Primeros dias de trabajo (Victoria Grey)

Me encontraba en la tienda en la que ahora trabajaba colocando las existencias que por alli habia. Habian llegado varias cajas con una etiqueta enorme en la que ponia fragil con letras rojas, abri la primera caja y saque con cuidado lo que habia en su interior. La caja contenia, una lampara (la verdad es que un poco fea) adornada con cristales pequeños que colgaban de la parte de arriba, una figura que no sabia muy bien que era lo que representaba y un pequeño cofre, el cual intente abrir pero sin exito. La llave no estaba por alli. Me encojo de hombros dejando las cosas encima del mostrador, cuando la puerta se abre y entra mi jefa, Victoria. Molaba trabajar con ella, porque ademas de mi jefa eramos amigos.

- Hola Vic, ha llegado esto hace un momento. Nose donde colocarlo y este cofre no puedo abrirlo, no esta la llave.

Tras mi escapada la noche anterior al cementerio, no había logrado dormir, asique cuando el despertador sonó para ir a la tienda, me resultó imposible levantarme. Por eso había llegado tan tarde. Al llegar Mark ya estaba allí. Era un chico muy responsable y agradable, y la verdad, me alegraba que trabajase conmigo, pues tampoco me consideraba su jefa, éramos amigos.

Varias cajas habían llegado y estaba recolocando sus cosas, excepto un baúl que no podía abrirse porque no estaba la llave.

-No te preocupes Mark, déjalo en mi despacho e intentaré abrirlo después. Ahora mismo necesito un café. ¿Quieres algo?

Entro al despacho dejando la puerta abierta para seguir hablando y enciendo la cafetera. Necesitaba un chute extra de cafeína.

Asiento con la cabeza llevando el baul a su despacho y dejandolo en un rincon, salgo de nuevo para seguir colocando las cosas cuando me dice que necesita un cafe y que si yo quiero algo, iba a contestarla que no cuando veo que tiene ojeras y se encuentra un poco palida. Ha pasado una mala noche y yo voy a preguntarla que que ha sucedido.

- Vale, pero el mio que sea con leche por favor.- digo entrando en su despacho - ¿Te pasa algo? Se nota que no has pegado ojo en toda la noche. Si quieres hablar ya sabes que puedes contar conmigo.- digo cogiendo el cafe que me ofrece y sentandome en una silla esperando a que me cuente lo que pasa.

Cojo las dos tazas, el azucarero, cucharillas y un brick de leche de un pequeño frigorífico que tenía en el despacho, y lo dejo en la mesa. Me siento frente a Mark y suspiro apoyándo la cabeza en las manos.

-Buff... no he dormido nada. Ha sido una noche horrible Mark. Pero si te lo contara, no me creerías.

Me sonríe como si se estuviera riendo de lo que había dicho, o de alguna broma interior.

-Hablo enserio Mark. Anoche me pasó algo muy raro. ¿Crees en los fantasmas? Pues uno vino por mí anoche. Y una chica me ayudó y .. dios es todo muy confuso.

Le pongo azúcar al café y jugueteo con la cucharilla, dándole vueltas.

Me rio cuando me dice que nunca lo entenderia, si yo le contase las cosas que me han pasado ultimamente...demonios, fantasmas e incluso un angel que ha conseguido volverme loco. Entonces veo como se pone muy seria y me dice que si creo en fantasmas y que anoche uno vino a por ella...¿que alguien le ayudo?. Me atraganto con el cafe y me entra la tos, eso si que no me lo esperaba. Cojo un trozo de papel que habia en la mesa y me limpio la cara.

- Cuentame eso desde el principio. ¿Como que te ataco un fantasma? ¿Donde estabas? y ¿quien te ayudo? espero que esa persona supiese lo que hacia, porque el fantasma podia volver y...- mierda creo que estoy preguntando cosas que no deberia preguntar, se va a dar cuenta de que yo soy un cazador. Bueno los amigos no tienen secretos. Sonrio.

Levanto la cabeza mirándole. Todas esas preguntas no es las que yo le habría hecho a alguien si me hubiese contado que había visto un fantasma. De hecho, lo primero que habría hecho es decirle que estaba loca, que no existían. Pero Mark no lo había hecho.

-Estaba en el cementerio poniendo flores y era de noche y una chica apareció y yo me asusté y salí corriendo. Y entonces la temperatura bajó y una cosa se formó a mi lado. La chica apareció y le disparó, y se desvaneció. Luego nos fuimos de allí.-miro a Mark y su expresión-Pero tú ya sabías de todo esto ¿verdad?

La oigo con interes como me cuenta su historia con el fantasma, y como me temia esa cazadora no acabo con el, simplemente le disparo sal y algo seguia por alli suelto en el cementerio. Asiento cuando ella acaba de hablar.

- La persona que te salvo era una cazadora, como yo. Iba a decir que te sonaria raro pero...nos dedicamos a acabar con todas las criaturas sobrenaturales que encontramos en nuestro camino.- digo mirandola, esta sorprendida. No se esperaba que yo fuera cazador - Y ese fantasma que te ataco aun sigue rondando por el cementerio. Para acabar con ellos hay que...bueno da igual. Tranquila si esta en el cementerio es posible que no fuese a atacarte simplemente te cruzaste con el.

¿Cazadores? ¿Qué mierda era eso? Miro a Mark, más jóven que yo y lo natural que le resultaba eso.

-¿Quieres decir que esa cosa sigue por allí? ¡Pero, podría atacar a cualquiera! Por mucho que estuviera de paso, yo no...no.... dios esto es de locos. ¿Qué más me dirás? ¿Que los vampiros también existen?-sonrío

Sí, sabía lo de los licántroops, pero pensé que eran las únicas criaturas. Quizá porque fuera alguna enfermedad rara sin descubrir. Pero parece ser que no eran los únicos. Y el saber que estaban por ahí fuera, y que podrían atacar en cualquier momento, me daba miedo.

Veo como se asusta y se pone nerviosa con el tema, es normal yo tambien lo hubiese hecho. Ademas creo que actue de forma parecida me fui de casa al descubrir la verdad, pero me enfrente a mis temores.

- Bueno si sigue por alli, habria que echar sal en sus restos y quemarlos para acabar con el, pero al parecer esa cazadora no lo hizo. Aunque ahora que lo pienso lo hizo bien, primero te saco a ti de alli.- la sonrio al oir lo de los vampiros - Voy a resumir, ¿recuerdas todas esas cosas de cuando eras pequeño que nos daban miedo y que se supone que no existen? pues bienvenida al mundo real. Pero estate tranquila hay muchos cazadores que intentan acabar con todas los seres sobrenaturales que dañan a la gente. Y tu amigo es cazador, no permitire que te pase nada. Te enseñare un par de cosillas que siempre vienen bien saber, si quiere claro.

Abro los ojos aún más sorprendida. No había sido una niña especialmente miedosa de pequeña, pero pensar que todo aquello que nos contaban para dormir, o para asustarnos, era verdad, me erizaba el vello.

Pero no acababa ahí, Mark era un cazador, la muchacha del cementerio también, probablemente vampiros, el monstruo del armario, la chica de la curva y demás leyendas urbanas fueran verdad, y además de un par de amigos cazadores, tenía uno licántropo. ¿Cómo había llegado hasta ese punto? ¿Cómo se había podido liar tanto mi vida, con lo tranquila que era?

Pero debía pensar con la cabeza fría. Posiblemente me viniera bien que me diera algunas lecciones básicas. Asique le asiento en silencio, y luego me vuelvo a centrar en el café. Todo de repente era un lio.