Acechada en la oscuridad(Odette y Jake)

Al decir mi nombre,ambos entendieron erroneamente que iba a colaborar con ellos en todo lo que me pidiesen,en todo lo que me preguntaran.

-Eh,eh!de uno en uno...ahora os entra la prisa?Jajaja,cuando estabais preparando la tranmpa no la teniais,verdad?.-dije sarcasticamente.

-Lestat...veamos...no,no tengo el placer,pero digamos que tengo bastante interes en conocerla,he oido maravillas de ella.-sin mas empece a reirme,mientras me ganaba alguna que otra palabrita en latin,...esa vez,no mostre mi devilidad.

Mire al suelo disimuladamente,mientras acariciaba mi cabello,enredandolo entre mis dedos.Tenia que hacer algo para salir de la trampa o aquellos cazadores de pacotilla acabarian haciendome daño.

Escuche el sonido de una ardilla,que buscaba comida por alrededor de nosotros,por lo visto estaba acostumbrada a los humanos.Sonrei ante mi idea,y la puse en practica.Mientras hablaba,hice que se acercara,pisando levemente la trampa,que al estar sobre la tierra,tardo poco en hacerse un hueco en ella.Ya tenia mi salida,peor antes,respondi a la pregunta de la chica.
-Yo no los mate,pero me habria encantado hacerlo,matarlos lentamente mientras escuchaba sus gritos de dolor y de socorro.-en ese momento vi como sus cuerpos se tensaban,como iban a hacer o decir algo.No me importaba,ya tenia mi libertad,asi que sali de la trampa,dandoles una nada grata sorpresa.Aun me acordaba de lo que me habia hecho ese cazador,asi que fue a por el primero que fui,lanzandolo contra ella.Dos pajaros de un tiro.

Caí con estrépito sobre el cuerpo de Catherina pero forcé los brazos para evitar que todo el peso de mi cuerpo acabara con ella. Durante unos instantes, nuestros labios se quedaron a unos centímetros y fue el tiempo suficiente como para que ella se ruborizara. Al darme cuenta de que mi cuerpo la aprisionaba me aparté rápidamente a un lado para dejarla respirar.

Ignorando lo ocurrido me levanté rápidamente y me abalancé sobre el maldito demonio. La plaqué lanzándome contra su costado y la tiré al suelo de golpe. Ella forcejeó conmigo y pareció divertirse, pues perfectamente podría haberme lanzado de nuevo hacia algún árbol, pero parecía interesarle seguir con el juego. Intenté agarrar sus manos con la mano izquierda y arremeter con la derecha pero ella aprovechó para darme un cabezazo. La desventaja fue suficiente para que ella se zafara de mi cuerpo empujándome de una patada. Cuando intenté volver al ataque ella se puso en pie rápidamente y desapareció de nuestras vistas. Me quedé en posición defensiva y agucé mis sentidos alerta, esperando que contraatacara. Pero después de unos segundos de tensión no lo hizo. El lugar volvía a ser tranquilo y sereno y no parecía haber presencia alguna del demonio.

Entonces, me giré para socorrer a Catherina que estaba en el suelo aún algo mareada. La ayudé a incorporarse.

-¿Estás bien?-pregunté.

Sus palabras me hicieron enfurecer, provocando un aumento del mareo en mi interior. Todo lo sucedido aquella noche, el recuerdo de la pesadilla de esa misma noche, regresó a mi mente, y traté de apartarlo todo con un gesto. Iba a aferrar la botella de agua bendita para castigarla, pero antes de que tuviese tiempo de parpadear siquiera, salió del sello.

¿Cómo lo había hecho?

Vi una pequeña ardilla en el suelo, encima del trazado, antes de que Jake entrase bruscamente en mi campo de visión. Supe que Odette le había arrojado contra mí con bastante fuerza, pero amortiguó un tanto el impacto con los brazos, evitándome buena parte del dolor. Durante unos momentos, nuestros labios quedaron a escasos centímetros, y su cercanía hizo que me sonrojase. No podía respirar, y él pareció advertirlo, porque se retiró para lanzarse contra la demonio.

Quise ayudarle, volver a atraparla, pero con lo mareada que estaba y con el golpe que me había llevado, apenas logré erguirme un poco antes de volver a caer. Maldición...esperaba que Jake lo lograse, o que no sufriese ningún daño al menos.

Ella escapó, lo supe cuando Jake se puso en posición de guardia y no fue atacado. Era una lástima, pero al menos él no había sufrido heridas, o al menos ninguna grave.

Vino hasta mí y me ayudó a incorporarme.

-Sí, yo estoy bien -afortunadamente, ya se me había pasado el sonrojo.- ¿Cómo estás tú?

-Bien-contesté-, será mejor que te lleve al hospital, tienen que mirarte esas heridas cuanto antes. ¿Puedes andar?

Catherina parecía estar en las últimas y estaba completamente seguro de que ella no sería capaz de mantenerse en pie después de todo. Yo, estaba en mejor estado a pesar de mis magulladuras podía mantenerme en pie. Dejé que ella intentara incorporarse, no quería presionarla. Cuando parecía estar a punto de conseguirlo, trastabilló y yo la agarré con mis brazos.

-Será mejor que te ayude-le dije dejando que apoyara su brazo sobre mi hombro.

Estaba fría, probablemente tuviera la tensión baja y necesitara un buen descanso para reponer sus fuerzas. La podría haber llevado a mi motel y haberla ayudado, ya que al fin y al cabo, solo tenía heridas leves que yo podía curar pero no quise forzarla. Esperé a ver su decisión mientras la ayudaba a caminar para salir del bosque.

Negué violentamente con la cabeza, apretando los dientes cuando sobrevino el mareo.

-¡No! ¡Al hospital, no! -exclamé, con vehemencia.

No quería ir al hospital. Entonces mis tíos se enterarían inevitablemente de que algo me había pasado durante su viaje, y no quería preocupar a mi tía. Mi tío seguramente diría que yo me lo había buscado, o le echaría la culpa a mi enorme torpeza, así que con él no habría problema. Pero seguramente se negasen a volver a dejarme sola unos días en mucho tiempo.

-No quiero ir al hospital -repetí, mirándole a los ojos.- Por favor, Jake.

A pesar de mi debilidad, asentí con la cabeza y me esforcé por levantarme yo sola. Mis heridas reclamaron su parte de atención a cada momento, pero parecía que iba a lograrlo hasta que las fuerzas me abandonaron y trastabillé, cayendo en brazos de Jake.

-Gracias -murmuré.- No quiero ser una molestia...Mis heridas no son tan graves como parecen, de verdad, y tú estás herido. Por favor, no te esfuerces -le pedí, con voz suave.

Sabía que mi piel debía estar helada, porque yo misma sentía frío por dentro. Estaba cansada, hambrienta y débil, pero al menos en casa no había nadie que fuese a advertirlo. Ese era el lado bueno; el malo era que no había nadie para ayudarme en caso de que lo necesitase...como ahora. Sin embargo, no me atrevía a pedirle a Jake que me acompañase.

-Catherina necesitas ir al hospital-ella se negó tajante. No sabía qué era lo que la echaba para atrás pero por su expresión parecía ser algo importante. Al fin y al cabo a los cazadores no nos hacían demasiada gracia los hospitales, ya que, suelen estar infectados de fantasmas y acontecimientos agobiantes y, ella no parecía estar en estado de querer cazar nada más.

Analicé las opciones que teníamos, por un lado estaba mi motel; un sitio sucio, descuidado, lleno de objetos y armas de cacería, pero que constaba con una reconfortante cama en la que poder dormir sin peligro de que ningún ser extraño te molestara, por otro lado; estaba su casa, la cual desconocía.

-Catherina no voy a dejarte sola en el estado en el que estás-insistí-, necesitas descanso y tratar esas heridas, ¿Tienes algún lugar al que ir?-pregunté al fin-, ¿te llevo a tu casa?

Insistió en llevarme a un hospital, pero yo mantuve mi negativa. No, no iba a ir a un hospital, aunque tuviese que marcharme bosque a través, en la oscuridad, yo sola. Nunca iba a un hospital si podía evitarlo; Jeremy me lo había inculcado muy bien, porque en los hospitales hay cámaras, y gente que hace preguntas, y eso acaba llevando a que se sepa que has estado allí y que tu familia o amigos se preocupen.

-No pienso ir al hospital -sostuve, tozuda.- Y deja de llamarme Catherina, es Cath -agregué, algo molesta pero con una suave sonrisa.

Al final pareció aceptarlo; supuse que pensó en la enorme cantidad de criaturas que pululan en ellos y que, sinceramente, yo no estaba en estado de cazarlos. Ni siquiera de defenderme o de caminar en línea recta por mis propios medios.

Asentí, concediéndole aquello. Lo cierto es que apenas podía mantenerme en pie, así que algo de ayuda para llegar hasta allí iba a necesitar.

-De acuerdo, pero a condición de que te quedes y te cures las heridas -le dije, con voz algo más fuerte, pero algo rasposa aún.- Mi casa está cerca, en el pueblo.

[OFF: Abro post en tu casa]