El error (Jake Gyllenh)

Empeze a lamer sus senos endureciendolos rapidamente mientras una de mis manos se infiltraba en el interior de su culote y acariciaba su entrepierna, parecia que no le gustaba tanto, no la enloquecia tanto como solia hacerlo siempre. Salvagismo, queria aquello? Pues lo tendria. Subi mis labios pasando la lengua por su cuerpo asta llegar a sus labios donde los bese con salvagismo mientras introducia mi lengua en el interior de sus labios. Me separe de ellos mordiendolos.

Mis dedos finalmente dejaron de acariciarla para masturbarla, entrando y saliendo de su interior notando como la humedad de aquella zona empezaba a surgir.

En cuanto sentí sus dedos dentro de mi no pude evitar gemir, clavando mis uñas en sus espalda, aquello ya era otra cosa, menos tontería y más acción, así debían ser las cosas con Jake.
Le miré, con una mezcla de excitación y embriaguez, era bastante agradable, a decir verdad. Le besé de nuevo, con ganas, con más de las que hubiese querido demostrar, mientras mis manos subían hasta su cuello, sin dejar que sus labios se separaran de los míos.

La cogi por la nuca dandome la vuelta y haciendo que ella se quedara encima mio mientras sacaba mis dedos de su interior sabia que habia muchisimas otras formas para darle placer, pero, queria ver cuanto habia aprendido ella en aquel tiempo. La cogi separandola algo de mi haciendo que se quedara sentada encima mio, podia notar la humedad de su entrepierna contra el mio, debajo de aquellos pantalones aun. Pasee mis manos por su cuerpo acariciandolo con necesidad mientras clavaba mis ojos en los suyos, sabia que le encantaba aquello, desde que era una cria le gustaba.

Quedé sobre él, mirándole fijamente mientras me mordía el labio inferior y él acariciaba mi cuerpo. Me acerqué a él, acariciando su pecho y le susurré al oído. -¿Qué quieres que te haga?- vamos, del todo complaciente, no sabía hasta que punto habían cambiado sus gustos después de haber pasado por docenas de camas, en cierto modo aún buscaba complacerle igual que cuando tenía dieciséis años... maldito pasado.

Una tentadora pregunta salio de sus labios mientras hacia que su cuerpo se moveria hacia delanta y atras de encima mio. No sabia ni siquiera que pedirle, mis gustos no habian cambiado demasiado desde que eramos adolescentes asta ahora, mas bien era el mismo imbecil con los mismos gusto pero añadiendo que fotografo y drogadicto, una pequeña diferencia de nada, ah y con bastante mas experiencia de lo que podria tener un adolescente normal.

- Lo que por tu mete pase, no he cambiado demasiado -le sonrei- Estoy seguro que sabras como complacerme

Me medio levante mordiendo sus labios con mis dientes, sin llegar a hacerle ni sangre ni daño, sabia que era algo que le encantaba que hiciera con ella, que le picaba lo suficiente como para poner su imaginacion al poder de la simple cordura.

Entonces ninguno había cambiado mucho, aunque tuviéramos más experiencia (más él que yo, claro). Me besó, mordiendo mis labios, logrando que me estremeciera. -Te sigue gustando morder ¿eh?- a mi me seguía gustando que lo hiciera, de hecho era de lo que más me gustaba.
Llegados a ese punto a alguien ahí le sobraban los pantalones, así que fui bajando mis manos para quitárselos y quitarle de paso la ropa interior, sin apartar mis ojos de los suyos, no podía dejar de mirarle.

Seguia siendo tan maestra en sacar la ropa como lo era en un pasado, alguien le enseño a hacerlo mas rapido aquello, yo yo yo, le habia enseñado bien, cosas que se aprenden con los años. Se sento encima de mi entrepierna moviendose en aquella zona haciendo que cada vez estuviera mas cachondo, se podia notar, se veia mejor dicho.

- Y a ti te sigue gustando que te muerdan eh? -le sonrei-

Clave mis dientes en su hombro lamiendo la pequeña herida que le habia conseguido hacer, jamas nos habiamos ido con demasiados miramientos a lo hora de hacerlo, para ser mas exactos, nos iva a ambos bastante mas el rollo sadico, aun teniendo en cuenta que ella era una humana, era mas complicado, pero, no solias encontrar tias a las que le pusiera que les mordieran, normalmente, te miraban mal cuando lo hacias.

-Upps -dije mirando la pequeña herida-

Quedaria una marca en su piel, que le recordaria el buen rato que habia pasado con su ex, no sabia si a ella le seguia gustando morderme, pero, nunca se habia ido por las ramas, a al hora de hacerlo.

-Espero que no me la devuelvas esta -dije mirando la pequeña herida-

Por cosas como aquellas me pasaba los domingos metida en un confesionario... iría al infierno por lujuriosa, por dejarme morder y por disfrutarlo, pero no podía evitarlo, no podía evitar que aquello me excitara más que una caricia. Aquella ve se pasó, logró hacerme una pequeña herida, una nimiedad en aquel momento, cuando viera la marca ya me torturaría, pero en ese momento preferí quitarle importancia. -Tranquilo, será por cicatrices- por desgracia tenía alguna que otra y no suyas, no, de alguna que otra paliza por haber sido una mala hija. -Sólo te la devolveré si me lo pides- aunque yo era algo más suave mordiendo, me recreaba un poco más aprovechando que yo no tenía fuerza como para destriparle.

Pase la lengua por la herida siendo mas suave, aunque el gemido que habia soltado me dejaba claro que le seguia encantando que le mordiera, su cuerpo estaba lleno de alguna que otra marca, de las manos de su madre, seguramente. Segui bajando por su cuerpo mordiendolo levemente y pasando la punta de mi lengua por su cuerpo asta llegar a su culote. Lo baje lentamente con mis manos dejandolo en uno de sus pies mientras lentamente iva separando sus piernas. Pase mi lengua por su pierna, llegando al muslo y yendo mas alla. Donde empeze a lamer su miembro empapado.

- Eres libre de hacer cuanto quieras -dije parando por unos segundos de lamer para contestar a su pregunta/afirmacion-

Volvi a la accion, lamiedo y acariciando con mis dedos su clitoris haciendo que empezara a gemir, como solia hacerlo cuando era una cria, aquellos gemidos me traian recuerdos.

Lograba que me retorciera, que gimiera y suspirara, esa era una de las cosas que más le gustaban, pero estaba haciendo muy bien su parte, no me quedaba otra opción que dejarme llevar.

Podía tener por seguro que en algún momento le devolvería aquel mordisco, pero tendría que tenerle un poquito más cerca para eso. Acaricié su cabello, tirando de él cada vez que notaba sus dedos en mi interior, estaba volviéndome loca de esa manera... en un buen sentido, claro, hacía ya tiempo que no pasaba un rato como aquel.

Me lleve algun tiron de cabello por hacerla gemir de aquella manera volvi a subir pasando la lengua por todo su cuerpo, mirandola con lascividad mientras pellizaba sus pechos de una manera un tanto salvaje, sabia que en aquel momento mis ojos tendrian un brillo un tanto particular, algo propio de los licantropos cuando estan siendo bastante salvajes, no como podria llegar a serlo, mas le valia a ella que no me desatara demasiado. Lami sus labios con la punta de mi lengua. Bajando nuevamente hacia su cuello besandolo con necesidad, dejandole alguna que otra marca que recordaria por lo menos durante unos dias, seguramente maldiciendome.

- Y bien que quieres que te haga el pequeño Jake? -dije mirandola con lascividad separandome de su cuello mientras rozaba mi entrepierna contra el suyo-

Me conformaba con lo de siempre, a no ser que hubiera aprendido truquitos nuevos... pero por el momento iba muy bien, mejor de lo que recordaba, de hecho. Jake bien sabía que no tenía demasiados reparos en la cama y menos con él, algo que nadie diría viendo lo rancia que era en la vida diaria, toda una contradicción.
-Todo lo que el pequeño Jake quiera hacer- dije mirándole a los ojos, rodeándole con ambos brazos, percibiendo en sus ojos ese extraño brillo que sólo había podido ver en él, sólo por eso ya era diferente a los demás, aunque en el fondo fuera igual de cabrón o más.

Sonrei mientras me acercaba a ella y le mordia el labio, un pequeño hilo de sangre salio de su labio, lo lami con la punta de mi lengua, provocandola, siempre lo hacia de aquella manera quizas a veces un tanto mas brutalmente.

- Sabes que no es demasiado bueno dejarme tanta libertad -mordi el lobulo de su oreja mientras me movia encima de ella-

Sentia las ganas de entrar dentro de ella, muchas ganas y al parecer no era el unico alli que las sentia. Habia algo que le traeria recuerdos siempre lo solia hacer cuando estabamos en pleno acto. Pase mis manos por sus muslos bajando asta sus tobillos donde los cogi colocandolos en mis hombros mientars le sonreia con lascividad. Lentamente fui entrando dentro de ella, todo en mi habia crecido, sabia que ella lo notaba aquella vez, clavo sus uñas en mi espalda, mientras lentamente me movia dentro de ella para ir haciendo movimientos mas bruscos y salvajes a medida que ella iva clavandolas aun mas.

Gemí de nuevo, echando la cabeza hacia atrás, clavando mis uñas en sus espalda, solía desconfiar de sus sonrisas lascivas, a pesar de que siempre terminaba disfrutando, era algo que no podía evitar, esa mirada, esa sensación de que iba a hacer algo malo en cualquier momento... eso, de algún modo, hacía crecer aún más la excitación.
-Jake...- dejé escapar su nombre entre gemidos, lo hacía incluso sin darme cuenta, pero el pequeño Jake ya era mayor y se movía de un modo diferente, más salvaje, más profundo, logrando hacer que me retorciera. Me encataba que fuera él quien marcara el ritmo, aunque a veces pasaban cosas como que yo terminara sangrando, esta vez sólo era mi labio, pero sabía lo que él podía hacer si se excitaba demasiado... o si se enfadaba, aunque no sería el caso.

Era diferente de como era usualmente, vamos en el pasado. Ella estaba muchisimo mas receptiva a todo, sentia como si no pudiera parar lo inevitable, me movia rapido, salvajemente en su interior, llegando asta a profundizar asta el maximo de lo que nos dejaban nuestros cuerpos. La atraje todavia mas hacia mi baje sus piernas de mis hombros mientars hacia que se enredaran en mi espalda, clavando mis dedos en sus gluteos la levante empotrandola contra el cabezal de la cama moviendome aun mas rapido de lo que estaba haciendolo antes sintiendo como cada vez le gustaba mas, por suerte, mis vecinos estaban mas que acostumbrados a aquellos gemidos y a la musica a todo volumen. Le mordi los labios nuevamente aquella vez mas suavemente mientars introducia mi lengua dentro de sus labios.

- Esto me encanta -dije levemente antes de volver a besarla-

Me golpeé en la espalda contra el cabecero de la cama, profiriendo un gemido de dolor que se confundió entre los demás gemidos de placer. Jake me besó de nuevo, más fogosamente, era imposible que estuviéramos más juntos, sentía sus manos en mis muslos y yo le rodeaba con ambos brazos, clavando mis uñas en su espalda y en su cuello, aferrada a él con mis piernas alrededor de su cuerpo, mientras embestía contra mi, de modo salvaje, realentizando la marcha por momentos para luego volver a entrar y salir con pasión.

Seguia moviendome bestialmente, el cuerpo de Bedisa se contrajo, dejando escapar un bestial gemido, habia llegado al climax, segui moviendome de una manera mas bestia que antes, nunca habia tenido cuidado con su cuerpo, sabia como a ella le gustaba y a mi tambien, que mas podia pedir en una tia?
Segui moviendome aun mas y mas asta que senti como yo llegaba al mismo tiempo que ella se unia a mi nuevamente en otro gemido, aquello pareceria un coro para mis vecinos, un coro morboso.
Sali de dentro de ella corriendome encima de las sabanas, mejor alli que no dentro de ella, no estaba dispuesto a ser papa lobo. Senti como la mano de Bedisa tocaba mis gluteos mientras su respiracion se entrecortaba cada vez mas. Su mano hizo presion en aquella zona saliendo un gemido de mis labios. Me estire a su lado mientras mis pulmones se llenaban y vaciaban de aire constantemente de manera rapida.

- No lo recordaba asi -dije mirandola-

Llegué con él al climax, gimiendo como hacía ya tiempo que no lo hacía, notando el cuerpo caliente de Jake contra el mío. Salió de dentro de mi y caí sobre el colchón, tumbándome sobre él cuando se tendió en la cama, con la respiración entrecortada, hundiendo mi cara en su pecho, devolviéndole un pequeño mordisco. -Dios mío...- musité, sin haber recuperado todavía el aliento. -Yo tampoco- había sido mejor, sin duda.