De nuevo en el bar (Amanda) (+18)

- Pues que sepas que me encantará ver todas esas ideas que me tienes que mostrar, Syn. - le contesté yo, apoyando también los codos en la mesa y acercándome a él, imitando su movimiento anterior. - Así tal vez aprenda algo nuevo que no dudaré en poner en práctica. - agregué, humedeciéndome los labios y esbozando después una sonrisa torcida. Seguí su mirada tras hacerle mi pregunta, y recorrí con el todo el bar, que a estas horas estaba medio vacío pero que en breve se llenaría de gente por ser la hora de comer. Su pregunta, precedida por una amplia sonrisa y un fijamiento de su mirada en la mía, me tomó de nuevo por sorpresa por lo cruda y directa, aunque ya me estaba empezando a acostumbrar a que no se andara por las ramas y dijera lo que quería directamente, sin tapujos. En eso éramos bastante distintos, pues a mí me divertía enredar las cosas y esconder la verdad bajo una capa de oscuridad y medias tintas, de sarcasmos e ironías que le daban otro toque.
- De un bar normal no, pero de una discoteca sí. - contesté, recordando aquella vez hacía tanto tiempo, o al menos eso me parecía. Ni recordaba la cara del chico en cuestión, sino solamente lo jodidamente bueno que fue. - ¿Y tú? - pregunté yo.

Sonreí y la mire con un poco de cara pillina cuando escuche su respuesta a lo de las ideas, mientras que torcía un poco una mueca graciosa en mi rostro. La mire con fijeza, acercándome un poco mas a ella.

- Eso estaría bien.

Dije, antes de escuchar lo que dijo, sonreí ampliamente, y negué con la cabeza a su pregunta.

- No, en un bar no.

Sonreí ampliamente.

- ¿Que te apetece hacer?

- Estaría muy bien. - asentí yo, entrecerrando los ojos y estudiándole con interés. A mi pregunta me respondió que no; que, como yo, en un bar no lo había hecho nunca. - Pues si te soy sincera y aceptas mi opinión, la verdad es que te pega haberte tirado a una groupie en el baño de un bar después de un concierto. - le dije encogiéndome de hombros, limitándome a decir lo que su aspecto me daba a entender a pesar de que no fuera así en la realidad.
Su siguiente pregunta fue ya más genérica, pues dejamos al margen el tema de nuestras vidas sexuales para enfocar otro más interesante después de toda la conversación que habíamos estado manteniendo prácticamente desde que me había preguntado si era o no virgen. No estaba segura de querer seguirle el juego o no, pues a pesar de todo no podía olvidar que él no era totalmente humano y que nuestro primer encuentro no había sido precisamente muy agradable. Aunque también era cierto que me estaba haciendo plantearme quién era el auténtico Synyster, y no quería acabar nuestra conversación tan pronto, al menos sin saberlo todavía.
- ¿Qué me apetece? Muchas cosas, en este momento, y después de esta conversación no todas son demasiado decibles. - contesté, encogiéndome de hombros. - Aunque bueno, lo que más me apetece en este momento es que me sorprendas. - añadí mirándole a los ojos.

Reí observándola, ladeando la cabeza a ambos lados como negando, pero simplemente pensaba, y atendía a sus palabras. Deje que un hombro cargase con gran parte de mi peso, inclinándome un poco hacia un lado, mientras subía una de mis piernas sobre la rodilla de la otra. Cruce mis brazos y la mire fijamente.

- Me gusta como hablas... Pareces mucho mas culta que la mayoría de chicas e incluso chicos que e visto por estos lares...

Dije con una pequeña sonrisa.

- No se si eso sera bueno.

Escuche su pregunta, y pensé unos segundos una respuesta que posiblemente reflejase las ganas que tenía de... Estrenar aquellos servicios con mi actual compañera. Hoy era un día que me levantaba de esa forma tan peculiar... Ni tenía ganas de matar a nadie, solo de pasarme a todo lo que veía que se movía entre las piernas.

- ¿Quieres la verdad? Lo que ahora mismo quiero hacer es decirte una o dos palabras bonitas, conmoverte y terminar ambos en ese servició de ahí al lado.

- Vaya, gracias. - respondí a su halago. Definitivamente su actitud conmigo me estaba sorprendiendo bastante. No me esperaba que fuese a resultar tan distinto a cómo se había comportado conmigo hacía apenas dos días, pero ahí estaba, bebiendo y manteniendo una conversación normal con el chico que podía resultar uno de los mayores riesgos que la humanidad había conocido en siglos. - Pero tampoco creo que sea más culta que el resto, sino que simplemente soy distinta. No mejor, pues tan creído no me lo tenía, pero diferente sí que era. No sabía hasta qué punto considerarlo como bueno, pero por lo menos estaba ya acostumbrada a ello y ni me lo planteaba como algo extraño que debiera ser cambiado.
- Puede que lo sea, puede que no. - comenté yo, en respuesta a su comentario anterior. Tenía una mirada en la cara bastante distinta a la del otro día. Me empiezo a repetir, pero no podía evitar fijarme en que parecen dos personas distintas a pesar de ser el mismo.
Me sugirió estrenar los lavabos con él y yo le miré, torciendo la cabeza con un gesto levemente reprobatorio. - Siento decirte esto, Syn, pero eres bastante predecible. - comenté yo, mirándole a los ojos con un toque divertido. - Aunque si te sirve a mí tampoco me importaría que me conmovieras y tener así una excusa para poder estrenar el baño de este bar. - acabé diciéndole, totalmente sincera.

La escuche con una pequeña sonrisa. La observe, y atendí a sus puntuaciones atento, con las orejas abiertas, puesto que la mirada la tenía perdida en ella. Escuche su propuesta, y alce la mirada de nuevo a ella.

- Vaya... ¿De verdad?

Pregunte con una pequeña sonrisa.

- Ahora no se me ocurre nada... Fíjate.

- De verdad de la buena. - asentí a su comentario, respondiéndole también con una sonrisa, aunque fue algo más pequeña que la suya. Me gustaba este juego de provocación que nos estábamos trayendo ambos, aunque sabía perfectamente que no era lo más lógico que podía hacer, más que nada por ser él y no otro. Jugar con el anticristo, por mucho que él me lo estuviera poniendo tan en bandeja que me resultara difícil resistirme, no podía ser bueno, y a decir verdad me asustaban las consecuencias que esto podía traerme. Pero, ¿qué demonios? Él había empezado a tentarme, y yo no era precisamente de piedra, sino más bien todo lo contrario cuando se trataba de chicos. Así que iba a dejarme llevar, daba igual lo que me pudiera provocar.- ¿Así que no te acuerdas? Pues entonces tendré que darte un pequeño recordatorio. - le dije con tono divertido. Aprovechando que aún estábamos cerca me estiré un poco, hasta llegar a sus labios, y le di un beso bastante apasionado, dejándome llevar un poco.

Reí al escuchar lo que dijo, algo impresionado por que ella quisiera tomar la iniciativa, de normal no lo solían hacer casi nunca, por no decir que nunca. Le sonreí ampliamente, y deje que se acercase para notar sus labios sobre los míos, presionándolos y alargando el beso notando un poco de pasión en el. Dibuje una casta sonrisa cuando se separo, y la mire a los ojos.

- Vaya... Creó que ya me viene algo a la memoria.

Dije con una pequeña sonrisa, y lleve mi mano derecha hasta su nuca, acercándola a mi y besando sus labios del mismo modo que ella.

Esbozó una sonrisa casta al separarnos que no le pegaba nada de nada, y me dijo que le había ayudado a recordar un poco. - ¿He conseguido que te acuerdes de algo? Entonces me siento realizada. - le contesté con una sonrisa pícara. Parecía algo sorprendido porque hubiera decidido, de repente, seguir con el juego que aparentemente había decidido dejar de lado, pero ¿qué se le iba a hacer? Una tenía sus hormonas y cuando alguien la tienta de estos modos no deja de esforzarse hasta que acaba cayendo en la tentación, que era precisamente lo que estaba más que dispuesta a hacer con Syn.
Acercó su mano a mi nuca y me acercó de nuevo a él, besándome con más pasión de la que yo había impreso en mi contacto anterior. Y si ya encima me besaba así ¿cómo podía negarme, por mucho que supiera que después me iba a arrepentir? En cuanto nos separamos le dediqué una sonrisa torcida y me acabé la bebida, dejando la botella en la mesa.
- Creo que me está apeteciendo un poco irme al baño. - le dije, levantándome de la silla y yendo directa hacia allí, metiéndome con apariencia tranquila nada más llegar y fingiendo ante el camarero que sólo quería lavarme las manos.

La mire con una pequeña sonrisa al separarnos, y note como ella me respondía a esa sonrisa, entonces se levanto y fue directamente al servició. Me levante justo después de ella y me encamine hasta el servicio. Vaya dilema... ¿En cual se había metido ahora esta chica?
Entre en uno de ambos, y allí la vi, esperándome en el lavabo. Sonreí y entre en una de las cabinas del baño, sentándome en la taza del servició esperando a que ella misma, por su pie, viniese a donde yo estaba.

Entró apenas unos segundos más tarde que yo, y me divirtió que se diera tanta prisa, aunque estaba segura que si alguien en el bar se había fijado en nosotros probablemente se habrían imaginado lo que estábamos a punto de hacer, y era más que probable que entrara alguien para intentar disuadirnos. Lo bueno de estar a punto de liarse con el anticristo, sin embargo, es que ciertas cosas te acaban importando más bien poco, y mucho menos lo que algún simple parroquiano de un bar de pueblo tuviera que decirnos.
Le dediqué una mirada curiosa cuando entró a uno de los cubículos y se sentó sobre la taza, esperando a que yo llegara. No iba a hacerme de rogar, eso desde luego, así que me dirigí hacia donde él estaba y me metí con él, cerrando la puerta a mi espalda. Dejé el bolso en el suelo y me acerqué a él, sentándome a horcajadas encima suyo y dejando nuestros rostros muy cerca. - Creo que a la que se le acaba de olvidar todo es a mí. ¿Me harías el favor de recordármelo? - inquirí con falso tono inocente que contrastaba con la expresión pícara de mi rostro.

Reí al escucharla y asentí con la cabeza.

- Tranquila, te lo recordare todo bien.

Dije, colocando mis manos en su culo cuando se sentó sobre mi, pegando su cuerpo al mio mientras al mismo tiempo unía mi boca a la suya, metiendo mi lengua dentro de su boca, jugando con la suya.
Lleve mis manos por dentro de su pantalón, acariciando su culo, mientras poco a poco retiraba su ropa.

No me dio tiempo a responderle nada, pues me calló dándome un beso tremedamente apasionado, con lengua incluida. No, esto no podía ser. ¿De verdad seguía extrañándome a mí misma que cayera en la tentación con semejante facilidad si me besaban así? No, claro que no. La carne es débil, como se suele decir, y en mi caso aparentemente mucho más que en el de la mayoría. Me puso las manos en el culo y aprovechó para acercarme aún más a él, metiendo las manos dentro de mi pantalón para poder acariciarme mejor. Me iba quitando la ropa lentamente, y pronto me vi sin pantalones encima de él mientras no dejaba de besarle con toda la pasión que sentía en aquel momento, que era bastante, considerando las circunstancias.
Me separé de él para tomar aire y aproveché para quitarle la camiseta y lanzarla por ahí, sin fijarme demasiado en dónde caía. Me quedé unos momentos admirando su torso, también tatuado como sus brazos y bastante apetecible. Esbocé una sonrisa maliciosa, pues en el momento en que le había visto sin camiseta me entraron unas ganas increíbles de recorrerle el pecho a besos, y eso fue precisamente lo que hice, acariciando cada milímetro con mis labios.

La mire con lujuria cuando se separo de mi y me quito la camisa. Deje que hiciese lo que le apeteciera, y sonreí mientras que ella acariciaba mi pecho y empezaba a besarlo.

Lleve mis manos hasta su cabeza, tomando su cabello con una mano. La otra fue hasta su camisa, empezando a quitársela a tirones.

- ¿Por que no besas algo mas... Apetecible?

Con una mano me cogió de la cabeza, más concretamente del pelo, y con la otra fue quitando mi camiseta, empezando a quitármela a tirones. Ante eso sólo pude sonreír, porque la verdad era que me empezaba a sobrar bastante ropa en ese momento, y él parecía haberme leído los pensamientos. Me separé de su pecho y le ayudé, arrancándomela de un tirón y mandándola de nuevo por ahí. Pero claro, no era justo que ahora yo estuviera en ropa interior y a él sólo le faltara la camiseta. Sus palabras me lo corroboraron, además. Sí, sin duda me apetecía mucho más besar algo más apetecible.
- A tus órdenes. - le dije, asintiendo. Primero subí hasta sus labios, porque me apetecía volver a besarle, y después bajé por su pecho sólo que esta vez no me detuve tanto tiempo como antes. Al llegar hasta la cintura de su pantalón me mordí el labio de abajo y le miré con picardía. Si quería que besara algo más apetecible lo iba a hacer. Se lo desabroché y lo bajé, llevándome también sus boxers por delante.

Spoiler:

//Ahi ahi, no caí en que puse cama xDDDD//

Spoiler:

Spoiler:

Una vez vestida le dirigí una mirada, divertida. Me gustaba esta nueva cara del Anticristo. - Cuando quieras volverme a hacer descubrir cosas nuevas cuenta conmigo. - dije, guiñándole un ojo.

Al final llegue hasta mi climax, al igual que ella, ahogue un largo y insinuante gemido en su boca, moviendo mi lengua con la suya. Sonreí cuando nos separamos y bese su cuello y su pecho. Salí de su interior y sonreí.

- Ey ey, por que tan rápido... Mira como me has dejado la parte de abajo.

Reí levemente.

- ¿Puedes hacer algo para solucionarlo?

Pregunte picaronamente.

Una vez vestida, no se me había pasado por delante el tema del que luego no tardó en hablarme, la pequeña situación de parte de abajo. Oh, vaya, un problema a mi larga lista. Si todos fueran así de fáciles de solucionar agradecería al karma o a quien fuera necesario su existencia, pero por el momento sólo aquel problema era el único que tenía posibilidades de ser solucionado pronto. Bueno, lo mejor sería ponerse a ello cuanto antes porque hay que recordar el dicho: no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. - Se me ocurren varias cosas que podría hacerte, aunque tal vez lo mejor sea probarlas a ver qué te parecen. - comenté en respuesta a su anterior proposición indecente, que estaba bastante dispuesta a seguir. Me acerqué a él, aprovechando que aún estaba desnudo, y me agaché frente a él, suspirando, aparentemente resignada. Lo que tenía que hacer una para dejar contento al Anticristo, de verdad.

Spoiler:

Una vez en el lavabo, con el agua corriendo y Synyster detrás de mí, vistiéndose, me permití esbozar una sonrisa satisfecha. - ¿Algo más que pueda hacer por tí?