Un trago para olvidar las penas (Tommy)

Después de instalarme en el Motel y de haber salido para despejarme un rato por el pueblo, aunque la verdad es que no me sirvió de mucho por no decir de nada decidí que la mejor manera para despejarme y olvidar sería la tradicional, tomarse un buen copazo.
Así que camine sin mucho entusiasmo por las calles, a paso lento ya que prisa no había ninguna y mucho menos de volver a aquella habitación de mala muerte, o al menos a mi así me parecía, mientras me iba fumando poco a poco uno de mis cigarrillos que para mejorar aún más la situación, se me habían acabado. Genial, esto ya era simplemente genial, además de venir aquí contra mi voluntad, el único vicio que me ayudaba ahora un poco se me acababa también, venga ¿qué más podía pedir?.
Mientras caminaba, disfrutando la última calada del cigarrillo noté como alguien me iba siguiendo pero eso a mi me daba francamente igual, es más me iba a servir de distracción. Lancé la colilla al suelo y me dirigí hacia un callejón intencionadamente, justo al dar la vuelta me apoyé contra una pared, cabizbaja, esperando a que llegara quien fuera que me seguía. Y no tardó, ya que un par de minutos más tarde ya estaba allí, le miré a los ojos con una sonrisa torcida y me cercioré de aquello que me estaba imaginando desde el principio, se trataba de un demonio, bingo, justo lo que necesitaba para recargar fuerzas. Cuando estuvo lo suficientemente cerca lo atraje hacia mi sin más dilación y sin que se percatara saqué una navaja que siempre llevaba escondida en mi bota derecha y cogiéndole rápidamente del brazo le hice una herida profunda, provocando que de ella brotara sangre y comencé a beber, sintiéndome cada vez mucho mejor y más fuerte, parando al fin cuando me noté satisfecha. Le aparté de un empujón dejándole a un lado y regresé de nuevo a las calles desde donde veía el cartel de un bar. Premio, justo lo que buscaba. Entré en el local, pisando fuerte ya que ahora me sentía muchísimo mejor, capaz de comerme de nuevo el mundo, mientras observaba el ambiente, borrachos por un lado, parejas liándose por otro, gente pegándose por otro... el típico ambiente vamos.
Me acerqué a la barra y le dije al camarero con voz algo fría - un tequila doble -Mientras me lo servían me acerqué a la máquina de tabaco y saqué una cajetilla para después volver a la barra y tomarme el tequila de un trago - otro - dije con voz indiferente, sentándome en una de las banquetas altas del bar y abriendo el paquete, encendiéndome un nuevo cigarro.

Llevaba menos de una semana en la ciudad y ya me conocían en todos los bares. Cuando no estaba en casa haciendo cálculo sobre cuando saldría la luna llena y el tiempo que duraría mi transformación, me iba a los bares a beber y a olvidarme de todo, a hacer vida social. Aunque lo cierto era que me estaba convirtiendo en un alcohólico ninfomano y adicto al tabaco. Y lo peor de todo eso era que ni siquiera me importaba, aún no tenía trabajo y mucho menos conocía a demasiada gente en la ciudad pero allí estaba yo durante otra noche más saliendo por los bares y bebiendo hasta más no poder y perder el conocimiento. Aqulla noche había decidido ir al peblo, Townhidden estaba a menos de media hora de distancia de Houston y había oído que había un buen ambiente allí, que era un pueblo lleno de gente y que no era el típico lugar lleno de campesinos y paletos que nada más verte con tatuajes y piercings sacaban la hoz y iban a por ti gritandote e intentando quemarte en la hoguera por satánico... Podía sonar cómico, pero no era anda gracioso cuando tenías a más de una docena de campesinos gordos y cabreados corriendo detrás de ti con antorchas, tijeras, hoces y todo tipo de utensilios de campo gritándote cosas tales como "satánico" o "hijo del demonio" o gilipolleces así... A mi mejor amigo y a mi nos habían perseguido y aún no sabía como aún seguíamos con vida aunque, la verdad era, que dudaba de si él seguía o no con vida... Y no me importaba demasiado. Todo aquello había pasado hacía mucho tiempo y él me había vendido, dejándome claro que ya no le importaba ni le interesaba... Ahora estaba solo. Así que pensé que sería una buena idea pasarme por allí, me subí en mi Camaro rojo con franjas negras y me puse en marcha. No tardé demasiado en llegar pues apreté el acelerador todo lo que pude, me encantaba la velocidad, eso era un hecho aunque no era tan colgado como la gente que solía pensar como Sid Vicious, el famoso bajista ídolo de masas y estereotipo de la escena punk decía "Vive rápido, muere joven". Mucha gente seguía su filosofía pero, personalmente, prefería vivir rápido y morir viejo... Le di varias vueltas al pueblo hasta que finalmente encontré un bar que tenía buena pinta, aparqué el coche y entré sin más observando el ambiente, bueno, era un típico bar con gente en la abrra, música alta, parejas besándose y gente peleándose... Fui directo a la barra y le pedí al camarero un Jack Daniel's con hielo, me di cuenta de que la gente no me miraba demasiado raro por tener pircings y llevar tatuajes, de hecho pasaban de mi lo que me alivió... Cuando el camarero me sirvió, me bebí el whisky de un trago y pedí otro...

Observaba sentada en la barra todo el local, mirando a la gente que se divertía como bien sabía. Muchos ya estaban casi por los suelos y eso que aún era relativamente pronto, o al menos a mi así me lo parecía.
Ya había pillado a alguno que otro dirigiéndome miraditas, o mejor dicho babeando literalmente, pero simplemente pasaba de ellos cortándoles con miradas de advertencia tan cargadas de peligro que no les costaba mucho pillarlas aun yendo ebrios, y eso ya era todo un logro con esta gente.
Cuando saqué el mechero para encender el cigarro cómo no se me acabó el gas, un punto más a mi buena suerte del día. Suspiré resignada y me giré para coger mi tequila que me lo acababan de servir y bebérmelo, mientras miraba a los lados para ver quién me podía dejar fuego.
Me fijé en el chico que estaba sentado a mi lado, seguramente de haber estado en otro sitio hubiera desentonado con sus múltiples tatuajes y piercings, pero a mi la verdad es que me daba igual, yo mismamente tenía un par de tatuajes ¿así que por qué me iba a sorprender lo suyo?.
Le miré fijamente a los ojos y le dije poniendo un tono de voz algo amable, aunque con el aburrimiento que llevaba encima me costaba un poco bastante - ¿oye tienes fuego? - le pregunté. Si vale, los modales a la primera no eran lo mio, pero qué se le iba a hacer, yo era así y no iba a cambiar en dos segundos.
Me quedé esperando a su reacción y al rato le dije extendiéndole la mano - Soy Shanon - tampoco era dada a socializar pero lo mío ya era aburrimiento de marca mayor, con todas las letras y mayúsculas así que necesitaba distraerme como fuera, ya fuera charlando o de cualquier manera, el caso era pensar en cualquier cosa menos el por qué estaba allí, que ahora mismo ni yo sabía exactamente ni por qué me había metido en este bar, al menos no estaba mal del todo.

En apenas quince minutos ya me había metido tres Jack Daniel's entre pecho y espalda y estaba como si nada, el caso era que aquel sitio, de primeras, tenía un buen ambiente pero cuando ya llevabas un rato allí... o te emborrachabas y empezabas a hacer el gilipollas como la mayoría de los presentes o empezabas a aburrirte inevitablemente. Y pensar que tiempo atrás habría sido el primero que hubiera montado follón en un sitio así, suspiré. No conocía a nadie en la ciudad así que no podía soltar burradas ni desmelenarme así que me limitaba a beber y a emborracharme noche si y noche también... Aunque luego estaba el tema de las mujeres, la verdad es que seguía atrayendolas pero tampoco era lo mismo, era como si el maldito fantasma de mi mejor amigo drogadicto siguiera conmigo y ellas le prefirieran a él antes que a mi... Aunque él era el típico "mejor amigo y confidente" yo pasaba de eso: Mientras no me enamorara o me encaprichara con alguna mujer simplemente me la llevaba al baño, a una zona reservada o simplemente a la parte de atrás del local en el que estuviéramos y acabábamos haciendo todo lo que se nos pasara por la cabeza... Sacándome de mis pensamientos escuché a mi lado una voz, era de mujer y me preguntaba si tenía fuego, Alzando una ceja me giré para mirar a mi interlocutora, no pude evitar mirarla de arriba a abajo era una chica muy guapa, de pelo castaño y ojos claros, pude ver en su cara una expresión algo peligrosa y sexy que por un momento me hizo tragar saliva.

-Eh... sí... espera. - dije rebuscando por los bolsillos de mis pantalones hasta dar por fin con mi paquete de Marlboro y mi zippo.

Aquel mechero tenía mucha historia era todo negro con un pentagrama invertido en rojo y las palabras Shout At The Devil. Mis amigos y yo habíamos compuesto una canción con ese título y todo habíamos hecho camisetas, mecheros o cosas por el estilo con ese logo. Le ofrecí el mechero y además yo también me llevé un cigarro a la boca, cuando me lo devolvió lo encendí, le di una calada y solté una bocanada de humo, entonces ella se presentó. Esbocé una media sonrisa e hice lo propio.

-Encantado, Shanon... Yo soy Tommy. - estreché su mano y estirando hacia mi hice que se acercara y le di dos besos en las mejillas, cuando nos separamos le dediqué una amplia sonrisa. De repente la idea de pasar la noche con ella, charlando o lo que surgiera después no se me antojó nada mala así que sin perder mi permanente sonrisa continué hablando, esperando sacar un buen tema de conversación para que ella se quedara allí, charlando. - Joder, menos mal que has aparecido... Este sitio cada vez está más muerto. - hice una mueca y me encogí de hombros. - Algo me dice que no vienes demasiado por aquí... ¿Qué te ha traído a este bar en concreto? ¿Has venido para salvarme del aburrimiento mortal? - pregunté sonriendo y mordiéndome el labio inferior.

Miré al chico de cabello oscuro enarcando una ceja divertida al percatarme de su examen anatómico por llamarlo de alguna manera. Noté que le había sacado de sus pensamientos pero reaccionó rápido con mi pregunta y eso que ya había bebido bastante pero al parecer tenía aguante y eso siempre era un punto a favor en los chicos para mi, ya que eso de que no tuvieran aguante y que con un par de copitas ya estuvieran mal... no me atraía mucho.

Le sonreí cuando me pasó el mechero y le dije - Gracias...- antes de encender mi cigarrillo observé atenta y curiosa el dibujo que tenía, un pentagrama rojo invertido con una inscripción un tanto peculiar. No era habitual ver mecheros como aquel, pero bueno yo precisamente puritana no era, ni por asomo vamos así que prendí el cigarrillo y se lo devolví todavía sonriendo, entre pícara y misteriosa.

Le miré mientras cogía de nuevo su mechero y al igual que yo se encendía un cigarro. Era curioso como un simple cigarro podía relajarte de tales modos siempre que lo necesitabas. No era una fumadora compulsiva pero cuando tenía que recurrir a algún método para desestresarme y relajarme no lo dudaba, ponía una copa en mi mano y un cigarro en la otra y le daba a ambas cosas hasta que me sentía como quería.

-El gusto es mío Tommy – le dije sonriendo cuando pasó a presentarse ahora él, estrechando la mano que le había tendido antes y tirando hacia él quedando ahora cerca suyo para darme dos besos en la mejilla. Le miré divertida al separarnos, vaya al final la noche no iba a pintar tan mal, al menos las expectativas de acabar aburrida mortalmente parecían disiparse poco a poco conforme pasaba el rato a su lado. No sabía si el encuentro se quedaría en una simple charla para pasar el rato, o derivaría en algo más, pero la verdad es que estaba abierta a cualquier sugerencia en ese momento.
No pude evitar reírme con su comentario y le dije – Bueno entonces suerte que estoy aquí para alegrarte el rato ¿no? – comenté guiñándole un ojo traviesa. Su comentario era algo obvio dado que se notaba a kilómetros que del pueblo no era pero le miré burlona y le contesté – Pues no, es la primera vez que vengo aquí y al parecer voy a ser tu salvación de esta noche contra el aburrimiento que amenaza con acabar con ambos, aunque no se quién va a ser la salvación de quién, porque la verdad es que yo también me aburro demasiado…. – Eché un breve vistazo al bar y regresando la mirada a él – y bueno…¿eres de por aquí? – le pregunté, una pregunta un tanto estúpida y convencional, pero oye algo habría que hacer ¿no?, y al menos tendríamos que hacer algo para no terminar como los pobres desgraciados que no sabían ya no como mantenerse en pie.

El alcohol de aquel bar parecía tener menos grados de lo normal y me parecía estar bebiendo agua y ni eso, porque ni siquiera conseguía calmar mi sed, eso fue lo que me hizo preguntarme realmente que causaba esa sed. Me dediqué a estudiar los movimientos de aquella chica, Shanon, y no podía evitar pensar que lo que me pasaba tenía que ver con ella y ya no con ella en particular sino con todo el genero femenino. Joder... ¿Cuanto tiempo llevaba sin un buen polvo? "Tommy deja de pensar en eso porque acabarás mal..." me decía mi conciencia en mi cabeza, por desgracia mi conciencia solía estar de adorno porque no le hacia demasiado caso. "Hawk-nose!, pedazo de capullo... ¿Quieres centrarte de una vez y darme un poco de droga?" la voz de mi mejor amigo sonó en mi cabeza recordando tantas otras veces que había dicho esas palabras. "Si quieres tirártela no estarías ahí como un gilipollas mirándole los ojos... ¿Te aclaras, bro?". Mientras escuchaba aquella repelente y quejica voz en mi cabeza que no hacía más que insultarme y pedirme drogas me terminé el cigarro y me levanté de un salto de la silla. Shanon había comentado que aquella noche no tenía muy claro quien iba a ser la salvación de quien porque ella también se aburría muchísimo, sonreí con picardia y me mordí el labio inferior. Observé como miraba a su alrededor y luego me preguntaba que si era de allí. Me encogí de hombros y me miré de arriba a abajo.

-¿Enserio te parezco de aquí? - pregunté alzando una ceja. - Soy de Los Ángeles. - dije con orgullo. Y eso que había nacido en Grecia y que mis padres vivían en un pueblecito cerca de Los Ángeles pero, sin duda, mi verdadero hogar residía en aquella ciudad, donde había pasado los mejores y los peores momentos de mi vida. Estaba orgulloso de ser de allí. La miré de arriba a abajo de nuevo. - Tú tampoco tienes mucha pinta de ser de por aquí... - aburrido y sin alcohol no pude hacer otra cosa que golpear la barra para que el camarero viniera. - Tio! Traenos una botella de Absenta y dos vasos, nosotros nos servimos. - el camarero me fulminó con la mirada pero hizo lo que le pedí y empecé a servir chupitos de Absenta para Shanon y para mi, cogí el primero. - A tu salud, preciosa. - me lo bebí de un trago y volví a llenar otro baso de chupito que me trago igual de rápido que el primero. - Espero que te guste la Absenta, sino creo que voy a acabar bebiéndome la botella yo solo... Aunque bueno, todos dicen que borracho soy más gracioso... ¿Te atreves a emborracharme? - dije con picardía, retandola.

En mi mente se acababa de formar un gran plan para conseguir mis propósitos de aquella noche y mi coche y el alcohol tenían mucho que ver en él. O tío, si me lo montaba bien podría pasarlo de lujo con aquella chica. Solo tenía que mostrar mi mejor faceta, aguantar el alcohol como hasta ahora lo había hecho y coquetear de la mejor manera posible... El resto era pan comido! Me encantaban noches as´y las echaba de menos, lo mejor de todo era aquel aire de misterio y de peligro que envolvía a Shanon, parecido, de alguna manera, al de aquella chica en las montañas de Hollywood, aquella mujer lobo que me convirtió en lo que ahora soy... Joder, tengo predilección por los problemas y las chicas problemáticas. Algún día uno de esos caprichos me acabaría matando, pero hasta entonces... Prefería disfrutarlo al máximo!

Mientras esperaba una respuesta por su parte me acabé mi bebida, el tercer tequila ya y para colmo entraba como el agua, ¿es que en este pueblo una no se iba a poder ni emborrachar como Dios manda?... no, estaba visto que no iba a poder ser, bueno al menos se seguiría intentando, seguro que con perseverancia y unos cuantos copazos más lo conseguiría.
De un momento a otro se levantó de un salto de la silla y le miré divertida mientras se observaba de arriba abajo tras escuchar mi pregunta. Si, era obvio que no eras de aquí, pero chico ¿Qué te iba a preguntar sino?, vale, se me ocurrían unas cuantas preguntas más y mucho mejores, pero esas era mejor dejarlas para más adelante, cuando hubiera más confianza o algo ya que eran mucho más subidas de todo y apenas habíamos cruzado dos palabras….
Negué con una sonrisa divertida ante su pregunta sobre si de verdad me parecía de ahí puesto que la respuesta era clara. Me dijo que era de Los Ángeles, vaya me encantaba ese sitio pero hacía muchísimo que no iba a allí… bueno algún día regresaría allí digo yo, además ahí si que se saben montar unas buenas fiestas, como manda la ley y no como aquí, que al parecer te las podías ver moradas para encontrar una en condiciones.

Le miré irónica ante su pregunta y le dije – es más que evidente que no, que no soy de aquí… - hice una breve pausa y añadí – Soy de Roma… - le dije sonriendo, acordarme de mi lugar natal me hacía recordar todos los buenos momentos de mi vida, en cierto modo echaba de menos a mis amigos de allí, pero también hacía demasiado que no contactaba con ellos así que seguramente ya pasarían de mi, o quizás no, depende del interés de ellos también ahora que me había ganado cierta fama.
Me reí cuando le pidió al camarero la botella de Absenta, joder al final algo bueno de beber, si con eso no nos emborrachábamos una de dos, o en este pueblo no había ni una bebida decente, o nosotros no éramos ni medio normales.
La mirada fulminante del camarero hacia Tommy no tenía desperdicio. Cogí el otro vaso de chupito y tras asentir a lo que dijo le contesté – que así sea pues.- Me lo bebí de un tirón y lo mismo hice con el segundo.

El reto escondido tras sus palabras hizo que me animara mucho más, él no me conocía cuando me ponía a beber en serio en retos, no sabía cuánto aguante tenía él eso era verdad, pero sí sabía del mío y era bastante. – Mmmm, eso suena a reto… y yo adoro los retos. Está bien, me propongo emborracharte hasta más no poder, pero con una condición - le dije quedándome en silencio, enarcando una ceja traviesa, mirándolo fijamente a los ojos - … que tú te atrevas a hacer lo mismo conmigo… - terminé diciendo con voz tentadora y pícara, ahora el desenlace de la noche se veía prometedor y ciertamente, no iba a desaprovechar la oportunidad que se me presentaba, sería tonta si lo hiciera vamos.
No sabía que tenía aquel chico, pero estaba claro que no era como los demás, tenía algo de especial, era como un imán que te atraía inevitablemente a él y a sus planes.
Si nos lo montábamos bien esta noche podía terminar muy pero que muy bien.

Llamé de nuevo al camarero y le pedí unos cuantos vasos de chupito más, al principió renegó un poco, pero me costo muy poquito convencerle para que me los diera de muy buena gana, que poco hacía falta para ello, un par de miraditas y una sonrisita y lo podía tener comiendo de la mano si quisiera.
Los llevé a una mesa, para sentarnos ambos en ella y los puse en una hilera. Cogí la botella, llenándolos seguidamente hasta arriba y mirándole con malicia impresa en la mirada le dije - ¿qué, comenzamos con el reto? – esa frase fue acompañada de una arrebatadora sonrisa, pero en ella estaba escondida mucha picardía y travesura.

La noche, y su final, cada vez pintaban mejor y Shanon no había hecho más que contribuir a ello. Desde que había aparecido mi mente se había puesto a maquinar ella sola miles de cosas, miles de planes más propios de aquel adolescente alto y desgarbado que era el terror de las chicas que de mi nuevo yo pero ya se sabe lo que dicen... Mala hierba nunca muere! Me dijo que era de Roma y de nuevo no pude evitar mirarla de arriba a abajo, si, tenía un aire especial que en una americana normal no podías encontrar además de aquel maldito velo de misterio y peligro que la rodeaba. Joder, ¿Era yo o estaba empezando a hacer demasiado calor allí dentro? Al pedir la Absenta pude ver que a ella le encantaba la idea, joder, al fin una persona normal que notaba que allí incluso el agua bendita podía llegar a colocarte más que el alcohol, junto a mi, se bebió un par de chupitos de un solo trago y estaba como si nada... Bien, ya eramos dos. Entonces con una sonrisa pícara acepto mi reto, dijo que ella me emborracharía solo si yo hacía lo mismo con ella. Vi las puertas del cielo abiertas en ese preciosa instante, una chica preciosa y que estaba buenísima me estaba pidiendo que la emborrachara y que ella haría lo propio conmigo... Lo miraras de la forma que lo miraras, aquello tenía una pinta increíble y no iba a ser yo quien se negara a que la noche acabara de la mejor forma posible, de hecho, más bien sería yo quien ayudara a que eso ocurriera.

-¿Me estás retando tu también, preciosa? - pregunté sonriendo y mordiéndome el labio inferior. - Que sepas que me encantan los retos... Y suelo ser muy competitivo... - hice una pausa y me tomé otro chupito. - Acepto el reto...

Ella me mostró una sonrisa y entonces pidió más vasos de chupito, el camarero se negó en un principio y ahí era donde las armas de mujer entraban en juego: Apenas unas miraditas, enseñar un poco el escote, una sonrisa y un guiño de ojos servían para que el tipo más grande y más duro se pusieran a sus pies y eso fue lo que pasó. De repente teníamos unos cuantos vasos de chupito en las manos y la botella de Absenta. Nos fuimos a una mesa y nos sentamos allí, uno frente al otro, Shanon puso los vasos sobre la mesa y, como una profesional, los lleno hasta arriba todos de golpe. Dejó la botella al lado, aún quedaba algo menos de la mitad y me miró preguntándome si comenzábamos el reto... Joder, Lo estaba deseando!

- Ya estamos tardando... - dije como única respuesta y acto seguido cogí uno de los vasos de chupito y me lo bebí de un trago. - Mmmm... Esto entra demasiado fácil... - comenté pensativo. - Oh... ¿Qué te parecería...? - no acabé la frase me puse uno de los vasos en la boca y me acerqué a ella, vertiendo el alcohol directamente en sus labios. - Creo que eso me gusta más.... - le guiñé un ojo y continuamos allí con nuestro propio reto persona, bebiendo sin parar y dándonos de beber mutuamente de la manera más alocada y sensual que se nos ocurriera...

Enseguida note, mejor dicho lo noté en el mismo instante en que acepté el reto, como aquello le había gustado de sobremanera. Parecía como si se le hubieran abierto las puertas del cielo o algo y aquello representó una buena señal ya que estaba claro que ambos queríamos hacer que esa noche fuera inolvidable y que ambos íbamos a contribuir a base de bien para que así fuera, porque si yo ya estaba completamente dispuesta a ello, ni que decir de él.... se le notaba mucho más dispuesto que a mi y eso era lo que más me gustaba porque un hombre motivado valía por 1000 y eso lo sabía por experiencias pasadas. En ese momento recordé algunos episodios de fiestas anteriores, en las que si la cosa ya empezaba bien, el final de ellas ya era apoteósico, todos borrachos a más no poder, liándote con el primero que pillabas, esquivando las botellas vacías que en el estado que nos encontrábamos podían suponer casi un peligro mortal.... Sonreí enigmática ante esos recuerdos y regrese al presente donde me encontraba en frente de un gran chico con el que si todo salía bien iba a acordarse de mi por largo tiempo.

Le guiñé le ojo cuando me preguntó si le estaba retando y cuando se tomó el chupito le dije de manera pícara - Te recuerdo que fuiste tu el que me retaste pero si,.... - cogí un vaso y tras tomarme otro chupito al igual que él finalicé diciendo - ...sí, se podría decir que te estoy retando, y me encanta que seas competitivo porque ya somos dos, así que esto será la mar de interesante... - acabé diciendo pasando a adoptar un tono travieso.

Le miraba en todo momento mientras iba llenando los vasos de chupito y él comenzó bebiéndose uno. Sonreí de lado cuando dijo que eso entraba como el agua, en ese momento se puso pensativo y sabía que no me iba a hacer falta preguntarle en qué estaba pensando dado que en seguida, cosa que imaginaba ya, me hizo una demostración sobre sus ideas.
Se acercó a mi antes de acabar su frase, con el vaso en la boca y vertió el alcohol directamente en la mía. Pasé mi lengua lenta y sensualmente por mis labios, saboreando el líquido que se había quedado ahí y le contesté - Oh si, a mi también me gusta esto mucho más.
Cogí un vaso ahora yo y humedecí un dedo en el interior para primero pasarlo por sus labios lentamente, mojándoselos mientras los recorría enteros. De igual manera que él hizo me puse el vaso en la boca, dándole a beber el chupito y mientras lo saboreaba cogí la botella mojándome bien mis labios y bebiendo algo para besarle apasionadamente, dejando que saboreara también los míos y me separé enseguida para dejarle con más ganas. - Tu turno - Dije guiñándole un ojo mirándole desafiante.

Justo después deque le "diera de beber" de aquella manera Shanon comentó que aquello le gustaba mucho más y sonreí, encogiéndome de hombros. Entonces era su turno, cogió uno de los vasos y humedeció su dedo con alcohol, acto seguido mojó mis labios mientras los acariciaba con su dedo e hizo lo mismo que había hecho yo con ella momentos antes, Bebí de un trago y pasé la lengua por mis labios, saboreandolos mientras observaba como ella cogía la botella y bebía, empapándose los labios. Sin más me besó con pasión, dejando que mi lengua se abriera paso en su boca y pudiera saborearla bien, sus labios sabían a Absenta pero su boca era dulce, justo cuando estaba empezando a ir a más aquel beso ella se separó, dejándome con ganas de más. Guiñándome el ojo, me dijo que era mi turno y con aquello me acababa de poner muchísimo, si señor... Y si creía que yo iba a seguir con aquel jueguecito de adolescentes lo llevaba claro. Sonreí y cogí un vaso de chupito, me acerqué a ella y bajé un poco el escote de su vestido, dejé caer la bebida por su cuello y empecé a lamerla mientras descendía por su cuerpo. Cogí otro vaso y hice un amago de que me lo bebía, dejándome el alcohol en la boca, me acerqué a ella y la besé haciendo que bebiera directamente de mi boca el alcohol que poco a poco empezaba como iba subiendo... ¿O no era el alcohol?

-¿Sabes? - le susurré al oído. - Creo que podríamos divertirnos más en cualquier otro sitio... - aproveché para morderle el lóbulo de la oreja. - ¿Qué te parece si cogemos unas cuantas botellas y nos vamos a dar una vuelta...? Seguro que sería más divertido y así... podríamos continuar con el reto con algo más de... intimidad.

Mientras esperaba a que ella aceptara cogí otro de los chupitos y me lo bebí sin más. La gente en el bar nos estaba mirando, estaban escandalizados y pensaban que eramos unos locos depravados pero... Alomejor tendrían razón y todo. Ellos no me habían conocido en mis buenos tiempos, corrijo, ellos no me conocían! Entonces la imagen de mi coche se formó en mi mente de repente... Lo bien que quedaría ella sobre él, desnuda y con una botella de Jack Daniel's en la mano... Joder, si no aceptaba irnos por ahí estaba seguro que al final de la noche acabaría tirandomela allí mismo, delante de todos... Y de nuevo, acabaría en la cárcel... Estaba cansado de aquel maldito sitio y de lo que significaba para mi. Pero sacudí la cabeza volviendo al mundo real, joder, tenía delante una chica que estaba buenísima y que parecía dispuesta a todo... ¿Qué más quería?