Atrapada (Jake)

Las pistas me habían llevado hasta aquel lugar alejado de la mano de dios. Aparqué el Camaro SS bastante alejado de las miradas de los lugareños y lo tapé un poco con algunas ramas para que no despertara sospechas de algún aventurero. Me adentré en el bosque, con escopeta en mano, y anduve esquivando los matos y saltando algún que otro árbol caído. Una vez más, eché una mirada al mapa que me había ofrecido el lunático de la posada. Parecía ser más complicado de lo que esperaba, pues los garabatos dibujados con un carbón por aquel hombre dejaban que desear. Después de unas horas indagando por el bosque, descubrí al fin la cabaña; era la típica casa ubicada en un claro de las montañas, y salpicada de fauna y flora a su alrededor. Ésta parecía tener un granero, en el que seguramente no habría más que cajas amontonadas y paja usada. No había señal alguna de ganado ni animales domésticos por la zona, cosa que me hacía pensar que las personas que vivieron aquí fueron aniquiladas desde hace ya varios años.

Me acerqué sigilosamente a la ventana de la casa y eché una breve mirada al interior. Descubrí que estaba en unas condiciones lamentables; mucha suciedad, muebles rotos y viejos y algún que otro bicho apoderándose del lugar. Lo que más me llamó la atención, fue el silencio que cubría el ambiente. Los seres que venía persiguiendo no eran muy sigilosos que se dijera, y me extrañaba mucho, que siendo lo que eran, estuvieran en un lugar como este… tan lejos de los cementerios.

Probablemente no me quedaría otra alternativa que irrumpir por la puerta trasera. Tendría que actuar rápido, pues estaba en desventaja al ser un terreno desconocido. Conté hasta tres y golpeé la puerta de una patada. Esta se abrió de golpe y para mi sorpresa acabó tumbada en el suelo. “Si que está la casa en mal estado”, pensé. Miré a ambos lados apuntando con la escopeta cerciorándome de que no había nada cerca. Seguramente el ruido habría despertado las sospechas del ser, cosa que esperaba, pues si estaba torturando a alguna víctima más, esto sería suficiente para entretenerlo. Avancé lentamente y continué en sigilo. Mis oídos pudieron percibir un quejido, proveniente de una voz femenina. “Bingo”

Entonces, irrumpí de golpe en la única habitación que me quedaba. Miré a todos lados antes de dirigirme a la chica que estaba atada en una silla de brazos y piernas. Su aspecto era muy demacrado, pero a pesar de eso, se podía apreciar la belleza de la joven. Me extrañó que en aquella habitación no hubiera nadie más que ella. “Era una trampa”. La chica intentó hacerme gestos con la cabeza pero sus nervios no dejaban nada en claro. Continué inspeccionando, miré armarios y me asomé a las ventas con cuidado para inspeccionarlas. Alcé la vista al techo por si a caso y me di cuenta de que verdaderamente la zona estaba vacía. “Curiosa reacción”. Al fin, desaté a la joven con cuidado, siempre teniendo a mano mi arma.

-¿Dónde están?-le pregunté cuando le quité el paño de la boca. Ella me contestó mientras yo deshacía sus manos y sus pies.

-Yo soy Jake-contesté sin dejar de mirar alrededor. Posé la escopeta sobre una mesa y saqué un cuchillo. La chica no apartó la mirada de mis movimientos, probablemente se preguntaría si me estaba tomando un descanso con esa criatura mirándonos. Posé la hoja afilada sobre mi antebrazo y corté limpiamente haciendo que un hilo de sangre descendiera por mi brazo. Elevé la vista una vez más para cerciorarme de que estábamos a salvo y pude ver la extraña expresión que tenía la chica al ver lo que estaba haciendo. Continué con mi estrategia, utilicé mi sangre para bañar la hoja del cuchillo con ella, entones, lo empuñé con fuerza y le hice unas señas a la chica para que se pusiera detrás de mí.

Avancé lentamente hacia donde la joven me había indicado, probablemente el vampiro, no estuviera ahí pero si quería que apareciera debía de caer en su trampa antes. Indagué como de costumbre hasta que al fin un repentino movimiento nos alertó. Algo se abalanzó sobre nosotros haciéndonos caer al suelo. Entonces, la lucha comenzó desde el suelo con un forcejeo entre el vampiro y yo.

Alesha se apartó rápidamente a un lado y nos dejó combatir con libertad. El vampiro parecía luchar por morderme el cuello pero yo no estaba dispuesto a ponérselo tan fácil, pues en cuanto consiguiera clavarle el cuchillo, se retorcería como un poseso. Algo no salió como esperaba, entre forcejeo y forcejeo el cuchillo salió volando alejado de nosotros. Con la mirada intenté advertir a la joven que esta era su oportunidad para cogerlo y clavárselo.

[OFF: Pensé que era un necrófago a lo que me enfrentaba xD]

Cuando Alesha clavó los dos cuchillos en la espalda del vampiro aproveché la distracción de éste para ganar terreno. Con un rápido giro me puse sobre este, agarré la empuñadura del machete que reposaba bajo mi chaqueta y lo saqué rápidamente de la vaina. Con un giro de muñeca arremetí contra el cuello de esté, degollándolo.

Entonces levanté la vista y me di cuenta de que la chica lo estaba pasando realmente mal. Una vampira la había cogido con la guardia baja y estaba a punto de hacerse con su cuello. Me levanté de un salto y agarré a la vampira de los pelos para forzar su cabeza hacia atrás, eso consiguió que Alesha se pudiera zafar de su mordedura. En unos segundos alcé el machete y corté su cuello, quedándome con su cabeza en las manos. La solté de golpe y enseguida me preocupé por la joven, me aseguré de que su cuello no había sido rasgado.

-¿Estás bien?-pregunté-¿Hay más?-quise asegurarme.

La chica parecía saber muy bien lo que hacía, me guió escaleras arriba y cuando llegamos al rellano hice que se detuviera para ir yo delante. No es que fuera machista ni nada de eso, pero ahora mismo era el que iba armado hasta los dientes.

-Este no es el nido de los vampiros, me extraña que te hayan retenido aquí, probablemente estemos solos ahora mismo. No tardará en llegar la ayuda-dije después de asegurarme de que las habitaciones estaban vacías-sígueme-.

Bajamos rápidamente los peldaños de la escalera. Recogí mis pertenencias y salimos al exterior sin preocuparnos de cerrar la puerta. Guié a la chica por el bosque, esta vez guiado por el instinto me aseguré de alcanzar mi coche. Por un momento, me preocupó que alguien lo hubiera descubierto, pues era nuestra única salida.

Finalmente encontré mi coche oculto bajo algunas ramas de árboles, las quité rápidamente y le hice un gesto a Alesha para que entrara en el asiento del copiloto, dejé la escopeta en el maletero y me aseguré de llevarme el machete conmigo. Entré en el coche y arranqué el motor.

-Vamos a un lugar seguro-añadí mientras me adentraba en la carretera.

-Está bien, las he pasado peores la verdad-contesté y continué rumbo al motel más cercano.

En cuanto llegamos, aparqué el coche y paré el motor.

-Ya hemos llegado-le dije. Ella pareció extrañarse, probablemente pensaría que un motel de mala muerte no era mejor opción que aquella cabaña, pero cualquier cosa era mejor con tal de alejarnos de los vampiros.

Subimos a la habitación y dejé la mochila sobre la cama, ella se quedó de pie en la puerta, no había mediado palabra desde entonces, tampoco es que yo le diera demasiado tema de conversación. La verdad es que estaba algo cansado y estresado por el viaje hasta Inglaterra, el encuentro con los lugareños y los malditos vampiros. Quizá ahora me relajara un tanto antes de volver a ponerme en busca del nido.

Me lancé de espaldas sobre la cama y me quedé tieso mirando al techo. Ella parecía no extrañarse por mi comportamiento. Si hubiera sido otra persona habría pensado que la había traído al motel para hacer otras cosas interesantes, ya que, podría haberla dejado segura en su hogar. Estaba completamente seguro de que Alesha sabía cuál era mi trabajo, porque no había hecho ninguna de esas preguntas agobiantes que habría hecho un ignorante feliz. Y probablemente, ella también pudiera tener algo que ver con los cazadores, pues parecía saber combatir y moverse entre esos seres.

-¿Eres cazadora?-lancé la pregunta al fin.

Asentí a su gesto y acomodé mis manos bajo mi cabeza.

-Sí, algo había notado. Entonces comprenderás porque estamos aquí.

Me levanté y saqué unos papeles de mi mochila para ofrecérselos a ella. Se trataban de unos mapas en los que tenía marcadas varias rutas a posibles nidos de vampiros.

-Aquí y aquí, están las zonas más sospechosas-le señalé unas zonas cercanas al motel-, ¿Quieres acabar con ellos?-pregunté y antes de contestar añadí-. No suelo trabajar nunca en equipo pero supongo que puedo hacer una excepción, ¿Qué me dices? Yo iré tras ellos, si o si.

La chica parecía tener un dragón rugiéndole en el estómago, me reí ante su reacción y asentí con la cabeza. Agarré mi cartera y me puse mi chaqueta antes de abrir la puerta. Con un gesto de cabeza, le dije que me acompañara, así que salimos de la habitación y bajamos a la cafetería del motel.

-Esto es mejor que nada-dije al llegar a la cafetería. Era bastante pequeña, apenas tenía mesas para sentarse, ya que era una simple cafetería de desayunos o cafés para la gente del motel.

Nos sentamos en la mesa más alejada por costumbre y el camarero nos atendió en seguida:

-¿Qué les pongo?-preguntó.

-A mi me pones un café y un donut-contesté. De vez en cuando me pedía una birra en los desayunos, pero ahora mismo solo me apetecía ese dulce donut de azúcar para reponer fuerzas. Aunque, quizá no fuera suficiente.

-Si se puede decir que soy especial, pero no porque te haya salvado. No todos los días se puede ver a un tipo armado con una escopeta y un machete a cuestas-reí.

La camarera no tardó en llegar con la comida mientras Alesha seguía ojeando el periódico. Yo me mantuve distante, con la mirada perdida en algún punto fijo en la lejanía.

-Aquí tienen-dijo mientras vaciaba su bandeja.

-Gracias-le dije.

-¿No sois de por aquí, verdad?-se atrevió a preguntar la camarera.

-Muy agudo, somos americanos-contesté tajante.

-Se os nota-añadió la camarera.

Durante unos segundos se hizo un silencio incómodo, el cual, fue suficiente para que la camarera asimilara que sobraba en esta conversación.

-Malditos ingleses-bufé cuando ésta se marchó-. Siempre quieren meter las narices en todas partes.

Di un sorbo al café y empecé le pegué una gran mordida al donut. En cuestión de segundos desapareció de mi mano.

La idea de trabajar en equipo no me terminaba de gustar del todo, apenas había conocido a esta chica y cabía la posibilidad de que me traicionara a pesar de todo. Así que, me mantuve alerta en todo momento. Volví a sacar una hoja de papel de mi bolsillo, para señalarle a la chica nuestro próximo destino; Se trataba de un lugar bastante apartado de la ciudad, cercano al puente norte.

-Es una casa abandonada, típico lugar donde los vampiros forman sus nidos. Por el número de víctimas de los últimos años, calculo que pueden haber alrededor de veinte o treinta vampiros. Tendremos que andarnos con cuidado si queremos enfrentarnos a todos ya que… solo somos dos. Ellos tendrán ventaja puesto que se conocen el terreno, va a ser bastante complicado. ¿Alguna idea?

Su idea de sorprenderlos de día era la que tenía pensada hacer, pero su ofrecimiento como cebo, no llegó a gustarme del todo. ¿Era capaz de entregarse a tantos vampiros? Tanta confianza tenía en que la salvaría… estaba muy equivocada, acabaría siendo comida de vampiros, seguro.

Subimos a mi coche nuevamente y antes de marchar me aseguré de que el coche estuviera en perfectas condiciones. Durante el trayecto, estuvimos hablando sobre cómo poder sorprenderlos y ella insistía en ser utilizada como cebo, yo me negué tajante. El resto del lo pasamos en silencio probablemente cada uno estaría pensando en un plan, ¿o no?

Lo que esperaba era cogerlos dormidos, acabar con el líder en su sueño más profundo e intentar limpiar la zona tanto como pudiera. Quizá la desventaja fuera exagerada, pero al menos tenía la ayuda de Alesha. Pensé que quizá la ayuda de Sam me vendría bien, pero él estaba bastante lejos ahora.

-Hemos llegado-dije en voz alta para que Alesha se percatara de la situación, ya que parecía estar un poco traspuesta en el asiento de mi camaro. Aparque cerca de puente. El resto lo haríamos a pie para no poner en peligro nuestra única escapatoria.

-Pensé que nos llevaría más tiempo el trayecto, aún quedan unas horas para el amanecer… quizá debamos escondernos, puede que más de uno esté llegando al nido ahora.

Aparqué tras la maleza para ocultar el coche, Alesha seguía insistiendo en que descansara un poco. Yo ignoré su comentario y fui al maletero para agarrar algunas cosas; me preocupé en llevar sal, no por los vampiros, sino porque tenía la costumbre de estar preparado por si Lestat-el demonio que siempre estaba haciéndome la vida imposible-venía a molestarme.

Volví al asiento del coche, Alesha estaba en el asiento del copiloto con la mirada perdida en el exterior, parecía estar pensando en algo y dudaba que fuera en los vampiros.

-¿Has visto algo?-pregunté mientras afilaba el machete.

OFF: en el post anterior he corregido mi comentario de si no seria mejor esperar a que amanezca,que habia puesto anochezca

Hizo caso omiso a mi sugerencia de descansar un poco...Solo lo hacía por su bien,bueno,por el de los dos..que seria mejor que estuviéramos frescos...pero él siguió preparando las armas.Se diriió al maletero del coche,ero yo me quedé en el cohe. Aún estaba un poco dormida...y cansada.

Me sentía exhausta...nunca había estado tan cerca de la muerte...y eso que llevaba años metida en la cacería.
Su voz me sacó de mis pensamientos.

-¿Eh? Ah...no,no,tranquilo...solo estaba pensando.
Le miré fijamente cuando ya estaba sentado de nuevo en el asiento.
-He pasado mucho miedo hoy...de verdad.Siempre he trabajado sola,y nunca había estado tan cerca de...bueno,de morir.O de convertirme en vampiro,que no sé qué es peor.
Respiré hondo mirándole.
-Gracias de nuevo,de verdad. Me voy a plantear empezar a ir con más gente...ahora contigo me siento más segura.

Dudé un poco y finalmente le abracé como agradecimiento.

La chica se tendió sobre mí y yo parpadeé varias veces antes de asimilar que me había dado un abrazo. No estaba acostumbrado a este tipo de tratos por parte de las chicas, normalmente tenía relaciones frías y secas con ellas, a menos que fuera para… sino, no les solía hacer mucho caso, ya que no me gustaba encariñarme con nadie, siempre salía mal parado.

Ella volvió a apoyarse en el respaldo del asiento y me miró. Yo desvié la mirada sin saber qué hacer, no quería ser tan serio pero tampoco me atrevía a consolarla como ella pretendía. Seguí inmóvil en mi asiento y no tardé en poner la radio del coche para romper la tensión del ambiente.

Entonces, vi algo en la lejanía, un coche se acercaba a toda prisa hacia el puente, probablemente llegarían los últimos vampiros al nido. Apagué la radio rápidamente y me agaché un poco como si temiera que me vieran. Empuñé el machete por el mango sin llegar a sacarlo de su funda y lo apreté con fuerza.

-Buenas noches… -susurré con picardía.