Sin escapatoria [Ragnos]

Reí a carcajada limpia, y una vez la tuve próxima le arrebaté un divertido beso de sus labios, saboreandolos durante unos minutos, para después, apartarme y sonreir malignamente:

-Era coña chata, con un polvo voy sobrado, pero, lo de la sangre va en serio. Mejor ir a un sitio mas privado y te explico, sin trucos ni tretas, soy pura verdad - dije completamente en serio.

Me beso en los labios, desconcertándome un poco no me esperaba esa reacción en absoluto de un tipo como aquel.. pero sin mas me deje besar..
Me ofreció ir a un lugar mas tranquilo donde me explicaría todo lo necesario, lo mire durante unos segundos dudando de que hacer, el caso es que quería ese poder que el podría darme y si tenia que irme me iría..
- No te preocupes no te tengo miedo,- dije con media sonrisa- Vamos donde quieras y me explicas lo que necesito.. - comencé a caminar despacio por el callejón, pensando en si era lo mas sensato ir a solas con un demonio que por otra parte el demonio aquel era increíblemente atractivo y seductor y por otra parte, en ningún momento intento herirme.. podía o no podía confiar en un demonio era lo que recorría mi mente en ese momento y de que si lo que pensaba hacer era lo correcto.

-Miedo no me vas a tener, eso dalo por seguro señorita - afirmé mientras la agarra de la cintura, con total confianza y echaba a caminar con total tranquilidad, para después, continuar caminando sin rumbo fijo, hasta el tugurio donde me alojaba aquella noche.

Abrí la habitación del motel que me correspondía, bueno, no era un motel, era un hostal, y era una mierda, pero la habitación era decente. Despaché a la cazadora con un manotazo en su trasero:

-Un vaso y un cuchillo y arreando que es gerundio - dije mientras me quitaba mi corbata con total tranquilidad.

-¿Para qué lo quiero? Fácil. Para tener mis poderes tienes que beber de mi sangre - contesté con toda la tranquilidad del mundo. -Simplemente haces eso, y ¡voilá! Poderes para ti. - comenté mientras me quitaba tranquilamente mi camisa, quedándome en una camiseta de tirantes de ropa interior y los pantalones.

-¡Venga! ¡No tengo toda la noche! - apremié al ver su rara reacción.

Enarqué una ceja, y no solo era por sus palabras y su movimiento hacia mi, con el cuchillo en mano, y encima, sosteniendolo en alto. Ladee la cabeza y finalmente, le quité el cuchillo con cara de mala ostia. Sin duda no estaba para juegos, a pesar de que sus miraditas, eran sugerentes.

Coloqué el vaso en el suelo, y me hice un tajo, y vertí la sangre en él. Cuanto más, mejor, y finalmente, cuando el vaso estaba algo lleno, cerca de la mitad. Gruñí y fuí a por un trapo para tapar el corte.

-Ala, disfruta del trago chata - gruñí.

-Es instantáneo - comenté. -Notarás un muy brutal mareo, y finalmente, ¡PUM! Caes K.O, a veces eso último no pasa... - añadí mientras aplicaba unas vendas a la herida con total tranquilidad.

-Luego, por otra parte, necesitarás más, y más, y más. ¡Felicidades! ¡Eres una yonki! - anuncié. -Necesitarás más sangre de demonio, a cuanta más, más poder. Supongo que viniendo de mi... será telequinesis o jodiendas similares... - concluí.

La miré. -Lo próximo, sería practicar, eso ya te lo dejo a ti

-Te dije que habría consecuencias negativas chata. Tú misma las aceptaste - reí mientras me levantaba. Me crucé de brazos, observándola caer nuevamente en la cama, y me reí mientras negaba con la cabeza y avanzaba hasta la cama donde ella había caido.

-Pasará en un rato largo, mientras, te sugiero que te metas en la ducha, agua fria y arreando - dije tranquilamente apartándome.