Esperando al postre (Synyster)

Ya... Ya habían transcurrido nada mas y nada menos que cuatro años. Cuatro largos años donde todo había cambiado para mi. Tenía una familia, o al menos un prototipo de familia. Una sobrina a la que quería mogollón, una cuñada por la que mataría, un cuñado que... Bueno... Mas bien conocía poco y... Una novia a la que en verdad amaba pero, no estaba siendo para nada fácil esto... Ni para mi ni para ella.

Hace cuatro años llego aquella chica a mi vida... Con la que la compartiría hasta el fin de los días si fuese posible... Ella era una humana poseída por un demonio el cual, para bien o para mal me atraía. Luego descubrí que en realidad no me atraía el demonio, sino su recipiente, al cual "libere" de su atadura con un poco de ayuda, aunque hubiera podido yo solo. Después de aquella aventurilla, nos fuimos a vivir ambos juntos en mi casa, la vieja casa que tenía en Houston, con todo lo que te podías imaginar en una casa, e incluso mas.

Pero todo cambió el día en que ella quiso salir de casa a "dar una vuelta". Si... Ya... Una vuelta... Se fue a un bar... Se emborracho... Me fue infiel y después bueno... Ahora era una mujer lobo. Y yo creía que el infiel sería yo por mi condición de semi-demonio... En realidad no tenía claro si ella me había dicho que era, o incluso si sabía que yo sabía que era ella, pero en estos momentos para mi eso era lo de menos... Aun la amaba, si, pero... Ahora todo era diferente.

Decidió salir un día a cenar a un restaurante en el centro comercial de Houston. Acepte la invitación, no podía estar mal. Al menos esta vez saldríamos los dos juntos y no le pasaría nada. Sentados uno frente al otro con la carta delante de nuestras narices, no nos atrevíamos a mirarnos uno al otro. Alguna que otra mirada furtiva, pero cuando tenía la mínima intuición de que iba a mirarme, apartaba la mirada de nuevo a la carta.

- Creo que tomare un bisteck, gracias.

Dije al camarero.

- Y agua mineral para mi y la señorita.

Le dije con una pequeña sonrisa, y espere a que Nicky accediese a mi petición, o que al menos la completase con la suya. Esta vez espere a que ella también me mirase a mi.

El camarero se fue con la orden de Nicole. Yo asentí con la cabeza y lo despedí con la mano. Suspire un poco angustiado por la situación. sin nada de que hablar... Que decir... Bueno, si, habían muchas cosas que debíamos decirnos uno al otro... Muchas cosas por aclarar aun pero... Simplemente no era el momento oportuno para ello.

Pude observar como se colocaba repetitivamente la servilleta entre las piernas. Di un leve golpe seco en la mesa para alertarla. Me estaba poniendo nervioso tanto movimiento por la parte baja. La observe unos segundos antes de volver mi mirada hacia el pasillo, esperando el pedido.

Entonces escuche lo que dijo, baje un poco la mirada y volví a subir la mirada de nuevo hacia ella. Simplemente asentí con la cabeza sin gesticular palabra alguna.

"Así que... Volvemos al principio después de todo..."

Entonces la vi levantarse de la silla y salir corriendo hacia otro lado. Suponía el baño, y sobre todo después de haberla visto entrar en este.

No había nadie mirando, por lo cual desaparecí de la silla para aparecer dentro del baño, justo cuando ella abría la puerta. Estaba apoyado en los lavabos, esperando su fortuita aparición. Al final atravesó la puerta del baño, y cruce mi mirada en la suya. La mire y estire una mano hacia ella en señal de que la tomase y se acercase a mi.

Espere a que lo hiciera.

Note como tomo mi mano, bueno... Poso su mano sobre la mía un poco simplemente. No me molesto para nada aquel gesto, simplemente me gusto que lo hiciera, eso significaba que seguía queriéndome. Negué con la cabeza. Se coloco frente a mi, y se cruzo de brazos. En verdad estaba mona de esa forma. Bese su frente antes de abrazarla con cariño. Ahora era yo quien retenía las ganas de gritar, llorar... De salir ahí fuera y matar a todos.

- Tu... Simplemente te amo.

Dije, y me separe de ella. Bese sus labios con cariño, pasando mi mano a su cuello acercándola a mi. Luego me separe un poco de ella y la seguí observando.

- Y estas perdonada, te lo e dicho muchas veces solo que... Me molesta.

La observe, como me dejaba que besase sus labios, pero no obtuve respuesta de ella. Solo dejo recargar su frente contra la mía, y dibuje una endeble sonrisa en mi rostro. Entonces pude escuchar todo lo que decía. Dibuje una medía sonrisa y negué con la cabeza.

- No, no es cierto... Tu sufriste mucho mas que yo... No es justo para nadie, y lo sabes.

Respondí, luego lleve mis manos a su nuca.

- Siempre estaré a tu lado... Por muy distante que me veas... Siempre te querre.

La mire con una pequeña sonrisa y negué levemente con la cabeza. La abrace de nuevo, y respondí a su beso. luego la mire con una pequeña sonrisa, acariciando su cabello.

- Pronto lo are.

Leve mis manos a su trasero, alzándola hacia mi con una medía sonrisa.

- De todos modos... Creo que empiezo a superarlo.

Reí levemente y bese sus labios, su mejilla y su cuello.

Reí al escucharla y al notar como se separaba de mi. Negué con la cabeza y bese la coronilla de esta. Acaricie su cabello y baje de nuevo hasta sus hombros, acercándome a su oído.

- No pretendía hacer nada que a ti no te apeteciese tanto como a mi.

Dije con una medía sonrisa y salí afuera con ella. Llevaba mi mano cogida por la suya, lo cual no me molestaba lo mas minimo.

Sonreí de forma picara al escuchar lo que dijo. Salimos fuera y la seguí hasta la mesa sentándonos uno frente al otro. Empezamos a comer ambos. Entonces note algo subir por mi pierna. Me detuve de mastigar para quedarme como en blanco. Esperaba que no fuese algo extraño. Cuando mire hacia abajo vi el pie de Nicole. La mire con una medía sonrisa.

- Ya... ¿Tu quieres el postre ya no?

Reí levemente y la mire fijamente.

Lo que hacía me pillaba por improvisto. Y naturalmente no le iba a poner mi pie en su... Sexo... No me parecía muy normal por lo que le sonreí ampliamente mientras intentaba comer despacio y sin alterarme demasiado. La mire con una pequeña sonrisa cuando note que su pie se aposento en un sitio de vital importancia para mi. Entonces me termine el filete y baje mis manos hasta su pie, acariciándolo y haciéndole un poco de cosquillas en la planta de este.

- Mmm... ¿Nata?

Pregunte, luego le sonreí.

"En tus pechos"

Pensé, y luego se lo transmití mentalmente con una sutil sonrisa en mi rostro. Una divertida idea se me cruzo por la cabeza. Las mesas eran de esas que el mantel llevaba hasta el suelo. incluso se podría decir que hacia varios pleges en el suelo. Sonreí, y hice como si se me cayese el tenedor al suelo.

- Uy... El tenedor... Yo lo recogeré.

Dije, y con una sonrisa me puse bajo la mesa, acercándome a ella, abriéndola de piernas puesto que no fue difícil, y perder uno de mis dedos por debajo de su elegante falda corta.

- Pues no encuentro el tenedor.

Dije un poco en alto, sonriendo observando como movía las piernas.

Sonreí al ver que se tomo un poco por sorpresa aquel movimiento. al igual que me pillo a mi por sorpresa lo que hizo anteriormente con su pie. Sonreí levemente, escondiendo el tenedor bajo la mesa para que los camareros no dijesen nada. Presione un poco acariciando mas fuerte su clitoris.

- Mmm... No cariño... Aquí abajo... Se esta muy oscuro... Y caliente.

Dije como una indirecta mientras que ahora, quitaba mi mano de allí abajo para acercar mi boca a esa zona con un poco de descaro, dando un lameton por todo su sexo. Sonreí, y luego me separe de ella para volver a mi silla.

- Lo encontré.

Dije con una sutil sonrisa en mi rostro, bastante juguetona.

Me levante e incorpore sobre la silla con una lujuriosa sonrisa, limpiándome la boca pasando mi mano por ella, y lamiéndome los dedos observándola. Observe su rostro, con aquellos colores que me encantaba ver en su rostro. Sonreí.

- Oh... Yo diría mas bien... húmedo... Caliente... Acogedor.

Dije aquello ultimo en un susurro que mas bien rozaba lo sensual. Con una sonrisa empece a comer mi helado. La observe, y le acerque un poco de aquel helado.

- ¿Quieres un poco?

Reí al ver su reacción. Al parecer le gusto aquello tanto como a mi, o puede que mas. Sonreí y la mire. fijamente. Comió el helado que le ofrecí, y después menciono la mermelada. No pude evitar sonreír al escucharla y hacerme ruborizar solo de recordarlo. La mire fijamente.

- Mira por donde... Creo que hoy estoy patoso... ¿Te puedes creer que se me a caído la cuchara?

la levante con dos dedos, y la tire al suelo con una sonrisa.

- No quiero ser maleducado y desordenado mi amor... Así que la recogeré.