Ey ey tu, a donde crees que vas?(Ariel)[+18]

Reí al escuchar su intento de provocación y negué con la cabeza. Volví a levantarla por los aires y lanzarla de nuevo por los aires hasta impactar con los trozos de chatarra que segundos antes eran un autobús de dos plantas. Me acerque a ella poco a poco, asegurándome que cada uno de sus músculos se tensase con solo una de mis miradas, para que no se moviese del sitio.

- No no... No es bueno para ti que intentes cabrearme.

Dije, y luego reí aun mas al escuchar lo ultimo, volví a negar con la cabeza.

- ¿De verdad crees que caería en una trampa tan antigua rubia?

Pregunte, luego la deje libre y me dí la vuelta.

- Hoy estoy generoso... como dije estoy de buenas... Vete antes de que cambie de opinión.

Note un dolor punzante en el hombro antes siquiera que pudiese reaccionar. El dolor era demencial. Ahogue un gemido de dolor y gire mi rostro hacia ella. Me quite el trozo de metal del hombro, e hice que se cerrase la herida para dejar de sangrar, pero aun estaba ahí el dolor. La mire con rostro demacrado por la furia.

- ¡¡ZORRA!!¡¡¡¿¿CREES QUE TE DEJARE QUE TE VAYAS AHORA??!!!

Pregunte a gritos, y levante mi mano de nuevo por los aires mandándola algo lejos de mi, para que luego volviese a acercarse a mi. pensé unos intantes en como torturarla... Arrancarle uno a uno sus dedos, y luego la piel a tiras... No, demasiado sencillo... Demasiado aburrido. Quería pasarlo bien, y que ella se arrepentirse toda su vida de esto. Entonces una idea se cruzo por mi cabeza, y sonreí malevolamente.

- Esta bien rubia... Ya que me has cogido cariño... A ver cuanto cariño procesas hacia mi.

Dije, y sonreí. Deje su cuerpo de nuevo libre, pero atento a cualquier movimiento. Hice desaparecer cualquier trozo de metal por muy pequeño que fuese. La mire con una pequeña sonrisa.

- Ven, y dame un buen beso rubia.

La obligue con mis poderes a hacerlo.

//Muajajajaja//

pude observar de buen agrado como la chica daba medía vuelta y se acercaba a mi para finalmente darme el beso que le había ordenado escasos segundos antes. Sonreí al separarme de ella. Volví a presionar su cuerpo con mis poderes, haciendo que cada molécula de su cuerpo quedase aprisionada contra la otra. La mire aun con rabia.

- ¿Te a molestado cierto? Puedo hacer muchas cosas aun peores rubia... No debiste jugar con fuego, y aceptar mi propuesta cuando te lo dije...

Sonreí con suficiencia, y me senté de nuevo en el sillón de masajes. La mire clavando mi mirada en la suya.

- Dame un masaje a los pies rubia.

Volví a ordenarle con mis poderes.

Sonreí ampliamente al ver que ella iba directamente hacia mis pies, apunto de quitarme los zapatos hice que se detuviese y la deje libre, sin hacer mas presión sobre su cuerpo. Cerré un poco los ojos, remediando en lo que estaba haciendo. Si de verdad quería dejar de ser el malo de siempre tendría que empezar por cambiar esta actitud... No podía ir por ahí obligando a la gente a que hiciese cosas que no le gustasen, por muy divertido que fuese no estaba bien, simplemente no lo estaba.

Hice aparecer un sillón de masajes al lado del mio, pase mi mano por su cabeza, acariciando su cabello y haciendo que todo dolor físico desapareciese. Luego cerré los ojos e hice desaparecer los trozos de bus que aun estaban en el suelo.

- ¿Mejor así?

Pregunte aun con los ojos cerrados, suspirando de nuevo.

- No te acostumbres... Te dije que estaba de buenas... Y me caes bien... Te e echo muchas cosas y no te has echado atrás, no has tenido miedo.

Abrí lentamente los ojos mirándola fijamente.

- Bueno vale, y me a gustado tu beso, por eso te e perdonado la vida.

Reí y la mire por ultima vez antes de volver a cerrar los ojos. Pensé unos instantes antes de volver a abrir mi boca para hablar con ella. Poco a poco notaba como el dolor de mi hombro iba desapareciendo, pero aun estaba ahí, constante.

- Te dije que era medió humano... Pues puedes decir que has tenido suerte de toparte hoy con ella.

Escuche lo que dijo, negué con la cabeza con una pequeña sonrisa en mi rostro, restandole importancia a lo del beso. No había estado del todo mal, pero no me haría mojar los calzones con eso. Apoye aun mas mi espalda en el sillón. Escuche lo que dijo, y abrí lentamente el ojo que quedaba mas cerca de ella, mirandola con un poco de mala cara. Después de un tiempo di un largo suspiro y tome aire. Me gire hacía ella.

- Te e dicho que te sientes afortunada, eres a la única humana a quien le e perdonado la vida por ahora.

Dije, gire de nuevo mi rostro. Ella siguió hablando y coloco la mano sobre el mismo hombro que minutos atrás había perforado con un trozo de metal puntiagudo. Me aparte a causa del dolor que me notaba cuando ella me toco, y escuche su pregunta.

- Eso es por algo que sucedió... Que me caigas bien y me gusten tus besos no es escusa para que te cuente mi vida.

La escuche hablar, como no... Parecía una ametralladora, tanto hablar... ¿No podía callarse y relajarse en el sillón como cualquiera hubiera echo? No, ella tenía que bombardearme a preguntas y demas. Suspire y decidí no prestarle atención a lo primero, luego escuche su nombre, y sonreí traviesamente.

- Prefiero llamarte rubia, suena mas sexy.

Dije con una pequeña sonrisa, luego la vi alejarse por la carretera.

- ¿A donde vas?

Pregunte observando su culo, bien formado a decir verdad. Luego desvié mi mirada.

"¡¡¡¡¡¡¡EEEEEEEEEEEHHHHHHHHHHh!!!!!!!!!!!¡¡¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿¿QUE HACES SYN?????!!!!!!!!"

Negué con la cabeza, de uno un suspiro cargado de pereza salio de mi boca. Abrí de nuevo mis ojos y la mire.

- Vale esta bien, vuelve, pregunta y te responderé a lo que sea, pero no me dejes solo, que entonces me aburro yo... Y tendré que entretenerme de algún modo... O te busco y te obligo de nuevo a que me beses.

Reí.

- O mejor, te beso yo.

- No e dicho lo mas amable, e dicho que te responderé, y lo are... ¿ Desconfías de mi palabra acaso?

Pregunte mirándola entre mal y en broma. Sonreí levemente y asentí con la cabeza ante su... Intento de suplica.

- Si, te responderé a lo que pueda hacerlo.

Espere su primera pregunta.

La mire con una pequeña sonrisa, negando con la cabeza. La mire alzando un poco la cabeza observando que se había sentado en mi mismo sofá, a mi lado.

- Me llamo Synyster.

Dije simplemente. Luego alce una ceja al escucharla. Negué de nuevo con la cabeza y la mire fijamente.

- Yo no te ataque, te di lo que querías.

Respondí simplemente, luego escuche lo que dijo del mordisco, y me estremecí al recordarlo. Sonreí levemente y me gire hacia ella.

- ¿Te gusto morderme?

La mire alzando una ceja con mala cara.

- Te crees que soy tonto rubia?

Dije con una poco de mala cara.

- Puedes sentarte, y de mi boca no va a salir nada a no ser que sea con embudo.

Dije, luego reí.

Negué con la cabeza a lo que dijo y deje que un suspiro saliese de mi garganta. Gire despacio mi rostro hacia ella frunciendo un poco mi ceño. La mire mal.

- ¿Estas llamándome feo educadamente?

Pregunte.

- Soporto que me llames feo, ¿pero educadamente? A ti te voy a terminar por dar una paliza, pero una paliza de verdad.

Dije, luego reí. Escuche su pregunta, y simplemente asentí con la cabeza. Si, solía ir solo. Los compañeros solamente sabían molestar, estorbar y meterse por medio. A demás me gustaba hacer las cosas a mi manera, no a la de otros.

- Si, siempre o casi siempre voy solo.

Alce una ceja al escucharla.

- Ve al grano, no tengo todo el día.

Reí un poco.