Acechada en la oscuridad(Odette y Jake)

La noche estaba siendo horrible, no podía descansar nada con tanta pesadilla. En sueños, se me habían aparecido mis padres para morir de nuevo ante mis ojos, asesinados por aquellos seres extraños salidos de algún lugar del infierno. Los gritos de auxilio de mi hermana, Christine cubierta de sangre y chillándome que corriese. Andreas con la mirada vidriada...
Y entre todo aquel caos, Jeremy salía de la nada para agarrarme por los hombros y empujarme fuera de la casa. De pronto ya no estábamos en Ancorage, si no en pleno cementerio mientras un demonio de ojos blancos nos perseguía. Y yo me soltaba de su mano y caía a través de una espesa niebla mientras una carcajada siniestra resonaba por todas partes a mi alrededor.
No podía seguir en casa por más tiempo, así que cogí mi bolso y me largué a correr al bosque. Eso solía ayudarme a despejar la mente de malos pensamientos.
Pero por algún motivo esa vez era distinta.
Corrí durante varios metros sin mirar atrás, pero sintiendo que esa noche había algo extraño, algo siniestro que casi se respiraba en el aire.
Dudé si detenerme y regresar a casa, pero mi pie se enganchó en una raíz y caí de bruces al suelo.
-Malditas sean las raíces -mascullé, de mala gana.

El bosque habia resultado ser una buena opcion,asi que,¿por que no probar de nuevo?Quizas me encontrara con algo interesante.Me recreaba mirando a mi alrededor,sin prisa pero tampoco entreteniendome demasiado.

Esto cambio,y entonces senti una punzada de urgencia,cuando escuche,senti y oli algo de repente.

Todo comenzo con un pequeño grito, del que enseguida reconoci su procedencia,sonrei y acelere en mis pasos,llegando hasta el origen de todo.
Mi padre tenia razon y los demas demonios cercanos a nuestra esfera tambien,era ella,la hermana que quedo viva,y que por tanto tiempo habiamos buscado.Habia escuchado mucho sobre ella,y ahora la tenia ante mi.

Me acerque,estaba algo desorientada y no se percato del peligro que corria teniendome cerca.Cuando estuve a una distancia corta,puse mi pie sobre sus manos,apretando y oyendo crujir los huesos de sus manos.Finalmente me agache,poniendome de cuclillas a su altura,acariciando los mechones de su pelo,como si de una muñeca de porcelana de tratase.

-Mira lo que nos ha traido el bosque.-

No había podido contener un grito al caer, y de pronto sentí una extraña urgencia en mi interior: algo malo iba a suceder. Pero todo estaba tan oscuro a mi alrededor, y al caer al suelo me había salido del camino que antes estaba siguiendo, así que me hallaba un poco desorientada y confusa. Me palpé las piernas para comprobar los daños; el pantalón se había roto, pero al menos no tenía ninguna herida. Solo un golpe que probablemente acabase por convertirse en moratón, y ya estaba tan acostumbrada a los morados que uno más no supondría una gran diferencia.

Tonterías, Cath, me dije a mí misma. Aquí no pasa nada, solo estás nerviosa por ese estúpido sueño. Eres una cazadora: un bosque de noche no debería inquietarte lo más mínimo, me reprendí.

Apoyé las manos en el suelo, tanteando en busca de algo que me indicase dónde se hallaba el sendero, sintiendo cada vez más fuerte aquel impulso de salir corriendo.

De pronto, algo estaba junto a mí, y sentí como unos pies me aplastaban las manos haciéndome daño. Mis huesos crujieron, y supe que si apretaba tan solo un poquito más, me las partiría. Supe, por algún motivo, que se trataba de un demonio, y que no era uno de los débiles precisamente.

Maldita sea. Si me pisa las manos, no puedo coger el bolso y sacar el agua bendita.

Al menos podía intentar dibujar una trampa para demonios...pero no, no sería lo bastante grande como para atrapar a quien fuese.

Sentí cómo se agachaba a mi lado y cómo sus dedos acariciaban los mechones de cabello que componían mi flequillo, con delicadeza, casi con ternura, y me susurraba unas pocas palabras con burla.

-¿Quién eres, demonio? -murmuré, temblando de ira por dentro.- ¿Qué es lo que quieres?

La tenia bajo control,inmobilizada,pero sabia que tramaba algo.Mantuve el pie asi,presionandolo,aumetando esa presion progresivamente,sin que lo notara demasiado hasta que llegara un momento en el que esa presion saliera toda de golpe.

-En serio no sabes quien soy?Es una lastima,porque yo si que he oido hablar mucho de ti.-dije con una gran expresividad en mis palabras.Pense en lo orgulloso que se pondria EL,cuando supiera que la habia encontrado,cuando se enterara de que yo habia triunfado alli donde tantos habian fracasado.

-No pienses en hacer nada,esta claro?Saldrias peor parada si lo intentases.-añadi amenazante.La cogi del pelo,levantandola de golpe y poniendola a mi altura,mirandola a los ojos con mi sonrisa de complaciencia,esa sonrisa tipicamente humana que aparece en los momentos en los que se consigue el objetivo deseado.

La lleve cerca de un arbol,haciendo que su espalda chocara con este bruscamente.Ahora podia desquitarme con ella,la unica condicion era mantenerla viva y de torturar y mantener con vida,sabia mucho.

Le lance un puñetazo al estomago,haciendo que el aire no entrara en su cuerpo por algun tiempo,cortandole la respiracion.L deje caer viendo como se retorcia en el suelo,mirandola desde arriba con la misma expresion que antes.

Aquel demonio era muy fuerte, más que a los que normalmente me enfrentaba, me di cuenta mientras aplastaba mis manos apretando con tanta suavidad que apenas era consciente de ello. Probablemente estaban a punto de romperse, pero en ese momento sus palabras me distrajeron.

-¿Tú me conoces? -inquirí, asombrada, tratando de que mi voz no dejase traslucir mi dolor para nada.

No quería sufrir la humillación de mostrarme débil ante un demonio, ni hablar. Antes prefería morir.

Sentí un dolor aún más fuerte cuando me alzó por los cabellos hasta la altura de su rostro, permitiéndome ver de cerca su sonrisa de petulancia. Antes de que tuviese tiempo de hacer o decir nada, ya me había estampado de espaldas contra un árbol.

-Bueno, creo que eso lo tendré que decidir yo -mascullé, reprimiendo una mueca.

Los golpes llovieron sobre mi cuerpo, privándome del aire por unos instantes. Luego me soltó y me dejó caer mientras me contemplaba desde arriba.

-¿Es eso lo mejor que sabes hacer? -bufé, apenas recobré el habla.- Me esperaba algo más.

La cazadora,tenia su caracter y parecia que no se iba a dejar intimidar por mi.Error.Me rei mirandola,mientras mi mente intentaba retener la cantidad de pensamientos que de agolpaban en ella.

-Lamentaras haber dicho eso...la verdad,es que me apetecia ser buena,pero parece que te va la marcha,pequeña.-empece a rodearla con mis pasos,como un leon que intimida a su presa moribunda,genial.

Al final me decidi por agacharme junto a ella y apretar sus manos,las que ya de por si,estaban doloridas,agarrando,ambos brazos con uno de los mios,y dedicandome a intercalar arañazos en su bonita cara,con apretones en su cuello...la cosa era hacer que necesitara el aire en sus pulmones y qe no tuviera acceso a el.

Me levante de alli,arrastrandola del pelo,llevandola a un claro en el que no habia nada.

-Veras,...Catherina,hay mucha gente buscandote...y yo,te he encontrado,mientras tanto,disfrutare de tu esplendida compañia.-dije resaltando las palabras que salian de mi boca.Junte mis manos con un sonido sonoro.-Seguimos.-Saque un cuchillo que me servia para divertirmey empece a clavarlo en sus piernas,sin seguir ningun orden,solo hundiendolo para escuchar esos maravillosos gritos de dolor que me trasladaban mas cerca de mi padre.

Respiré como pude y compuse una sonrisa de medio lado. Le había dado en el orgullo, o al menos así lo parecía, aunque preveía que mis palabras me iban a acarrear un buen rato de dolor. Si ya lo decía Jeremy, a mí lo que me perdía era mi enorme bocaza para con los demonios...

-¿Un demonio siendo bueno? Permite que lo dude -repuse, desdeñosa.

Mientras sentía cómo caminaba a mi alrededor, en mi mente bullían frenéticamente las ideas. Necesitaba un plan, una forma de escapar de aquella torturadora, pero todas mis ideas pasaban por alcanzar mi bolso de uno u otro modo.

-¿Es que tienes complejo de buitre o qué te pasa? -mascullé, sin encontrar una solución para mis problemas aún.

De pronto se agachó junto a mí, apretando mis manos juntas e imposibilitándome por
completo cualquier movimiento. Comenzó a arañarme el rostro y a estrangularme alternativamente, y yo solamente logré proferir débiles jadeos. Después me arrastró por los cabellos hasta un claro cercano y comenzó a clavarme un cuchillo en las piernas de forma superficial pero muy dolorosa, mientras hacía unas extrañas declaraciones.

-¿Quién me busca? -logré decir, entre gemidos de dolor.

Maldita sea, tenía que salir de allí cuanto antes...

Reia por sus comentarios,intentaba hacerse la digna disimulando el dolor que sentia su cuerpo.De repente vi como su mirada se dirigia a otra direccion,como si estuviera buscando algo.Lo vi,era un bolso,bastante "pijo"para ser de una cazadora,pero sabia que dentro no tendria precisamente maquillaje y llaveros de colores.

M eacerque a el,cogiendo su asa con un dedo,como si me diera asco.

-¿Esto es tuyo,Cath?.-rei.Empece a balancearlo,mientras sus ojos seguian la parabola que se estaba dibujando en el aire.

-Veras.-puse mi mano sujetando el menton.Con cara de interesante,empece a hablar,contandole superficialmente lo que ella ya sabia.

-Pequeña.Hay mucha gente tras de ti,conozco toda tu vida y la recompensa por tu cuerpecito es enorme.-termine diciendo mientras la levantaba.

-Por eso vas a venir conmigo,como una niña buena.-empece a acariciar su cabello con una mirada dulce,que imitaba a la perfeccion la mirada de una persona amable y bondadosa.

Mis comentarios acarrearon una risita por parte del demonio. ¡Maldita sea, yo no era un cómico para entretener a los demonios!

Durante todas sus torturas mis ojos rastrearon el suelo en busca de mi bolso, que no podía haber caído demasiado lejos de mí cuando tropecé. Al parecer, mi búsqueda no era del todo sutil, ya que el demonio pareció advertirlo y se agachó para recoger mi bolsito. A decir verdad, no era algo muy propio de un cazador, demasiado femenino y poco práctico para las cazas, pero era un regalo que mi tía me había hecho cuando me mudé con ellos, y le tenía mucho cariño ya que me había acompañado a lo largo de toda mi experiencia como cazadora.

Lo sostuvo, burlona, frente a mis ojos, mientras lo balanceaba lentamente bajo mi atenta mirada. No contesté, apretando los labios. Maldición, lo necesitaba desesperadamente, pero no iba a poder cogerlo si la cosa seguía así...

-Cállate, zorra -espeté.

Puso cara de interesante y me sostuvo por el mentón mientras me comentaba despreocupadamente que mi cuerpo tenía precio. ¿Mi cuerpo? ¿Conocía toda mi vida y había mucha gente interesada en mi cuerpo?

Antes de que pudiese reaccionar, me levantó sin ningún esfuerzo. Mis dañadas piernas apenas podían sostenerme, pero apreté los dientes y solté un manotazo cuando me comenzó a acariciar los cabellos con una falsa ternura y cariño.

-¡No me toques! -exclamé, con voz baja y cargada de ira.- Antes muerta que acompañarte -agregué, con los ojos encendidos de rabia.

Mi mente no dejaba de pensar en Shady, ¿estaría bien? Hacía apenas unos minutos que nos habíamos separado de forma brusca. Ella insistía en que no quería permanecer en su casa encerrada y me prometió que estaría bien y que ningún demonio podría pararle los pies, parecía muy segura de sí misma, pero realmente no sabía a lo que se enfrentaba. Así que, me armé de valor y salí en busca de ese maldito demonio para acabar de una vez por todas con este sufrimiento antes de que la encontrara a ella. Estaba dispuesto a destruir a Nicole si ello hacía que Shady sobreviviera a esto, se lo prometí, prometí que cuidaría de su hermana y eso iba a hacer.

Al final las cosas no habían salido como habíamos acordado con Sam y eso me preocupaba bastante, sabiendo que él estaba tan entusiasmado en ayudarnos y en salvar a Nicole. ¿A caso ya no me importaba la vida de Nicole? ¿Qué demonios me estaba pasando por la cabeza? ¿Es que estaba dispuesto a aceptar su muerte sin más?

Me adentré en el bosque en busca de ese maldito demonio, con un poco de suerte mi fragancia la traería hasta mí y la despistaría de cualquier otra víctima. Tenía una petaca en el cinturón con agua bendita y todos los materiales que necesitaba para enfrentarme a un demonio. Mi 9mm reposaba en el bolsillo de mi chaqueta provista con balas de sal de roca, y en el tobillo guardaba el cuchillo, bañado en sal y agua bendita. Eso me daría tiempo suficiente para realizar el exorcismo o preparar una trampa para demonios.

Entonces escuché los quejidos de una mujer y eso hizo que me detuviera en seco. Me hice a un lado para esconderme detrás de un árbol y agucé el oído para descubrir de donde provenían los gritos. Cuando localicé la señal anduve en esa dirección a hurtadillas hasta agazaparme junto a unos helechos que me ocultaban por completo.

Casi no pude creer lo que mis ojos veían una mujer parecía estar torturando a una pobre chica, tenía que hacer algo para evitar que acabara con ella. La mujer tenía pequeñas desgarraduras en las piernas y su rostro estaba arañado. Su cuerpo parecía cansado pero a pesar de ello su expresión no denotaba rendimiento alguno. Me centré en la torturadora y descubrí que su esencia no era tan diferente a la de Lestat. Era un demonio, estaba totalmente seguro de ello. Entonces pensé en las posibilidades que tenía de conseguir las respuestas que buscaba, probablemente, encontrarme con otro demonio fuera lo mejor que podría ocurrirme esta noche. Una pregunta me reconcomía por dentro, ¿sería este demonio capaz de hacerme daño?

Tenía que pensar con rapidez, cualquier movimiento en falso podría provocar que el demonio acabara con la joven en un movimiento seco. Agarré la petaca y me aseguré de dejarla bien abierta para verter el contenido sobre su cara, eso tal vez le hiciera retroceder y dejara en libertad a la chica para que escapara.

Mientras planeaba mis movimientos, veía como el demonio se acercaba a recoger el bolso de la joven, por sus movimientos juraría que se estaba divirtiendo bastante. Eso me enfureció aún más, todos los demonios eran exactamente iguales.

Finalmente decido actuar y avanzo hasta el claro con rapidez, por desgracia, el demonio ya se había percatado de mi presencia. Fijó sus ojos en mí y sonrió con picardía.

-¿Por qué no te enfrentas a alguien de tu nivel?-la reté.

El demonio proyectó una descarga de energía hacia mí e hizo que me golpeara de espaldas contra un árbol. Justo cuando estaba a punto de perder la conciencia, retiró su ataque y caí al suelo, tosiendo y boqueando.

La chica se quedó absorta en la pelea y sus piernas no le permitían huir como hubiera querido, en un intento de zafarse del demonio se ve otra vez atrapada entre sus garras. Yo aproveché la distracción para acercarme por su espalda y verter el agua bendita en su cuello. El demonio gritó jadeando y soltó a la chica para poner toda su atención en mí, aproveché su desconcierto para sacar mi pistola y apuntarle a la cabeza con ella. No disparé, pues dudé por un instante y eso fue lo peor que hice. El demonio me empujó con sus manos y caí al suelo estrepitosamente. Se acercó a mí y me agarró de la camisa para levantarme del suelo, luego comenzó a golpearme en la cara con el puño cerrado. Un pequeño hilo de sangre descendió de la comisura de mis labios y yo maldecí por ello.

-¡No puedes matarme!-reí amenazadoramente.

El demonio parecía ya estar al tanto de esa noticia, puesto que si no hubiera sido por ello yo ya estaría más que muerto. Se limitaba a golpearme como si le hubiera chafado la fiesta que tenía planeada con la chica, parecía un demonio bastante irritado.

Estaba entretenida con la impertinente de la cazadora cuando note un olor en el ambiente,y mas adelante algo que se movia.Eleve la vista con una sonrisa en mis labios.

-Tenemos compañia.-dije mirando a la chica.Poco a poco el se iba acercando y al final escuche sus palabras.Salio y se dejo ver.

Parecia que iba al grano,no se iba a andar con prologos,ni nada por el estilo...Odiaba que la gente no supiera divertirse.Suspire y la pelea empezo con uno de mis golpes cuando el iba a disparar...encima de todo iba con ventaja!y nola sabia aprovechar.Acabo en el suelo,debajo de mi y de mis puños,que golpeaban su cara rapidamente y sin pausas,haciendolo sangrar.

Para cuando escuche esas palabras llenas de prepontencia y arquee una ceja,incredula.Parecia que tantos golpes le habian trastocado esa pequeña y primitiva mente.

-Oh!lo siento,se ve que me he pasado con los golpes.-dije volviendo a la carga.Senti unos pasos tras de mi,era la chica.Me gire rapidamente y levantandome, evite su golpe.

-No vuelvas a intentarlo.-dije apretando su puño.

Oh!no...me habia concentrado demasiado en ella y ahora el cazador estaba libre.

Me abalancé sobre la espalda del demonio y bloqueé sus brazos con una sencilla llave pero esto solo me hizo ganar unos pequeños segundos inútiles, pues enseguida el demonio volvió a lanzarme contra el suelo. Antes de que pudiera reincorporarme puso su pie sobre mi pecho para aprisionarme. Posé las manos sobre su pierna y la giré con todas mis fuerzas para hacer que perdiera el equilibrio y callera a mi lado. Aproveché la desventaja para ponerme sobre su cuerpo, con una mano sujeté las suyas contra la tierra y con la otra tanteé en mi tobillo en busca del cuchillo. Cuando ella estaba a punto de zafarse de mi mano clavé el cuchillo en su pecho haciendo que pusiera el grito en el cielo. Eso debió de dolerle mucho pues se movió descontroladamente e hizo que yo cayera a un lado. Me aparté rápidamente para que no volviera a agarrarme pero no sirvió de mucho pues volvió a hacer uso de sus poderes y esta vez me aprisionó contra la corteza del árbol. Una fuerza invisible me aprisionaba el cuello con fuerza, no podía mover ni un músculo, estaba atrapado. Había enfurecido realmente a aquel demonio. Entonces me percaté de un detalle importante, la chica que parecía yacer en el suelo, había pasado desapercibida ante nuestras miradas, y parecía que no se iba a dar por vencida tan fácilmente.

Tras aquel manotazo, ambas notamos que algo había cambiado en el bosque; según lo que dijo aquel demonio, había alguien más allí, con nosotras, y pronto hizo su aparición. Se abalanzó sobre mi torturadora y se enzarzó en una pelea cuerpo a cuerpo con ella. Mi sorpresa inicial encontró su respuesta pronto: era un cazador y sabía lo que era ella, ya que había empleado agua bendita.

Ambos se enzarzaron a golpes, pero yo no podía escapar en aquel estado, y menos aún dejando a aquel chico que me había rescatado y que ahora parecía tener dificultades. Y, además, necesitaba respuestas urgentemente.

Así pues, decidí poner en marcha el plan que había trazado durante los momentos de tortura. Aparentemente, yacía en el suelo desmadejada e inconsciente, pero cuando dejaron de mirarme comencé a moverme con lentitud. Ahora que al fin tenía las manos libres busqué mi bolso por el suelo y, con sigilo, comencé a trazar una trampa para demonios. Una vez trazada, el primer problema que se me presentaba era cómo atraerla a su interior, y más aún, como sacar al chico una vez ella estuviese dentro, ya que no le iba a dejar por las buenas. Me volví a echar en el suelo, pensando cómo arreglar aquello.

Al parecer, alejar al chico no iba a ser problema, pues ella misma lo arrojó contra un árbol con su poder y vi por sus gestos que se estaba ahogando. Entonces vi que ella estaba a tan solo un paso de la trampa y que aún no la había visto, así que saqué del bolso uno de los botellines de cristal de agua bendita.

-¡Eh, zorra! -llamé, para que me mirase, apretando el recipiente en la mano.

Y se lo tiré encima en cuanto se giró, con la fuerza suficiente para que se rompiese y le estallase en el rostro. Perdió el equilibrio momentáneamente y retrocedió un par de pasos, entrando justo donde yo quería.

Me levanté del suelo como pude, tambaleándome un poco por las heridas y el dolor, y me acerqué a el chico.

Me quemaba el trozo en el que el cazador me habia echado el agua vendita,lo notaba arder y con aquello tan solo habia conseguido enfurecerme.Ahora,usando mis poderes estaba apretando su cuerpo,su pecho,imposibilitando asi la llegada de aire a sus pulmones.

Estaba metida en aquello,concentrada en hacerle pasar un mal rato,cuando de repente escuche la voz de la chica,llamandome zorra.Me gire hacia ella,recibiendo mas agua bendita...En ese momento,lo primero que vino a mi mente,fue ahogarla en su propia agua bendita,esa que tanto amaban los cazadores...aunque acabara quemada viva.

Entre la confusion y el dolor,acabe dentro de una de las tipicas trampas que los cazadores usaban en nuestra contra.Atrapada por ellos...pero habia que reconocer que jugaban con ventaja.

Cuando deje de sentir aquel dolor,aquella quemazon que inundaba mi cuerpo,estudie friamente la situacion,ahora me tenian en sus manos...habria que esperar a ver que iban a hacer conmigo.Una cosa estaba clara,no iba a colaborar con ellos.

La chica, a pasar de estar tan débil, consiguió atrapar al demonio con una ingeniosa trampa dibujada en el suelo. Yo me incliné hacia delante cuando sentí que la fuerza que me aprisionaba había desaparecido, y al fin, pude dar una bocanada de aire reactivando mis pulmones. Cuando recobré la compostura, levanté la mirada y sonreí con picardía al ver al demonio atrapado.

Entonces, la chica herida se acercó a mí para asegurarse de que estaba bien pero yo tan solo tenía algunos rasguños comparado con ella. Así que, la sujeté con mi mano por la cintura e hice que pasara su mano por mi hombro para poder mantenerla en pie, pues parecía que sus piernas se le aflojarían de un momento a otro. La ayudé a acomodarse en el suelo para que descansara y analicé sus heridas con detenimiento. Sus manos y sus piernas comenzaban a amoratarse y sus heridas ya habían dejado de sangrar, con un poco de suerte, solo le quedarían cicatrices.

-Toma-dije levantando su barbilla para que bebiera un poco de agua de mi petaca.

Sin ignorar al demonio, me giré y me dirigí a él para lanzarle algo más de agua bendita. Me encantaba escuchar los quejidos de los demonios.

-¿Cómo te haces llamar demonio?-le pregunté.

La trampa había funcionado mejor de lo que esperaba, por lo que no pude evitar esbozar una sonrisa al ver cómo el chico caía al suelo, libre de la influencia del demonio, y se recomponía. Me acerqué a él como pude, y al parecer lo hice a tiempo pues, apenas él me hubo pasado un brazo por la cadera, mis piernas perdieron todas sus fuerzas.

A pesar de que las puñaladas solo eran superficiales, eran una gran cantidad y repartidas por todas mis piernas. Eso, sumado con los arañazos del rostro, los puñetazos en el estómago, y la fatiga producida por la repetida falta de aire, me dejaba en un estado bastante lamentable, así que dejé que mi salvador me acomodase con cuidado en el suelo y le echase un vistazo a mis heridas, aunque mientras lo hacía lancé nerviosas miradas alternativas al demonio y a él.

-¿Estás bien tú? -inquirí, con voz algo tomada.- Me has salvado -agregué. Le miré fijamente a los ojos, a sabiendas de que no muchos cazadores hubiesen hecho una cosa así.- Gracias.

Entonces tomó mi barbilla para ayudarme a beber agua de su petaca, y descubrí lo sedienta que estaba. Bebí un par de tragos con cuidado pues, aunque sabía que no me había dañado ningún órgano vital, me dolía considerablemente la garganta ante cualquier cosa. Las manos del demonio, aunque ya se habían retirado, habían dejado una marca rojiza sobre mi piel, y aún parecían apretármela de vez en cuando.

Volví la mirada hacia nuestra prisionera cuando él le arrojó más agua bendita encima, y aguardé su respuesta.

Estaba viendo la escena...Demasiado pastelosa para mi gusto.Cazador salva a chica en apuros a manos de un demonio que se lo esta pasando genial...Demasiado visto.

Estaba atrapada en la trampa.Escuche la pregunta del cazador.

-Jajaja,¿en serio piensas que soy tan tonta como para habalr y contaros todo lo que me pidais?.-dije sarcasticamente,bufandome de ellos.Me cruce de brazos y me dedique a pasear por el reducido espacio que me habian dejado.

-Bien...vamos a estar asi toda la noche?.-dije tras ver como pasaban los miutos y se olvidaban de mi.
La respuesta que obtuve fue un poco mas de agua bendita,grite,chille y me enfade aun mas...Si sabian rezar,y aun creian en ese al que llamaban Dios,...mas les valia hacerlo para que no saliera de alli

Me giré para comprobar el estado de la joven-¿Quién salvó a quién?-le dije sonriendo. Luego volví a mirar al demonio desafiante y reí ante su comentario.

-Conozco un demonio, que quizá sea amiga tuya-comenté-, se hace llamar Lestat y parece estar dispuesta a hacerme la vida imposible, ¿Sabes por qué?

El demonio volvió a negarse con improperios, parecía que no nos tenía miedo. ¿Pensaba que sus amigos vendrían a buscarla? Pues mejor, cuanta más gente se una a la fiesta, más diversión.

-¿Por qué estabas molestando a esta chica?-lo intenté otra vez. Aún tenía la esperanza de sonsacarle alguna información. No iba a dejar que este demonio se saliera con la suya después del estado en el que nos había dejado. Así que ante su silencio, comencé a recitar:



El demonio comenzó a agitarse y a cabrearse verdaderamente, así que paré a la espera de que al fin contestara a mis preguntas.

-Hagamos un trato demonio-le dije desafiante-, ya que os gustan tanto los tratos. Si contestas a todas mis preguntas, no te enviaré al infierno, ¿Qué te parece?

Me aseguré de que la cazadora seguía detrás de mí consciente, ya que tampoco podía fiarme de ella del todo después de lo que me había pasado con Shady.

Le devolví la sonrisa, sitiéndome algo mejor que antes. Al menos ya no sangraba, y ya no tenía sed. La aparición de los moratones, por otro lado, era inevitable despues de la paliza que me había propinado el demonio cautivo, y no era tan grave como en alguna que otra ocasión anterior.

-En paces, entonces -dije.- Me llamo Catherina Summers, Cath -me presenté.

Le tendí la mano, cosa rara en mí, ya que odiaba el contacto físico. Pero esta vez era diferente: acababa de salvar mi vida, o al menos nos la habíamos salvado mutuamente, y eso cambiaba un poco mi concepción de la situación, de la persona que me había rescatado; como mínimo merecía un saludo como es debido. Aunque probablemente a otra persona que conociese despues seguiría negándole la mano.

Él comenzó el interrogatorio, pero solo obteníamos improperios como respuestas. Lancé una mirada al cazador al oír que un demonio andaba tras sus pasos; ya éramos dos.

El cazador me lanzaba constantes miradas, seguramente para comprobar que seguía consciente y no me pasaba nada raro, pero yo seguía callada hasta que por fin estallé:

-¿Quién me busca, maldita? -espeté, con la voz aún algo tomada.- ¿Por qué?

La situacion era comica,un cazador haciendo un trato conmigo.Me rei abiertamente durante un buen rato,mientras aplaudia con mis manos de una forma bastante sonora.

Lestat...ese nombre...no podia ser,demasiadas coincidencias.

-Vaya es mi dia,bueno,mi noche de suerte.-los mire a ambos que no parecian entender lo que estaba diciendo.Tras esto,guarde silencio,hasta que el cazzador empezo a recitar aquellas palabras en latin que tando daño fisico me hacian.Notaba como si me explusaran de mi cuerpo,un dolor,algo que me rasgaba.Grite,chille y maldije.

Al final el ceso en su tortura hacia mi.

-Si,conozco a Lestat.-me rei.-Ah,no...la he confundido con su hermana carnal...jajaja,si,a ella la conozco muy bien,si no,..preguntale.-dije provocandole.Mire a la chica.

-Y a ti...a ti te busca medio infierno,querida.-

La chica se presentó y me giré para estrecharle la mano, después de su presentación no me parecía nada oportuno darle la espalda, así que le dije mi nombre y me hice a un lado.

-Soy Jake Tayler.

Entonces volví a concentrarme en el demonio que parecía que ya empezaba a irse de la lengua. Sus palabras me dejaron boquiabierto. ¿Había escuchado bien? ¿Había dicho hermana carnal? ¿Se referiría a Shady? Tragué saliva para quitarme el nudo que se me había formado en el estómago, al recordar que Shady estaba sola por el pueblo sin ningún cazador que la protegiera. ¿Era eso realmente lo que me molestaba? ¿o el hecho de cómo habíamos acabado esa noche después de su revelación?

Me quité esos pensamientos de la cabeza y escuché con atención la pregunta de Catherina. ¿Medio infierno? Vaya pues lo que me pasaba a mí no era nada comparado con lo de ella.

-Bien, creo que no has concretado muy bien-insistí al demonio-, volveré a empezar, ¿Cómo es tu nombre?

Tenía en mi mente preparadas las próximas palabras del ritual por si el demonio se negaba a contestar.

Estreché su mano cuando se giró hacia mí, y luego ambos volvimos a concentrarnos en aquel demonio. Ella estalló en carcajadas, al parecer pletórica por algún motivo. Sus aplausos y sus risas reverberaron de una forma siniestra en el oscuro bosque, que de pronto me pareció más lúgubre y peligroso que antes de mi caída. Supongo que fue una reacción lógica, teniendo en cuenta que al tropezar me había topado con un demonio sádico que me había estado torturando y amenazando hasta la llegada de Jake, y por lo que sabía podía que hubiese alguno más cerca.

Ambos la miramos sin comprender ante su enigmática declaración, pero las palabras del exorcismo del cazador parecieron ablandarla un tanto y consintió en contarnos un par de cosas...Algo que nos dejó a ambos más inquietos que antes.

Lancé una larga mirada a Jake, que parecía inquieto por las declaraciones que acabábamos de escuchar. Por lo que podía comprender, la tal Lestat había poseído a alguien que él conocía, y el demonio estaba dispuesto a dañarle en todo lo que pudiese.

Por mi parte, me había quedado blanca al oír lo que me había dicho. ¿Medio infierno? ¿Me estaba buscando medio infierno?

Apreté los labios con tanta fuerza que casi me hice sangre, y le arrojé algo más de agua bendita, para que la amenaza de Jake tuviese algo más de peso.

-Contesta -exigí, la voz algo dañada pero más fuerte que antes.

Que bien...ahora tenia a dos cazadores con complejo de policias...Yo permanecia en el pequeño espacio que me habian dejado.Senti de nuevo el agua bendita recorrer mi piel y mis gritos volvieron a escucharse en el silencio del bosque.No queria volver a sentir el agua,ni tampoco que volvieran a utilizar esas malditas palabras en mi contra.Sabia que ahi metida,no tenia muhcas opciones,asi que decidi colaborar en cierta manera con ellos.

-Odette.-dije simplemente en un momento en el que ambos volvieron a hablar.Con esa simple palabra,capte su atencion.Me quede de nuevo en silencio,elevando una ceja,a la espera de mas preguntas...eran cazadores,y jamas se conformaban con la informacion que les ofrecias.

-No se si habreis escuchado mi nombre,pero yo el vuestro si...jajaja,y es un verdadero placer haber "intimado" tanto con vosotros...no todos pueden decir lo mismo.-hice un especial incapie en la palabra intimar,llevandola a mi terreno,la tortura.

-La verdad es que,...despues de todo sois majos y todo.-dije volviendo a mi habitual tono sarcastico.

El demonio estaba bajo nuestro poder y después de pensárselo varios segundos decidió al fin contestar. A mí me sorprendió bastante que fuera a colaborar con nosotros, ¿de verdad pensaba que acabaría dejándola vivir? Pobre infeliz…

-Odette, ¿Tienes alguna información sobre Lestat?-insistí.

Estaba seguro de que este sería el único modo de conseguir algo de información sobre el maldito demonio que me seguía las huellas. Finalmente, acabaría matando a este demonio, lógicamente no iba a dejarlo a sus anchas después de que estuviera martirizando a esta pobre mujer.

Volví la mirada hacia Catherina a la espera de escuchar su nueva pregunta. Ella parecía tener también problemas con los demonios, aunque los suyos parecían más complicados. Me sentí algo intranquilo cuando me fijé en sus moratones; habían cogido un tono bastante preocupante y su piel comenzaba a palidecer, probablemente necesitara algo de energía después de esta complicada charla.

Ya casi había perdido la esperanza de obtener alguna información más en poco tiempo, cuando de golpe dijo su nombre. Ambos nos volvimos hacia ella como movidos por un resorte, y vimos que nos observaba con una ceja alzada, burlona, esperando nuevas preguntas.

Bien, pues las iba a obtener. Aunque desde luego, no saldría de ahí con buen pie. Me estremecí ante su juego de palabras, recordando los angustiosos minutos que había pasado siendo su víctima.

-Me temo que no podemos decir lo mismo de ti -repuse, con voz baja.

Jake siguió interrogándola acerca de aquel demonio, desconocido para mí, pero que parecía ser importante. Algún interés debía de sentir por el cazador que me había salvado, al menos por hacerle sufrir...

Después me miró, aguardando mi pregunta, y advertí una cierta preocupación en sus ojos al mirarme, tal vez por la declaración de Odette o tal vez porque empezaba a acusar los daños producidos por la paliza. Me sentía bastante débil, a decir verdad, pero necesitaba saber, lo necesitaba desesperadamente.

La pregunta quemaba en mi garganta, y escapó de mis labios casi sin que yo fuese consciente de ello.

-¿Fue cosa vuestra? ¿Vosotros matasteis a mi familia? ¿Por qué me buscan?