¿Quién anda ahí? [Nikki]

Era una noche solitaria y tranquila, me había despertado en el suelo del cuarto de baño con sangre saliendo de mis brazos y agujas a mi alrededor... Me había dado otra pequeña sobredosis, era un nuevo aviso de que tenía que parar pero, para variar, no hice caso y al abrir los ojos solo podía pensar en una cosa: Drogarme. Estaba tan enganchado que lo priemro que hice fue darle un trago a la botella de Jack Daniels y meterme un par de rayas. No recordaba cuando había sido la última vez que había estado 100% sobrío sin drogas, sin alcohol, sin sangre de demonio... Cualquier cosa nueva que aparecía en mi vida me volvía adicto y las mujeres no eran una excepción. Con mucha fuerza de voluntad decidí que aquel día no me iría de fiesta, no saldría a emborracharme ni aconocer chcias solo... caminaría por el bosque. Sí,e ra lo mejor... Asi podría pensar en todo lo que me había pasado últimamente y quizá... prácticar un poco con mis poderes.

Cogí mi Harley y fui directo hacia el bosque, la aparqué en un lugar apartado y no muy a la vista, era demasiado bonita como para dejarla en un lugar en el que pudieran robarla o ahcer cualquier cosa. Me bajé saqué un cigarro y empecé a caminar por el bosque sin rumbo fijo. Me detuve en una zona rodeado de árboles y cerré los ojos para concentrarme escuché a mi izquierda un pájaro revolotear y me giré alcé un brazo y con fuerza salió disparado y dio contra otros árboles antes de eprderse en la distancia... Me quedé sorprendido de lo que yo mismo acababa de hacer y antes de continuar con mis intentos de ser Houdini o algo así me extrañé al escuchar un sonido, lo seguí con sigilo y me encontré con una chica guapisima rubia que caminaba sola por el bosque. Al principio pensé que estaba soñando o que mi mente enferma ya imaginaba cualquier cosa pero parecía tan real... La seguí entre las sombras hasta llegar a un claro en el que vi en el suelo al páhjaro al que había matado, ella lo cogió entre sus manos y no sé como, el pajaro volvió a la vida y empezó a volar y a canturrear. Me quedé impresionado y continué estudiandola, no parecía un demonio, no tenía ese tipo de aura, no olía como ellos... ¿Qué podía ser? Mientras mi cabeza maquinaba en silencio, ella se dio cuenta de mi presencia y preguntó al aire si había alguien. Suspiré y salí de entre las sombras con las manos en los bolsillos y dandole una patadita a una roca.

-Mmmm... Buenas noches? - dije algo inseguro. ¿Qué se supone que le dices a una chica así a la que estabas espiando? La evrdad es que no se me ocurría nada mejor. - Esto... ¿Qué estás haciendo por aquí? El bosque a estas horas de la noche es peligroso... Y más para una chica como tu...

Me quedé parado a una distancia considerable porque para empezar no sabía si la chica se iba a sentir amenazada por mi y no me apetecía montar la típica escenita de la chica corriendo y dando gritos pensandose que soy un violador o un asesino y yo corriendo detrás de ella y diciendole que no quería hacerle daño... Oh, Dios... A veces me avergonzaba a mi mismo de aquellas cosas pero en un momento dado eran bastante graciosas pero aquella noche en la que había intentado mantenerme sobrío no estaba como para aquellas cosas y me limité a quedarme allí de pie y escuchar la respuesta de la preciosa rubia... Al parecer había acudido al bosque por lo mismo que yo: caminar y distraerse, no pude evitar sonreir y entonces ella se acercó un poco a mi, no dejaba de mirarme a la cara y estudiarme, mis gestos, mis expresiones, lo que me ponía algo nervioso pero entonces su última pregunta me desconcertó por completo... ¿Qué si me había enviado alguien? ¿Acaso aquella chica estaba esperando a un camello, un asesino a suelo o quizá un gigoló? Por un precio razonable podría ser lo que ella me pidiera, la verdad... Pero por su expresión noté que no se refería exactamente a nada de lo que me habñia imaginado en mi cabeza enferma. Hice una mueca.

-Sí, claro, me ha enviado Lucifer y dice que es hora de pagar tu dedua! - le solté con sarcasmo. Cuando era joven había tenido una época satánica y aquello me hacía gracia pero al evr la cara que puso no pude evitar soltar una carcajada, parecía que se lo había creido de verdad... - Eh! Que solo estaba de broma! - sonreí. - Yo también he venido a pasear un rayo y... desconectar. - me encogíde hombros.

Para nada iba a mencionar mis poderes ni anda por el estilo, ya la había liado lo suficiente con mencionar a Lucifer así que no me la iba a jugar, además, tampoco es que fuera predicando por ahí que era medio demonio... Nunca sabes con quien te puedes encontrar y hay gente que disfrutaría matandome con sus propias manos aunque para ello tendrían que conseguir vencerme....

-Por cierto... me llamo Nikki Sixx. - dije presantandome con una amplia sonrisa en los labios. - ¿Y tú, preciosa?

Me chocó un poco ver como se había tomado mi pequeña bromita pero no le dí más importancia, pero, de todas maneras hbaía visto con mis propios ojos lo que había hecho con aquel pajaro muerto pero... ¿Estaba seguro de que estaba muerto? La verdad es que no pero dudaba que mis ojos me traicionaran, lo único que podía hacer para salir de dudas era preguntarle pero ahora no era el momento ya que ella parecía dudar de mi después de aquello... ¿Sería una cazadora? Ahora mismo, todo era posible después de contrarme con el tipo de gente que me había encontrado y después de descubrier que era un niño de Azazel... Finalmente la impresionante rubia se presentí, su nombre era Michelle, un bonito nombre para una bonita chica. Comentó que pensaba ue era la única que debería de andar a aquellas horas sola por el bosque y me encogí de hombros.

-Encantado... - me limité a decir casi en un susurro. - ¿Sabes? En el fondo, por mucho que digan, el bosque es mucho más seguro que la ciudad, no he escuchado de tanta gente muerta o asesinada en el bosque como en la ciudad... - hice una mueca. - Además, la tranquilidad que hay aquí es imposible conseguirla en la ciudad y... Mucho menos en los sitios a los que suelo ir... - esbocé una media sonrisa.

La verdad es que aquella charla estaba siendo bastante amena y me sentía cómodo pero no sabía hasta que punto podía llegar. Cuando esataba sobrío era bastante cerrado, tímido y... bueno, en realidad era un niño al que su padre le había abandonado cuando era muy pequeño y su madre nunca le había querido así que... ¿Qué te podías esperar? Así era yo y cuantas más cosas descubría de mi mismo y de mi apsado, peor me volvía y más me metía en las drogas y en la bebida para olvidar y ser "yo mismo"... Ja! Tópico número 1 de la noche: Sólo bebo y me drogo para desinivirme y poder ser yo mismo. ¿Y se supone quetengo que creermelo? Interrumpiendo mis pensamientos y sacandome de mi ensimismamiento me propuso pasear juntos por el bosque, la verdad, no era mala idea y quizá tener compañía ayudaría a no volverme loco y así... podría descubrir qué era y cómo había ravivido al pajaro...

-Claro, no tengo nada mejor que hacer y ya me estaba hartando de estar solo con mi pensamientos... - me mordí el labio inferior. - A veces lo peor que puedes hacer es pensar así que... ¿Qué tal si dejamos de hacerlo? - sonreí y sin más empezamos a caminar...

La verdad era que estaba bastante nervioso y no sabía muy bien que decir o hacer con aquella chica, al menos, me consolaba el hecho de pensar que no estaba en una habitación llena de gente rodeado de extraños que querían hablar conmigo y preguntarme cosas, Oh, Dios... No podría soportar algo así en mi estado, cuanto más sobrió más paranoíco y antisocial. Suspiré y me quedé mirando al cielo metido en mis pensamientos, al final no podría práticar con mis poderes... No los controlaba demasiado bien y mucho menos sabía cuales eran... Sí tenía una fuerza enorme y era bastante rápido pero eso solo era gracias a la sangre de demonio... Luego estaba la telekinesis y la doble personaliad... Volví a soltar un bufido estaba harto de todo aquello, me venía demasiado grande y ni siquiera sabía controlarlo... Ya había tenido suficiente con mi infancia y mi adolescencia como apra ahora tener toda esta mierda encima que solo servía para undirme más en la miseria y darme cuenta de que era un maldito monstruo... Un asesino. Necesitaba dejar de pensar aunque fuera solo por dos segndos pero todo aquello se me amontonaba en la cabeza dandome ganas de ponerme a chillar... Por suerte Michelle estaba allí para darme conversación y en cierto modo, calmarme... Aunque en realidad su presencia solo me pondía más nervioso por el hecho de no saber como actuar. Me dió la razón en cuanto a que el bosque era más tranquilo que la ciduad y habían menos muertes y me mostró su encantadora sonrisa que me hizo dejar de pensar en todo, así daba gusto... Si hubiera sabido que solo necesitaba eso para dejar de pensar habría emepezado la noche contándole algún chiste... Le devolví la sonrisa y seguimos caminando. Entonces me preguntó a que sitios solía ir e hice una meuca... ¿Ahora se suponía que tenía que cotnarle lo de los streap-clubs, los conciertos, los backstages, las fiestas locas, la droga y todo eso...?

-Pues... digamos que no son sitios muy recomendables. - me encogí de hombros y en mi cara se formó una expresión de culpabilidad que decoré con una inocente sonrisa. - Pero bueno, el caso es que no suelo parar demasiado en casa ni quieto en ningún sitio... Si preguntas en las peores zonas de la ciudad... Todos me conocen.

Mientras hablaba Michelle me cogió del brazo y me hizo detenerme justo antes de tropezarme con una miedra que tenía jsuto delante de mi y que parecía llevar escrito mi nombre, ella le dio una patada y continuamos caminando.

-Gracias... - me limité a decirle con una sonrisa.

Me di cuenta de que ella se frotaba los brazos con las manos a causa del frío y es que aquella noche había refrescado y la brisa nocturna no ayudaba en ese aspecto yo me había puesto la chupa de cuerpo para ir en lamoto y aún la llevaba puesta, me la quité y se la ofrecí quedandome con una camiseta hecha harapos bastane cortada y que no dejaba lugar a la imaginación ya que podía verse mi cuerpo bastante bien pero... ¿Para que mentiernos? Me quedaba de muerte.

-Toma... Pontela si quieres, yo no tengo frío. - dije ofreciendole la chaqueta. Entonces saqué un cigarro y me lo encendí soltando una enorme bocanada de aire. - Oye... No es por ser entrometido ni nada de eso pero... Ese pajaro estaba muerto. - me limité a decir. No sabía cómo abordar el tema así que decidí tirarme de cabeza a la piscina. - Tú lo has revivido. - aclaré como última frase antes de darle otra calada al cigarro y quedarme mirandola a los ojos interrogante.

Me agradeció que le dejara la chaqueta de cuero y me limité a sonreirle y a negar con la cabeza cuando dijo que si la necesitaba se la pidiera. La verdad es que estaba acostumbrado a ir así hiciera frío o no, pero cuando me daba por coger la moto si no me ponía la chaqueta de cuero acababa lleno de cortes y arañazos que ni siquiera sabía de donde habían salido y no había cosa que me diera más rabia que eso. Además al quitarme la chaqueta me quedé mirando mis brazos y me entraron ganas de hacerme otro tatuaje, como si los que ya tenía no fueran necesarios. Los tatuajes para mi eran como las drogas, después de hacerte uno, no puedes parar. Después de mi pregunta noté como dudaba un poco y yo me limité a esperar una respuesta pacientemente y entonces me dijo que el pájaro no estaba muerto, justo en ese momento estaba dándole una calada al cigarro y me atraganté con el humo así que empecé a toser. Cuando me recuperé la miré sonriendo y alzando una ceja. Antes de que pudiera contestarle nada habíamos llegado a un pequeño lago que había en medio del bosque en el que la luz de la luna llena se reflejaba, como la imagen de un cuadro famoso o una postal. Ella comentó que era más bonito que la ciudad, desvié la mirada hacía el lugar y no pude discutirle, sí tenía razón... Pero imágenes como aquella las veía noche sí y noche también en mi hogar... Dios, no había día ni noche que no echara de menos Los Ángeles. Me acabé el cigarro lo apagué, suspiré y volví a mirar a Michelle.

-La verdad es que es precioso... - comenté casi en un murmullo. Pero entonces volví a retomar el tema y solté algo que después de decirlo me arrepentí. - Michelle, sé perfectamente que el pájaro estaba muerto... De hecho, yo lo maté.

Bien, en momentos como aquel me encantaría pegarme una buena bofetada por bocazas. ¿Cómo iba a explicarle ahora eso? ¿Se creería que me dedicaba a ir al bosque y matar pájaros por las noches con un tirachinas? Algo me decía que no así que el que ahora estaba interesado en cambiar de tema era yo pero no sabía como hacerlo. Volví a quedarme mirando el agua y un idea se formó en mi mente haciéndome sonreír.

-¿Sabes? Me apetece darme un baño... - dije dominado por el impulso de tirarme al agua fría y refrescarme, además, era una buena forma de cambiar de tema. - ¿Te vienes?

Al parecer le había sorprendido y chocado mi confesión de que había matado al pájaro. Primero me dijo que lo había hecho mal porque seguía vivo y luego vino preguntándome que por qué lo había matado. Ella misma se estaba contradiciendo con sus palabras. Entonces me soltó unas cuantas palabras algo hirientes acompañadas de miradas que mataban, de esas que, para ser sinceros, no le pegaban nada a su rostro tan dulce y tan angelical. En un momento se me pasó por la cabeza la idea de que quizá Michelle perteneciera a Greenpeace o a alguna organización de aquellas y no pude evitar imaginármela vestida de verde en una manifestación para salvar a los árboles del planeta o algo parecido. No le sentó bien mi sonrisa y me callé de repente... ¿Ahora se supone que tenía que contarle mi secreto? Demasiadas personas lo sabían y aquello, desde luego, no era bueno... Me miró a los ojos desafiante con sus enormes ojos azules, haciendo que no pudiera decirle otra cosa que la verdad...

-Fue un accidente. - dije con total sinceridad. - No quería hacerlo pero el pájaro pasaba por allí cuando estaba.... "practicando"... Y ha salido despedido chocando contra un montón de árboles hasta llegar a donde lo has encontrado... - hice una mueca y me encogí de hombros. - Pero si lo que te preguntabas era que si me dedicaba a ir por el bosque matando animales que no me hubieran hecho nada porque sí... La respuesta es no. De hecho me encantan los animales. Siempre he querido tener un gato... me dicen que me parezco mucho a uno pero... Con mi estilo de vida... No creo que fuera lo más conveniente.

Sabía que ahora vendrían todas las preguntas. ¿Qué práctica? ¿Cómo logré lanzar a un pobre pájaro así para que acabara muerto? Y cientos de cosas más que se le estarían pasando por la cabeza en aquel momento pero que no me apetecía nada responder. Suspiré y volví a mirarla a los ojos, esperando que esta vez me escuchara o al menos me hiciera caso.

-Entonces, ¿Qué? ¿Te apetece darte un baño? - pregunté de nuevo esperando que esta vez me dijera que si, o al menos me respondiera. Aunque me dijera que no, yo iba a lanzarme al agua sin pensar, aunque fuera solo para evitar sus preguntas durante un buen rato y así poder pensar buenas excusas...

Hice una mueca y solté un bufido. No quería hablar del tema y mucho menos con una extraña que acababa de conocer en el bosque y que se dedicaba a devolverle la vida a pájaros muertos... ¿Si podía dar vida.... También podría quitarla? La verdad es que no quería saberlo y cada vez que la miraba a los ojos lo dudaba, ¿Cómo algo así podía matar? Era imposible, la dulzura y la bondad se reflejaban en su rostro e incluso a mi me parecía imposible no verlo... Pero ella quería respuestas y yo no estaba dispuesto a dárselas. Bueno si tenía que bañarme solo me daba absolutamente igual. Entonces se quitó los zapatos y se me adelantó, metiendo los pies en el agua y entonces me dijo algo muy parecido a un ultimátum. Fui donde estaba ella y me paré a su lado y crucé los brazos sobre el pecho.

-Está bien... te responderé a tus preguntas con total sinceridad sólo con una condición. Que me respondas tú a la única pregunta que tengo. - dije no demasiado seguro de todo aquello pero temiendo que fuera la única opción para, de alguna forma, dejar el tema y darlo por terminado. - Sólo quiero saber qué eres... Lo demás me da igual. Si me respondes eso con total sinceridad yo te responderé lo que quieras pero... No me mientas porque sabré si lo estás haciendo...

Tenía una teoría: Michelle no era una humana normal y corriente pero tenía muy claro que era imposible que fuera un demonio, aún así quedaban infinidad de posibilidades pero ninguna terminaba de convencerme. Sólo esperaba que me respondiera con sinceridad, porque si me decía que era humana, aunque fuera verdad, yo le mentiría sobre lo que me preguntara, después de todo, no iba a ir por ahí pregonando y diciendo que era medio demonio para que algún cazador psicópata o traficante de sangre de demonio terminara por matarme... No... Yo era mucho más listo que todo eso.