Bebiéndome la ciudad ( Nikki Sixx)

El día había sido increiblemente largo.

Morir parecía ser deporte nacional, porque el hospital estaba repleto de cadáveres que abrir, y Mark en casa echándome en cara que no saliéramos de caza. Necesitaba salir. Me cambio mi habitual atuendo de cazadora y me pongo una falda, un top y tacones. Mi bolso con algunos objetos útiles ( como móvil, cartera, agua bendita, ...) y coloco en mi pierna un liguero del que hay colgado una daga. Oculto, obviamente, con la falda.

Nunca salir de casa sin alguna protección, era algo que había aprendido hace tiempo. Recojo mi abrigo, me despido de Mark y cojo el coche para dirigirme al primer bar que encontrara abierto. Conduzco hasta el pueblo de al lado, había mejor ambiente y quizá encontrara algun indicio de caza que animase a Mark. Finalmente encuentro encuentro un garito. No parecía el típico sitio pijo, y tampoco el antro de mala muerte. Genial, nadie conocería mi otra vida y podría beber hasta cansarme.

Aparco y entro. A la derecha había un billar, a la izquierda una diana, y pese a que por fuera parecía algo más bonito, por dentro era un poco más caótico. Pero tampoco me daba miedo. Borrachos dormidos en las sillas, algún otro comprobando su tolerancia al alcohol en las mesas, y los demás esparcidos por la barra y los juegos. Ignoro a todos y me acerco al camarero. Me siento en un taburete, alejada de cualquier otra persona, y pido un vozka red bull, que el tabernero no tarda en servirme. Bebo un largo trago y vuelvo a dejarlo en la barra. Ya empezaba a sentirme mejor.

Demonios, sangre, matar, sangre, demonios, follar, sangre, matar, demonio.... Joder, me había vuelto de un monótono que aburriría a cualquiera, lo peor... Es que me encantaba. Cuando me aburría demasiado solo tenía que llamar a Amanda y... Listo! Pero aquella noche había algo en mi, llámalo nostalgia, llámalo ganas de actuar, llámalo un plan, llámalo X... Lo que sea... Quería volver a esas noches en las que simplemente le jodía la vida a Nikki apareciendo de imprevisto en cualquier estúpido momento, sí, ese momento tan poco indicado para que un puto psicópata tomara el cuerpo de aquel yonkie deprimido y se pusiera a jugar con la persona que aquella noche había decidido apiadarse de él y hacerse su amiga.... Y básicamente eso era lo que iba a hacer... Joder... ¿Echaba tanto de menos a Nikki como para hacerme pasar por él? Quizá solo tenía mono de droga, sí, era solo eso... Seguro!

Me duché, me arreglé, me peiné y enseguida cogí la Harley y aparecí en aquel bar de mala muerte, bueno, la verdad es que de Houston a aquel pueblo había un buen trecho pero me apetecía conducir para planear una buena estrategia, ya sabes... Un plan A y si fallaba... el típico plan B. Entré al bar y enseguida tuve que fingir demasiado para que aquella maldita aura que me seguía no se notara demasiado, los borrachos me miraban mal, sospechaban de mi.... Joder, ¿Tan obvio era? No había una maldita mujer en todo el bar así que me puse a jugar al billar con uno de aquellos paletos... Le gané más de 100 dolares... Pero lo que en realidad estaba deseando era ensartarlo y empalarlo en uno de esos palos de billar... "Joder, Sikki, relájate... Eres un maldito psicópata pero, por una vez en tu vida haz las cosas bien!" Sí, me relajé, me fui al baño y me inyecté heroína, la suficiente como para que mi cuerpo se moviera solo y cuando salí.... BINGO! Una preciosidad sentada en la barra. Fui a su lado y pedí una botella de Jack Daniel's que me sirvieron enseguida. Le di un buen trago y la miré con una amplia sonrisa, aquella que tantas veces había utilizado Nikki para cautivar a todas aquellas chicas y que tan difícil me resultaba copiar aunque... me salió bastante bien.

-Vaya, vaya... Nunca habría jurado que me encontraría a una chica como tu.... - miré a mi alrededor y suspiré con resignación. - En un lugar así... - me encogí de hombros y volví a beber. Joder se me estaban pasando tantas formas de matarla por la cabeza que me sorprendía que no lo estuviera haciendo ya... - Por cierto... Soy Nikki. - alargué la mano dispuesto a estrechársela y volví a sonreír. Bueno, no estaba yendo tan mal... Ahora tenía que seguir así...

Cuando te acostumbrabas, el bar no estaba tan mal. Auque una mujer allí llamase demasiado la atención, los hombres de allí me eran indiferentes. Podría con todos y cada uno de ellos, estúpidos borrachos.

Perdida en mis pensamientos, no me percato de que alguien ha salido de los baños y se dirige directamente hacia mí. Un movimiento en la silla de al lado me alerta de sus intenciones. Le miro de reojo y luego vuelvo a centrar la mirada en el vaso.

-A una chica como yo... supongo que las que vienen aquí tienen dos cabezas y un par de extremidades extra ¿no?-ironizo

Miro su mano extendida,¿enserio iba a estrechársela? Tras unos segundos de vacilación, decido extender la mía y darle un apretón. Estaba relajándome y tampoco era necesaria empezar ningún malentendido a no ser que fuera necesario.Le examino en silencio, mirándole de arriba a abajo.

-Pues yo debo decir que encajas perfectamente en este lugar. Alcohólico, y por tus pupilas dilatadas y el pinchazo de tu brazo, diría que drogadicto, ¿heroina?

Además de eso,que no era poco, había algo de él que me inquietaba, pero no sabía el qué.

-Me llamo Martha-digo finalmente.

La chica no habló, decidió examinarme antes de eso lo que me dio.... más confianza? Da igual, lo difícil siempre era empezar y que se tragaran el cuento de que eras alguien perdido y que necesitaba ayuda... Yo me dedicaba, sin más, a beber directamente de la botella de Jack Daniel's que ya estaba casi medio vacía. Volvió a centrar su mirada en su vaso y soltó un comentario que me sorprendió, alcé una ceja. Vaya, iba a tener suerte y me iba a tocar una graciosa...

-No, simplemente una mujer que lo fuera de verdad... - dije mirándola directamente a los ojos.

Aquella manía solía inquietar a la gente pero yo lo utilizaba para ver a través de ellos, que sentían, que se les podía pasar por la cabeza, sus ojos, como dicen, eran el espejo de sus almas y me aprovechaba de ello para... Actuar sobre la marcha. Y la verdad es que solía funcionar... y muy bien! Me dio un apretón de manos, bueno, las cosas no iban nada mal y aún no le había soltado ninguna burrada, joder, me encantaban aquellos jueguecitos... Porque el final era siempre mejor... Entonces me dijo que yo si que encajaba perfectamente en aquel lugar por ser un alcohólico y por pincharme, vaya, si era incluso observadora... Quizá demasiado... Cerré un poco los ojos. Ojalá fuera cazadora... Disfrutaría matando a una de esas zorras aunque... Me daba igual iba a disfrutar y iba a matarla de todas maneras lo fuera o no... Me preguntó si lo que me chutaba era heroína y simplemente me encogí de hombros.

-Persa.

Fue lo único que dije, intenté no ser muy brusco. Odiaba las malditas drogas y Nikki me había hecho adicto, había enganchado a nuestro cuerpo a aquella mierda y no podía evitar chutarme para que mi cuerpo siguiera en marcha... Maldito yonki! Además, por todos es sabido que la herína persa es peor que la normal... Sí, esa es la típica información vital que te salva la vida al final de una película... En fin, volví a beber un trago de whisky cuando me dijo su nombre, Martha...

-Oh, vaya... Bonito Nombre... ¿Eres de aquí? - pregunté alzando una ceja, no lo parecía. - ¿Sabes? Siento informarte de que... Bueno, yo no soy el típico chico que te encuentras normalmente en estos bares... - sonreí. - Y si te pasas conmigo el resto de la noche... lo descubrirás. - le guiñé un ojo. Fui directo al grano y no me corté... Ahora había que esperar a ver si tenía que seguir actuando o... sacar a mi yo de verdad...

Una mujer de verdad. Me pregunté interiormente qué tipo de mujeres vendrían por allí, y no pude evitar imaginarme a Nikki con falda y sujetador. Contengo una risa floja mordiéndome el labio inferior.

-Gracias por darte cuenta que soy una mujer de verdad.

Obviamente él no habría pillado mi broma, pero igualmente sonreí. Me giro y me encuentro con sus ojos que parecen examinarme por dentro. Casi siempre he preferido que las personas me mirasen a los ojos, pero algo en Nikki hacía que me pidiera a gritos apartarla. Y así lo hice, desvío la mirada hacia el camarero pidiéndo otra copa, poniendo asi una escusa barata para dejar de mirarle.

-Es tu vida, disfruta metiéndote lo que te apetezca.

De nuevo ese sentimiento de incomodidad cuando me pregunta más datos de mi vida, y es ahí cuando decido que no va a saber más datos de mi vida.

-Me alegra saber que no seas el típico hombre que puedo encontrar por aquí. Si todos fueran así quizá debería ir a otro lugar-alzo las cejas sonriendo-En cuanto a mí, creo que no te importa de donde sea, es más, creo que no te lo voy a decir. Entiéndeme, una "mujer como yo" podría tener problemas si un " hombre no típico de bares como este" sabe más de lo necesario.¿No crees?

El camarero para entonces ya había puesto otra copa, de la que bebo un largo trago.

-Y créeme, ni en tus mejores sueños pasaré contigo el resto de la noche.

Apartó un momento la mirada y aprovechó para beber, hice lo mismo que ella pero mi mirada seguía fija, me quedaba menos de un cuarto de botella y cuando la acabara saldríamos de allí... Quisiera o no. Tenía un plan y esta vez por fin iba a sacar mi verdadera personalidad, solo estaba esperando a que llegara el momento oportuno, cuando quería, era muy paciente... Pero otras veces, me desesperaba con facilidad... Todo dependía del momento y de lo que estuviera esperando. Volvió a hablar sobre la droga, dijo que era mi vida y que disfrutara metiéndome lo que quisiera, si, eso seguiría haciendo aunque lo odiara, de hecho, ya me drogaba mucho menos que al principio y, poco a poco, estaba logrando dejarlo de una vez por todas. Empecé a preguntar datos de su vida, casi al azar para empezar a entablar conversación, pero, de golpe me soltó una perlita diciendo que si todos los hombres del lugar fueran como yo debería irse a otro lugar... Oh, no tenía ni idea de la razón que tenía... Si todos fueran como yo... Ella ya estaría muerta. Continuó hablando de una forma algo más brusca, diciendo que no me importaba d donde era y que no me lo iba a decir... Vale, ahí empecé a mosquearme... ¿Quien coño se creía que era para hablarme a mi de esa manera? Pero no, aún no había acabado conmigo, me dijo que ni en mis mejores sueños pasaría conmigo el resto de la noche. Alcé una ceja, y tuve que contenerme todo lo que pude para no arrancarle la cabeza ahí en medio. Apreté los puños con fuerza, que, por suerte, estaban fuera de su vista y entonces, toda aquella rabia acumulada hizo que pasara lo que estaba esperando. Además, aquello me serviría para saber si aquella chica era una cazadora o no. Mis ojos se volvieron completamente negros durante un tiempo.

-Algo me dice que si que la pasarás... Quieras o no. - sonreí y justo cuando terminé de hablar mis ojos volvieron a su color verde natural. - ¿Entonces que va a ser, preciosa? ¿Por las buenas o por las malas? - me terminé la botella de un trago y sonreí, esperando que hablara.

Bebo un trago mientras el chico permanece en silencio, creo que pensando en lo que le acabo de decir, y quizá en la próxima pregunta que me haga y no contestaré. Para ser el típico borracho de bar, era demasiado pesado.

Y ahí estaba, volviendo a las andadas. Pero no era la pregunta que estaba esperando, sonaba a amenaza cuando sus labios pronuncian "Algo me dice que si que la pasarás... Quieras o no". Y ahi estaba también la sensación multiplicada por cien. No sé si es ésta o el tono de su voz lo que me hace mirarle y lo veo. El causante de mi malestar. Sus ojos son negros completamente, pero dura una fracción de segundo, pues al acabar la frase vuelven a su color habitual, que de no haber sido por el hecho de ser un drogadicto alcoholico poseído por algún tipo de demonio, habrían sido hasta bonitos. Mantengo la expresión fría habitual, invariable para que no se percatara de lo que había visto, y que de no saber nada del mundo sobrenatural, pensaría que lo había soñado.

Y ahora tenía que valorar mis opciones, salir del bar con él o que me obligara a ello. Sea como fuera,mi única opción pasaba porque no descubriera qué soy en realidad, y rezar para que no se hubiera enterado aún.

-Aún no me he acabado la copa-digo para ganar algo de tiempo para pensar- además creo que cuando lo haga me marcharé a casa. Estoy cansada y creo recordar que te dije que no iría contigo, y sigo sin ver razones para hacerlo.

Estudié atentamente su reacción, esa sería la clave para saber si me enfrentaba a la típica humana normal y corriente que va de dura y de estrecha o... había algo más ahí dentro... Si era una cazadora podría hacerle aún más cosas, sí, la verdad es que odiaba con todas mis fuerzas a los cazadores, muchos habían intentado exorcizarme durante cuatro largos años pero... ¿Acaso no se daban cuenta de que no tenía ningún demonio dentro? Yo mismo era el propio demonio y con eso... No podían luchar. Sabía que había visto mis ojos, habían cambiado justo cuando me había mirado pero no hizo nada, se quedó quita, quizá algo más rígida de lo normal, intentando estar relajada. Tardó en hablar pero, cuando lo hizo, sonreí. Puso la excusa de que no se había acabado la copa aún y de que en salir de allí iría a su casa. Dijo que no iba a venir conmigo y que seguía sin ver razones para ello. Joder, aquella mujer me estaba poniendo de los nervios... ¿Era eso posible? No sabía como estaba aguantando tanto pero... Acerqué mi boca a su oído.

- Vamos... ¿En serio no quieres pasártelo bien un rato? - susurré. - Si quieres también podemos ir a tu casa, en realidad... da igual el sitio. - le mordí el lóbulo de la oreja y bajé por su cuello besándolo mientras una de mis manos se deslizaba por su muslo. Sep, el plan B era hacer que quisiera venir conmigo... El plan C era obligarla. - Venga, parece que no hayas tenido una buena noche un mucho tiempo... Déjame ayudarte a cambiar eso...

Sabía que con ella no iba a funcionar pero tenía que intentarlo todo antes de utilizar la fuerza... ¿Por qué? Por que eso sería exactamente lo que haría Nikki, ponerse pesado hasta la médula, quizá emborracharla pero si ella lo rechazaba al final y pasaba de él, se iba a por otra... Y ahí era donde entraba yo, Sikki, cuando la parte de Nikki fallara, yo utilizaría mis "métodos infalibles de convicción" y ella vendría conmigo... Si no quería morir. Me daba absolutamente igual que esos paletos borrachos me vieran utilizar mis poderes, los mataría a ellos también si hacia falta pero... En el fondo, me lo estaba pasando bien con aquello... Solo me faltaba terminar, ponerle la guinda al pastel... Y salir de allí con ella... O no... Simplemente tenía que matar!

Sabía que me estaba estudiando. Podía notar sus ojos clavados en mí, asique espero con paciencia a que acabe.

-Quizá podrías dejar de mirarme así, ¿tanto te gusto?

Y de nuevo su oferta.

-Ya me lo estoy pasando bien. Bebo y escucho música. Para mí es suficiente.

Mi casa... pensé en Mark, y en que estaría allí. No, si acababa lléndome con él de ahí no podía llevarlo a casa. Pondría a Mark en peligro... así como estaba poniendo a todas las personas del bar. Suspiré, ¿debería dejar que me llevara por la fuerza poniendo en peligro a todos? o ¿debería ir con él y arriesgarme a que me matara? Qué demonios, me querría matar igual, con o sin personas delante.

y de pronto besa mi oreja, haciéndome estremecer y dar un respingo. Sobre todo cuando su mano recorre mi pierna. Mi pierna... dónde llevaba escondida la estaca. Tenía que parar aquello.

-¿Qué coño haces? Aparta tu mano de mi pierna.-Agarro su mano y la quito con brusquedad de mí.

Porque sí, sabía que me tendría que ir con él, pero no quería hacerlo antes de tiempo.

Me hizo gracia lo que soltó cuando la estudiaba. ¿Que si me gustaba? Por Dios, me había follado a putas más guapas que ella... Pero, vale, ninguna de ellas tenía tanto carácter ni era tan decidida. Y no podía evitar que me gustara aquello, si, que me plantaran cara de vez en cuando estaba bien, así al menos tardaba más en matar y disfrutaba más con todo. Cuando le hice la oferta de salir de allí y pasárnoslo bien juntos, dijo que ella se lo estaba pasando bien. ¿Perdona? Estuve a punto de ponerme a reír a carcajada limpia. Oh, si, vaya diversión, beber rodeados de borrachos de pueblo que no sabían ni hablar correctamente e iban de duros por la vida y escuchar música... Bueno, la música no estaba mal era rock, pero actual, más tirando a pop comercial... La verdad es que lo odiaba y me jodía considerablemente los tímpanos acostumbrado al metal, al rock de los 80(el mejor) y al punk y todo tipo de estilos callejeros que me pudieran echar en cara. Cuando le mordí el lóbulo de la oreja y la besé, noté como se estremecía bajo el contacto de mi piel y cuando empecé a acariciar su pierna con mi mano... Un momento... Estaba llegando a algo que parecía llevar escondido bajo la falda y entonces apartó mi mano con brusquedad de mi, haciéndome mirarla con el ceño fruncido. La gente del bar se giró para ver que estaba pasando allí y yo no pude evitar mirarles a todos de forma amenazante, era mi naturaleza y ya había salido y aquella chica... Joder escondía algo... Y tenía que ver lo que era... ¿Una pistola? ¿Quizá un cuchillo?.... ¿DROGAS? Ya estaba bien, me había hartado y era hora de dejarme de teatrillos y mierdas de esas... Era hora de ser yo mismo.

-Mira... - le dije acercándome a ella y susurrando para que solo me escuchara ella. - Sé que escondes algo y me da absolutamente igual lo que sea pero... Como esos tíos sigan mirándome un minuto más, voy a matarlos a todos. - le mostré una sonrisa sádica y continué. - También podemos irnos de aquí... Y así impedirás la muerte de cuatro paletos de pueblo borrachos que estaban en el lugar equivocado, en el momento equivocado y haciéndose los gallitos con el tipo equivocado. - le guiñé un ojo. - Tú decides...

Sin más, alargué el brazo y cogí su copa, bebiéndome todo lo que había en ella y acabando rápidamente con el problema de que "aún no se hubiera acabado la copa", ahora ya estaba todo claro. Podíamos irnos de allí y... Podíamos empezar a divertirnos de verdad...

Joder joder joder. Vaya mierda. Había sido demasiado lenta y había notado lo que escondía en mi pierna. Al menos aín no sabía qué era. Estaba en un problema.

Amenaza con matar a todos si no me iba con él. Y sabía que había llegado el momento de dejar el bar y enfrentarme a lo que fuera que ocurriera después. Amablemente, se bebe mi copa, ganándose mis miradas de odio. Me gustaba mi copa y quería bebérmela yo.

-Esta la pagas tú.-digo refiriéndose a la última copa.

Cojo el bolso y mi chaqueta y me acerco a su oido, al igual que había hecho él antes.

-Tú ganas, voy contigo, pero no les toques un pelo a los demás.-me giro y voy hacia fuera del bar.

Por fin, con mi última amenaza reaccionó de verdad, esta vez ni siquiera intentó disimular que no le importaba nada o que no se había puesto nerviosa y no pude evitar que una sonrisa victoriosa apareciera en mi cara. Me dijo, cuando me vio beberme su copa de golpe, que esa la pagaría yo y me encogí de hombros poniendo una expresión lo más inocente que pude y lo peor es que me salió bien, estaba demasiado acostumbrado a ello como para que no... Y ya me salían a la perfección, no tan bien como al depresivo de Nikki, pero poco a poco estaba llegando a su nivel. Observé, sin dejar de sonreír, como cogía su bolso, su chaqueta y todas sus pertenencias entonces se acercó a mi y me susurró al oído que yo ganaba, vale, eso lo había supuesto desde que había visto su reacción pero era bueno tener una confirmación por su parte... En fin, también me dijo que no les hiciera daño a los demás e hice una mueca... ¿Por qué aquello me sonaba tanto al típico discurso de cazador que quiere proteger a todo el mundo? Joder, que rabia me daban! Justo después de hablar se giró y fue directa hacia la puerta del bar, rebusqué entre mis pantalones de cuero y pagué las copas con lo que había ganando jugando al billar y sin más empecé a caminar hacia la puerta pero... No pude resistirme me giré y sin que nadie se diera cuenta me quedé mirando a un motero gordo y calvo con perilla que jugaba al billar apreté con fuerza mi puño y el tipo empezó a quedarse sin, aire y, luego, sufrió un infarto... Sonreí y salí de allí. Une vez fuera me encontré con Martha, la supuesta cazadora y me quedé mirándola divertido.

-Mmmmm... Apuesto lo que sea a que estás pensando que te voy a llevar al bosque. - hice una pausa y me rasqué la cabeza. - Pero no soy el típico chico de costumbres ni mucho menos un asesino en serie... -me encogí de hombros y fui directo a mi moto que estaba justo enfrente del bar, me subí y encendí el motor haciendo que rugiera. - ¿Vienes? Has sido inteligente y has salido de allí por tu propio pie... No me hagas tener que obligarte a venir... Por cierto... ¿Donde decías que vivías? - sonreí.

Al salir me apoyo en la pared, con la rodilla doblada. Valoré por un momento la opción de irme mientras aún seguía Nikki dentro, pero nada le impediría volver dentro y matarlos a todos. Deseché esa opción y espero con paciencia a que salga.

Finalmente le veo salir con cara de victoria, dios era tan irritable, conseguía sacarme de mis casillas, cabrearme de verdad. Se sube en la moto diciéndome que no me va a llevar al bosque. Suelto una pequeña risa irónica mientras murmuro:

-Pues mira que bien....

Lo de que no es un asesino en serie no lo tenía nada claro. Si por asesino en serie englobamos solo a humanos normales, es posible que no lo fuera. En cambio si lo entendíamos como un demonio sádico que disfruta matando, la cosa cambiaba un poco. Enciende el motor y me invita a subir. Aunque amablemente me deja elegir entre subir voluntaria u obligada. Qué caballero...

Me monto tras de él agarrándome a su cintura, algo que no me hacía la más mínima gracia, pero era eso o caerme y aunque esa opción se me antojaba hasta buena, suponía que no me serviría de nada. Daria la vuelta y me atropellaría o me ataría al asiento, o cualquier otra cosa que se le ocurriera en el momento a su macabra mente.

-No te he dicho dónde vivo, y no lo voy a hacer-digo contestando a su pregunta-Pero la opción del bosque me gusta. Rodeados de animalitos y esas cosas tan bonitas. Porque reconocelo, me has preparado una velada romántica ¿a que sí?-termino con ironía-oh Nikki, no tenías que haberte molestado...