Una noche larga

Abrí la puerta y espere a que Victoria entrase, andé hasta una mesa apartada y nos sentamos en ella, enseguida.

-Tienes hierba..., en el pelo-Le dije antes de que una camarera se acercase a nosotras para tomarnos nota-. Yo de momento quiero un café con leche y unas tortitas con sirope de arce.

Miré como la camarera tomaba mi pedido y ambas miramos a Victoria a que ella hiciese su pedido.

Serena se dirige hacia una mesa y yo la sigo, tomando asiento enfrente de ella. Me señala el pelo y me dice que tengo hierba en él.

-Ojalá solo fuera ahí-le digo con un amago de sonrisa- Doy por perdido el vestido

Era cierto, estaba lleno de tierra y hierba, y más porquería que había cogido al sentarme en el suelo. Lo que había sido una mala idea por cierto.

La camarera viene y toma el pedido de Serena, y yo pido un café muy cargado y más tortitas con chocolate. Quizá un chute extra de azúcar me sentase bien. Apunta también lo mio y se marcha, dejándonos solas.

Notaba que la gente miraba el vestido que llevaba y la sudadera que no pegaban demasiado. Gracias al calor del coche, el de la cafetería y que no había espíritus cerca, había ido recuperando mi temperatura corporal, asique me la quito y se la devuelvo a la chica.

-Muchas gracias por todo Serena. De verdad. Pero querría pedirte un favor. ¿Crees que podrías contarme algo..de este mundo? No quiero volver a ser tan inocente.

-Te advierto que no soy una experta en tema, pero si tienes preguntas, quizás pueda contestarla..., pero no te aseguro nada.

Me quede en silencio cuando la camarera vino con dos tazas de café, dejándolas en la mesa, llenándolas de café, cuando se fue, tomé la taza entre mis manos para calentarmelas.

-Bueno, sea lo que sea intentare contestarme, así que ya sabes, dispara-Le dije esbozando una leve sonrisa dando un pequeño sorbo al café.

Me dice que no es una experta en el tema, pero supongo que algo más que yo lo era. Cojo la taza que acababa de traernos la camarera y me lo acerco para dejar que el olor del café me envuelva.

Cierro los ojos unos momentos y luego la miro para verla sonriendo, y la verdad, me hace sonreír que use la palabra " disparar" precisamente.

-Bien, lo que nos ha atacado era un fantasma, y tú le has disparado y le has matado, ¿no? ¿A eso te dedicas? ¿A matar fantasmas para que no hagan daño a nadie?

La escucho con atención hasta que la camarera nos trae a cada una el plato de tortitas que hemos pedido, cojo el cuchillo y el tenedor y empiezo a cortalas en trozos pequeños, para llevarme uno a la boca, luego me limpio la boca con la servilleta y le doy otro sorbo al café.

-Bueno..., fantasmas, demonios, ya sabes todos los seres malignos que nos decían nuestros padres para asustarnos-Hago una pausa y hecho un par de cucharadas de ázucar al café-. Aunque también tengo una tienda en el pueblo, en este trabajo no se gana mucho dinero que digamos..., Y no, no he matado a ese fantasma, solo lo he asustado.

La camarera nos trae las tortitas y Serena empieza a comérselas. Iba a empezar con mi plato cuando me suelta una lista de cosas que existen y que ella se dedica a cazar. Paralizada, suelto el tenedor, que vuelve a caer a la mesa. De repente se me había quitado el hambre. Sobre todo al escuchar que no había matado al fantasma. Empujo el plato hacia la chica, a fin de cuentas era ella la que había tenido acción esa noche, y si tenía más hambre no tenía inconveniente en que se acabara las mías, que seguían sin tocar.

-Pero desapareció...-murmuro-Y si no lo mataste.. podría volver al cementerio y...-de repente recuerdo la hoguera en el cementerio, que con el trajín, se me había olvidado- Eso es lo que estabas haciendo en el cementerio esta noche ¿no? Cazar algo. Por eso la bolsa tan pesada y ese misterio sobre lo que estabas haciendo.

Escuché el tenedor resonar sobre la mesa y me sobresalte un poco al escucharlo, veo como me acerca el plato, pero yo sigo con las mías, termino una tortita mientras la escucho con atención, levante una ceja cuando dijo lo de mi bolsa deportiva.

-Si..., a ese fantasma si lo maté-Dije recordando y viendo como fugazmente pasaba la tumba ardiendo sobre mis ojos-. Existen unos rituales especificos para ellos, al que te ataco no lo maté por el simple hecho de que no sé nada del fantasma, hay que tener alguna buena razón para matar a alguien del otro lado.

Guardé silencio unos segundos y me incliné sobre ella apuntándola con el dedo índice.

-No le cuentes esto a nadie, ¿vale? Me juego mucho al contarte todo esto...

Off: Me voy a hacer una maleta, luego volveré y seguiré^^

Escucho reteniendo toda la información que la chica me cuenta. Era mucha, y necesitaría un tiempo para asimilarla, pero quería saber todo lo que pudiera. Sentía que mi vida había sido una mentira, una ingénua al pensar que estábamos sólo los humanos, y los licántropos cuando conocí a mi amigo.

Quemar los restos para matar a los espíritus. Lo recordaría. Al igual que no decírselo a nadie. ¿A quién se lo diría? Nadie me creería si se lo contaba. Fantasmas, demonios, sonrío. Era de locos. Y dentro de esa locura, sacaba tiempo para llevar una tienda. Era increible.

-Supongo que aunque no ganéis mucho dinero sí tenéis mucho que perder. Tendréis muchos enemigos.-no me gustaría estar en su situación la verdad-Te prometo que no se lo diré a nadie.

Aunque desde luego, pensaba seguir investigando sobre el asunto.

Off: Tranquila, tómate tu tiempo, yo tengo que hacerla también xD

Termine el plato de tortitas y lo aparte a un lado, dejando enfrente de mi la taza de café, empecé a mover la cucharita dentro de la taza, sin demasiada energía para enfriarlo, la deje en el platillo y le di un sorbo.

-Bueno, te buscas tú mismo tus enemigos, es más o menos como en la vida real pero con cosas sobrenaturales, no te aconsejes que te metas en este mundillo, pero si que tengas cuidado con lo que pase a tu alrededor-Dije terminando el contenido de la taza, me pase las manos por la cara, algo cansada-. Mira..., podrías pasarte por mi tienda, te daré un amuleto protector.

Miro distraida mi café, y bebo un largo trago inundando mi cuerpo de cafeina. No quería entrar en su mundo, no estaba hecho para mí. No era ni muchísimo menos una guerrera, ni tan fuerte como la chica aparentaba ser.

-La verdad esque si fuera cazadora no duraría más de un fantasma-le digo sonriendo-no soy buena luchadora. De hecho en mi vida me he pegado con alguien.-niego con la cabeza-Pero si esos bichos..si esos seres están ahí fuera, quiero poder tener una oportunidad para sobrevivir.

Se frota la cara, cansada, dándome cuenta de pronto la hora que era y que aunque yo no fuera a dormir esa noche por tanta información, no le pasaría lo mismo a ella, que llevaba luchando contra aquello dios sabía cuánto.

-Será genial volver a verte, asique sí, me pasaré por tu tienda a comprar uno de esos amuletos-Amuletos, y demás objetos que seguro que eran cosas de las que antes me habría reido, y a las que ahora pensaba creer fielmente.-Creo que deberíamos irnos y.. tú deberías descansar.

Me levanto de la silla dejándo un billete en la mesa para pagar lo mío y lo de Serena, y apoyo la mano en el hombro de la chica.

-Podré llegar sóla a casa, pero sin la dirección, dudo que pueda llegar mañana a tu tienda-río