Si perdemos, perderemos juntos (Stefan)

Hogar, dulce hogar...
¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que estuve aquí?... ¿Y la última vez que vi a Stefan? Era una oscura noche, sin nubes y todo el cielo era de un tono opaco. De pie, contemplé la antigua mansión familiar que llevaba tanto tiempo sin ver, perdí la mirada en ella. Ese lugar era un desván de los recuerdos de los Blacke y no era del todo agradable. La única habitación con la luz encendida debería de ser la de Stefan.

Entré por la ventana, intentando no ser detectado. Merodeaba como una sombra más a las espaldas de Stefan. Y todo seguía igual. Nada había cambiado desde los últimos 100 años y no resultaba del todo una molestia para mí. Ahora lo que contaba era... ¿Cómo se lo tomaría mi regreso?

Me encontraba en el atico de la casa, donde justo estaba mi habitacion, en esos momentos estaba hechado sobre la cama leyendo un libro, cosa que pocas personas de mi edad aparente hacen...

Aunque nuestra casa fuera antigua me habia encargado que no tuviera ninguna suciedad y ni rastro de polvo, pero obviamente de eso se habia encargado una pareja que contrate para el trabajo.

En un momento dado baje el libro y desbie la vista por la habitacion, no esperaba encontrar nada fuera de su lugar, pero como no me equivocaba... Ultimamente no doy ni una.

Un figura oscura estaba cerca de mi, no tuve que pensar mucho para reconocerla, menuda sorpresa.

-Damon...- Murmure, aunque mi voz no sonaba sorprendida, mi mente no sabia que pensar... Me entraron tantas mals ideas y tantas preguntas que solo se resumian a una.- ¿Que haces aqui?

Como de costumbre, leyendo. Siempre tan aburrido por su parte...

-Hola, hermano. - dije despreocupado. - Parece que has sabido cuidar muy bien de la casa... - empecé a rondar por la habitación, observando cada uno de los detalles impolutos que había en ella. Sin duda alguna, todo, absolutamente todo seguía igual. Aunque habían cosas más... renovadas.

Me giré ante su pregunta, arqueando las cejas y fingiendo sorpresa.

-Vamos... Acaso uno no puede ir a visitar a su hermano? - pregunté. Me acerqué a él y le miré con mi habitual prepotencia. - Después de todo, somos familia. Tendría que ser bienvenido. - murmuré.

Sinceramente, estoy seguro de que algo quiere, para que si no va a venir aqui si no es para seguir haciendome la vida imposible... Esque es capaz de hacerlo hasta a las distancias si se lo propone...
Suspiré, en verdad queria fingir ser el hermano bueno delante mio? Bueno, sigamosle un rato el juego para que sea feliz y se divierta ¬¬.

-Oh...Claro que puede, ¿Como no ibas a visitar un hermano a otro? Es lo que hacen los hermanos normales...-

Comente asi por encima, siguiendo cada paso de el con la mirada, ya se sabe, solo por si las moscas, que no me fio ni un pelo, de este no sabes si va a venir un abrazo o una ostia...

-Pero claro, tu no eres un hermano normal...Asique...¿Que quieres?.-

Volvia a preguntar apartando el libro a un lado, dejandolo sobre la mesilla de mi lado y sentandome normal en la cama, apollando los pies en el suelo y en una postura mas de colegio que de otra cosa.

-Sí, claro... Los hermanos normales... - comenté sin mucho interés y seguí mirando por sus estanterías.

Su pregunta no me sorprendió demasiado. "¿Qué quieres Damon? ¿Qué haces aquí? Houston no te gusta, es aburrido.", pensé por dentro, frases que seguramente soltaría en cualquier otro momento.

-¿Qué quiero? - repetí, con un tono más incrédulo. - ¿Tan interesado crees que soy? - sonreí, como si estuviera de broma. Volví a rondar por la habitación y le miré de reojo. - Has cambiado de peinado.. Me gusta. - comenté, con total sinceridad aunque no lo parecía.

Bueno, digamos que no quiere nada, cosa que se que no es cierto, pero..hagamos de cuentas, entonces ¿Qué hace aqui? La verdad es que ultimamente no se puede decir que seamos dos personas muy unidas.

-Si no quieres nada,¿Qué haces aqui? Y no me vengas con el cuento de que me querias venir a verme y todo eso...-

Dije rodando los ojos, sonrei de medio lado con el comentario del pelo, vaya, igual hasta se a vuelto blando y todo con el paso del tiempo... Bueno, ¿Soñar no es gratis? Me pase la mano por el pelo hechandolo hacia atras.

-Ya ves, me gusta ir a la epoca, pero ..No soy el unico ¿No?-

Sonreí de lado por su comentario sobre la epoca.

-Si, menos mal... No soportaba más los 90...

Me encaminé hacia él y me incliné hasta estar a su altura.

-Tío, ¿Cuánto tiempo que haces que no bebes sangre humana? Y no digas que la sangre de ardilla de por aquí te da superpoderes... - dije sarcástico. - Vamos, he visto un par de chicas ahí fuera. - le di una colleja. - Te imaginas cómo saben su sangre? Por que yo si. - volvi a darle de nuevo en la nuca. - ¿Qué me dices, eh? - mi tono se añadió algo de furia.

-Oh, Damon, no empieces, se le llama tener empatia, algo de lo que tu obviamente no tienes.-

Dije apartandome para que dejara ya de darme las collejas, no entendia como disfrutaba con hacer sufrir a los demas, ademas, me habia costado mucho dejar aquella costumbre, y sabia que si volveria no me podria controlar.

-Y si para lo unico que as venido es para esto, nadie te impide que te vuelvas a marchar.-

Mi tona era casi exactamente como el suyo, con ese poco de enfado y algo de lastima, me daba pena que se sientiera mejor solo por ser un vampiro, y encima se aprovechara de ellos.
Me até la camisa bien, y me levante de la cama, ordenando algunos de los libros que habia estado leyendo, asi dando una escusa para alejarme de los leves golpes de mi hermano.

-"...algo que tu obviamente no tienes".-le imité, con un tono de voz más agudo. - Vamos Stefan, no me seas ñoño. El mundo ya es caótico. ¿Qué más te da a ti? ¿Es que no te apetece nada la sangre humana? - le espeté. - Si no fuera por esa... "pena" que tienes por la gente no serías tan débil como vampiro.

Dije con el mismo tono que adapté antes, que ahora Stefan utilizó en contra de mí.

-Te juré una eternidad de sufrimiento, y yo cumplo mi palabra. Así que no pienso irme. - ahora volvía a mi habitual sonrisa ladeada y desinteresada.

Aun no podia creerme como alguien cambiaba asi desde su vida humana, no podia ser que antes fueramos inseparables, aunque de alguna manera aun lo seguimos siendo, ya se ocupa el de no separarse de mi para cumplir esa "amenaza" , aunque en el fondo se que le preocupo

-Damon, no quiero ser un vampiro, solo quiero ser un adolescente normal y corriente, pero tengo que admitir que contigo aqui es imposible, ademas, no puedo morder a alguien que podia ser un amigo o algo...-

No sabia por que me esforzaba, por que aparte de no hacerme caso, solo seria para un par de burlas a las cuales ya estaba acostumbrado con esto de la eternidad. Me eche el pelo para atras en un simple autoreflejo.

Como hermano mayor, era un total desastre, había que admitirlo tarde o temprano. Pero como vampiro era uno de los mejores de ese país, y hablo con humildad.

-¿Que no quieres ser un vampiro? - esas palabras me hicieron enfurecer. - A mi no me vengas con eso! Eres un vampiro como yo, somos monstruos Stefan! No niegues la realidad! Te has quedado así para el resto de tu vida, así que alegrate por algo. - le grité. - Amigos... ¿Qué amigos? A nuestra vista son un trozo de pastel de chocolate. - dije con más relajado.

Simplemente, esa estúpida idea que tenia en mente me parecía patética.