Rodeandome de demonios [Ragnos]

Me había dirigido a una zona en concreto de aquel pueblucho porque sabia que cerca de allí se encontraba un demonio de una maldad considerable, siempre tenia un plan rondando mi mente pero en aquel momento no tenia ninguno en concreto mas que conocerle y dejarle ver lo adorable que era cuando me lo proponía.
Estaba ya cansada de siempre ir bagando por las calles y decidí darme un lujo. Días atrás me acerque a un banco bastante conocido de aquel pueblo, y fue muy sencillo, simplemente tube que crear una ilusión óptica, recreando que el banco estaba en llamas, y los estúpidos humanos corrieron creyendose reales aquellas llamas.
Corrían en todas direcciones gritando por el pánico mientras yo reía y caminaba entre las llamas introduciéndome así en el banco y robando todo el dinero que encontré en su interior.
Así que decidí darme el lujo de pasar unos días en un hotel lujoso, que se encontraba cerca de la zona en la que se debía de encontrar aquel demonio.
Sentada en un sofá blanco bastante cómodo, con una pose sensual y sosteniendo una copa en la mano, esperaba en el bar del hotel a que apareciera aquel demonio ansiosa por comprobar si su maldad era tal y como me la imaginaba.

¡Vacaciones! Bueno, eso era lo considerable de tener gente que pudiera hacer tu trabajo por ti, en este caso, llevar el bar mientras tú humildemente te tomas unas "vacaciones", si se pueden considerar así, claro. Caos y negocios me llevaban a quel lugar, más de lo segundo que de lo primero, pero, así era la vida.

Necesitaba una copa, y fue entonces cuando bajé al bar del hotel, que, para sorpresa mía, me recibía con una compañía demasiado agradable para mi gusto:

-Vaya, la señora divierte bancos, destroza cosas y llama la atención - comenté tranquilamente, mirándola de arriba a abajo. -Tu fama te precede, chata, pero tu recipiente, joder... - comenté. -Me llamo Christopher, aunque para ti... - susurré a su oido estas últimas palabras. -... soy Ragnos, chata, ¿qué te trae por aqui, mi hospedaje?

Por fin apareció aquel demonio pude sentirlo desde mi asiento, se acerco a donde yo me encontraba deje la copa sobre la besa y alce la vista para mirarle a los ojos..
Una enorme sonrisa de satisfacción se formo en mi rostro cuando este comenzo a alagarme de aquella manera. Me puse en pie quedando frente a el para saludarle como creo que se merecía, este se acerco y me susurro al oído como podía llamarlo.
Volví a sentarme en el cómodo sofá cruzando mis piernas- Sientate aquí, a mi lado quieres?- dije indicándole donde con mi mano.

- Soy Astratea, y bueno estaba cansada de vivir en hoteles de segunda,- cogí mi copa, y comencé a moverla con la pajita mirando su interior,- Y dije soy mas poderosa que los humanos estos, ¿Porque no aprovecharse?- alce la vista para volver a mirarle, a la vez que me introducía la pajita entre los labios y sorbía un poco de mi copa.
-Quieres ? no se que es solo se que es alcohol pero aun no tengo claro cual, me a invitado aquel patético camarero- señale a un chico muy joven delgado que nos observaba desde lejos- Y bueno si e decidido pillar el ático, y tu ? porque estas aquí? ya tienes habitación reservada?.

Tras las presentaciones, ella se sentó nuevamente y yo asentí finalmente para sentarme a su lado con total tranquilidad donde ella me indicó. Escuché su nombre, sus aires de grandeza y finalmente, reí algo un rato, para después.

Observé la copa que me ofrecía y la tomé y le di un buen trago, para después, devolverselo a Astratea:

-Whisky, el cabrón quería emborracharte para Dios sabe que - reí. -Me reservaré creo que ese privilegio, ya sabes - la guiñé un ojo y escuché su pregunta.

-Pues, simplemente venía al bar, y si, tengo habitación, pero, creo que el ático es mejor - asentí tranquilamente. -¿Razones para estar aqui? Negocios - concluí.

Dedique una mirada de odio al camarero al escuchar las palabras de Ragnos sobre que lo que aquel tipo quería era emborracharme, aprovecharse de mi asquerosos humanos.
- El ático es mejor si, por eso mismo me lo reserve.. lo siento te quedastes sin ático- dije mirándole, dedicandole una sonrisa picara
Solté la copa sobre la mesa ya casi estaba vacía y el caso es que no había bebido antes, y ya me encontraba algo mas contenta de lo normal, no estaba mal esa sensacion aunque solo fuera por una vez no sentía ira constante.
- Veras llevo muy poco en la tierra, y no conozco a los suficientes demonios,- apoye la espalda en el respaldo del sofá apoyando el cuello en el borde del respaldo relajándome,- Y bueno conocí a algunos que renegaban de ser lo, y a otros incluso peores- suspire cerrando los ojos- algunos se dedican a ayudar a los cazadores..- dije indignada jamas había podido entender como un demonio podía renegar de si mismo

-Oh, que romántico - ironicé y finalmente, observé su sonrisa, y le guiñé un ojo para después, acomodarme en mi sitio con total tranquilidad. Escuché sus palabras en silencio y ladeé la cabeza y sonreí burlon:

-Oooh, cazadores, justo a las personas que vendo información falsa para que mueran. Nananana, no es un buen negocio la compra-venta, pueden considerarte traidor, pero otros, un héroe de los engaños - comenté divertido.

-Pero tranquila chata, no soy de esos, y creo que ya mi reputación me precede, pero, dejemonos de chorradas,. ¿Qué haces aqui? - le hice la misma pregunta divertido.

Escuche a que se dedicaba, y la verdad no me parecía del todo mal y menos aun si con eso conseguía que murieran algún que otro cazador.
Sonreí ante su pregunta, la verdad que lo esperaba a el que sabia que rondaba por aquella zona y simplemente me senté a esperar.
- Que hago aquí?- mire mi copa situada sobre la mesita, estaba ya bacía y me gustaba la sensacion de mareo que me producía el alcohol, alce la mano para pedirle una copa mas al estúpido camarero que me entendió antes, acto seguido desvié mi mirada nuevamente a aquel demonio- E odio hablar de ti, y tenia ganas de conocerte en persona, así que digamos que investigué un poco sobre ti y sabia que frecuentabas esta zona, sin mas e venido a por ti- concluí sonriendo con maldad mirando sus fríos ojos.

Me crucé de piernas con total tranquilidad, observándola, para después, escucharla hablar con completa tranquilidad. Finalmente, me crucé de brazos, enarcando una ceja y asentí lentamente para finalmente, asentir completamente riéndome:

-Vaya, y yo que pensaba que apenas había logrado labrarme una reputación, cosa que tampoco me interesa mucho, pero, ¿qué le voy a hacer? - sonreí ligeramente.

-Ya veo, bueno, pues aqui estoy señorita, la cuestión es, que solo por conocerme mucha gente, no me busca. ¿Qué quieres en realidad? Todos quieren algo - concluí finalmente.

Sonreí ante su comentario, acerque un poco mi rostro al suyo para hablarle de mas cerca, bajando un poco el tono de mi voz - Sabes que es lo que realmente quiero?- deslice uno de mis dedos por su rostro asta llevarlo a sus labios que también acaricie- Llevarte al ático que alquile, desnudarte meterte en el jacuzzi y darte sexo asta que no puedas mas- dije dibujando una sonrisa en mis labios, acto seguido apareció el camarero, este tosió para cortar la escena que estábamos protagonizando.
Desvie la mirada para convertirla en puro odio, hacia el camarero, este incluso tembló un poco al soltar la copa en la mesa.
Me aparte de Ragnos para coger mi copa y darle un enorme trago.

-Si, prefiero saberlo sinceramente - comenté con tranquilidad, pero, al ver su posterior reacción, una viciosa sonrisa se dibujo en mis labios, completamente divertido ante la escena y la propuesta que le estaban proponiendo.

Su reacción frente a la camarero me divirtió, y yo simplemente, me acabé mi copa con total tranquilidad, observandola aun detenidamente para después, finalmente, encogerme de hombros:

-¿Jacuzzi? ¿Lio? Ostia puta eso no me lo pierdo, señorita - sonreí burlón

Lo mire encarnando una ceja, - Entonces te interesa lo que quiero y pretendo hacer contigo?-di un ultimo y enorme trago a mi copa dejándola vacía y la solté sobre la mesa- Vamos que te voy a demostrar como me gusta divertirme- dije poniéndome en pie extendiéndome una mano.
La verdad que llevaba demasiado intentando localizar a aquel demonio y ahora que lo había conseguido ver aparte de cercionarme de que estaba realmente bueno, iba a divertirme de lo lindo con un demonio, cosa que asta ahora no había conseguido hacer y que no era por falta de ganas si no por falta de demonios que tuvieran lo necesario para darme lo que yo necesitaba.

-Siempre me interesa todo, chata, la cosa es, que todos siempre quieren algo aparte. - me encogí de hombros con una total tranquilidad increible en una persona. Observé su mano y simplemente me levanté, mirándola con total tranquilidad.

-Tú guias, señorita - comenté tranquilamente.