Una ultima copa (Ruth Williams)[+18]

Una copa viene bien para relajarse, aunque en éste lugar habia demasiadas almas en pecado, y eso me hacia doler la cabeza... Tantas almas perdidas, corrompidas, estupidos humanos, no tienen ni idea de lo que se juegan....
Estaba apoyado en la barra, iba con unos jeans negros y una camiseta de tirantes blanca; observaba a la gente, leyendo sus almas como si viese e-mails en mi cuenta de correos....
Entonces la ví a ella, Ruth... Me caía bien... Nuestars miradas se cruzan y la sonrio.
-Quieres una copa? te invito...- Mi voz suena como un susurro, pero incluso en la distancia que nos separa, lo oye claramente en su mente.

Estaba en el bar de copas, en realidad me preguntaba qué hacía allí pues me sentía agobiada con tanta gente, era algo lógico y me preguntaba aún varías veces a mí misma, porque había llegado hasta allí, mientras observaba el lugar esperando al camarero, me percate de que alguien me miraba, busque su mirada y me encontré con Azrael, al principio quise salir corriendo, ese hombre siempre me había producido una sensación extraña, no desagradable, pero al fin y al cabo muy extraña, finalmente esbocé una pequeña sonrisa y asentí con mi cabeza, dándole a entender que estaba bien, aunque yo no era de esas chicas que aceptan una copa de cualquiera ni mucho menos, pero esa vez me apetecía bastante, después caí en la cuenta de que estaba bastante lejos, como había podido escucharle?

La hago un gesto con la mano para que se acerque, mientras la hago sitio en la barra.
Noto su cierto temor hacia mi, más que temor, desconocimiento...
Me hacia gracia, verla caminar entre tantas almas pecadoras, si la gente pudiera ver lo que yo veía no irían tán tranquilos por el pueblo...
-Qué quieres tomar?- Vuelvo a susurrarla mientras llamo al camarero para pedirla algo...

Camine hacía el con cierta cautela cuando me indico que me acercara, cuando llegue a su altura murmure suavemente -Martini está bien- comenté girándome para observar el ambiente, normalmente estaba acostumbrada a recibir miradas, de todo tipo, y no me importaba lo más mínimo, pero lo cierto es que me sentía extraña en aquel momento, aunque no podría explicar porque, me gire de nuevo hacía el hombre, que estaba llamando al camarero después sonreí dulcemente y murmure -gracias- por haber pedido mi copa y haberse tomado la molestia de hacerlo.

-Un martini.- Pido al camarero. -De nada, es un placer beber con alguna cara conocida...- La digo con una sonrisa calida.
-Estás bien? te ocurre algo?- La pregunto al notar como se sentía, aunque no sabía si era por mi, o por alguna otra razón externa....
Cojo mi copa cuando el camarero trae la de Ruth, y se la doy, alzando la copa para brindar.
-Por qué te gustaría brindar?- La pregunto mirandola con una sonrisa encantadora.

Sonreí cuando dijo que era un placer beber con alguna cara conocida, bueno tampoco es que le conociera muchísimo, pero si le había visto en alguna ocasión, levante la copa para brindar con no antes de susurrar lo más tranquila posible, -Todo bien- le dedique una sonrisa dulce, mientras observaba sus ojos, le mire pensativa, observe también su sonrisa encantadora y finalmente me encogí de hombros de manera un poco cómica -Pues lo cierto.. no sé se te ocurre porque brindar a ti?- pregunte de manera tierna mientras sonreía con algo de timidez.

Ruth me dedica una dulce sonrisa, y eso me agrada, me dice que va todo bien, y luego de forma tiernamente graciosa, se encoge de hombros y comenta que no se le ocurre nada para brindar, si se me ocurre a mi...
-Por qué no brindar por la pureza, la naturaleza, la luna.... Esta noche es luna llena; te aseguro que será grandiosa....-
Luego la susurro...

-La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna.-

Asentí con una sonrisa, cuando fui a chocar su copa para el brindis, se acerco para susurrarme algo, me quede extremadamente quieta, pendiente de lo que me decía, me dejo sorprendida, realmente muy sorprendida, no esperaba algo así y era un poema, o una explicación no sabría definirla, era extraña pero también muy hermosa, incluso tenía la sensación de que podría remover el alma de las personas, volví mi vista hacia sus ojos cohibida por lo que había dicho -Es hermoso..- es lo único que pude susurrar esbozando una dulce sonrisa.

Asiento a su respuesta, mirandola a los ojos, la noto algo cohibida.
-Si lo es, aunque tú también eres hermosa. Pareces un ángel....- No puedo evitar sonreir ante la comparación, pues es más literal de lo que parece a simple vista; sé bien lo que digo, y por eso me resulta gracioso....
Choco su copa en el brindís y bebo un trago de Bourbon...
-Te apetece salir de aqui e ir al parque? Desde ahí se verá mejor la luna, como te dije esta noche esta especialmente grandiosa...-

Desvió mi mirada al suelo cuando vuelve a hablar y más cuando dice que soy hermosa, como un ángel? Me parece gracioso pues esa comparación no la habían hecho jamás y me resultaba de lo mas cómica, yo no me sentía tan hermosa… choco su copa contra la mía dándole un largo trago a mi Martini, sintiendo como el liquido ardiente recorre mi garganta, después le observo de nuevo a sus oscuros ojos, penetrantes a decir verdad, y acepto su invitación la verdad es que me apetece pasear, muchísimo más que estar encerrada en un antro lleno de gente -Estaría muy bien- admito con una sonrisa dulce.

Apuramos la copa, pago y salimos del bar, empezamos a caminar hacia el parque, en un gesto caballeroso, la ofrezco mi brazo...
El olor a noche nos envuelve, es un olor a tierra mojada, que precede a la lluvia, adoro cuando huele asi, te hace sentirte más unido al planeta; es extraño, ahora empiezo a entender más a mi hermana, con eso de que la gusta la tierra, aunque a ella le gusta por los humanos, a mi por el planeta en si....
-Ves? no te dije que sería precioso....- La comento llegando al parque, y la señalo la luna...

Cuando salimos empezamos a caminar hacia el parque, yo me perdí en mis pensamientos, admirando el paisaje que de noche siempre me había parecido realmente hermoso, cuando me ofreció su brazo dude un momento pero enseguida lo tome delicadamente entre mi brazo y el costado de mi cuerpo, acercándome a él sin ninguna intención, después al llegar al parque, le escuche esboce una gran sonrisa, mire hacia el cielo, viendo la luna llena, que el señalaba, realmente era una vista espectacular, y no recordaba a ver visto muchas veces la luna así, llena si por supuesto pero no tan hermosa como esta noche, parecía incluso que fuera una noche especial.

-En que piensas? que pasa por esa linda cabecita ahora?- La pregunto con dulzura paseando bajo el abrigo del cielo estrellado sobre nosotros, con la luna como un foco gigantesco que nos alumbra y sigue nuestro caminar....
-Hablame de tí, cómo eres? qué anhelas? qué deseas?- La pregunto mientras nos acercamos al lago del parque, donde la luna se refleja en el agua de forma impresionante...


-Es una preciosidad, casi como ésta rosa... Toma.- La digo ofreciendola una rosa negra, con gotas de rocío...

Cuando me pregunta en que pienso, vuelvo a mirar la luna y susurro algo que él ya sabe muy bien -Es.. tan hermosa..- bajo la vista de nuevo hacia el pasaje, caminando a su lado, cuando vuelve a preguntarme qué anhelo y que deseo, en ese momento por extraño que parezca deseo permanecer más tiempo a su lado, me hace sentir extraña, pero también segura.

-Que quieres saber…?- susurro de manera suave, en cuanto llegamos a la zona del lago, observo el reflejo de la luna en el agua, hipnótico, hermoso y elegante… miro fijamente el agua, como se mueve lentamente por la brisa del aire, y como desfigura el reflejo de la luna pero no por eso deja de ser hermoso.

Le observo entonces cuando me ofrece una rosa, al verla no puedo evitar esbozar una sonrisa, no sé de donde la ha sacado pero es la flor más hermosa que había visto en mi vida, la tomo entre mis manos acariciando uno de sus pétalos como si fuera la cosa más frágil, no sé qué decirle.. -Gracias..- susurro finalmente realmente agradecido por aquello.

-Te diría que quiero saberlo todo de tí, pero me encantaría descubrirlo poco a poco....- La digo en un susurro sensual, me siento cerca del lago, en la orilla, y acaricio el agua con mis yemas, haciendo que el agua creé ondas, que se dispersan por la superficie líquida...
Me agradece lo de la rosa, y la sonrio de forma encantadora.
-No se merecen, comparado con tu belleza es simplemente una flor, un adorno que no hace más que envidiar tu gracia...- La digo con sinceridad, mirando la profundidad de sus ojos...

Cuando dijo que quería saberlo todo de mi note como mis mejillas se sonrojaban, me gire para ver el agua, intentando que no lo notara, ya que me daba vergüenza, después me limite a asentir con una dulce sonrisa en los labios mientras veía como acariciaba el agua, cuando nombro mi belleza, le mire de reojo sin saber que decir después.. susurre.

-No sé por qué dices eso.. yo no soy tan hermosa..- admití volviendo de nuevo mi vista a la rosa que llacía entre mis manos, la volví a acariciar delicadamente, pensando que todo aquello, la luna, su reflejo, la rosa… aquello si era hermoso.

-Ah no? mira.....- Hago que se mire en el agua, y su reflejo parece brillar y relucir...
La miro como se mira en el reflejo....
-Asi es como te veo yo, ves la belleza que desprendes? Si eres hermosa, no dejes que nadie te diga lo contrario...-
Me gustaba su humildad, su modestia; era un encanto de chica, la verdad....

Me ruboricé al instante, después de observarme un poco, el extraño pero hermoso reflejo, mi reflejo en el lago, me aparte y me encogí sobre mi misma cogiéndome las piernas, después asentí con el rostro y solo fui capaz de murmuras -Gracias.. de nuevo..- si él hubiera visto, como lo veía yo, ante mis ojos, era un hombre, de una belleza incalculable, y tal y como se comportaba, era mucho más caballeroso y más humilde que los demás hombres, pero carecía de el valor de decirle algo así.

-Por qué te reprimes? Eres preciosa, deberías tener el valor para decir lo que piensas... Asi ganarías autoconfianza.- La digo acariciando su rostro con mi mano, sintiendo la suavidad y la tersidad de su piel...
-Qué te hace recluirte en tí misma? Yo te ofrezco salir.... Sal y respira el aire fresco, deja que te toque la brisa nocturna... Y siente la libertad.-

Escuché lo que me decía y note como acariciaba mi rostro cerré los ojos por un momento, y poco después alargue yo mi mano para acariciar el suyo -Eres.. tan extraño..- susurre sin dejar de mirar sus ojos, profundos y penetrantes, acaricie su rostro con delicadeza, y además hablaba de una manera tan extraña.. parecía como si fuera muchísimo más viejo, de lo que aparentaba, hablaba con sabiduría incluso, y como si pudiera cumplir deseos, bueno me daba esa sensación, no sabría explicarlo aunque tampoco me iba a detener en pensarlo, me quede allí quieta mirándole y acariciando su rostro.

Sonrio. -Espero que eso sea bueno...- Digo arrugando un poco la nariz, siento su caricia en mi rostro, la suavidad de su calida mano acariciarme... y acerco un poco mi cara a su mano...

-Esta mano viviente, ahora tibia y capaz
De agarrar firmemente, si estuviera fría
Y en el silencio helado de la tumba,
De tal modo hechizaría tus días y congelaría tus sueños
Que desearías tu propio corazón secar de sangre
Para que en mis venas roja vida corriera otra vez,
Y tú aquietar tu consciencia —la ves, aquí esta—
La sostengo frente a ti.-

Sonreí de forma muy dulce cuando dijo que esperaba que lo que le había dicho fuera bueno, me pareció bastante gracioso, pues no me parecía el típico hombre que se preocuparía por lo que los demás puedan pensar de él, pero bueno quien sabía, note como su rostro se acercaba a mi mano, lo observe con detenimiento pero mi mano no dejo de acariciar su suave piel, después cuando acabo de hablar susurre de nuevo que era hermoso, que decía unas palabras extraordinariamente hermosas, tal vez no acababa de entender su significado pero sonaban hermosas.

Poco a poco, atraido por su dulzura voy acercando mis labios a los suyos, su mano sigue acariciando mi cara, y mis ojos se clavan en los suyos...
Noto su respiración sobre mis labios, sus suaves palabras llenan mis oidos, hasta que salvo la distancia que separa nuestros labios y la beso; con suavidad, saboreando el contacto, milimetro a milimetro, de sus labios. Hasta que mi lengua acaricia sus labios, degustandolos antes de abrirse dulcemente paso hasta el interiór de su boca, buscando su lengua para jugar con ella; acariciandola con la mia, descubriendo los matices y las papilas gustativas de la misma....

Le observó fijamente, viendo como se acerca, y como me mira, una vez sus labios entran en contacto con los míos, la mano que tenía en su rostro, se aferra con delicadeza a la piel de su rostro, acariciándole para después quedar sujeta en el lugar, entre su cuello y su mejilla, notando como sus labios se acoplan a los míos, y me besa con una suavidad infinita, al fin, noto la textura de esos labios, que tanto he observado con disimulo durante tiempo, la suavidad y humedad de sus labios contra los míos se me hace increíblemente tentadora, noto como su lengua intenta abrirse paso hacia el interior de mi boca, de la manera más dulce que jamás había probado, mi boca la acoge con gusto, uniendo mi lengua a sus caricias, disfrutando de un beso sin duda celestial.

Degusto su sabor, su saliva mezclandose con la mia, su mano aferrada a mi cuello y mejilla; paso una mano a su espalda, que se desliza hasta su nuca, y la masajea.
Mi otra mano, descansa en su cintura, sintiendo su calor aumentar poco a poco....
Huelo su aroma, mientras nuestros labios siguen unidos y nuestras lenguas juegan a placer, dejandose llevar por los sentimientos y sensaciones que provocan el rozarse y acariciarse...
Separo un segundo mis labios, solo para absorber y succionar su labio inferiór, antes de volver a la tibieza de su boca...