Nueva por aquí [Damon]

Era la primera noche que pasaba aquí y me apetecía salir.
Deseaba poder vivir sola y tratar de no depender de mi padre, y ahora estaba en un pueblo donde no conocía a nadie y con su dinero en mi bolsillo.
Traté de distraerme y de conocer a gente, así que opté por salir a un bar que había visto cuando había venido en coche del aeropuerto.
Me senté en la barra y esperé a que el camarero me atendiese.
Comencé a observar: no había demasiada gente comparado en los locales donde solía estar. Era bueno, era un cambio.

Otra noche más en ese cutre pueblo repleto de cazadores y vampiros - claramente, mucho más inferiores a mí. - que impedían mi total diversión. Aparté la sangre humana a un lado y preferí ir al bar de copas. Pedí un Whisky y me senté en la barra, jugueteando con el baso.
Un olor nuevo y desconocido entró al bar. ¿Una chica nueva en el pueblo? Pobre de ella, no sabía lo que le esperaba. La gente seguía sin abundar en ese local y cada vez aparecían más criaturas que se mudaban al pueblo. Le eché una mirada de unos segundos y volví a mi Whisky.

El camareró me atendió rápidamente y pedí para tomar un vodka.
Me dedicaba a mirar el vaso, todavía no había bebido cuando entró un chico que captó mi atención.
No parecía de aquí aunque probablemente lo fuera, era distinto... no estoy segura, pero no parecía ser de un pueblo cualquiera.
Tomé un trago de mi vodka y lé miré con disimulo.

Sentía las miradas con disimulo de la chica. Habrá notado mi aire... extranjero? Provenía de Francia, y allí veníamos con mucha elegancia mas orgullo como guarnición. Bebí del baso de Whisky, ahora, medio lleno.
Cuando nuestras miradas se cruzaron, le dediqué una sonrisa torcida y a la vez burlona. Era bastante normal que la gente me mirara, pero... La rubia no estaba mal y tampoco olía de pena. ¿Por qué no aprovecharse?... Aunque yo no sería en dar el primer paso. Volví a mirar hacia en frente y seguí con un trago de Whisky.

Mientras le estaba mirando, él me devolvió la mirada, pero no aparté los ojos de él.
El chico me dedicó una sonrisa torcida realmente encantadora y después siguió bebiendo de su vaso.
Estábamos ambos en un bar, sin aparente compañía y bebiendo alcohol; así que decidí hablarle.
Además, estaba bastante bien.

- No pareces de por aquí...- pregunté para entablar conversación

Su delicado olor se acercaba lentamente. Sonreí para mí mismo, algo triunfante. Otra víctima en la trampa. No alcé la cabeza ni la miré hasta que dijo algo para entablar una conversación que seguramente, no duraría mucho.
La miré, con cierta admiración fingida.
-Ah...- asentí levemente sin interés. - Tu tampoco lo pareces... Nueva cierto? Debo decirte que llevo un tiempo aquí pero sí, has acertado. No soy de aquí.

Le mostre media sonrisa.
- Yo tampoco soy de aquí, bueno, es mi primer día en este pueblo- hice una pausa - Parece... bastante tranquilo- o aburrido pensé.
El chico parecía agradable y en cierto modo, sentía curiosidad por él. Era distinto de todos los del bar, y no solo por su más que evidente atractivo, sino que era como si hubiese algo más... Decidí no pensar en eso.

Aparté la mirada de ella y seguí bebiendo del baso.
-Sí, bueno... Aquí suele abundar muchos forasteros... - dije de un suspiro. Sonreí con cierta incredulidad por su comentario. "Si supiera lo que ocurre en este lugar plegado de monstruos, no le sería tan tranquilo.", pensé.
-La verdad es que sí, bastante tranquilo... La gente muy agradable - mentira - y todo muy cómodo. - mentira. - Estarás bien en este lugar. - ésta vez sí la miré con mi habitual sonrisa torcida y prepotente, desafiante y egocéntrica. - Con tal de que no te cojan desapercidiba....

Le devolví la sonrisa cual chica adolescente.
Tal y como me describía el pueblo, parecía un lugar encantador, quizás demasiado sereno... pero era justo lo que buscaba.
- ¿Llevas mucho tiempo viviendo aquí?- pregunté por curiosidad.
El chico parecía saber bastante sobre el lugar.
Después, me giré completamente hacia él y bebí de mi vodka.

Me quedé pensativo y meneé la cabeza.
-Se podría decir que... no mucho. - contesté. Después de todo, había vivido aquí durante casi medio siglo y hasta puede que más, pero tras el incidente de la familia...
La chica bebió del vodka y la imité, acabando de vaciar el baso de Whisky. No parecía alguien muy especial, pero había que tomar precauciones.
-Bueno y... puedo saber el nombre de la nueva?

Pensó antes de contestar y después de responder, acabó su vaso de Whisky.
- Elena - contesté, después acabé el mío.
- ¿Puedo saber yo el tuyo? - pregunté mientras le hacía un gesto al camarero para que me sirviera otro vodka. Es bastante fuerte, pero es mi bebida alcohólica favorita.
Cuando me lo sirvieron, bebí solo un poquito. Ese sería mi último vaso, no quería tener resaca al día siguiente.

La chica vaciló antes de contestar, aunque como cualquiera, accedieron. Tomé su mano y rocé los labios, para luego dejarla de nuevo con suavidad.
-Bonito nombre... Elena... Un gusto conocerte - dije sonriendo sarcásticamente. -Damon Blacke, a su servicio - respondí, dedicándole una sonrisa ladeada. Se acabó el Whisky y pidió Vodka seguidamente.
- Es muy bebedora por lo que veo. - comenté, tras la breve pausa que contuvimos.