¿Otra copa? (Libre)

No era la primera vez que me dejaba caer por aquel bar después de un trabajo. Éramos muchos, cazadores o no, que terminábamos con una copa en la mano para intentar reducir el estrés. Dicen que beber ayuda a olvidar, era falso, pero a mi me ayudaba a sonreír de vez en cuando.

Pedí un tequila y me quedé en la barra, como solía hacer cuando iba allí, pero esta vez preferí quedarme mirando hacia el bar y no hacia las botellas y vasos, así que me giré en el taburete y apoyé la espalda contra la barra, paseando mi mirada por todos los que estaban allí.

Llegué al bar, reconocí a algunos cazadores de la zona, pero les ignore yendo hacia la barra, me sente en un taburete al lado de una chica rubia y le peli un tequila al camarero, cuando me lo sirvió, me lo bebí de golpe.

-Deja la botella aquí, por favor-Le pedí al camarero dándole el billete, llene mi vaso de nuevo y al ver que la otra chica tenía otro tequila le ofrecí de la botella-. ¿Quieres otro?

Una morena con pinta de tener mala leche se sentó a mi lado y se pidió un tequila. El camarero dejó la botella a petición de la chica, que me sorprendió ofreciéndome otra copa. -Claro, ¿por qué no?- terminé lo poco que me quedaba de un trago y le tendí el vaso, ella misma lo llenó. -Gracias- dije, sacando a cajetilla de tabaco para encenderme un cigarrillo, ofrecéndole después a ella. Compartiendo vicios, como tenía que sea.

-Gracias-Dije aceptando el cigarrillo y encendiendolo con mi mechero, llene mi vaso otra vez y el de ella-. ¿Mala noche?-Le pregunté dándole una calada al cigarrillo.

Le di un par de caladas al cigarro mientras ella encendía el suyo y dejé la cajetilla sobre la barra, no quedaban muchos pitillos, pero podía sentirse libre que coger cuantos quisiera. -No te creas...- no había sido de las peores y no era común en mi quejarme, simplemente me encogí de hombros y me bebí de un trago al tequila que acabab de servirme.

-Me alegro- Deje el cigarrillo en un cenicero llene los vasos de nuevo, luego le tendí la mano a modo de saludo-. Por cierto, me llamo Serena, encantada de compartir el tequila contigo.

Le tendí la mano con una leve sonrisa, más que nada por formalidad. -Kyra... y encantada de que lo compartas- añadí, ensanchando un poco más la sonrisa. Fue un buen apretón de manos, cosa rara en una chica, quizás ella pensara lo mismo, aunque ¿quién se fija en esas cosas, eh? Le di otra calada al cigarro y dejé escapar el humo lentamente, ¿de qué se hablaba con una desconocida?

Mire de reojo a la chica, me sonaba su cara de haberla visto por el pueblo, igual que muchos que estaban allí. Le di otra calada al cigarrillo llenando los vasos de nuevo, la miré sonriendo de forma amable ya que no sabía de que hablar con ella, levante el vaso a modo de brindis y bebí todo el tequila de un golpe.

Me sonaba, cada vez más, pero no era de aquel pueblo, la había visto antes en alguna parte, estaba totalmente segura.
Brindé con ella, cada trago de tequila parecía entrar mejor que el anterior. -Y dime, Serena... ¿a qué te dedicas?- quizás indagando un poco pudiera darme cuenta de por qué me sonaba tanto.

-Ayudo a un amigo en su tienda de tatuajes, no es gran cosa pero tengo enchufe con el jefe-Dije bromeando, llene de nuevo los vasos de tequila-. ¿Y tú? ¿A que te dedicas?

Enseguida pensé en Jhosef, él me había tatuado hacía escasos días, pero no había visto a Serena por allí. De todos modos no quise mencionarle ni seguir preguntando, no la creía tan descarada como para mentir en algo tan fácil de averiguar. -A pintar- fue lo primero que se me ocurrió, supongo que en ese instante me sentía algo bohemia porque era la primera vez que soltaba semejante estupidez. -Arte abstracto, esculturas... esas cosas- ni distinguía un pincel de un lápiz, para ser sincera.

-Pintura, vaya que interesante-Dije alzando una ceja, miré a la chica, se notaba cierta tensión entre nosotras, apague el cigarrillo y me llevé una de las galletitas saladas a de un cuenco-. ¿Y..., tienes alguna exposición en el pueblo? Por que si no, no me explico que haces aquí..

Zorra inteligente... no podía dejarlo estar ¿eh? No, sospechaba que le mentía y pretendía hacerme hablar. De no ser porque de entrada sospechaba de la gente, diría que podría caerme bien. -Me he tomado un tiempo para pensar e inspirarme, aunque cuento con una exposición en Houston al final del mes que viene- sí, le mandaría invitaciones por paloma mensajera. Kyra la artista conceptual... que ridículo.

-Si quieres pintar algún paisaje a las afuera del pueblo hay un lago con un muelle, es precioso-Había ido allí en una noche de cacería, un fantasma sin importancia-. Tendré que acercarme a Houston para ver tu exposición-Dije sonriendo forzandola para intentar ser amable-. Tú ya sabes, cuando quieras algún tatuaje, la tienda se llama Crow Ink.

Sí, sí, lo dicho... por paloma mensajera.

Sonreí levemente al escuchar el nombre del estudio de Jhosef y me remangué la chaqueta, enseñándole a Serena mi antebrazo derecho. Tautado en negro, muy elegante, estaba el nombre Thomas. -Obra de Jhosef- musité, sonriendo. Algo me decía que Serena no sólo trabajaba en la parte delantera de la tienda, si no que tenía conocimiento de lo que había bajo ella.

-Es muy bonito, aunque viniendo de Jhosef no me extraña-Dije admirando el tatuaje-. ¿Thomas? ¿Puedo preguntar quien es Thomas?-Le pregunte volviendo a llenar los vasos de tequila.

No me pilló por sorpresa que me lo preguntara, pero no podría decir que no me lo esperase, mucha gente tendía a sentir curiosidad. -La verdad es que no me gusta mucho que preguntes, pero... era mi padre- él era Thomas, pero también estaba mi hermano pequeño, Tommy, ambos habían corrido la misma suerte. Jhosef no había hecho preguntas, era lo que más me había gustado, no se metía donde no debía... no al menos el día que me había tatuado, porque también había tenido su momento cotilla conmigo.

Suspiré al escucharle nombrar a su padre, miré como ella no tenía ganas de hablar y no insistí, bebí del caso hasta la mitad. Decidí callarme por unos minutos.

-Debió ser alguien importante para tí si lo llevas tatuado en el brazo-Le dije terminando de fumar el cigarrillo.

Me acordé de mi padre, al cúal no conocía. Fruncí el ceño y me bebí lo que quedaba del trago en el vaso.

Alcé las cejas y tuve la impresión por su comentario de que ella no tenía mucho apego a su padre. -Bueno, era mi padre, si no hubiera muerto él... hubiera muerto yo- quería... necesitaba tenerle presente, recordarme de algún modo por qué hacía lo que hacía cuando me sentía flaquear y el tatoo me había parecido un buen modo de hacerlo, de llevarle siempre conmigo.

-Siempre es...-Me quedé callada a lo que iba a decir ¿Qué alguien diese la vida por ti?-. Supongo que es lo que debe hacer un padre por sus hijos-Terminé por decir llenando los dos vaso de tequila-. ¿No tienes más familia?

-No...- mentí. Mi madre y mi hermano seguían vivos y si quería que fuera así sabía de sobra que debía aejarme de ellos. Les echaba de menos, ya eran muchos años sola, pero si yo había sabido cuidarme a ellos no les podía ir mal del todo.
Me fijé en el ritmo que llevábamos bebiendo, el ritmo que había impuesto Serena. Aquello ya no era amabilidad, era obvio que no quería beber sola. -Empiezo a pensar que la que ha tenido un día duro has sido tú- le dije con una leve sonrisa, tratando de desviar el tema de conversación.

-Bueno, si solo fuera la noche...-Dije pasando mi mano por el flequillo, saque mi pitillera aunque la de la chica estuviese al lado, encendí un cigarrillo y le di una calada, dejándolo en el cenicero-. Digamos que mi vida no suele ser un camino de rosas.

Vaya, pobrecita ¿debía sentir pena por ella? Mi vida era una mierda y no me escucharía quejarme. Era muy típico, supongo que necesitaba descargar de algún modo su frustración y entre tequila y tequila que ya se nos estaba subiendo a la cabeza, había decidido decir aquella tontería. -¿Y eso?-

Miré a la chica alzando una ceja, cogí el cigarrillo del cenicero y me lo lleve a la boca, dándole una calada, pensando que quizás debería dejar de fumar alguna vez.

-Hay ciertas cosas que no pensaba ver en este pueblo, ni vivirlas tampoco, es algo complicado de contar y muchas cosas no me creerías...

Giré mi vista hacia la puerta, un hombre con muy malas pintas entro en el local, cuando se acerco a la barra noté su presencia vampiríca, el hombre se giró hacia nosotras dos, al vernos se quedo sorprendido, dejo un billete de veinte dólares y se fue sin decir nada.

-Cosas como esa-Dije sonriendo cuando vi como el hombre salía por la puerta, me bebí lo que quedaba de tequila en el vaso.

Me fijé en la rección del vampiro, pero lo que más me llamó la atención fue que Serena también lo había notado... quizás fuera más especial de lo que pensaba. -Hay de todo por ahí suelto ¿eh?- si no llegaba a nada concreto tendría que llamar a Jhosef y preguntarle, iba a ser toda una sorpresa.