Olvido, reencuentro y capuccino? [Tommy]

Bueno había decidido pasar unos días en Houston, para distraerme un poco y olvidarlo todo, en la medida de lo posible, cosa que era casi imposible, pues nada más llegar, ya me habían tenido que recordar ciertas cosas, pero bueno, esperaba que la cosa cambiara un poco, pues me quedaban pocos días, y debería volver de nuevo a la rutina y al restaurante, que era lo único que conseguía distraerme un poco porque la verdad, no tenía ganas de nada, a veces intentaba buscar un punto de seriedad de cordura en mi vida, pero no había manera de encontrarlo, y aún así seguía empeñada en buscarlo, como podía.

En estos días había recordado a ciertas personas que habían pasado por mi vida, Shady, Mark, Jesse… eran las personas que habían aportado en algún momento de mi vida, un poco de cordura, y sentido a esta, y Tommy! Lo conocí en los Ángeles, un verano que pase allí, era muchísimo más pequeña, pero era un chico increíble sin duda el mejor amigo que había tenido nunca, y cuando volví a la vida real, seguimos en contacto durante años, pero.. hacia un año, que desgraciadamente había perdido el contacto con él.. era más mayor que yo, y siempre supuse que había encontrado a una buena chica, o quizás a una amiga mejor, que yo, pero bueno siempre me había dado muchísima pena haberle perdido, de aquella manera, sin ni siquiera despedirme de él, y decirle lo importante y guay que era, pero era pasado ya, aunque no lo pareciera de vez en cuando lo recordaba, y últimamente, me decía a mí misma, que con los tiempos que corrían, que bien iría alguien como Tommy, o mejor dicho que bien iría volver a tener a Tommy a mi lado, para salir de fiesta, disfrutar, pasar buenos momentos juntos, y hablar de tonterías, como habíamos hecho ese verano, y por correo y demás.

Decidí salir del hotel, y moverme a un bar-restaurante, o como quisieran llamarlo bueno, tenían unos cafés y batidos de aúpa, o eso decían, y yo quería probarlos, se llamaba, Starbucks, entre y pedí un frapuciino o como se llamara de fresa, y lo que me sorprendió es que tenía sillones, cómodos, por todas partes, me senté en la parte de arriba, una especie de piso de arriba chiquitín con sillones, donde no había aglomeración, es mas estaba vacío, y yo quería tranquilidad así que me senté en uno de los sillones individuales, aunque la mesa era de dos, y a mi lado había otro sillón, claro que en ese sitio no había mesas para una sola persona, parecía un lugar, ideal para reuniones de amigos y encuentros divertidos, y cómodos, porque vaya sillones!

Aquella mañana me había despertado relativamente pronto para lo que era normal en mi y con unas ganas terribles de salir de casa y ponerme a hacer fotos, componer música o simplemente pintar... Joder, la inspiración salía por todos los poros de mi cuerpo pero la cabeza me daba vueltas, otra maldita noche de juerga. Fui a prepararme un café para espabilarme pero no me quedaba... Solté cientos de maldiciones mientras recorría el loft en busca de ropa y al final encontré unos vaqueros holgados rotos, unas chanclas(estábamos en verano y no me apetecía ponerme zapatillas así que era la mejor opción), una camiseta blanca de tirantes y encima una camisa militar verde abierta, mi pelo estaba horrible, por no hablar de mi cara pero bueno... Eso no importaba, cogí la cámara, un cuaderno y carboncillos y el iPod, además de las llaves y la cartera y salí de mi casa corriendo. Mientras caminaba por la calle todo parecía brillar, hice miles de fotos, a los árboles a los pájaros... Incluso atravesé el pequeño parquecito que tenía frente a mi casa para hacer fotos a la gente que paseaba a sus perros, a sus mascotas y a los chavales que habían dormido en el césped por la noche después del botellón. La música en mis oídos me alegraba el día y tenía una amplia sonrisa en los labios, no tenía ni idea de por qué... Pero aquel día estaba feliz. Terminé en el Starbucks en una enorme cola para pedirme un capuccino doble y una tarta de dulce de leche. Pagué y subí con mi bandeja al piso de arriba: Siempre estaba medio desierto ya que la gente se aglomeraba en el primer piso y el de arriba era perfecto para relajarse y empezar a dibujar, a componer o a escribir. Subí las escaleras y como había pensado estaba solo... O no. Apenas había una pareja desayunando y una chica rubia. Pasé caminando lentamente, tarareando la canción que sonaba en mi cabeza cuando me paré delante de aquella chica, en un principio no la había reconocido pero ahora no podía creérmelo.

-¿Ruth? - pregunté incrédulo. - ¿En serio eres tú?

Aquella chica rubia alzó la cabeza y miró con sus ojazos claros. Sin duda era ella pero... Había cambiado muchísimo! La verdad, hacía años que no la veía. La había conocido en Los Ángeles, en la época en la que los chicos y yo habíamos formado el grupo pero ninguno de ellos la conocía, no quería jugármela y que se enamorara de mi mejor amigo, o que el cantante (que ahora había descubierto que era gay y tenía SIDA) se la quisiera llevar a la cama. Aquel verano había sido increíble y en muy poco tiempo no habíamos hecho muy amigos, eramos uña y carne y cuando se marchó continuamos en contacto pero... Hacía un año que no sabía nada de ella. Había estado muy liado con la separación del grupo, los problemas con mis amigos y mi familia y bueno... La transformación. Esto último me hizo querer alejarme de la gente durante un tiempo y con ella... lo conseguí. Quizá fuera la menos indicada para alejarme, porque ella siempre me había escuchado, siempre me había ayudado y... la echaba de menos. Aquello fue una increíble sorpresa para mi.

-¿Qué estás haciendo aquí? - pregunté eufórico. - ¿Puedo sentarme? - aún no podía creerme que fuera ella. Estaba preciosa.

Estaba perdida en mis pensamientos, y durante muchísimo rato estaba con la pajita en la boca, el frapuccino estaba helado, y tomando durante todo el rato se me había dormido la boca, bueno en realidad mas concretamente la lengua, pero bueno, en realidad me daba lo mismo, pues ahora no tenia que utilizarle para nada, y estaba bien tranquila, una pareja llego y se sentaron bastante alejados de mí, cosa que agradecía pues quería seguir, sumida en mi tranquilidad, la poca tranquilidad que mi mente me permitía, en realidad me estaba dedicando a recordar un poco, las personas importantes que habían pasado por mi vida, cosa que en cierta forma, me estaban entristeciendo un poco, pues no sabía porque por x o por i acababa perdiéndolas, aunque por ejemplo con Shady.. la había reencontrado, después de unos cuantos años, sin saber nada, claro que eso había sido culpa mía, por irme del pueblo, o mas bien de mis padres.. bueno como quisieras llamarlo, y de Mark y Jesse, creía que era todo cuestión de tiempo que también me pasara con ellos, y de Tommy pues… no se quizás había sido culpa de los dos, porque.. yo había dejado de enviarle mensajes cuando, él estuvo una temporada larga sin dar señales de vida, claro que era orgullosa, y me molestaba ir detrás de él, por mucho que fuera mi mejor amigo y él lo sabía y aún así después de un tiempo.. todo había acabado tan rápido como había empezado, en unos días nos habíamos hecho más amigos que en toda la vida hubiera podido con cualquier otra persona, y de la misma manera se había desvanecido, pero ya no podía hacer nada.

Subí mis piernas al sillón y me acurruque sobre mí misma, abrazando mis rodillas, mientras seguía bebiendo de mi batido, de repente vi que alguien subía por las escaleras, pero no repare en la persona hasta que estuvo a mi lado y me nombro, me pregunto si enserio era yo, levante mi cabeza para mirarle, y me quede alucinada frente a la visión que tenían mis ojos, -Tommy?- me quede con los ojos abiertos como platos, era él? De veras lo era? Le mire de arriba abajo con atención sin perderme ningún detalle, claro que era él, pero.. su cabello estaba un poco desmarañado y, tenía aspecto de cansado, resaca quizás, me levante de repente, dejando el batido en la mesa, alcé los brazos sin saber qué hacer, si abrazarle o no, de repente interrumpió mis dudas preguntándome que hacia allí, abrí la boca para hablar, y note la lengua dormida, había crecido muchísimo, bueno era todo un hombre, y muy guapo como siempre, hice una señal y murmure alegre -Poz.. clado zientate- murmure, me sentí avergonzada por hablar como una idiota y empecé a reírme mientras daba palmaditas, al sillón que estaba a mi lado, y me sentaba en el mío, después murmure -Ze me ha dormido la lengua.. del batido..- admití señalando el batido helado después sonreí y le mire con una total admiración y joder, es que le había extrañado tantísimo…

Por un momento no supe que hacer, si abrazarla o no, pero joder me moría de ganas por hacerlo! Ella se levantó sobresaltada y sorprendida a partes iguales y me hizo ilusión comprobar que se alegraba de verme... Al menos no me había olvidado. Se había levantado con los brazos abiertos, haciendo un amago de abrazo que nunca llegó y me invitó a que me sentara, dándole golpecitos al sillón que había junto a ella, yo no dudé ni un segundo y me senté allí. Ruth hablaba de una forma bastante cómica porque al parecer se le había dormido la lengua por el frauccino que estaba tomando y no pude evitar reírme de la situación, le daba un toque gracioso e inocente a Ruth hablar de aquella manera con la que cualquier otro(como yo por ejemplo) habría parecido un idiota. Cuando me senté, ambos nos quedamos en silencio, mirándonos, estudiándonos el uno al otro intentando descubrir en qué cosas habíamos cambiado(al menos a simple vista) y en que cosas seguíamos siendo aquellos adolescentes hormonados que se conocieron un increíble verano en Los Ángeles... Joder, había vivido los mejores momentos de mi vida en aquella ciudad, era normal que ahora la echara tanto de menos...

-Enana... Te he echado muchísimo de menos. - dije al fin y, sin poder evitarlo, me lancé contra ella abrazándola y casi tumbándola en aquel sillón, achuchandola mientras le decía lo preciosa que estaba, lo increíble que era y le recordaba momentos que habíamos pasado juntos. Empecé a darle besos en la mejilla y en el cuello aún teniéndola en mis brazos, aunque al final la solté muy a mi pesar porque estaba empezando a ahogarla. - ¿Qué es de tu vida ahora, Ruthy? Hace tantísimo que no se nada de ti... No sé, pensé que te habrías vuelto famosa o algo...

Cogí mi capuccino y le di un buen trago, notando como el líquido caliente me abrazaba la lengua y la garganta pero no me quejé, sabía que no tardaría demasiado en curarse... Ventaja n.1 sobre ser un licántropo: Nunca te quemas porque el café esté demasiado caliente. Me quedé mirándola con una sonrisa en los labios y con el café en la manos y entonces una duda surgió en mi cabeza, ¿Se suponía que ahora tenía que pedirle perdón? Hacía un año que había dejado de estar en contacto con ella, todo acabó de repente y me sentía culpable pero ella tampoco ayudó mucho, quizá fue su orgullo el que le impidió volver a contactarme pero eso ya no importaba, ya estaba hecho y no se podía cambiar pero... ¿Qué podía decirle? No podía decirle lo que era ni que lo había hecho para protegerla... Por aquel entonces era peligroso, no controlaba mi fuera, mi transformación, ni mi humor. Quería alejar a toda la gente importante de mi vida y ahora que echaba la vista atrás me daba cuenta de que todo aquello era una tontería. Bajé la cabeza y empecé a comerme mi tarta mientras bebía algo más de café.

-¿Quieres un poco? - le ofrecí, aún con la boca llena. - Es de dulce de leche...

Se sentó aquello, me hizo sonreír de la manera más amplia que había sonreído en mi vida, una sonrisa de felicidad, al fin, y en estos tiempos, era todo un record, me analizó y yo hice lo mismo, para comprobar que cosas aparentes habían cambiado en él, seguía siendo el mismo, salvo por algún que otro cambio, como.. quizás llevaba mas tatuajes, sus hombros eran notablemente más anchos y masculinos, así como su cuerpo, su aspecto sin duda le daba un toque de lo mas varonil, y su rostro cansado y ojeroso, debía ser porque se había pegado una buena juerga la noche o incluso el día anterior, sin duda.. cuando me llamó enana sonreí, me dijo que me había echado muchísimo de menos, y me entraron ganas de abrazarle con todas mis fuerzas, entonces, fue él quien se abalanzó sobre mí y me abrazo, me achucho, yo le correspondí al abrazo con muchísimo gusto, notando como empezaba a besar mi mejilla, incluso mi cuello, siempre había sido tan dulce, puede que cualquier mujer le hubiera malinterpretado, pero, yo no, él era un ser especial, y quien no lo entendiera no valía la pena, de repente note que me faltaba un poco el aire, y jadee, el se debió dar cuenta porque me soltó, aunque no quería, bueno, necesitaba respirar.

-Famosa? Famosa de que?- empecé a reírme y acaricié su brazo con ternura -El famoso tenías que ser tú, con tu buena música!!- dije entusiasmada por saber cómo le habían ido las cosas, le mire con una sonrisa y cogí sus manos -Yo soy dueña de un restaurante en Townhidden, donde nació mi madre, volví para.. buscar un poco de tranquilidad, la verdad..- dije encogiéndome de hombros, ya que lo que menos había encontrado era eso, tranquilidad, pero bueno, de toda maneras me gustaba aquel pueblo, era precioso, almenos a mis ojos -Y tú qué?- pregunte queriéndolo saber todo de él, como le había ido, que había hecho, que hacía…

Se quedo un poco pensativo, quizás pensaba en aquel año que perdimos el contacto, yo había pensado mucho en ello, pero bueno era pasado, y yo me había intentando convencer a mí misma, que era mejor así, pero ahora al volver a tenerlo frente a mí, no.. no quería volver a perderle, deje sus manos porque se puso a comer, y a beber un poco de su café, después cuando me ofreció tarta sonreí, la tenía tendida en su mano, por lo que me agache con una sonrisa y di un pequeño mordisco al lateral de la tarta, y también adrede a su dedo índice, después me separe con una sonrisa y me encogí de hombros, relamiéndome los labios, cuando me la comí susurre -Esta buena!- le saque la lengua, de forma cómica, ya no la tenía a penas dormida,

Me encantaba ver a Ruth tan feliz y me pareció que su sonrisa era de verdad, joder, su sonrisa... No la veía desde hacía tantísimo tiempo que solo de verla yo mismo me ponía a sonreír. Empezó a decir que el que tenía que llegar a ser famoso era yo con mi música y empezó a acariciarme el brazo, me explicó que había vuelto al pueblo donde nació su madre y había abierto un restaurante, que buscaba tranquilidad... Me gustó pensar en aquello, en que ella tenía su vida, tranquila y sin más preocupaciones que las cotidianas, de llevar un restaurante y tener una vida tranquila en un pueblecito. Joder, la envidiaba. Pero ella se lo merecía, se merecía lo mejor. Sonreí y enseguida me preguntó por mi. Suspiré, la verdad es que no había demasiado que contar pero estaba seguro de que ella querría saberlo todo, aunque la mayoría tuviera que "enmascararlo". No iba a mentirle, eso nunca, simplemente no le iba a contar toda la verdad, no quería asustarla y ya habían pasado demasiadas cosas en mi vida, ya había perdido a demasiada gente como para volver a perderla a ella el mismo día que la volvía a encontrar... Eso si sería mala suerte.

-¡Vaya! ¿Un restaurante? Más te vale invitarme, Ruthy! ¿Y que clase de comida preparáis? ¿Está buena? ¿Te va bien? ¿Y qué es de tu familia? ¿Tienes novio? .... - antes de responder a ninguna pregunta empecé a hacerlas sin cesar, joder, hacía tanto tiempo que no hablaba con ella ni la veía que tenía que ponerme al día. Hice una pausa y suspiré.Ahí fue cuando, antes de contestar bebí mi café y cogí un trozo de tarta. Le ofrecí un poco a Ruth, que aceptó sin dudar y mordió un trozo, dándome un mordisco también en el dedo. No podía evitar mirarla maravillado, estaba preciosa y no podía creerme que estuviera allí. Dijo que estaba buena y yo asentí con la cabeza mientras bebía un poco más de mi café.

-Bueno... La verdad es que me mudé de Los Ángeles, ahora vivo en Houston. - hablé sin demasiada emoción en la voz pero sin perder la sonrisa y me encogí de hombros. - En el último año han pasado miles de cosas... Mi grupo se deshizo, el guitarrista murió, el cantante tiene SIDA y es gay, mi mejor amigo, el bajista nos metió a mi y a otro tío e la cárcel y se largó, desapareció y no he vuelto a saber nada más de él. Yo apenas pasé un mes quizá un poco más en la cárcel pero el otro tipo sigue allí... Y me siento culpable... Y bueno... Básicamente necesitaba cambiar de aires. Los Ángeles tiene demasiados recuerdos y era hora de pasar página...

No tenía demasiado que contar, aquella era la versión resumida porque aún habían varias cosas más que no podía contar, me quedé mirando por un momento sus brazos y su cuello y me quedé extrañado. Parecía que tenía marcas o cicatrices, no se veía bien de qué eran pero debieron de dolerle lo suyo para dejarle tal marca en el cuerpo. La miré extrañado.

-¿Qué... ¿Qué te ha pasado ahí? - dije señalando con la cabeza. - Eso tiene pinta de doler mucho... ¿Con que te lo has hecho? ¿Ha pasado algo que deba saber? Sabes que si tu me lo pides yo le doy una paliza a quien haga falta, ruthy! - le guiñé un ojo y le sonreí.

No sabía que contarle, en apariencia mi vida, era tranquila, como la de cualquier humano, no? Además tenía un restaurante, solo m e tenía que preocupar de eso, joder.. eso debería haber sido, pero no, tenían que existir seres sobrenaturales, encima algunos de ellos peligrosos, y con ganas de divertirse con pobres humanos, me gire de nuevo hacia Tommy para intentar borrar mis pensamientos, me dolía pensar de aquella manera, porque me daba cuenta de lo poco que tenía en realidad, ya que a mí personalmente lo material me importaba poco, las personas de mi alrededor, a las que quería me importaban muchísimo más que todo le oro del mundo, y eso, me hacía sentir todavía peor, porque siempre acaban yéndose, y yo me quedaba de nuevo sola, perdida y sin alicientes para seguir, ni luchar por ellos.
Después soltó un montón de preguntas de sopetón, me quede mirándole con una sonrisa y murmure -Espera espera.. a ver por partes..- después ladee mi cabeza pensativa -Claro estas invitadísimo, siempre que quieras, comida de todo tipo, de noche es como un bar de copas, me va bien? Pues normal.. mis padres no sé nada de ellos, como si hubieran desaparecido del mapa- me encogí de hombros, y conforme a la pregunta de si tenía novio, la deje estar, como si no la hubiera escuchado, que pasa que ahora me veía con cara de tener novio? Pero si los chicos siempre habían pasado de mí como si no hubiera existido, nunca… Después siguió hablando y me explico que se había mudado de Los Ángeles y que ahora vivía en Houston, vaya que casualidad, yo había vendió a pasar unos días de relax aquí y.. él vivía aquí, que bueno, Increíblemente bueno, sí señor, me explico un poco por encima, todo lo que le había sucedido a él, y a los de su banda, me sorprendió bastante que uno se hiciera gay, que otro tuviera SIDA, a no ese era el mismo, el cantante, y después que uno más les había metido en la cárcel a él y a otro más de la banda, que?

Menudo carbón! Abrí mucho los ojos escuchándole con interés y haciendo alguna que otra mueca de disgusto, pobrecillo, con lo bueno que era, se merecía lo mejor y no toda esa mierda, aunque en realidad pensaba, que me ocultaba algo, no sabía el que, pero no iba a preguntarle almenos.. no de momento, después vi como miraba las cicatrices de mi cuello, y brazos, quedaban pocas, pero todavía algunas, me sentí incomoda y desvié la mirada cuando me pregunto, me encogí de hombros, y murmure, -Un… - no sabía cómo ponerle palabras a los ataques que había sufrido, después de un rato acabe por decir, -un.. accidente..- después espere, bueno más bien desee que no me siguiera preguntando, mierda! Porque se había tenido que fijar en ello, de repente me encerré en mi propio orgullo y me cogí las rodillas de nuevo cogiendo mi batido, entre mis manos y bebiendo sin decir nada, solo cerrando los ojos, para no ser grosera con él, porque no tenía la culpa, y porque le quería muchísimo, le había echado muchísimo de menos, pero.. acababa de tocar un tema tabú.

Ruth respondió a mis preguntas, a todas menos a la última pero yo sabía por qué... Aquello quería decir que no tenia novio porque la conocía y si lo tuviera estaría feliz y me lo contaría ilusionada y contenta pero, al parecer, esta vez no era el caso. En eso no entendía a algunos hombres, Ruth era una chica adorable, simpática, tierna, guapa... Lo tenía todo y ellos no sabían verlo. Yo... Bueno la verdad es que muchas veces he intentado algo, mandandole indirectas y esas cosas pero... Eramos tan amigos que, en el fondo, me daba miedo que la amistad se fuera a tomar viento fresco por culpa de no pensar con la cabeza (al menos no con la de arriba) así que prefería guardar las distancias,d después de todo yo no era el chico adecuado para ella: Me gustaba demasiado la fiesta, el alcohol y las mujeres. De hecho habíamos ido muchas veces juntos de fiesta y siempre habíamos acabado desmadrandonos demasiado, la verdad es que tenía algunas lagunas de algunas de las noches que pasamos juntos pero... Supongo que es es lo divertido de pasárselo bien. Me dijo que estaba más que invitado a su restaurante y me explicó que servían comida de todo tipo y que, además, por la noche servían copas, tenía buena pinta y conociendo a la dueña el ambiente tendría que ser increíble. También me contó que no sabía nada de sus padres y que era como su hubieran desaparecido, hice una mueca como pidiéndole perdón por haber preguntado por ello. Entonces cuando me fije en sus cicatrices, en sus marcas y le pregunté por ellas, noté como todo cambiaba, se puso nerviosa y desvió la mirada, se encogió de hombros y dijo que había sido un accidente... No me lo creía. Se cogió las rodillas y empezó a beber sin más, sabía que quería que dejara el tema pero, simplemente, no podía... Si alguien le había hecho daño quería saberlo... Pero si tan mal se sentía solo por haberle preguntado, quizá debería dejarlo...

-Bueno... No sé que clase de "accidente" habrás tenido pero... Espero que sepas que aunque hace mucho tiempo que no sepamos nada el uno del otro... Puedes contar conmigo. Siempre serás mi enana. - sonreí. - Así que ya sabes, cuando lo necesites llámame. - le guiñé un ojo. - ¿Aún tienes mi teléfono, verdad?

Me terminé la tarta aunque le dejé un trozo a Ruth para acompañarlo con su bebida y me tomé el café de un trago, ya tenía las pilas puestas y seguía con ganas de hacer algo "artístico" por llamarlo de alguna manera. Tenía mi cámara junto a mi y no pude evitarlo y le tomé una foto. Ella estaba mirando al infinito y no se había dado cuenta, guardé la cámara y sonreí.

-Oye... ¿Te apetece hacer algo hoy? - pregunté sin más. - No sé, no tengo nada que hacer, ya sabes ahora no tengo trabajo, así que tengo todo el día libre y tenía pensado pasarlo por ahí haciendo fotos o... lo que fuera. ¿Quieres venir conmigo? Así podemos ponernos al día!

Me sentía molesta, irritada, y sobre todo, incomoda por tener que contarle todo aquello a Tommy, y lo peor era que no podía, porque temía que me tomara por una loca, no sabía qué hacer, si ser sincera con él y contárselo todo, o.. callarme, y dejar que pasara el tiempo, y se olvidara de que había visto esas marcas en mi piel, cuando volvió a hablar, no le mire, seguí con la mirada perdida, en ningún punto fijo en realidad, sino en la a nada, después deje el batido en la mesa, y murmuro aquello, yo dibuje una ligera sonrisa en mi rostro, a respuesta de su siempre serás mi enana y demás, cuando me pregunto si aún tenía su número susurre -En.. realidad ya no lo tengo.. lo perdí, lo siento..- admití, él me conocía bien, y estaba segura de que podía interpretar perfectamente en esa frase, que lo había pasado mal por su anonimato y que finalmente había decidido olvidarle, aunque sin éxito, a la vista estaba, me había sido imposible, y deseaba que aquello no le sentara mal, pues.. ahora que había vuelto, no le iba a dejar que se fuera así como así.

Vi de reojo como dejaba un trozo de su tarta al lado de mi batido, y después como se movía para coger algo, no le di importancia y seguí perdida en mis pensamientos, mientras que él hacia algo, que yo.. no sabía, pero tampoco quería ser cotilla, después volvió a hablar, me pregunto si me apetecía hacer algo, apoye la cabeza en mis rodillas, y la ladee para mirarle directamente a los ojos -Estoy de “vacaciones”- murmure haciendo comitas con los dedos, por la palabra vacaciones, después sonreí un poco y le escuche, no tenía nada que hacer, no tenía trabajo, finalmente me ofreció ir con él, donde quiera que fuera, a hacer fotos o cualquier cosa, cerré los ojos por un momento, después volví a abrirlos, y susurre -Me encantaría…- sonreí de nuevo esta vez dulcemente, mientras que le observaba.

Probablemente estuve minutos enteros, observándole con detenimiento, analizando cada fibra de su ser que había cambiado, desde la última vez que le había visto, siempre le había visto demasiado superior con respecto a mí, demasiado perfecto, no perfecto como un chico 10 de esos, sino porque su físico sin duda era genial, pero su fondo, su carácter, su forma de hacer y tratar, de acuerdo tenía algún que otro mal habito, pero siempre me había parecido un chico de lo mas especial, el mejor amigo, que había tenido en toda mi vida, y que iba a tener, porque jamás encontraría, ni había buscado a alguien como él, pues nadie estaría a su altura, divertido como nadie y alocado! Sonreí de nuevo y cogí su tarta aún agazapada sobre mí misma, como si tuviera miedo de relajarme, pero no obstante lo estaba, empecé a comerla con pequeños bocados, e intercalando sorbos de batido, estaba algo sedienta, pero nada demasiado exagerado, después deje de nuevo el batido en la mesa, y me limpie la boca, mirándole de nuevo con una sonrisa, note como me miraba y lleve mi mano fría, por haber estado cogiendo el batido, la puse en su cara, empujándola con suavidad, mientras me reía -Como sigas mirándome te muerdo!- murmure divertida, siempre me había gustado la manera en como me miraba, como si me tuviera un cariño infinito, casi como si fuera una hermana pequeña para él, claro que yo le miraba de la misma manera, pero yo con admiración infinita.

No le di demasiada importancia a que no conservara mi número de teléfono, pero en ningún momento me creí que lo hubiera perdido sin más, por ello cuando me lo dijo alcé una ceja... Era normal que lo hubiese borrado o yo que se, después de un año sin noticias mías quizá lo mejor era hacer borrón y cuenta nueva, no sé, una persona menos de la que preocuparse, además ella tenía un negocio del que encargarse y, bueno... El caso es que lo entendía. Simplemente acabé con mi bebida y mi comida y enseguida le pregunte si le apetecía irse por ahí conmigo, ella me contestó que estaba de vacaciones y que le encantaría pasar el día conmigo, aquello me hizo sonreír e instintivamente me puse eufórico y me sentí bien, como en casa pro primera vez en mucho tiempo... Joder, que ganas tenía de estar con ella y pasar un día juntos otra vez! Entonces cogí una de las hojas de mi cuaderno y empecé a escribir en ella , apunté mi número de teléfono, mi dirección, mi correo... todo lo necesario como para contactar conmigo y cuando alcé la mirada me encontré con la suya, que me estudiaba con detenimiento y, de nuevo, no pude evitar hacer lo mismo con ella. Seguía teniendo aquella mirada perspicaz y pícara y esa increíble sonrisa que se contagiaba, una sonrisa realmente expresiva con la que eras capaz en un segundo de averiguar su estado de ánimo, esos pequeños detalles que tan bien recordaba eran los que menos habían cambiado de ella, bueno, su pelo seguía igual de rubio, quizá algo más largo pero seguía siendo precioso. Ella cogió la tarta bajo mi atenta mirada y empezó a comérsela a pequeños mordiscos mientras bebía su extraño batido helado. Dejó el batido en la mesa cuando terminó y se limpió la boca, ella había apartado sus ojos de mi entonces, pero yo no lo había hecho en ningún momento, entonces puso su mano, que estaba helada, en mi cara y me empujó mientras reía y decía que si seguía mirándola me mordería, no aparté mis ojos de ella pero empecé a reírme también, jugando, como tenía más fuerza que ella, terminé por prácticamente tumbarla en el sillón mientras ambos nos reíamos, me quedé frente a ella mirándola desde muy cerca a los ojos.

-¿Así que piensas morder? - pregunté con un tono algo pícaro. - Pues más te vale ir empezando ya porque no pienso dejar de mirarte, es tu culpa por ser tan guapa, enana!

Continuamos riéndonos y al final fui yo mismo quien terminó por darle un mordisco cariñoso en la mejilla, sin hacerle daño ni nada. Volví a dejar que se incorporara y fui a tirar mi baso de plástico vacío. Me puse de pie, recogiendo mi cámara y todas mis cosas y me quedé allí, mirándola y esperando a que terminara, cuando lo hizo de una vez por todas se levantó y antes de hacer ni decir nada le di la hoja de papel.

-Toma... Espero que esta vez no lo vuelvas a perder... - le guiñé un ojo y le di la hoja con mi teléfono, mi dirección y de más. - Bueno pues... cuando quieras podemos irnos. ¿Qué te apetece hacer? ¿Quieres ir a algún sitio en especial? ¿Quieres ver algo? ¡Tú mandas!



[OFF: Uuuuuuff! Que soso me ha quedado, lo siento... Me da a mi que voy teniendo sueño ya... >.<]

Seguía observándome a pesar de que yo le advertí que no lo hiciera, o le mordería, pero aún así el lo siguió haciendo, le dedique alguna que otra mueca, el empezó a reírse a mi vez, cuando le amenacé, y prácticamente de manera juguetona me dejo tumbada en el sillón, se quedo frente a mí riéndose, mirándome directamente a los ojos, muy cerca, hacia tanto tiempo que no le había tenido de aquella manera, años.. añoraba ver y sentir su risa, sus ojos, su aliento mezclado con alcohol cuando íbamos de fiesta, nunca había reparado hasta ahora en la de cosas que sabía perfectamente de él y su cuerpo, y que ahora algunas habían cambiado, me preguntó si pensaba morderle, aquello me hizo salir de mis pensamientos, le mire con una sonrisa juguetona y le enseñe mis dientes, como si fuera un gato o algo así, después me dijo que fuera empezando, porque no pensaba dejar de mirarme, y que era mi culpa, por ser guapa, y me llamo enana, hice una mueca contradiciéndole, no era nada guapa, al final fue él quien se acerco y me mordió la mejilla con suavidad, emití un pequeño suspiro, una especie de queja, pero aquella me hacia recordar tantísimas cosas que habíamos pasado juntos que para nada me molestaba, todo lo contrario, deseaba muchísimo que todo fuera igual que antes, incluso mejor.

Se puso de pie, y espero a que yo terminara, me acabe el batido y tire las cosas a la basura, para después alcanzarle y mirarle con una sonrisa dulce, me dio una hoja de papel, le mire sin entender y me puse a leerla mientras él hablaba, y me explicaba, me había apuntado su número, su dirección, su correo… me reí y vi su guiño, me abalancé a sus brazos y le abracé, murmurando de manera divertida y exagerada -Prometo no perderlo, lo enmarcare en mi habitación!- empecé a reírme y le di un pequeño beso en la nariz, para después devolverle el mordisco en la mejilla, eso sí, yo utilice un pelín de fuerza, dejando una pequeña marca roja en ella y cuando me separe un poco para verla murmure -Ups!- después sonreí de nuevo.

Me dijo que cuando quisiera podíamos irnos, le mire y dije eufórica -Vamos ya!- después le tome de la mano, bajando sobre mis talones, ya que había tenido que ponerme de puntillas, para poder alcanzar su rostro, siempre había sido alto, pero ahora lo era muchísimo más, y yo no era bajita, precisamente, pero bueno, siempre era más divertido ser mas bajita que los chicos, más manejable quizás.. me pregunto qué quería hacer, donde quería ir y si quería hacer algo especial, me quede pensativa mirándole, en realidad me apetecía pasar muchísimo tiempo con él, contrarrestar todo este tiempo sin él, quería enseñarle mi casa, el restaurante, y salir con él como en los viejos tiempos, cogí su mano empujándole a la escalera y murmure divertida -Te apetece ir a mi casa para empezar? Así la ves, y tengo botellas de todo tipo- me reí y le guiñe un ojo, me refería a botellas de alcohol, sabía que eso era una buena baza para convenzerle.

No tardó demasiado en terminar su batido y, como yo, fue a tirarlo a la basura. Cuando volvió yo ya estaba de pie y fue cuando le tendí al hoja de papel con las mil y una formas para localizarme y contactar conmigo, Joder! me había faltado poner mi DNI y mi número de la seguridad social, Ah! y mi altura y mi tamaño de pene... Aunque dudaba seriamente en que esas dos cosas no las supiera ya. Entonces se abalanzó sobre mi, abrazándome y prometiéndome que esta vez no lo perdería, bromeó diciendo que lo enmarcaría en su habitación y entonces me dio un beso en la nariz y me mordió la mejilla, algo más fuerte de lo que yo había hecho con ella, dejándome una marca roja. Murmuró un "Ups!" y sonrió al ver mi mejilla, como si no hubiera querido hacerlo, dios me daban ganas de ponerme a pelear con ella como dos críos pequeños, a mordiscos y cosquillas... Eufórica, me dijo que nos marcháramos de allí y me cogió de la mano mientras caminábamos. Me había dado cuenta de que había tenido que ponerse de puntillas para llegar a mi cara, lo que me hizo gracia, había crecido mucho más que ella en todo el tiempo que habíamos pasado sin vernos y tenía suerte de que hubiera dejado de llevar plataformas ni botas altas con puntera de metal, porque sino no tenía ni idea de como habría llegado a mi, aún así, era realmente adorable cuando hacía eso. Entonces, mientras salíamos de una vez por todas del Starbucks, Ruth me propuso que fuéramos a su casa, para enseñármela y me intentó convencer diciéndome que tenía alcohol allí, vale, tenía que reconocer que Ruth me conocía MUY bien porque aquello era una gran baza para convencerme de LO QUE FUERA! Esbocé una media sonrisa y la miré.

-La verdad es que no es mala idea... Después de todo, el pueblo está bastante cerca de aquí, no? - pregunté. La verdad, me apetecía mucho ver su casa, ir a su restaurante, conocer a sus amigos y ver como era su vida después de tanto tiempo. - Pero solo con una condición.... ¡Esta noche salimos tu y yo por ahí! Y si quieres, cuando volvamos de fiesta podemos ir a mi casa a ver películas hasta que nos quedemos dormidos mientras nos hartamos de palomitas y helado! - dije muy emocionado.

Me encantaba hacer ese tipo de cosas más propias de un adolescente con las hormonas revolucionadas que de mi mismo, que si, ya había pasado por aquello... Pero no podía evitar que me siguieran gustando las cosas que antes me gustaban, en realidad, había cambiado muy poco mi lema seguía siendo "Hasta que el cuerpo aguante!" y por eso supe que Ruth no se sorprendió de mis palabras, empezamos a caminar por la calle, cogidos de la mano, la gente debía de pensar que eramos pareja o algo así pero me daba igual. Mientras, hablábamos, ella me dijo que iríamos en su coche y no dije nada, de hecho quería ver como conducía, cuando nos habíamos conocido yo tenía una harley bastante grande y me encantaba la velocidad, ahora tenía un camaro de 2008 y seguía amando la velocidad pero no tenía ni idea de qué tipo de gustos tendría ella en cuanto a coches, si le gustaban grandes, pequeños, lentos, rápidos... Oh, dios parecía que estuviera hablando de otra cosa! Decidí dejar de pensar y centrarme en ella, mi conciencia me traicionaba muchas veces y esta era una de ellas, porque la verdad es que no podía evitar darme cuenta de que Ruth tenía un cuerpazo, había crecido y sus curvas, eran impresionantes, tenía un cuerpo de infarto, una cara preciosa, unos ojazos y unos labios... Que simplemente daban ganas de morderlos. Vale, vale, Tommy, para el carro!

Pues sí aunque pareciera raro, me moría de ganas por que viera mi restaurante, porque probara mi comida, que viera mi casa, si! Definitivamente, esta vez ya no quería perderle, y lo mejor es que parecía que apenas había cambiado, si había crecido, como todo el mundo después de unos cuantos años, pero la verdad es que en todos los sentidos parecía a ver mejorado, porque de carácter era genial y de físico, wao! Sin palabras, joder tenía que reconocerlo, nunca había sido feo, y a pesar de tener cara de cansado, resacoso, y bueno ir un poco de cualquier manera, estaba para tener sueños poco angelicales con él, desvíe mi mirada mientras caminábamos por la calle cogidos de mi mano, le dije de tomar mi coche, para llegar antes, y efectivamente le dije que estaba cerca de Houston, por suerte, desde luego últimamente, estaba trastornada, hacía cosas que ni siquiera en la época adolescente, que había conocido a Tommy, hacía, y tenía que empezar a plantearme, que las cosas no podían seguir así, pero es que en realidad, no veía otra manera de evadirme y lo había intentado de todas las maneras posibles.

Me dijo que sí, le mire con una sonrisa de oreja a oreja, mientras llegábamos donde tenía aparcado el coche, era un coche sencillo, rojo, pero bastante rápido, y consistente, sabía que a Tommy, almenos antes le encantaba la velocidad, cuando me dijo que aceptaba con una condición ladee mi cabeza para mirarle, a ver que iba a pedir.. cuando me dijo su plan, le di una palmadita en la espalda, y empecé a reírme después le mire y murmure eufórica -Suena realmente genial, acepto!- murmure divertida dándole mi mano para que la estrechara, y así cerrar un acuerdo ficticio, antes nos pasábamos el día bromeando, haciendo el tonto y hiendo de un lugar a otro, y por las noches fiesta!! Y ahora parecía estar todo igual, cosa que me alegraba de una manera increíble, como si no hubieran pasado los años, además Tommy siempre me había alegrado los días, siempre, estaba allí cuando le necesitaba, cuando estaba mal, no me presionaba y me hacía reír, definitivamente, sí era el mejor amigo que nadie podría tener jamás, me dijo aquello emocionado, lo cual me hizo reír todavía mas.

Llegamos al coche, abrí el coche y me senté en el asiento del conductor, le mire con una sonrisa y rebusque en la guantera, la música que solíamos escuchar siempre, y cuando encendí el cacharro empezó a sonar “Crazy Bitch” no pude evitar mirar a Tommy y empezar a reírme, notaba su mirada fija en mí, y en mi cuerpo, yo intentaba no mirarle, solo cuando él no lo hacía, porque así podía analizarle y observarle con detenimiento, sin pasar algo de bochorno, porque desde luego, no me perdía un solo centímetro de su cuerpo, para comprobar que cosas habían cambiado, encendí el motor y murmure un poco alto, para que me escuchara a pesar de la música, buena música si señor! -Con suerte tardaremos unos 10 minutos..- le guiñe un ojo, 10 minutos en coche imposible, claro que pensaba pisar el acelerador a más no poder, cuando llegáramos a una zona sin vigilancia y así lo hice, no se me daba mal conducir, aunque era muy joven, sabía conducir desde los 16, mientras conducía pregunte de manera divertida girándome un momento para mirarle con una sonrisa -Eh! Cuantos tatuajes nuevos llevas?- pregunte después le saque la lengua di un golpecito en el volante y dije -Quiero saber que son y donde están!- me reí y volví mi vista rápidamente a la carretera, ya estábamos llegando a Townhidden.

Ruth no dudó ni un segundo siquiera a la hora de aceptar mi condición y alargó el brazo para que así "cerráramos el trato" de alguna manera, le estreché la mano y le guiñé el ojo. No tardamos demasiado en llegar a su coche, no era demasiado grande peros e veía bastante potente por fuer, era de color rojo intenso la verdad era que, simplemente viendo aquel coche, estaba claro que le pegaba mucho, era muy de su estilo y viéndola ahora, no podía imaginar un coche mejor para ella. Abrió el coche y ambos entramos a la vez, tuve que echar un poco hacia atrás el asiento del copiloto para poder estirar un poco las piernas, sí, desventajas de ser tan alto... Mientras tanto, Ruth buscaba algo en la guantera, encendió la radio y la canción que comenzó a sonar me hizo mirarla realmente sorprendido, alzando una ceja. La canción me encantaba y hacía demasiado tiempo que no la escuchaba y volver a oírla allí, en el coche de Ruth a su lado me sorprendió nuestros gustos musicales siempre habían sido parecidos y so había ayudado mucho cuando nos conocimos pero luego, al pasar el tiempo, era de lo que menos hablábamos y si, echaba de menos aquellas interminables charlas sobre música a las 4 de la mañana tumbados en la playa y completamente borrachos, tanto, que no podíamos siquiera levantarnos... Volví en mi al escuchar la risa de Ruth, seguro que por la cara que había puesto al escuchar la canción, le devolví una amplia sonrisa y empecé a cantar la canción, mientras le daba un poco más de volumen. Mientras cantaba, me quedé mirándola de nuevo, la verdad era que no le había quitado el ojo de encima desde que nos habíamos encontrado y es que me resultaba imposible no hacerlo, joder! tenía que recuperar más de uno y dos años de no haberla visto, así que necesitaba hacerlo, ponerme las botas y mirarla, estudiarla y aprenderme de memoria su cuerpo hasta que al cerrar los ojos la viera en mi mente. De vez en cuando, apartaba la mirada para fijarme en cualquier otro detalle y entonces notaba su mirada en mi, haciendo exactamente lo mismo que yo estaba haciendo con ella, una de esas veces habló me dijo que tardaríamos unos 10 minutos en llegar al pueblo, asentí y ella arrancó y salimos de allí. Estuvimos medio en silencio gran parte del camino, yo la miraba a ella y cuando no, el paisaje, además de cantar las canciones que sonaban en la radio que, casualmente todas me encantaban y todas me las sabía de memoria. Al principio, fuimos bastante lentos hasta que salimos de la ciudad, entonces ella pisó el acelerador y aumentó la velocidad, la miré con una sonrisa, sí, aquella era mi chica... Siempre respetando las leyes pero cuando estaba segura de que nadie la veía, haciendo lo que le apetecía, cuando le apetecía y como le apetecía... Rompió el silencio y me interrumpió mientras cantaba una canción preguntándome por mis tatuajes, le sonreí me encogí de hombros. Quería saber cuantos nuevos tenía, qué eran y dónde estaban.

-Bueno... Creo que cuando te conocí no tenía ninguno en el pecho... De hecho, creo que not enía ni los piercings en los pezones! - me quedé pensativo y finalmente me subí la camiseta para que viera los tatuajes de mi pecho: una flor de loto y el símbolo de Ohm bajo el ombligo, sobre él la palabra Mayhem, luego estaban los piercings en los pezones y encima dos leones tribales uno a cada lado que se juntaban a la altura del hombro con los tatuajes de mi brazo. Cuando estuve seguro de que los había visto me bajé la camiseta. - Además, ya tengo los dos brazos completamente terminados y en las manos me hice las estrellas... En la espalda me terminé el tribal y me hice otro descendiendo por la nuca y... de hecho creo que ya está. Ya sabes la tinta y yo vivimos un romance prohibido... - sonreí amplia mente. - ¿Y tú? ¿Ya has perdido la virginidad de una vez con los tatuajes? ¿O voy a tener que hacer de celestina y presentaros? - pregunté guiñándole un ojo.

Cuando me quise dar cuenta estábamos entrando en Townhidden, ya había estado en aquel pueblecito antes pero nunca había caído en que Ruth vivía allí, si lo hubiera sabido antes, sin duda, habría ido a buscarla y nos habríamos visto mucho antes... Ojalá pudiera explicarle todo lo que había pasado, por qué había decidido marcharme de Los Ángeles y además... Ahora tenía a un cazador pisándome los talones. Me quedé durante un momento mirando por la ventanilla las casas y las calles del pueblo que parecía tener mucha más vida por el día que por la noche y miré a Ruth sonriente.

-Vaya, vaya... Mira a quien le gusta la velocidad... ¿Sabes que hemos tardado menos de 10 minutos? - la miré con complicidad. - Me da a mi que alguien ha pisado el acelerador a fondo.... - sonreí y me acerqué a ella para darle un dulce beso en la mejilla. - Eso como premio por llegar antes. - solté una carcajada al ver la cara que puso y enseguida volví a cambiar de tema. - ¿Por qué zona está tu restaurante? ¿Es conocido? ¿Va mucha gente? ¿Y tu casa...?

Me guiño un ojo, y vi su cara cuando sonó esa canción, recordaba haber pasado horas y horas comentando las canciones y los grupos de música que valían la pena con Tommy, las borracheras, cuando acabábamos tirados en la playa, hablando de cualquier cosa, me reí al verle, me encantaba saber de nuevo de él, y esperaba que las cosas no se torcieran, es más, no sabía si él querría pero yo tenía muy muy claro, que esta vez no se iba a deshacer de mí tan fácilmente, él se puso a cantar todas las canciones, era música que le gustaba y yo lo sabía, lo recordaba perfectamente, por eso mismo, lo había puesto, y me hizo gracias verle cantar, otra vez, después de tanto tiempo, parecía feliz y eso me agradaba, cuando le pregunte por sus tatuajes sonreí, y el hizo lo mismo, incluso se encogió de hombros, le observe con cautela, intentando no desviar por mucho tiempo, solo apenas segundos, la vista de la carretera, después me comento que cuando lo conocí creía que no tenía los piercings en los pezones, abrí mucho los ojos y le mire, dios! Claro que no los tenía! Si.. los hubiera tenido lo recordaría perfectamente.. aunque la verdad es que con su forma de ser, le pegaba, aunque en realidad, tenia muchísima curiosidad por verlos, se quedo pensativo, le sonreí y acelere todavía más, la verdad es que me moría de ganas por beber, y pasar un buen rato con Tommy hablando de todo lo que había pasado este tiempo.

De repente de reojo vi como se subía la camiseta, me gire para verle, wao! Estaba totalmente lleno de tatuajes, y lo cierto es que todos parecían hermosos, pero no podía verlos bien, de repente volví mi vista a la carretera y murmure -Dios Tommy! Tapate no querrás que estrelle el coche no?- me reí y le di un golpecito con el puño en el hombro, después le guiñe un ojo, ya estábamos entrando a Townhidden, cada vez más cerca de casa, me explico los tatuajes cosa que agradecí y le mostré los dientes en una sonrisa divertida, mientras seguía de nuevo mirando a la carretera, tenía la intención tanto quería como si no, de inspeccionar bien todos sus tatuajes, de repente me soltó si había perdido la virginidad con los tatuajes, me atragante y tosí un par de veces, después le mire con una sonrisa y murmure fingiendo pena -Tendrás.. que hacerme de celestina, porque todavía no me echo ninguno- reí y le saque la lengua -Lo cierto.. no me enamorado de ninguno tanto como para hacerlo permanente en mi cuerpo para toda la eternidad- reí de nuevo, no mire el reloj, pero estaba segura de que habíamos tardado poco, aunque faltaba apenas un minuto para llegar a mi casa, me comento con diversión, mira a quien le gusta la velocidad, también que habíamos tardado menos de 10 minutos, después de hacer algunos comentarios beso mi mejilla, dijo que era un premio, por llegar antes, le sonreí y escuche que me preguntaba porque zona estaba el restaurante, si era conocido, si iba mucha gente, y donde estaba mi casa, reí -Poco a poco vaquero- le guiñe un ojo y finalmente pare delante de una casa, bastante grande y elegante, mi casa, aparque en el parking exterior, y apague la radio, así como salí del coche cerrándolo -Bienvenido a mi “humilde” morada- murmure mirándole para ver su reacción, después lo tome de la mano, casi corriendo y le obligué a seguirme a toda prisa, fui hasta la puerta con él, abrí y le indique que pasara primero, después de entrar, lo conduje al salón y le invite a sentarse donde quisiera.
-Que quieres tomar Tommy? Y como si estuvieras en tu casa, ya lo sabes- le comente mientras que abría un armario, mini-bar, que de mini tenía lo de yo de pelirroja, me gire y le mire con una sonrisa, mostrándole el arsenal de botellas de todo tipo que había allí para que escogiera, esperaba que no le molestara, que le hubiera hecho entrar corriendo y demás…

Solté una carcajada cuando dijo que me tapara si no quería que tuviéramos un accidente y le hice caso, me bajé enseguida la camiseta aunque disfrutaba haciéndola rabiar y lo hice de forma muy lenta, bailando al ritmo de la canción mientras me reía y veía como ella me miraba de reojo. Luego me comentó que aún no tenía ningún tatuaje y abrí mucho los ojos, no comenté anda porque entonces mi cabeza empezó a maquinar rápidamente, había conocido a una chica en Los Ángeles que era tatuadora y me había enseñado a hacerlo, de hecho me había regalado una pistola para tatuar y la tenía en casa... Quizá podría hacerle un regalo a Ruth pero de momento no dije nada y seguí escuchando como hablaba de que no había encontrado aún ningún tatuaje que le gustara tanto como para llevarlo en su piel de por vida. Entonces fue cuando entramos en la ciudad, le di su premio y empecé a hacer miles de peguntas acerca de su restaurante, su casa y su vida en general... Quería saberlo todo! Entonces me dijo que fuera poco a poco y me llamó vaquero,d e nuevo no pude evitar reírme, no sabía a que había venido aquello pero me hizo mucha gracia. Joder, si es que aquel día estaba jodidamente feliz, y todo gracias a ella! No tardó demasiado en aparcar delante de una enorme casa, salimos del coche y me dijo que allí era donde vivía. Me quedé embobado mirándola, era enorme y estaba muy bien, me encantaba... Sin darme tiempo a estudiar la casa ni a observarla bien, Ruth me cogió de la mano y me llevó corriendo al interior que era mucho mejor que la parte de fuera, la decoración tenía pinta de cara y elegante. Me condujo al salón y yo me quedé allí de pie, mirando a mi alrededor mientras ella me preguntaba qué quería de beber. Y me dijo que me sintiera como si estuviera en mi casa, pero joder, mi casa no se parecía en anda a aquello! Y cuando vi aquel "mini bar" (por llamarlo de alguna manera, porque era enorme) me enamoré. Me dejé caer sobre el enorme sofá.

-Tio... esto es increíble... - comenté para mi mismo mientras miraba a mi alrededor. - Yo quiero algo de Jack Daniel's... Ya sabes, los viejos habitos nunca mueren. - le guiñé un ojo y esperé a que se sentara a mi lado. - Tu casa es enorme, me encanta! Aquí podrías dar unas fiestas brutales... - le dije una vez que estuvo a mi lado con la botella de Jack en las manos. - Oye... - comencé. - Ha pasado mucho tiempo y... Me he saltado algunos de tus cumpleaños... ¿Qué te parecería que te hiciera un regalo que sirviera para compensartelo? - pregunté. Me refería al tatuaje. Ahora quería hacérselo, era mi amiga y sería algo especial, que estaba seguro de que nos uniría aún más, me quedé allí callado mientras esperaba a que hablara. - Por cierto... ¿Teniendo una casa así no tienes mascotas? Joder yo tendría de todo!

Me hizo una gracia enorme, verle tan ilusionado, se sentó en el sofá, pude ver como miraba con ojitos a mi “mini-bar” estaba segura de que le gustaría y en efecto, le gustó, cogí dos botellas de Jack, y le tendí una sin copas, a morro! Pensé mientras le miraba con una sonrisa, me tire al sofá, a su lado, escuche como decía que era increíble, me reí, bueno le gustaba mi casa no? Eso era bueno.. y me alegraba porque había tenido un poco de miedo, a que la rechazara, por ser muy pija o elegante o algo así… pero lo cierto es que yo siempre había tenido mi estilo propio, sin perder la elegancia, que le íbamos a hacer… después el mismo me afirmo que le encantaba mi casa, después dijo que allí se podrían hacer fiestas brutales, me reí no había cambiado nada, le di un golpecito en el brazo, mientras le miraba, y me sentaba de frente a él, abriendo mi botella y dándole un largo trago.

Mientras bebía empezó a hablar de nuevo, me trague el liquido y le mire ladeando mi cabeza, prestándole atención sin borrar la sonrisa de mi boca, me sorprendió lo que dijo, quería recompensarme por todos los cumpleaños que se había saltado, me reí, y espere a que acabara de hablar, no quería interrumpirle, pero como vi que cambio de tema, por un momento murmure -Gracias T, pero no tienes porque hacerlo, compénsame con tu presencia y ya está bien- murmure mientras dejaba la botella en la mesa y saltaba encima de él para abrazarle de manera dulce, con una brizna divertida, después cuando dijo lo de las mascotas me puse sería, fingido, me separe un poco y susurre -Tommy.. tengo una mascota, pero no quería decírtelo así..- desvié la mirada, rebusque entre la mesita, el cajón y saque un espejo, y hice que se mirara -Mira! Ahí lo tienes a que es mono?- me reí y volví a abrazarle, acababa de decirle por toda la cara que era mi mascota, claro estaba que era todo una broma, después sin separarme de él murmure -y.. yo que te regalo?- pregunte sin dejar de abrazarle, al cabo de un rato, ya me separe, porque no quería incomodarle, aunque me quede sentada en una de sus piernas, como quien no quiere la cosa, le mire divertida -Que? Notas tú pierna?- murmure mientras volvía a reírme, después de un rato me quede observándole, mientras volvía a beber de mi botella.

Abrió la botella antes que yo y le dio un gran trago, entonces dijo que no era necesario que le hiciera ningún regalo, que con que estuviera allí, con ella, era más que suficiente, hice una mueca pero no dije nada más... Joder, sería algo especial, que, en cierto modo, no uniría más... Algo para siempre... Entonces dejó la botella en la mesa y se sentó sobre mi, como una niña pequeña, no podía decir que aquello no me gustara porque más bien era todo lo contrario, me encantaba. Me abrazó y entonces dijo que si que tenía una mascota, se levantó a por algo y la miré extrañada, volvió enseguida a sentarse sobre mi y me dijo que viera a su mascota, puso en espejo frente a mi cara y alcé una ceja y luego la miré.

-¿Me estás llamando mascota? - pregunté. - Está me la as a pagar... Cuando menos te lo esperes... - le guiñé un ojo.

Enseguida volvió a abrazarme, entonces me preguntó qué podía regalarme ella, estuve a punto de decirle algo de lo que qui´me habría arrepentido durante mucho tiempo y por suerte me callé. Después de un rato se separó de mi y se quedó sentada en una de mis piernas, yo aproveché aquella "libertad" para beberme media botella de Jack Daniel's de un par de tragos, me miró divertida y alcé una ceja, entonces me preguntó si sentía la pierna. Esbocé una media sonrisa y dejé la botella en la mesa y entonces...

-Claro que la siento pero... - me abalancé sobre ella y la tumbé sobre el sofá mientras empezaba a hacerle cosquillas por todo el cuerpo. - A ver como te libras ahora de esto!

Después de un buen rato en el que ninguno paró de reír me quedé allí, tumbado junto a ella, con la cabeza apoyada en mi mano mirándola y entonces bostecé. ¿Cuantas horas se suponía que había dormido? Bah, ni lo recordaba y me daba bastante igual, de hecho, ahora estaba bien, estaba a gusto y se podía decir... que era feliz.

-¿Sabes? El regalo... Era un tatuaje... Ya sabes, no dibujo mal y hace un tiempo una chica me enseñó a tatuar... - me encogí de hombros. - Si quieres podría hacerte algo. - sonreí y sin querer volví a bostezar. - Vale, creo que tenemos que empezar a movernos porque como siga tumbado aquí acabaré por dormirme!

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'1' :

Cuando me pregunto si le había llamado mascota, me reí, cuando me dijo que esta la pagaría cuando menos lo esperaría, me guiño un ojo y me reí divertida, cuando me senté sobre su pierna, vi como tomaba la botella, de Jack Daniel’s y se bebía la mitad, en un par de tragos, después me reí, mirándole divertida, vi como dejaba la botella encima de la mesa, y me dijo que si la sentía, pero no continuo, se abalanzó sobre mí y empezó a hacerme cosquillas por todo el cuerpo, me retorcí mientras me reía y le suplicaba que parara, me dijo que a ver cómo me libraba ahora de eso, lo abracé con fuerza, pero tuve que soltarle como no podía dejar de reírme, se quedo estirado junto a mi mientras, apoyaba la cabeza en su mano, bostezó, tenía cara de cansado, acaricie su rostro, con ternura.

Me sentía especial con él y feliz, le había reencontrado, y eso era increíble, porque jamás pensé que lo volvería a ver, y la verdad es que lo deseaba muchísimo, en tan poco tiempo le cogí demasiado cariño, siempre supe que era un chico especial, único, el mejor amigo del mundo, además me hacía sentir como una niña pequeña, me hacia recordar tiempos felices y ahora más que nada, necesitaba algo de cordura en mi vida, y él, quizás no podía darme exactamente cordura, pero si su amistad incondicional, y felicidad.

Finalmente me explico a lo que se refería, un tatuaje, abrí mucho los ojos, la verdad es que siempre me había quedado con ganas de hacerme uno, me explico que él no dibujaba mal y yo le corregí diciendo que dibujaba genial, después explico que una chica la había enseñado a tatuar, sonreí mientras me lo explicaba todo, después dijo que si quería podía hacerme algo, y volvió a bostezar, también dijo que necesitaba movimiento, cogí mi botella y le di un largo trago, después me reí y se la pase, la suya estaba casi vacía, le abrace muy fuerte aunque la botella me paraba porque estaba entre ambos y murmure contenta -Me gustaría muchísimo que me hicieras un tatuaje- admití mirándole con una sonrisa y besando su mejilla, después me separe un poco y pregunte curiosa -Y que quieres hacerme? Y donde?- puse cara de sorpresa mientras se me escapaba la risa.

Mientras estábamos tumbados en el sofá y le conté mi idea del tatuaje ella volvió a coger la botella y a beber, me la pasó para poder hablar ella y le di un par de tragos, dejando la suya medio vacía también. Me abrazó, aunque algo incómoda por tener la botella entre nosotros, separándonos un poco, entonces comentó que le encantaría que le hiciera el tatuaje y me dio un beso en la mejilla, se volvió a separar un poco de mi y enseguida empezó con la ronda de preguntas, qué quería hacerle, donde... Lo típico. Antes de hablar le pasé la botella para que bebiera un poco, me sabía mal terminarme la suya también, así que esperé a que la cogiera y estuviera bebiendo para contestar, mientras tanto, no pude evitar que mi mano libre se posara en su cadera y, en cierto modo, nos acercara más. La miré a los ojos durante un momento antes de responder de una vez.

-Pues... Había pensado en algo así como un pajarillo... - esbocé una media sonrisa. - Ya sabes, tú siempre has sido de alguna manera como un hermoso pajarillo que iba de un lado a otro buscando su sitio. - me encogí de hombros y con la mano que tenía en su cadera subí un poco su camiseta y empecé a acariciar su costado, casi llegando al pantalón. - Pues había pensado en esta zona... Si quieres, claro... - me mordí el labio inferior y sonreí. - Te puedo tatuar cuando quieras, tengo la tinta y la pistola en mi casa, solo tengo que hacer la platilla o, bueno... dibujartelo en la piel y empezar...

Me incliné un poco y le di un beso en la mejilla, luego le di varios besos bajando por su cuello y me separé a tiempo para no seguir más, había sido un impulso que no había podido reprimir a tiempo, sonreí de forma inocente, intentando que no se enfadara y me levanté de golpe algo nervioso, me estiré y me desperecé como un perro, cogí mi botella medio vacía que descansaba sobre la mesa y me la terminé de un trago. Me giré hacia ella y sonreí.

-Bueno... ¿No tenías que enseñarme tu restaurante? - pregunté ansioso. - Podemos comer allí, ¿No? Y luego volvemos a Houston, te hago el tatuaje y salimos por ahí... O nos quedamos en casa viendo películas o haciendo lo que tu quieras... Recuerda que hoy soy todo tuyo! - le guiñé un ojo.

Antes de empezar a hablar, me tendió de nuevo la botella, y empecé a beber sin quitarle el ojo de encima mientras, que poco a poco me la acabe, después resople, y me di un golpecito en la barriga, sonriéndole, y deje la botella vacía en la mesa, poso su mano en mi cadera y yo sonreí, me acerco mas a él y yo moví mis caderas con suavidad para acercarme más, esperando que no le importara, cuando dijo que había pensado como un pajarillo, que yo era como uno que buscaba su lugar, me reí, me conocía bien, y estaba segura que acertaría de lleno, subió un poco mi camiseta, donde tenía su mano puesta, y empezó a acariciar mi costado, mi mente se nublo por un momento, mi cuerpo se movió con suavidad sobre él, me había provocado, enseguida recordé que era Tommy, que mierdas estaba haciendo? Cuando se mordió el labio inferior, cogí aire profundamente, y cerré los ojos por un momento, después los abrí y le sonreí.

-Quieres hacérmelo sobre la piel?- pregunte con una sonrisa, quería ver como lo hacía, después beso mi mejilla, el siguió dándome pequeños besos en el cuello, cerré los ojos, dios mío! No podía ser inmune a eso, Tommy era el chico perfecto, mi mejor amigo, el mejor de los mejores, y no.. no podía sobrepasarme, pero estaba segura de que la botella entera de Jack Daniel’s me había afectado bastante, paro de hacerlo, sonrió de forma inocente, pude notar que se había puesto nervioso, y como se acababa la botella, me levante precipitadamente y abrí de nuevo el armario, saque dos botellas mas, y volví a su lado, una estaba empezada, y yo empecé a beber, deprisa, me sentía un poco mareada, es cierto que siempre tenía mucho aguante, pero llevaba una botella entera yo solita en poco tiempo, aquello no podía pasar desapercibido para mi cuerpecillo de humana.

Me sonrió después, me dijo que hoy era solo mío, y también me comento que planes podíamos hacer, y me preguntó por el restaurante, volví a sentarme en el sofá, y me puse a pensar, al darme cuenta de que no podía, me percate de que llevaba todo ese rato con la vista clavada en
Tommy, sin perderme ningún detalle -Podemos hacer lo que más te apetezca- murmure de manera dulce, me apetecía que me hiciera ese tatuaje, después me acerque a él y pose mis manos en su pecho sonreí de manera picara y susurre -Ahora.. podría ver bien todas tus nuevas, obras de arte no?- pregunte extremadamente dulce y suave, con una brizna de sensualidad inevitable, después deslicé mis manos por debajo de su camiseta, y me incline sobre él acariciando su pecho mientras subía poco a poco la camiseta, sin dejar de contemplar sus ojos, solo esperaba que no le sentara mal aquello.

Estaba de pie, la verdad es que me había puesto demasiado nervioso quizá por nada, pero es que Ruth, con todo lo que hacía, conseguía hacer que sin más, se me fuera la cabeza y acabara haciendo y pensando cosas como ella pero... Joder, era mi mejor amiga! Se supone que esas cosas no se suelen pensar sobre las mejores amigas, se supone que hay una barrera entre los amigos y... algo más. Pero hacía tanto que no nos veíamos que aquella barrera se había vuelto muy difusa. Suspiré, y ella se levantó sin más y volvió al "mini-bar" a por dos botellas de Jack Danil's, dejó una llena sobre la mesa y empezó a beber de una que ya estaba empezada, se quedó a mi lado pero mientras yo hablaba, terminó por sentarse en el sofá de nuevo, se quedó callada, mirándome fijamente hasta que por fin dijo que podíamos hacer lo que yo quisiera. Me encogí de hombros, la verdad es que me daba igual mientras pasara un buen rato con ella, se levantó y puso sus manos sobre mi pecho, seguí todos sus movimientos y me quedé mirándola extrañado, entonces me dijo que ahora podría ver mis nuevos tatuajes con algo más de detenimiento, tuve que tragar saliva porque de repente tenía la boca seca. Intenté decir algo pero no conseguí hablar, allí estaba, de pie, frente a ella, mirándola como un pasmarote cuando metió sus manos por dentro de mi camiseta y empezó a acariciar mi pecho mientras subía la camiseta y se acercaba más y más a mi... ¿Es que acaso me estaba poniendo a prueba? Sus ojos seguía fijos en mi y los míos no podían apartarse de ella ni un segundo.

-Yo... - comencé. No pude terminar la frase.

Puse fin a la distancia que nos separaba y terminé besándola con pasión, enredando una de mis manos en su pelo y acercando aún más su cara a mi. Me separé rápidamente al darme cuenta de lo que estaba haciendo. Intenté alejarme de ella, pero de algún modo no pude, o no me dejó... Vale, bien... A tomar por culo! Me quité la camiseta sin dejar de mirarla a los ojos, ella seguía igual de cerca de mí o incluso más, una vez me quité la camiseta volvió a colocar sus manos sobre mi pecho y de nuevo volví a besarla con intensidad, caminando hacia el sofá mientras nuestras lenguas jugueteaban en la boca del otro, cuando tropezamos con él, caímos sobre él, y empezamos a quitarnos la ropa mutuamente sin decir nada más, en el fondo, no hacia falta... Ella sabía lo que yo quería, yo sabía lo que ella quería... Más bien, nuestros cuerpos hablaban por si solos y era hora de hacerles caso de una vez por todas, era algo inevitable y por fin, por suerte o por desgracia, estaba pasando.

Cuando empecé a acariciar su pecho, me miro d forma extraña, tanto que casi me hizo parar, pero lo cierto es que no podía evitarlo, lo había hecho como una excusa para meterle mano literalmente y no me había dado ni cuenta, la verdad es que tenía curiosidad por sus tatuajes nuevos y demás esa parte era cierta, pero había algo mas esa extraña atracción hacia él, no estaba segura de si era producto del alcohol o a que se debía pero allí estaba, y no estaba bien, éramos mejores amigos, pero.. ya estaba bien de pensar, pasaría lo que ambos estábamos deseando y ya está, no apartaba sus ojos de mi, note como quería hablar, pero solo consiguió decir yo.., por mi parte le sonreí dulcemente, con una brizna picara, que no podía ocultar, para que no se sintiera incomodo, seguía esperando su respuesta cuando de repente, elimino la distancia que había entre nosotros y me besó.

Su beso fue apasionado, y yo no lo dude dos veces, que empecé a corresponderle con toda la pasión retenida, enredo su mano en mi cabello, no podía evitar preguntarme si aquello estaba bien, pero a medida que notaba sus labios sobre los míos, su lengua entrelazada a la mía, ambas jugueteando de manera cada vez mas apasionada, me di cuenta de que empezaba a ser reacia a cualquier pensamiento, que pudiera parar aquello que estaba pasando, acerco mi rostro todavía más al suyo, de repente pareció darle un ataque de cordura, porque se separo de mí aunque como ambos estábamos amarrados el uno a otro no lo consiguió demasiado, de repente se quito la camiseta, me arrime a su cuerpo, pose de nuevo las pesos en su pecho, acariciándole con suavidad, viendo todos sus tatuajes con una sonrisa, de nuevo volvió a besarme con intensidad y yo a él, empezamos a caminar de culo hacía el sofá, el siguió besándome y yo a él, mientras nuestras lenguas jugueteaban intensamente, entrelazándose entre ambas, nos tropezamos contra el sofá, y caímos sobre él, yo sobre su cuerpo, me acomode con suavidad, para no molestarle y comencé precipitadamente a quitarme la ropa, con su ayuda, y él hizo lo mismo, mientras de vez en cuando le sonreía, no iba a dejar que aquello quedara así como así, sin importarme nada más ahora quería llegar hasta el final, me incorpore con suavidad sin dejar de besarle mientras que mis labios poco a poco se deslizaron, por su torso, mientras mis manos bajaban hacia sus pantalones, para deshacerme de ellos.

Hacía escasos segundos estábamos de pie, hablando como las personas y comentando los planes que teníamos y lo que íbamos a hacer ese día, ahora, estábamos tirados sobre el sofá quitándonos la ropa con desesperación, besándonos y acariciando nuestros cuerpos con avidez de más. Estaba seguro de que ninguno de los dos había pensado aquello con detenimiento, ninguno de los dos había hecho una lista con los pros y los contras de empezar con aquello pero ya daba igual, ahora, lo único que importaba era acabar porque era imposible parar. Empezó a recorrer mi torso con sus labios hasta llegar a mis pantalones, entre ambos los desabrochamos y me quedé en boxers, hice lo mismo con sus pantalones y ya estábamos en igualdad de condiciones, ya que su sujetador también había desaparecido. Agarré sus pechos y empecé a masajearlos y a lamer sus pezones con rapidez, luego los mordí y empecé a descender por su cuerpo hasta llegar al borde de su ropa interior. La miré con picardía y cambie nuestras posiciones poniéndola debajo de mi, empecé a besar su torso y a lamerlo, igual que ella había hecho apenas segundos antes y mis manos empezaron a deslizarse hacia abajo hasta que una de ellas atravesó la tela de su ropa interior y empezó a acariciarle el clítoris de forma lenta y pausada y poco a poco fui aumentando el rimo mientras mordí su cuello con pasión, dejándome llevar...