasiada atención sobre su hijo.

-Mark, ponte detrás de mí-le aconsejó el padre al muchacho-, ¿Qué quieres?

A Ian comenzó a temblarle todo el cuerpo cuando descubrió que los ojos de la mujer se habían cubierto de una capa negra aterradora.

-¡Ah!-gritó el pequeño Mark que no había podido evitar asomarse para ver por qué temblaba su padre.

La mujer parecía seguir observando al chico con detenimiento y comenzó a girar en torno a ellos. Ian intentó poner a su hijo detrás de él en todo momento.

Sonreí al oír el grito del pequeño y mis ojos se mantuvieron negros en todo momento desde que olí el miedo en todos aquellos humanos. Luego mire de nuevo al niño y dije - Con que te llamas Mark... Dime papa de Mark, ¿quieres saber que es lo que quiero? - Pregunte mirando de nuevo hacia arriba al padre que todavía sujetaba por la cabeza a su hijo y con la otra mano rodeaba la cintura de su mujer. - Quiero oler un poquito mas de vuestro miedo, podéis darme ese pequeño placer, ¿verdad?
Pregunté mientras me acercaba a la madre, que parecía ser la mas aterrorizada de todos ellos y la cogí por el cuello.
- Hola mama, estoy segura de que eso que cocinas estará riquísimo, aunque... prefiero algo como esto.
Dije mientras ponía mi otra mano en su cabeza y con un movimiento rápido de manos, rompí el cuello de la humana y la dejé caer al suelo.
El grito de la niña salio de la boca rápido y echo a correr hacia el interior del bosque.

La familia se vio horrorizada tras el movimiento tan irrealista que tuvo la mujer. Sara salió corriendo por el bosque sin rumbo, entre gritos y llantos. Mark se apretó aun más contra su padre, aunque por otro lado, deseó ser tan valiente como su hermana y salir corriendo de aquel lugar pero sus pies no le respondían. En cualquier caso, Mark no quería abandonar a su padre en aquel claro.

Ian se quedó pálido, a pesar de que estaba deseando acuclillarse junto a su mujer, sabía que sería en vano. Las piernas no dejaban de temblarle y apenas podía hablar correctamente.

-¡Deja a mis hijos en paz! –dijo Ian armándose de valor.

Pero, eso solo le causó más diversión a la mujer que comenzó a reírse divertida.

Me reí ante todo ese espectáculo de miedo y terror que al "respirar" me llenaban los pulmones de un aire delicioso. Miré entonces al padre de la familia y me acerque despacio hacia el.

- No me interesa dañar a tus hijos, solo me interesas tu.

Comenté expectante por ver como reaccionaba pero de pronto, me escupió. Algo asqueroso y a la vez sin ningún resultado hiriente hacia mi. Entonces levantando una pierna, la arremetí contra el pecho del padre para lanzadlo unos metros por los aires y cayera al suelo con un golpe seco.

Me había enfurecido aquello y el niño pequeño. Salio corriendo hacia su madre que yacía en el suelo muerta. El niño no dejaba de mirarme furioso por lo que acababa de presenciar, y eso me alentaba. Estaba claro que ese niño seria un futuro Jake Tayler.

Mark estaba realmente enfadado. Volvió la vista hacia el cadáver y puso sus manos sobre ellas aún sin creérselo. Levantó la mirada hacia la Mujer y soltó un grito de rabia. Entonces, se levantó en un rápido movimiento e intentó empujar a la mujer, la cual se quedó allí plantada de pie sin hacer ningún movimiento. Mark, al ver que no había conseguido moverla ni un centímetro, arremetió con un buen golpe sobre su estómago. Ella ni se inmutó. El chico lo volvió a intentar varias veces hasta que se cansó y cayó de rodillas al suelo agotado. La mujer de ojos negros, rió con ganas.

Mark estaba perdido, su madre muerta bajo sus pies, su hermana desaparecida en el bosque y su padre… Una lágrima descendió por el rostro del pequeño, ahora, solo le quedaba suplicar por su vida.

-Por favor, no lo hagas-dijo entre sollozos-, ya es suficiente.

Solté una carcajada seca mirando hacia arriba hasta que escuche a Mark llorando como me pedía piedad. Entonces me agache, poniendo mis preciosas rodillas en el suelo para acariciarle la cara.

- Mark, no me tienes que tener miedo... - Dije mientras sonreía de una manera diabólica - ¿Sabes? Tu y yo nos llevariamos muy bien...

Si le dejara seguir viviendo durante mas tiempo, pero no podia hacer eso, no podia dejar mas testigos de mis caprichos. Con un rapido e inesperado golpe de muñeca, cruji el cuello del pequeño de aquella familia, dejando sus cuerpos en el suelo tirados. La niña se habia escapado, pero no tendria problemas con ella.