Fumando y esperando... (Amanda y Jessica)

Habia decidido denunciar en la comisaria del pueblo, el pequeño robo de mis pertenencias en la moto. Habia dejado alli un par de libros, mi cartera y mi camara de fotos. Todo metido en uno de los cajones laterales de mi moto y cuando sali del Starbucks, habia desaparecido todo.

Y alli habia estado yo, denunciando todo lo ocurrido y habia salido fuera mientras esperaba a que llegara el jefe de policias del pueblo.
Saque mi paquete de cigarros y encendi uno suspirando y mirando a lo lejos.

Paseaba por el pueblo sin nada mejor que hacer, pues en ese momento no tenía ningún trabajo pendiente ni parecía necesitar nadie mi ayuda. Me sentía algo inútil, de hecho, y para canalizar esa frustación decidí volvar mis energías en airearme un poco la cabeza. Llegué a la comisaría de policía y saqué un cigarro del bolsillo de la chaqueta, intentando encenderlo con el mechero que parecía negarse a funcionar. Vi a una chica que estaba apoyada en una pared con uno humeante en la mano y se me iluminó el cielo. - Perdona, ¿tienes fuego? - dije señalando mi cigarro y encogiéndome de hombros.

Miraba el horizonte cuando una chica me pregunto si tenia fuego.
Sonrei y lo busque en el bolsillo interno de mi chupa de cuero. - Si... toma - Dije mientras lo alcanzaba con mis dedos y se lo tendia a la chica.
Espere a que lo encendiera paciente mientras seguia sonriendo y lo recogi de nuevo.

Cogí el mechero que me alcanzó y encendí mi cigarro, finalmente. Me lo llevé a la boca y le di una calada, dejándolo ahí mientras con una mano le devolvía el encendedor que tan bien me había venido. Me lo aparté de los labios para soltar el humo, ya más relajada. - Muchas gracias, no sabes cuánto necesitaba un cigarro ahora mismo. - le dije con una sonrisa. - Soy Amanda, por cierto - dije tendiéndole la mano libre para que me la estrechara y así darnos por presentadas oficialmente.

Mire sonriente como ella me devolvia el mechero y fumaba como si necesitaba una escapatoria. Asenti hacia su comentario - De nada, no te preocupes, eso me pasa a mi... me acaban de robar y llevo una hora dentro de esa puta comisaria. - Comente dandome igual si andaban por alli los policias que me habian atendido o no, la mayoria eran unos incompetentes. Alargue la mano para estrecharsela a la chica tambien - Encantada, soy Shady! - Dije alegre porque alguien me dieran un poco de conversacion.

- Pues menuda mala suerte, ¿no? - dije algo sorprendida. Me había hecho algo de gracia que usara el insulto sin mirar a ver si alguien la había oído o no, pues se veía que estaba verdaderamente cabreada con el mundo en general, además de que probablemente habría una buena razón para que no le importara tomarla con los policías. Me imaginaba que habían sido tan poco prácticos e ineficaces como siempre, y sacudí la cabeza. - Te entiendo, los policías en muy pocas ocasiones sirven para algo que no sea llenar el uniforme. Y para cómo lo hacen algunos, mejor que ni eso. - dije, pícara.

Asenti a lo que decia
- Es una putada pero.. a joderse se ha dicho! Y mas con estos zopencos
Dije moviendo la cabeza a dos que pasaban frente a nosotras echando sus miradas a nuestos cuerpos de arriba a abajo.
No sabia si sentirme alagada por que me observaran asi o cabreada, mas todavia, porque no se fiaran de mi.
- Totalmente de acuerdo, pero es lo que nos toca, he denunciado porque habia cosas importantes si no, me tomaba la justicia por mi propia mano.
Dije pegando una inmensa calada a mi cigarro que estaba acabandose ya.

- Y tanto. - asentí resignada. Me giré para ver a los dos policías que se nos habían quedado mirando y me decepcionaron, pues ninguno de los dos era aprovechable. - Es que me dices que me mira uno que está bien y vale, hasta me lo pensaría, pero eso... - dije señalándoles con un gesto de cabeza. - Eso deprime a cualquiera. - comenté con fastidio. - Menuda putada que te hayan robado encima cosas importantes. llega a ser algo estúpido, como el tabaco o algo así y no pasa nada, pero en el caso contrario... Yo también me habría tomado la justicia por mi mano, así que te entiendo. - agregué.

Asenti a lo que decia e incluso me rei ante su comentario, era cierto que esos policias no tenian nada de interesante.
- Bueno yo puedo decir que hubo uno hace un tiempo, que no estaba nada mal, pero bueno aproveche aquello al maximo - Dije sonriente y picara por recordar lo que habiamos llegado a hacer ambos la noche en que nos conocimos.
Entonces termine mi cigarro y tirandolo de un golpecito a la carretera, con la pierna lo aplaste un poco y volvi a apoyarme en la fachada donde estaba antes.
- Nos parecemos mas de lo que imaginaba.
Comente aun pensando que ella seria una tia fuerte, mucho mas que yo.

Me alegraba que me entendiera, pero es que también era algo bastante evidente para cualquiera que tuviera ojos en la cara. Me reí un poco por su comentario y con la cara que había puesto, pero la entendía. Yo también había tenido mis noches de locura, de hecho hasta hacía muy poco aún las tenía. También lo comprendía. - Sí, la verdad es que nos parecemos bastante. - asentí dándole una calada al cigarro. Yo fumaba algo más lentamente que ella, por lo que aún me quedaba bastante del cigarro. Expulsé el humo, pensativa. - Es extraño, la verdad. Mis gustos son bastante...particulares. - eso como mínimo. No sólo mis gustos, sino también mi profesión y todo lo relacionado conmigo.

Asenti varias veces cuando dijo lo de sus gustos o su forma de vida.
- Es cierto que en poco tiempo, he notado la presencia de gente con los gustos muy extraños por aqui...
Y era cierto, este era un pueblo muy normal y se rodeaba de gente mas normal todavia. Pero hacia un año que venia gente nueva y cada uno con su forma de ser mas variopinta.
- Pero creo que he encontrado gente muy afin a mi... a pesar de ser la rarita del pueblo.

- Me alegra comunicarte que desde que yo he llegado te he quitado el puesto de rarita del pueblo. O al menos lo comparto contigo. - le dije con una sonrisa. - Es lo que tiene. cuanta más gente conoces más cuenta te das de lo extraña que es la gente. O también de lo normal que eres tú a su lado. Aunque siendo yo exactamente como soy no sé si soy la más adecuada para decirte esto... - comenté asintiendo para mí misma. Cierto era que los cazadores éramos gente bastante particular (como mínimo) para las personas normales, y supuse que se había referido a ellos porque yo había visto una cantidad de nosotros asombrosa para lo que venía siendo habitual. Había algo en este sitio que lo provocaba, no obstante, y esa era la principal razón de que todos estuviéramos aquí.

Salí a fuera a furmarme un cigarrillo para descansar un poco y quitarme de la cabeza ese maldito caso por unos minutos. Allí descubrí a dos chicas que parecían estar charlando.

-Perdonad chicas, ¿Necesitan ayuda?

Me rei con Amanda, tenia toda la razon del mundo, y desde luego este pueblo se estabba convirtiendo en el lugar de reunion de la gente rarita. Pero eso me gustaba muchisimo. - Bueno al menos compartimos el puesto... hasta que venga otro peor y nos lo quite. - Dije sonriendo y mirando al rededor.
Entonces una policia salio de la comisera a fumar, y nos pregunto si necesitabamos ayuda.
- Yo estoy esperando a que alguno de los de dentro me diga que puedo pasar para hacer la denuncia. Estaban todos bastante ocupados y me dijeron que esperara.

- Yo simplemente he tenido una pequeña emergencia con el mechero y Shady aquí presente - hice un gesto con la cabeza en su dirección - me ha salvado la vida dejándome el suyo. - contesté a la pregunta de la policía. Por estar fuera de la comisaría no pasaría nada, siempre y cuando no estuviéramos molestando. Y si pasaba tenía una solución sencilla: puerta y a otro sitio, que tampoco tenía ganas de meterme en líos a esas horas de la mañana. - También podría decirse que le estoy dando apoyo moral, aunque no suelo ser demasiado efectiva en eso. - agregué con una sonrisa para después darle la última calada al cigarro, que en cuanto terminé tiré a la papelera que había más cerca. Ya que estaba una policía ahí, vamos, porque no quería que me ficharan tan pronto.

-Parece que sois de por aquí-encendí el cigarro-, yo te ayudaré ahora con esa denuncia. Desde que llegué a esta comisaría me he dado cuenta de que aquí no se hace nada bien...

Exhalé el humo.

-...Los casos en este pueblo me están volviendo loca, y estos polis creo que han desistido. Mantienen todos los casos cerrados y archivados. Esta claro que no saben hacer su trabajo...-me quejé.

Miré a las dos chicas, parecían saber de que hablaba. Ellas sabrían más que nadie que la comisaría del Pueblo era solo un símbolo, un estorbo.

-Últimamente llega mucha gente nueva al Pueblo y eso dificulta las labores de la policía-me curcé de brazos-, este pueblo parece un imán para los asesinos.

Intenté asustarlas, pero ellas parecían ser más duras que mis palabras. Una vez más, me sorprendía la valentía de las chicas de este pueblo. Me recordaban a Samantha...

Asenti a todo lo que decia la policia, era una eso saltaba a la vista lo que no sabia era que rango tendria dentro de esa comisaria.
Solo esperaba una cosa y esque ella no terminara como todos los policias nuevos que venian al pueblo, muerto o dejando todos los asuntos en manos de quien sabe...

- Es un autentico iman para todo - Comente pensando en todo lo que me habia ocurrido desde que una chica... Angela se llamaba, habia llegado al pueblo y me habia sorprendido con su trabajo, cazadora era? siii asi es como se habia denominado. - Y te agradezco que me ayudes luego con la denuncia pero ahora fumemos ese cigarro tranquilas.

Dije suspirando y sacando uno de mi cazadora.

- Amanda, te instalaste en el pueblo o piensas abandonarlo pronto?

Escuché en silencio mientras disfrutaba del cigarro y me di cuenta de que estas chicas se llamaban Shady y Amanda. No veía recomendable decirles cual era mi cargo en la policía y como estaba en mi momento de mi descanso decidí simplemente decir mi nombre:

-Soy Jessica, encantada-, estreché sus manos y luego Shady le hizo una pregunta curiosa a Amanda. Quizá esta conversación me sirvera para averiguar algo más de este endemoniado pueblo.

En menuda breve me había tocado caer si resultaba que el pueblo era un imán para todo, pues yo solía tener bastante mala suerte. No podía quejarme, tampoco, pues desde que había llegado al pueblo me habían pasado cosas bastante agradables (como concocer a un montón de gente interesante). Sin embargo sabía que me mala suerte volvería, y sólo quedaba saber cuánto faltaba para ello. - Sí, eso estará muy bien. - asentí a lo que dijo del cigarro, a pesar de que ya no me apatecía fumar. Tal vez más adelante tuviera ganas, pero no en ese momento. - Encantada, Jessica. Como ya te habrás imaginado soy Amanda. - le dije estrechándole la mano. Escuché la pregunta que me hizo Shady y la miré, pensativa. Ni yo misma lo sabía. - De momento estoy de paso, aunque hay ciertas cosas que me podrían hacer cambiar de opinión. Yo no soy mucho de vivir en un sitio fijo y sin duda viajaré, pero de momento planeo quedarme algo de tiempo por aquí. - dije pensando en las posibilidades que se me abrían en el pueblo nuevo para una vida nueva, que eran bastantes.

Estreche la mano de Jessica sonriendo - Yo Shady! - Dije contenta porque ultimamente estaba conociendo a muchisima gente en el pueblo y me vendria bien tener a mas amigas con las que poder hablar y sobre todo si una de ellas sabia utilizar un arma.
- Es bueno saberlo, yo estoy proxima a vender mi casa y muderme a un apartamento en Houston, la casa se ha quedado enorme para mi sola.
Y era cierto, sin mi hermana, sin mis padres, que hace yo con 120 metros cuadrados? Buah!

-Si, las casas de este pueblo son enormes. Yo estoy en una que llevaba un buen tiempo abandonada, y me está dando una de problemas...

- Yo estoy en el motel, así que siento no poder dar mi opinión al respecto. - dije riéndome. Ahora sí que me apetecía un cigarro, así que lo saqué y ¡oh, maravillas del destino! El mechero había decidido funcionar. Lo fulminé con la mirada, como echándole la bronca por ser tan inoportuno. U oportuno, si se ve desde el otro lado, pues de no haber decidido dejar de funcionar no habría conocido a Shady y Jessica. - Lo que sí que sé es que este sitio tiene unos bares muy interesantes. - comenté sonriendo. Me gustaba salir por ahí, así que ya los había probado y hablaba con conocimiento de causa.

Asenti, tenia toda la razon del mundo, otra cosa no habia en el pueblo, pero los pocos bares, era todos buenisimos, con buena musica y ambiente.
- Es cierto, asique cuando querais, ambas, podemos ir a tomarnos una copa y pasarlo bien por ahi vale?
Dije sonriendo y fumando mi cigarro a la vez que ella y soltando el humo hacia arriba.

-Uff, yo no podría, no consigo niñera para el revoltoso de mi hijo. Gracias a que ahora esta en la escuela y puedo trabajar tranquila que sino... Aunque cualquiera se fía de alguien...

Apuré el cigarro, mi tiempo se estaba agotando.

-...Pero estáis invitadas a mi casa cuando queráis-, añadí.

- Por mí encantada, que todo lo que implique salir por ahí y pasárselo bien me gusta. ¡Fiesta! - dije con ánimo alegre. Al oír la reacción de Jessica me tranquilicé. - Me alegrará ir a tu casa alguna vez. Como os imaginaréis os invitaría al motel, pero además de que sería bastante extraño no creo que quepamos en mi cuchitril. - comenté. - Me ofrecería para cuidar a tu hijo, pero es que no me van mucho los niños. Puede ser porque muchas veces parezco una de ellos... - dije con una sonrisa.