Oh,¿tú eres la novia? (Kyra Hudson)

No me gustaba demasiado pasarme por Wheels, y menos ir para nada, porque justo en el momento en el que llegaba uno de los camareros me dijo que Jeremy acababa de irse.
Supuse que no tardaría mucho ya que actuaba aquella noche (por desgracia), así que decidí esperarle dándome una vuelta por la zona de los camerinos, copa en mano, cuando me crucé con una morena un tanto desagradable, una de sus espectaculares bailarinas (¿y luego esperaba que no me preocupara cuando se codeaba y contoneaba con chicas así?).

No le hice mucho caso cuando me preguntó si tenía algún permiso para estar allí, no le debía ninguna explicación. Se metió en su camerino y pronto salió vestida de colegiala, el modelito no dejaba mucho a la imaginación, no era para nada original.

Me hizo bastante gracia esa pose de chula que había adoptado, quizás tendría que ponerme a su mismo nivel para ver si le gustaba que la gente la tratara como si no valiera nada. -Bueno... creo que puedo esperar al jefe donde me de la gana- le dije con una gran sonrisa, dándole un sorbo a mi copa.
¿De verdad tenía pinta de ir a pedir trabajo? Y luego Jeremy me decía que no tendría valor para subirme a uno de esos escenarios para bailar, que me iba a poner nerviosa y mil historias más ¡ja!

No había nada en aquella chica que me interesara, no en el aspecto físico, mis gustos no iban por ahí aunque evidentemente fuera una belleza. Me acerqué a la barra y pregunté el nombre de la bailarina, sabía que a Jeremy no me hacía gracia que se diera la posibilidad de que yo conocera a Vyolet y los camareros parecían saberlo también, tuve que ser muy amenazante para sonsacarles el nombre.

Me giré, observándola, así que ella era la famosa Vyolet, cuatro años había tardado en ver cómo era. Sonreí de lado y volví a la zona de camerinos, entrando en el suyo, la esperaría allí, cotilleando sin cortarme un pelo aunque me importara una mierda lo que hubiera allí dentro. Quería tener una pequeña charla con ella.

Mantuve mi sonrisa de satisfacción en todo momento, aunque me sentí mucho más cómoda cuando se tapó, nunca había mantendido una conversación con otra mujer estando ella como Dios la trajo al mundo.
Fui hacia la nevera y la abrí, había sido lo primero que había mirado al entrar allí, cogí una de las bolsas de sangre y se la lancé. -Así que tú eres Vyolet...- musité, apoyándome contra la pared y cruzando los brazos ¿y quién era yo? Pues de momento, la humanita entrometida.

Pretendía intimidarme o seducirme, porque miedo precisamente no me infundía. Sonreí de lado y me acerqué a ello, tocando la punta de su nariz con la mía. Noté como mi olor le afectaba, pero mantenía el tipo realmente bien, parecía goazr de un buen autocontrol.
Tenía ganas de jugar a la adivinanzas, sólo por fastidiar, pero sabía que podía salirme el tiro por la culata, así que lo mejor era ser un poquito más directa. -Soy una amiga de tu jefe- dije mientras le colocaba un mechón de pelo tras la oreja. -Una amiga bastante cercana- no había que ser un lince para darse cuenta de quien era, todos allí sabían que Jeremy estaba con alguien, conmigo.

Eso de que me llamara humanita con un deje de desprecio no me gustaba ¿o se olvidaba de lo que había sido ella? Todos parecían hacerlo, creyéndose invencibles, pero ese era precisamente uno de sus mayores puntos débiles.
-Debería, pero no está y sentía cierta curiosidad por conocerte... más que nada porque él lleva intentando evitarlo desde hace unos cuatro años- y quería saber por qué, confiaba en él, pero no en ella.

Había aprendido a tolerar cosa como aquellas. En un principio me ponía enferma ver a Jeremy alimentarse, aunque lo hiciera de un modo inofensivo como aquel, pero tras cuatro años, habiendo aceptado cosas mucho peores, aquello ya no me afectaba.

-Celosa...- repetí, sí, había sentido celos en muchos ocasiones, como cualquier novia, él también había experimentado ese sentimiento. -¿Él te gusta o... te ha gustado alguna vez?- principalmente era lo único que quería saber y esperaba una respuesta sencera.

Digamos que aprecié esa sinceridad, me había creado una imagen mental de Vyolet que hasta aquel momento se había ajustado muy bien a como parecía ser, pero aunque fuera más guapa y aunque contara con el punto de ser vampiresa a su favor, no la consideraba una amenaza.

-No, no me molesta- dije devolviéndole la misma sinceridad que me había dado ella. La miré y respiré profundamente. -Siento haberme colado en tu camerino sin permiso...- no era propio de mi disculparme, pero sería educada.

Tomé asiento en un sofá de terciopelo cercano a la nevera sin prestar mucha atención a cómo se vestía. -Pues no... la verdad es que evita hablar del trabajo cuando estamos juntos- por motivos más que evidentes, al menos para mi.
¿Y por qué quería conocerla? Quizás simplemente porque él no quería, quizás porque quería saber si mis antiguos celos tenían algún fundamento o, simplemente, era curiosidad. -Quizás conocerte me ayude a entender un poco mejor esta parte de la vida de Jeremy- dije, refiriéndome a su trabajo.

-¿Por qué lo hace?- estaba claro. En su caso no era una cuestión de necesidad, a esas alturas que ya era jefe podía permitirse llevar los pantalones puestos, pero seguía bailando para otras y sólo tenía sentido si lo disfrutaba y eso era algo que no entendía. Como Vyolet había dicho, era bastante triste.
-No importa, no es algo en lo que yo pueda hacer algo, así que olvídalo- dije enseguida, encogiéndome de hombros. -¿Por qué lo haces tú?- me atreví a preguntar.

La escuché atentamente y comprendí que aquello mismo se preguntaría Puck cuando estábamos juntos,aunque yo entonces necesitaba dinero....
Entonces me preguntó que porqué lo hacía yo.


-Suongo que disfruto con ello...empecé porque necesitaba el dinero,porque acababa de llegar aquí y mis ahorros de cuando era humana se habían terminado ...pero empezó a divertirme.Ya sabes como somos los vampiros...nos gusta ser tentadores,provocar...-me encogí de hombros-aunque no queramos nada más después de eso... tú tranquila con Jeremy por eso.

Supuse que lo que le pasaba a Jer era eso,que seguía siendo vampiro al fin y al cabo,y bastante había cambiado ya por ella...

No me cansaría de repetirlo, confiaba en él, en quien no confiaba era en las mujeres que le rodeaban, para mi era suficiente motivo para querer liquidarlas el ver que le tocaban aunque para él no significara nada... quizás pareciera exagerado, pero si un hombre me tocara a mi de un modo que a Jeremy no le gustara, directamente le mataría.

-Lo sé, pero es complicado, al fin y al cabo, yo no sé pensar como un vampiro- no, pensaba como una novia humana celosa e insegura, vamos, como cualquier novia a la que le latiera el corazón.