Primer día de trabajo (Libre)

Llegué a la comisaría, todo parecía mucho más tranquilo que en Miami.

-Buenos días, ¿Es usted la señora Suárez?-un policía me recibió con un estrechamiento de manos.

-Llámame Jessica por favor-le tuteé.

-Si, su despacho está en el segundo piso. Si le interesa saberlo tenemos cinco celdas en el piso inferior, ahora mismo solo tenemos a una persona en ellas a la espera de que se le interrogue.

-El informe-le pedí-, ¿Cuáles son los hechos?

El hombre me cedió dos carpetas, una era de un hombre y otra de una mujer.

-¿Quién es ella?

-La víctima. Sobre las tres de la mañana la encontramos muerta en la casa de este chico que parece ser que era su novio.

-¿Cómo murió?

-Eso es lo que estamos intentando entender, los médicos no nos dan respuestas claras, la chica apareció descuartizada, más o menos. Y lo curioso es que no hay huellas, su novio es el principal sospechoso.

-¿Más o menos?-fruncí el entrecejo.

-Verá, cada una de sus extremidades y su cabeza estaban separadas de su torso.

-¿Y?

-Mire esta foto-el chico señalo una imagen en la que salía el cadáver de la joven, sus brazos se hallaban sobre su torso formando una cruz y su cabeza estaba sobre estos, en forma piramidal.

-¿Pero qué...?-dije observando la imagen mientras subíamos al segundo piso.

-Si, por eso hemos solicitado su ayuda. En este pueblo siempre pasan cosas raras, tenemos muchos casos cerrados y crímenes sin resolver.
-¿Y vosotros que hacéis todo este tiempo?-me enfadé-, ¿Jugar al pocker?

-No es eso, es que son cosas que no conseguimos entender, inexplicables... no podemos... solo tiene que ver esa foto para darse cuenta.

-Por favor... esto es obra de algún chalado con arte. Solo se está quedando con ustedes.

-Eh...

-Esta bien, déjeme sola un momento, voy a ver estos informes-cerré la puerta de mi despacho tras de mí y luego volví a abrirla para hacerle otra pregunta-. ¿Su casa está precintada?

-Si, señora.

-Pues en cuanto termine aquí, iré a ver la escena del crimen.

Era algo temprano, me había pasado toda la noche de juerga y estaba algo rasacada, pero tenía que hacerlo. Me había llegado el chivatazo de un asesinato en extrañas circunstancias y eso era algo que todo cazador apreciaba, información sobre casos curiosos.

Decidí moverma hasta la misma comisaria para visitar a uno de mis confidentes, eso si, llevaba encima una buena cantidad de dinero para cangear por la información.

Entré en comisaria y me identifiqué como Samantha Carter, estudiante de la Universidad de Kansas, especializda en periodismo. Como toda buena cazadora había aprendido a falsificar todo tipo de documentos, y las tarjetas de identificación no era una excepción.

- Hola Martin - dije saludando a mi confidente.

Se trataba de un hombre de avanzada edad, de barriga prominente y aspecto de estar a punto de sufrir un infarto. Siempre tenía la cara roja y el poco pelo que tenía siempre estaba aplastado contra su enorme cabeza y totalmente sudado, un asco para la vista sin duda.

- Hola preciosa - dijo con su voz asmática - me alegra verte por aquí

- No te pongas en plan pelotero, no tengo tiempo para malgastar con un gordo como tú

- Tan dulce como de costumbre - dijo antes de empezar a toser

Me aparté ligeramente para evitar que su saliva me tocara.

- El tabaco te matará antes que tu estilo de vida si sigues así - dije con cara de asco, hablar con aquel hombre me repugnaba - aquí tienes el dinero...

- Aqui tienes una copia de la ficha - dijo dándome un sobre percatándose de que nadie nos viera - una persona ha sido asesinada y descuartizada, lo mejor es como colocaron los restos... se sospecha del novio, pero este afirma no saber nada

- Entiendo... - dije hechándo un ojo al interior del sobre - quien lelva el caso?

- Una nueva, una tal Jessica Suárez, seguro que es tu tipo - dijo riéndo y relamiéndose

- Quitate esa imagen de la cabeza puto pervertido - dije aguantando las ganas de partirla la traquea - bueno será mejor que me largue, odio este sitio

No dijo nada más sino que se despidió con la mano y siguió a lo suyo. Yo por mi parte guardé el sobre en mi bolso y comencé a caminar para salir de allí.

-¡Un momento!-bajé las escaleras del segundo piso a toda prisa. Llevaba puesto mi uniforme de policía en ese momento, en mi cinturón reposaban; las esposas, mi arma reglamentaria, la porra y la radio.

La chica, era la más sexy que había visto en todo el pueblo, por ahora.

-¿A qué has venido?-pregunté cuando estuve a dos pasos de ella.

Puse la mejor sonrisa que pude y cara de estar algo asustada, a fin de cuentas tenía que parecer una chica dulce.

- Hola - dije con tono dulce - soy Samantha Carter, estoy realizando una tesis sobre asesinos singulares y he venido a informarme y el señor Martin ha sido tan amable de atenderme

Era una chica guapa, bastante guapa, pero tenía pinta de ser capaz de partirme la boca en caso de quererlo, eso me molaba en un tio, pero una tía con mala ostia como yo era suficiente para el pueblo.

- Espero no haber hecho nada malo - dije algo cohibida

Miré a Martin de reojo y noté como su respiración se aceleró un instante. Arrastré la mirada hasta Samantha y me dirigí a ella:

-¿Conoces a Kate Steward?-pregunté. Ella parecía tener la misma edad que la víctima y por lo que había dicho parecía estar estudiando algo.

Algo me decía que la mirada de esa joven me escondía algo. Y su presencia allí me extrañó demasiado, pero no le di demasiada importancia, ya que, al fin y al cabo en este pueblo todos estaban algo chiflados.

- Pues no - dije sin saber de qué hablaba, aunque ese nombre estaba escrito en la ficha que Martin me acababa de dar - debería?

Escuché como la desesperante respiración de Martin se aceleraba, ese maldito gordo no sabía disimular lo más mínimo, con suerte le daría un infarto y me lo quitaría de encima, seguro que en este pueblo es fácil encontar a otro informador, incluso podría buscarme alguno que estuviera medianamente bueno.

-No es solo curiosidad, acabo de mudarme al pueblo y este crimen... -suspiré-, en fin, pensé que quizá podrías conocerla.

Me acerqué más a ella y elevé la mano para estrechársela.

-Soy Jessica Suárez, comisaria, si necesitas ayuda puedes confiar en mí-le dije con confianza. No estaba dispuesta a ganarme enemigos nada más llegar y estaba claro que necesitaba empezar a conocer a los ciudadanos.

- Un placer - dije sonriendo

"Genial... la comisaria y me he presentado con un nombre falso... espero que nunca vaya a mi taller..." pensé mientras le estrechaba la mano

- Bueno, puede darme algo de información sobre el asesinato, cualquiero tipo de dato que pueda darme me será muy útil para mi tesis - dije intentando sacar algo más

Me quedé un instante pensativa, quizá sería buena idea empezar a entablar conversación con los ciudadanos del pueblo, podría hacerle un interrogatorio para conseguir algo de información.

-Te diré todo lo que sabemos, pero a cambio tendrás que responderme algunas preguntas-añadí-, vamos a mi despacho.

- Claro - dije tímidamente

Suerte que había aprendido a mentir, no solo para conseguir mis propósitos, porque la mayor parte de mis mentiras eran para ligar en algún sitio, a veces me hacía la tímida para tener a algún machote, otras me hacía la dura para alguna tía... ahora todo eso me servía para evitar que la comisaria me pillara mintiendo y me metiera en prisión...

Cuando llegamos a su despacho me senté en la silla, mostrando un caracter sumiso.

- Qué es lo que quería preguntarme?

-Verás, está es Kate Steward y este es Jake Sullivan-puse las fotos de ambos sobre mi mesa-, ¿no te suenan de nada?-volví a insistir.

Para ser una chica tan tímida, parecía estar bastante tranquila frente a estos temas. Una de dos, o es una impostora o efectivamente están todos locos en este pueblo.

miré las fotos, la verdad es que era le primera vez que lso veía, así que eso no tenía que fingirlo.

- Pues la verdad es que no - dije continuándo con mi farsa - son los involucrados en el caso?

Saqué una libreta y me puse a tomar apuntes, sabía qu el amitad de las cosas no me servirían de nada, pero siempre era bueno tener notas por si algo se te escapaba, además de seguir con mi mentira de que era estudiante.

-Eran pareja, estudiantes. Supuestamente su novio la encontró así cuando llegó de una fiesta a las tres de la madrugada. Él estaba ebrio.

Hice una pausa. Esa chica parecía ser bastante inteligente, de hecho había algo en ella que me resultaba familiar.

-El cadáver se halló en unas condiciones inexplicables, su cuerpo estaba descuartizado en forma piramidal, la cabeza miraba hacia la puerta de la entrada y su rostro...-suspiré-, su rostro estaba sonriendo.

Me detuve para que ella escribiera en su libreta.

-La verdad es que no lo entiendo, no habían huellas ni arma en la escena del crimen. Lo curioso es que sus extremidades parecían haber sido arrancadas a tirones, según el informe de los forenses. Su torso estaba tendido boca arriba, sus brazos sobre el pecho en forma de cruz, y la cabeza, sobre estos tal y como te dije.

Me llevé la mano a la sien.

-No comprendo como a pesar de que le arrancaron las extremidades, la mujer estaba sonriendo...

Lo más curioso es que a pesar de lo que le había contado a la chica no pareció poner cara de asco, ni tener miedo por el asunto. Ella tomaba nota como si le estuviera explicando una clase de historia.

-¿No tienes miedo?-le pregunté, al fin y al cabo, ella formaba parte de este pueblo.

- Realizo una tesis sobre asesinos, creame he leido cosas bastante raras - dije poniendo un poco cara de asco - en este pais hay gente bastante loca

La verdad es que había perido toda sensibilidad hacía los asesinatos, por lo menos describirlos, pues soo había visto un par de cadaveres, en persona, en mi vida.

- Tiene algo más que añadir?, como por ejemplo alguna teoría - dije para seguir ocn mi actuación

-No hay huellas en el cuerpo y no parece que la arrastrasen. Aquel que lo hiciera, lo hizo justo en el sitio y... es todo un profesional. El cadáver estaba cubierto totalmente con su propia sangre, te parecerá que tengo muy mal gusto pero... parecía como si hubieran querido hacerse un postre de caramelo con la mujer...

Sonreí.

-Tendremos que andarnos con ojo, ese criminal, parecía entender de arte. ¿Y tú?-le pregunté-, ¿tienes alguna teoría?

"Si tengo muchas..." pensé, pero en cambio puse cara de no saber qué decir.

- Soy una simple reportera en curso, ni siquiera soy reportera todavía... lo mio es escribir noticias o en este caso mi tesis, no hacer teorías.

Sonreí tímida

- Bueno, entonces puedo irme?

-Por supuesto, Samantha-sonreí-, tienes toda la razón.

Cuando ella ordenó sus cosas para marcharse y se levantó de la silla le dije:

-Oye, ten mucho cuidado ahí afuera, estoy leyendo los archivos de esta ciudad, y parece que es un imán para los crímenes indescifrables.

El pueblo me preocupaba de verdad y quizá mi hijo hiciera esa reacción en mí. Ella parecía ser una buena chica y no querría tener que estudiar su caso algún día... será mejor ni pensarlo.

-Oye-volví a detenerla con curiosidad-, ¿Nos hemos visto alguna vez?

Me quedé quieta, me había metido en problemas desde pequeña y había pasado alguna que otra vez por la comisaria, pero a ella realmente, no la había visto nunca.

- No, la verdad es que me acordaría - dije sonriendo

-Si, perdona... desde que llegué aquí solo me dan dolores de cabeza-reí.

Y la acompañé hasta la puerta del despacho.

-Ha sido un placer, Samantha, espero que nos volvamos a ver-le estreché la mano.

Le devolví la despedida y con una sonrisa me marché.

Ya etaba harta de fingir ser la niña buena cuando después de todo no lo era. Salí de allí y en cuanto me metí en el coche puse algo de Metallica para cambiar ese aura empalagosa que me envolvía. Luego arranqué y me marché de allí.