Primera clase (Amanda)

- No sé, no sé. Yo lo único que conozco es lo tremendamente básico. Me sacas de espíritus, demonios, vampiros y wendigos y estoy tremendamente perdida. Necesito profundizar en criaturas que también suponen amenaza, como metamorfos o seres que no aparecen tan a menudo. - Le expliqué en tono calmado. Era consciente de que defenderme sabía, al menos en lo básico, pero yo necesitaba ser verdaderamente buena si lo que quería era sobrevivir, y eso era lo que yo quería que él me enseñara.

La mire.

- Has de saber, que no se todos los tipos de criaturas que existen... Pero si de algunas de las mas peligrosas... Para que estés preparada siempre, lleva un cuchillo de plata, y algo con lo que prender fuego rápidamente, si eso no funciona, revientales la cabeza.

- Ya me lo imagino, pero al menos tienes mucha más experiencia que yo y podrás ayudarme. - dije sonriéndole. Confiaba mucho en él. - Y aceptaré tu consejo de llevar esas cosas siempre encima, aunque el mechero ya lo llevo de normal. - dije riéndome. Aproveché para sacar un cigarro y encenderlo, pues me había vuelto a atacar el mono.

Le quite el cigarro de los labios.

- Sabes a cuanta gente mata esto??

Dije, tirándolo al suelo.

- Dame el paquete.

- Sí, soy consciente de la cantidad, Dean. - dije alargándole el paquete con expresión de enfado. Era perfectamente capaz de darme cuenta de que fumar era malo tanto para mí como para los de mi alrededor, pero era un vicio que no podía evitar porque llevaba ya muchos años enganchada y era una de las pocas cosas que conseguía mantenerme tranquila durante un tiempo considerable. Había intentado dejarlo innumerables veces, pero nunca había sido capaz de ello. - Si no me dejas fumar tendrás que ofrecerme alguna alternativa para tenerme ocupada. - le dije aún algo molesta.

Reí, le quite el paquete y le di un beso en los labios.

- Suficiente?? O quieres mas??

Pregunte, con una leve sonrisa en mis labios.

- Bueno, tienes que darte cuenta de que son muchos años de adicción y que no es tan fácil quitarse el mono... - dije con una sonrisa provocadora. - Además, sigo enfadada contigo porque me has quitado algo que necesito, por lo que si yo fuera tú trataría al menos de intentar convencerme para que deje de estar molesta. ¿No crees? - Añadí con expresión de inocencia que contrastaba con el tono sugerente de mis palabras.

Reí.

- Estas dándome una indirecta, cariño??

Pregunte, sonriendole levemente acercándome a sus labios.

- Qué bien que lo sabes, Dean. - Contesté con una sonrisa mientras le miraba a los ojos, que con su color y su expresión entre fiera y misteriosa me encantaban. Me acabé de acercar yo a él quedando a apenas unos milímetros de sus labios. - Aunque siempre me habían dicho que besar a los profesores estaba prohibido. - Añadí con falsa expresión de peocupación, siguiendo a la misma distancia que permitía el roce pero nada más profundo que eso.

- Bueno... Y si el profesor besa a la alumna??

Pregunte, y la bese, tomándola por la cintura y adentrandola en el baño, cerrando la puerta.

Me agarró por la cintura con pasión y me arrastró al baño en un movimiento que, ni aunque hubiera querido, habría logrado evitar. Me agarró y me sentó en uno de los lavabos, donde continuó besándome con deseo. Yo respondía del mismo modo, disfrutando del momento. Nos separamos un momento, y yo le miré con expresión pícara. - Eso se llamaría acoso, profesor. - dije mientras me abrazaba a él y me acercaba a su oreja. - Y siendo agentes del FBI eso está penado por la ley... - le susurré.

Reí y la mire, la levante, me senté en la taza y la senté sobre mi.

- Somos compañeros, así que no lo es.

dije, y bese su cuello con lujuria.

- Me quedo más tranquila, entonces. - respondí mientras sentía sus labios en mi cuello, haciendo auténticas maravillas. Me estaba dando cuenta de cuánto necesitaba sentirle y estar a su lado, y eso no me disgustó en absoluto. Le sonreí, le desabroché la chaqueta y le quité la corbata, lanzándola lejos para que no estorbara. Después rodeé su cuello con los brazos y seguí besándole, cautiva en el momento.

Note lo que hizo, y no pude evitar reír levemente.

- Vaya.

Dije, y bese sus labios, luego, poco a poco mis manos le arrebataron su chaqueta, quitándosela y pasando a desabrochar los botones de su camisa.

Nos separamos un momento para que pudiera desabrocharme la camisa mejor. Sonreí al ver sus dedos ágiles hacerlo en un tiempo muy breve y en cuanto acabé le besé con pasión, notando como me rodeaba la cintura con los brazos, pegándome a él. Estábamos absortos en explorar el cuerpo del otro sin que nos importara nada más, pero en un momento determinado escuché un ruido fuera del cubículo en el que nos encontrábamos. Giré la cabeza buscamente, tratando de oír mejor, y él siguió besándome el cuello, aparentemente absorto. Fruncí el entrecejo y seguí con la cabeza vuelta, algo molesta porque no parara y ciertamente intrigada acerca de su posible procedencia. Ví cómo la puerta del baño se abría de golpe y se nos quedaba mirando un hombre joven con una sonrisa extraña, que acabó por desvelar unos ojos totalmente negros que mostraban su estado de posesión demoniaca.

Abrí un ojo al ver un hombre en frente de la puerta, y aun mas al ver como sus ojos se volvían de color negro.

- Joder.

Grite y en poco me quite a Amanda de encima para rápidamente sacar el cuchillo y echarme sobre el. Forceje un poco, pero conseguí acuchillarle. Suspire y me reincorpore.

- Uf...

Yo exhalé un suspiro de fastidio al ver al hombre poseído, y se acrecentó cuando me hizo separarme de Dean, totalmente en contra de mi voluntad. Él le acuchilló y consiguió detenerle un rato, el tiempo suficiente como para que a mí me diera tiempo a practicarle un exorcismo rápido. Pronuncié las palabras en latín algo vacilante, aunque fui cogiendo fuerza a medida que avanzaba el proceso, sin tener ninguna duda al final de él. El demonio salió de su cuerpo y el hombre cayó al suelo, inconsciente.- Qué oportuno. - mascullé entre dientes, molesta hasta el extremo por lo que había pasado e incapaz de volver a mirar a Dean a la cara en esos momentos. - Lo siento, pero como comprenderás ahora ya no es el mejor momento. - dije aguantándome el mal humor, aunque algo traslució a mis palabras. Me agaché y cogí la camisa que él me había quitado, poniéndomela de nuevo aunque esta vez sin demasiado cuidado. En cuanto estuve vestida de nuevo fui al lavabo y me dí agua helada en la cara para tranquilizarme, pero no pude. En esos momentos estaba muy cabreada por la inoportuna aparición del demonio....

Suspire y recogí la corbata del suelo. La mire y comprendí.

- Si, lo entiendo.

Dije, y me vestí. Me coloque tras ella y bese su cabeza.

- No te martirices.

Acepté el beso que me había dado con una sonrisa, y me acomodé un poco más la ropa para estar al menos presentable. Me giré y le di un beso en la mejilla, al que acompañé con una expresión de agradecimiento. - ¿Nos vamos a algún sitio? - le pregunté mientras esperaba a que él también acabara de ponerse el traje que yo misma le había quitado. Me agaché y cogí los zapatos, lo único que me faltaba por ponerme. Me calcé los tacones altos que llevaba a juego con el uniforme y le miré, esperando su respuesta.

Sonreí y asentí.

- Claro, vamonos al hotel... Hablaremos allí mas tranquilos.

Yo asentí ante su sugerencia y salí de allí taconeando, notando cómo él me seguía a una distancia prudencial. Fui hasta su coche y esperé apoyada en la puerta a que él llegara y abriera para poder meterme. Me entró un escalofrío por el cambio de temperatura, pero lo agradecí realmente porque fuera estaba empezando a tener frío. Arrancó el motor y nos alejamos de allí en dirección al hotel.

OFF: TEMA CERRADO