Esperando al postre (Synyster)

Baje a por la cuchara, observando lo que hacía con su tanga, bajándolo hasta su tobillo. Sonreí, y se me ocurrieron muchas cosas que hacerle. Decidí pasar un buen rato, y le retire el tanga del todo. Me lo guarde en el bolsillo con una pequeña sonrisa mientras que salia de debajo de las sabanas volviendo a comer.

- Ya la tengo mi amor.

Dije con una medía sonrisa.

- ¿que tal el postre?

La observe con una pequeña sonrisa al ver que seguía comiendo como si nada. Pero entonces note algo extraño allí. Alzo sus piernas, al parecer abriéndose de piernas. Entonces vi como bajaba su mano y hacia cosas por allá abajo que no lograba ver. baje un poco la mirada, observando por debajo del mantel y observe que se estaba tocando. Alce las cejas impresionado por lo que hizo, aunque puede que algo molesto. Desde la ultima vez se había echo un poco mas descarada que antes. La mire fijamente.

- Si sigues así... Te llevare a casa aunque sea a rastras.

Le advertí. En cierto modo me gusto aquello que estaba haciendo. Bueno... Gustar no sería la palabra exacta. Mas bien, me ponía caliente como el fuego.

La mire fijamente. Observe fijamente a sus ojos con un poco de picardia y... Posiblemente un poco mosqueado. Tire la servilleta sobre la mesa. chasquee los dedos y el tanga se le apareció solo. Mire al camarero, le deje el dinero sobre la mesa con la bandejita mirándole fijamente.

- Quédese con el cambió.

Entonces me levante del sitio, fui donde estaba ella y la levante de la silla cogiéndola con mis brazos llevándomela hacia la puerta del restaurante para salir de allí.

- Va a ser tu peor castigo, por niña mala.

Nada mas cerré la puerta del restaurante aparecimos en mi casa. La mire con una mediana sonrisa y aun sosteniéndola con mis brazos subí las escaleras hacia la habitación. Observa como me miraba a mis ojos, y yo respondía a esta mirada del mismo modo. Sonreí levemente mientras que llegábamos a la puerta de la habitación, abriéndola con una patada.

La mire, y la lance con cuidado sobre la cama, escuchando los muelles de esta crujir por el poco peso que se había depositado sobre estos. Sonreí de modo sensual y no tarde en arrebatarme la camisa colocada, al igual que luego me quite los zapatos y me lance a por ella, mas concretamente a por sus labios.

- Este va a ser tu castigo.

La mire fijamente mientras que mis manos acariciaba su cuerpo de delito, aquel que me volvía loco. Se colocaron sobre su cadera, notando como sus manos recorrían mis brazos mientras besaba sus labios. Me colocaba lentamente sobre ella, recorriendo su cuerpo con caricias y besos lascivos que escapaban de vez en cuando de mi boca, despegándose de la suya, pero siempre volviendo a esta. Sonreí satisfecho al escucharla.

Ella se separo de mi, apartándose como pudo de mi para colocarse como escondida contra el cabezal de la cama. Sonreí, y con un solo pestañeo del cabezal salieron como unas esposas, atrapando sus manos dejándola al descubierto para mi.

- ¿Intentas huir?

Dije con una pequeña sonrisa mientras que me colocaba frente a ella y negué con la cabeza.

- Eso solo ara que aumentar tu castigo entonces.

Sonreí y entonces me acerque a su boca robandole un casto beso, para luego bajar por su cuello hasta sus escote, arrancando la camisa destrozándola con mis manos. Sonreí gratamente al ver su sujetados.

- Mmm...

Deje que saliese de mi boca un leve susurro lujurioso para luego besar su escote, y llevar una mano sobre su pecho, mientras que la otra empezaba a retirar su falda.

Sonreí cuando ella empezaba a moverse para ayudarme a librarla de su falda. la cual empezaba a molestar un poco mas de lo debido. sonreí de forma sensual de nuevo al escucharla. Coloque un dedo sobre sus labios y negué repetitivamente con la cabeza mirándola fijamente.

- De eso nada... ¿Este es tu castigo recuerdas?

Dije con una sutil sonrisa, esta vez fui mas abajo de su torso, para ir directo a por su tanga el cual ya estaba bastante húmedo de antes de llegar a casa. Alce sus piernas entorno a mi cabeza, y di un leve lameton a la seda del tanga, por encima de su sexo. Sonreí y bese su bajo vientre antes de poco a poco ir retirando el tanga, acariciando la parte que quedaba a la vista con lujuria. Cuando se quedo a mi plena disposición di un casto beso a esa parte, y lleve una de mis manos a esa zona, masajeandola con dulzura mientras alzaba la vista hacia ella.

- Si sientes placer... Dímelo.

Le obligue con mis poderes a gemir y gritar cada vez que sintiese una bocanada de placer recorrer su cuerpo. Entonces, mientras una mano se divertía en su trasero, frotando su ano mi lengua se perdía en torno a su sexo.

Sonreí al escucharla. Si siguiese así no tardaría en hacer que se liberase, y eso desencadenaría muchísimas cosas... Tanto buenas como malas. Sonreí y al final la libere de sus esposas retirando al mismo tiempo mi pantalón y con una sonrisa me coloque sobre ella, notando su sexo húmedo sobre mis boxers. Bese sus labios con lujuria. Me deje llevar por la lujuria, notando mis manos sobre su cintura mientras que mi lengua esta vez se perdía por su boca. Ahora baje mis boxers, acercando mi miembro a su sexo, acariciándolo con la punta de este.

Soltó una carcajada que mas bien me recordaba al típico villano de película... Un poco sobrecargada de risa y de... Sentimiento. No pude evitar sonreír de forma encantadora al escucharla así, y aun mas al notar su aliento cerca de mi cuerpo.

Entonces cuando acerque mi miembro a su sexo, ella fue mas rápida que yo para girarme y colocarse sobre mi. Como sabía ella que esa era mi postura favorita... Así la podía contemplar moverse por completo.

- Te amo...

Susurre en un tono bajito, lo suficiente como para que me escuchase. Me acerque a su oreja, dándole un bocado al lóbulo de esta con cariño.

Sonreí de forma un poco mas lasciva al escuchar sus palabras. Un calor inundo por completo mi cuerpo. Aunque me encanaba aquella postura, prefería en estos momentos cambiar y controlar yo un poco.

La tome por debajo del trasero levantándola un poco y echándola sobre la cama para ir yo tras ella, colocándome encima de ella y moviéndome a un ritmo levemente frenético, pero sin la intención de detenerme.

Acaricie su cuello con una mano mientras la otra la colocaba al lado de su cuerpo para mayor estabilidad. Bese sus labios antes de exhalar un gemido de mis labios.