La búsqueda (Vane)

Estaba distraído mirando mis libros de demonología cuando me asaltó un extraño presentimiento. Supe, por algún motivo, que alguien me necesitaba, que necesitaba mi ayuda para algo... Sacudí la cabeza, pensando que tan solo debían ser imaginaciones mías porque, ¿cómo demonios iba a saber yo si alguien me necesitaba, así porque sí? La gente normalmente me avisaba de ello, me pedía ayuda de una forma más o menos directa.

Demasiado estrés tal vez, que me hacía imaginarme cosas como aquella. Necesitaba desconectar de todo, pero eso era algo considerablemente complicado cuando lo que te agobia es el fin del mundo. ¿A dónde te vas cuando no queda ningún lugar al que ir? ¿Cómo puedes abandonar y dejar que todos sufran las consecuencias de lo que tú les acarreaste?

En estos pensamientos estaba cuando sonó mi móvil. Pensé que sería mi hermano, con alguna nueva misión que cumplir, pero no era eso en absoluto.

Era Vane, pidiéndome con voz algo agitada que nos encontrásemos pronto, que necesitaba mi ayuda. Acepté y quedé con ella delante de la hemeroteca, algo sorprendido.

¿Había sido una coincidencia? ¿o era otra cosa?

Llegó la hora de la cita y me puse a aguardarla apoyado en la puerta, reflexionando sobre aquella extraña coincidencia.

Llamo al móvil de Sam esperando no sabía como decirle: “ Sam necesito tu ayuda….
Contaba los minutos en el reloj de la estación de tren decidí hacerlo, llamarlo espere en la otra línea lo solté todo. Quede con el en la hemeroteca para contarlo en persona mejor

la verdad de todo necesito ayuda, mejor un cazador que me ayude con mi pequeño rompecabezas.

Me acerque a Sam que parece en otra parte – Hola Sam, me alegro de nuevo verte….no sabía a quien acudir – ya a dentro de la hemeroteca le contó todo.

-Por donde empiezo, hace un par de días…. La muerte empezó a alzarse por la ciudad, yo me informe bastante bien de lo ocurrido muchas personas murieron de forma trágica volvieron a la vida “así sin mas”
Los signos de presagios me dijeron que algo estaba ocurriendo
Supongo que los motivos, eran validos, pero también lo eran los míos, la gente que se levantaba de las tumbas. Averiguamos mucho más tarde que era el jinete de la muerte quien causaba todo aquello.

Me quedo callada – Sam lo que voy a contarte no se si el decía la verdad…Te conte que tenía unas hermanas que eran gemelas, Lilith termino con su vida. Olvidate de eso no es verdad…..es extraño como puede dar un giro tan grande mi vida –muevo la cabeza- el jinete (la muerte) me dijo que era adoptada tenía dos hermanas, una había muerto. Nuestro padre era un demonio que dejo en cinta a mi madre dando a luz a trillizas…¿parece loco verdad? Incluso para mi lo es mucho, no se si es verdad he estado buscando en los archivos policiales hay muchas coincidencias –te paso la carpeta de los archivos-

He ido al hospital mire en los registros de partidas de nacimiento coincide – le paso la partida-hubo en el 90 un nacimiento eran trillizas unas de las trillizas fue dada en adopción –miro a otra parte –esa era yo….

-Todo el tiempo creyendo quien era mi familia era mentira, ahora me siento perdida.-

Apareció al cabo de unos pocos instantes, aunque me perdí el momento exacto debido a que tenía la mirada perdida entre la multitud. Una actitud no muy inteligente por mi parte, mucho menos propia de un cazador en los tiempos que corren, pero es que todavía seguía dándole vueltas al asunto de la llamada y el extraño presentimiento.

Pero todo ésto desapareció de mi mente en el momento en que la vi, su rostro lleno de una mezcla de confusión y temor. ¿Qué le sucedía? Cuando me llamó parecía algo nerviosa de más, y no pude sino darme cuenta de que eso era solo la punta del iceberg. Parecía perdida, sin saber bien lo que tenía que hacer, sin estar segura de ninguno de sus pasos.

Le estreché la mano cuando llegó a mi altura, centrándome de nuevo en la situación presente.

-Hola Vane, lo mismo digo -repuse.- No te preocupes, te ayudaré en lo que sea.

Entramos en al hemeroteca y nos sentamos en un lugar apartado. Me contó su historia, y escuché en silencio hasta el final.

-Sí, escuché que Muerte estaba por aquí armando algo de jaleo -comenté con suavidad.

Luego estreché su mano entre las mías y la miré a los ojos.

-Vane... No te preocupes. Fueran quienes fueran tus padres, tú sigues siendo la misma. No te hundas ahora... tal vez podamos encontrar a esa chica que es tu hermana, y aclarar un poco la situación. Quizás ella sabe algo más de todo esto -murmuré.- Te ayudaré a encontrarla.

Gracias Sam –aprieto su mano un poco-ya conozco su nombre su apellido se apellida Summers hay muchas Summers…va ser largo de encontrarla.

Comenzamos por los archivos policiales buscamos a muchas personas con el apellido Summers. Era buscar una aguja en un pajar. No perdí esperanza de encontrarla
-como llevas la búsqueda- le traigo un café a sam que parece cansado detrás de su portátil- te traigo algo de cafeína así podremos trabajar más despiertos.

Sigo buscando igual con sam en el portátil, rebuscando archivos policiales buscar…alguna pista que de con su paradero.

-parece que hay 13 personas con el apellido Summers, tendremos que hacer llamadas hasta que demos con la verdadera Summers-

Comenzamos la brusquedad haciendo llamadas de teléfono, muchas no respondieron como esperamos. Otras habían fallecido ¿si mi hermana estaba muerta?

-si espero que ella no este muerta, si he llegado demasiado tarde- me muerdo el labio…no…no puedo dejarla ahora.
Seguimos buscando toda la tarde, las llamadas los registros nada no hallamos mucho hasta que –quiero buenas noticias dios espero que este viva- miro a sam impacientada

Sonreí de medio lado.

-No hay de qué -repuse, apretando a mi vez sus manos.- Si conoces el apellido, entonces ya tenemos algo por donde empezar.

Saqué mi portátil y ella se sentó frente a uno de los ordenadores de la hemeroteca ya que, si nos dividíamos en dos, el trabajo nos resultaría más fácil y rápido. En los archivos policiales aparecieron cientos de personas con el apellido Summers, pero no me desanimé por ello.

Había mucho que cribar, pero pronto la lista se fue viendo reducida. Aún así, la tarea era dura y pronto sentí que necesitaba desesperadamente un café que me reanimase. Justo cuando estaba a punto de levantarme para ir a por uno, apareció Vane con un vaso de papel con café.

-No es fácil, pero avanza -murmuré.- Gracias -añadí, con una voz realmente agradecida.

Bebí un par de sorbos del café, a pesar de que el líquido aún estaba humeante y me quemaba la garganta, pero me sentó como una descarga de energía: revitalizante y ayudándome a mantenerme despierto.

Asentí con la cabeza.

-Estas son las trece más probables -murmuré.- La edad coincide, pero solo sabremos si lo son de verdad cuando hablemos con ellas.

Había una que me resultaba extraña en aquel grupo, una muchacha de orígenes italianos y cuya familia había muerto haría ahora un par de años. Vivía en Townhidden, pero otras tres chicas también lo hacían así que no era nada sorprendente.

-Vamos allá -dije, suspirando, mientras tomábamos cada uno un teléfono y nos dividíamos la lista.

Muchas de las chicas no contestaron al teléfono, seis habían muerto y uno de los teléfonos estaba confundido. A medida que las conversaciones telefónicas se sucedían, veía aparecer la desesperanza en sus ojos. No debía ser nada fácil para ella, ver que la lista se reducía rápidamente sin ningún resultado positivo.

-No te derrumbes ahora -repetí.- Ella está viva, si no Muerte no te habría dicho nada. Tiene que estar viva.

Solo quedaba una llamada por hacer, la de la chica que me había llamado la atención.

-Tiene que ser ésta -comenté, pasándole el número.- ¿Quieres hacer los honores?

Miro a Sam afirmo con mi cabeza –yo hago la llamada –
Trague saliva nerviosa marque el número de teléfono de Catherine Summers, se escucho la voz de una chica joven –Catherine Summers- ella dijo si dios mío…..si es ella si es mi hermana –respire con profundidad – soy tu hermana


Fue difícil decirle eso, ella comienza llorar yo no pude contenerme tampoco era tan duro para mi como para ella, porque era tan duro todo esto
Miro a Sam –ella dice de quedar en el parque… sam es ella es mi hermana –

Me abrazo a Sam llorando-dios mío escuchar su voz me puse tan nerviosa , después de largo tiempo voy a verla a mi hermana –

Estaba nerviosa cuando le pasé el papel, pero sus manos no temblaron ni dudaron un instante a la hora de marcar el número. Tragó saliva mientras lo hacía, aunque era algo normal: ¿quién no estaría nervioso cuando probablemente estaba a punto de escuchar la voz de su hermano por primera vez en su vida? Yo lo estaría, al menos.

Me aparté ligeramente para dejarle algo de margen y que pudiese respirar con tranquilida y pensar lo que iba a decir, pero manteniéndome lo suficientemente cerca como para darle mi apoyo y ayudarla en caso de que algo saliese mal. Si la chica no era su hermana, o si resultaba al final que ella estaba muerta... No quería ni pensar cómo iba a sentirse Vanessa en ese caso. Solo sabía que probablemente iba a necesitar de todo el consuelo que pudiese proporcionarle.

Al final no hizo falta: era ella. Vanessa lo soltó de un modo un poco brusco, pero era algo que se podía perdonar como fruto de la emoción del momento. Y debió salirle bien, porque la chica pareció aceptarlo sin más. Decidieron quedar en el parque, y Vane se echó a llorar tras colgar el teléfono.

-¡Eso es fantástico! -exclamé, estrechándola entre mis brazos.- Te dije que la íbamos a encontrar, Vane. Enhorabuena.

Gracias Sam -miro a Sam que tiene unos ojos tan lindos, tan nerviosa estaba que le había manchado su camisa de mis lagrimas-ahis Sam lo siento-dios que pecho mas duro, -te debo una te agradezco tanto lo que has hecho por mi, sabes que....eres muy distinto a Dean. De verdad que sois hermano.

Si fuera Dean estaria ligando conmigo o algo peor ligando con todas las mujeres, que pasaba ahi la razón de que no puedo estar con Dean si sentara la cabeza un dia.....

-Tú hermano es mucho hermano-

si sam tiene tambien ese actrativo Winchester que le caragteriza tan guapo como Dean.

-Tenemos que ir al parque ¿vas a venir conmigo? estoy muy nerviosa por este encuentro es demasiado

Le sonreí con cariño, alegre por que su búsqueda hubiese terminado bien. Se merecía mucha felicidad después de todo lo que había tenido que pasar: la muerte a manos de Lilith de sus hermanas adoptivas, el descubrimiento de la verdad sobre ella misma... Eran cosas algo duras de tragar, pero al menos había algo bueno para Vane, después de todo.

-No hay de qué.

Reí cuando se disculpó por haberme llorado sobre la camisa.

-No pasa nada, mujer. Solo es una camisa -me encogí de hombros.- No hay de qué, mujer. Lo he hecho encantado.

Me encogí de hombros cuando mencionó que Dean y yo éramos muy diferentes. Era cierto, muy cierto. Más de lo que ella podía imaginarse, pero eso era algo que solo yo sabía. En realidad, en la forma de ser ya éramos bastante distintos, algo que resultaba bastante evidente una vez nos conocías, y a las mujeres era algo que les gustaba remarcar, no sabía por qué. De todas formas, no me gustaba que me comparasen con él: cada uno era cada uno, y no había más que hablar de ello.

-Sí, Dean es algo especial -murmuré.

Mencionó que tenía que ir al parque, y yo sonreí.

-Si quieres que te acompañe, iré contigo -afirmé.- No te pongas nerviosa...piensa que seguramente ella también lo esté. Y que tendrá tantas ganas como tú de conocerte.

Sam eres un cielo- le beso en la mejilla baje mi cabeza respondí a Sam con tristeza en mi corazón una tristeza tan grande que apenas me dejo articular una palabra. Logrando por fin decirle lo que siento
-Sam yo me he pasado toda mi vida buscando razones y he estado sola en todo…….esto para mi es grande, significa que no estaré tan sola que tendré una hermana con que apoyarme cuando este enferma o mala se preocupe alguien de mi solo preocupase con eso soy feliz Sam. Tu tienes a Dean Sam yo no tengo a nadie ahora….si ….debo estar asustada –miro a Sam con una profunda tristeza mis lagrimas se me saltaron-



Off roler : Lo siento tesoro mío, no responderte he estado fatal de mi espalda de ánimos completamente desanimada del mundo, de todos los pensé que eran mis amigos me he sentido mal perdone cielo ya respondido si estoy igual como Vanessa así soy triste a veces otras mas alegre un besote primol

Sonreí con cariño cuando me dio un beso en la mejilla, y respondí posando brevemente mis labios en sus cabellos.

-No es nada -respondí.

Vanessa era una chica muy especial. Era valiente y luchadora, pero la vida le había dado una serie de reveses muy seguidos, de esos de los que cuesta recuperarse alguna vez. Ella siempre había respondido con fiereza a las desgracias que le deparaba el destino, como una chica dura y resuelta. Pero, en aquellos momentos, se mostraba como era en realidad: una muchacha dulce y a la que todo se le había puesto en contra, una chica que tenía sus miedos y sus dudas, pero también sus esperanzas. Una mujer fuerte.

-Ahora ya no estás sola, Vane -murmuré, tomándola de la barbilla para que alzase la cabeza y me mirase a los ojos.- La tienes a ella. Nos tienes a nosotros para apoyarte cuando lo necesites. Si la vida te pone trabas en el camino, nosotros te sostendremos para que no tropieces. No te dejaremos caer, Vane. Te lo prometo.

La estreché con fuerza contra mi pecho.

-No tengas miedo. Todo irá bien, de veras.

Apenas conozco a Sam ya me enamore de su forma de trata a una mujer, es un hombre especial no siempre hay hombres especiales en la vida casi todos al final, son corrompidos por el mal yo, anhelo encontrar en alguien algo mas que una noche de placer -ahora ya no estas sola –me mormuro mi corazón se acelero cuando me tomo de la barbilla sus ojos tan claros que me perdía –eres hermoso vos sois hermoso

-gracias Sam –
Sigo abrazada a el podría quedarme una eternidad escuchando el latir de su corazón olvidarme un poco de la gente del rededor solo estar con el aunque sea una vez una sola vez deseo eso. Parpadee varias veces para salir de aquel sueño, no puedo estar soñando ahora aunque….siempre he sido una soñadora desde muy temprana edad era una chica risueña que inventaba castillos de área en el aire imaginarse mi mundo. Solo que la desgracia llego tan rápido en mi vida, lo que creía que era mi familia no es mi familia.

–Sabes Sam de esto he aprendido algo, es de la vida si puede……me halla pasado el resto de mi vida viviendo con personas que no era de mi sangre, pero esas personas….me han aportado conocimientos he crecido con ellos. Ellos me enseñaron me han apartado mucho, no puedo entender aun.... porque mi propia madre me dio en adopción…..puede que no esperaba tener más de una niña o se sentía incapacitada para cuidar de todas -mis propias lagrimas salieron de mis sentimientos mas profundos mi tristeza me embargaba no pude contenerlo

– espero ver a mi hermana, tengo muchas ganas de verla-

La observé calmarse poco a poco. Se recuperaba asombrosamente rápido, sosegando sus emociones con la práctica que da la experiencia. Era una chica increíble, con una personalidad asombrosa que me había encandilado. La admiraba realmente, su fortaleza interior y su determinación a la hora de enfrentarse a las cosas que le enviaba la vida. Y aquellas lágrimas de cristal que resbalaban de sus ojos no hacían si no acrecentar aquella admiración y respeto que sentía por ella.

-No es nada -respondí.

Sonreí con suavidad. Tenía unos ojos preciosos, muy dulces y brillantes, que rebosaban de emociones en aquellos instantes y que eran auténticas ventanas a la marea de sentimientos que se producía en su interior, a su alma. Viendo aquella mirada tan clara y hermosa, uno se preguntaba de veras cómo podía haber alguien capaz de querer dañarla. De destruir a gente como ella.

-Tu familia, la que te crió, siempre será tu familia. De ellos has aprendido, has crecido sintiendo su amor, el amor que les llevó a adoptarte y a criarte con ellos. Nunca te van a abandonar del todo -le dije, acariciando sus mejillas con los dedos para llevarme una lágrima.- En cuanto a lo de tu madre...no sé por qué lo hizo. Tal vez cuando conozcas a tu hermana podáis hallar la respuesta. Pero no pienses que ella te quería menos o algo así. Seguramente se arrepintió toda su vida de aquello -sonreí por lo que dijo sobre su hermana.- Seguro que ella también está deseando conocerte.

De pronto sentí el impulso de hacer algo que la convenciese de todo el cariño que le profesaba, de compensarla por el dolor y la pena que todo aquello le estaba causando. Y, sin saber cómo se iba a tomar aquello, atraje su rostro suavemente hacia mí, y bajé el mío para posar dulcemente mis labios sobre los suyos, imprimiendo en el gesto todo mi amor.

Las palabras de Sam calaron muy a hondo, intento estar lo menos nerviosa posible pensando en mi hermana, de nuevo una nueva vida se abre ante mis ojos.-tienes razón Sam eres un cielo de hombre –esas palabras era verdades como templos empecé sentir algo por este chico. Entonces paso el beso un beso que nublo mi razón mis sentimientos golpearon fuerte en mis entrañas me deje llevar por aquel beso que me nublo por un momento, yo igual le respondí con algo mas pasión para sepárame de aquellos suaves labios volver a la realidad
–valla-
no sabía que decir en ese precioso momento –eres especial Sam

–tome su mano salimos sin decir mucho afuera de la hemeroteca sin dejar de pensar en ese beso, esa sensación lograba provocarle una sonrisa–la hora de la verdad – espere que diría era un error fue un error no quise yo…o claro lo siento me deje llevar o no quiero saberlo, a veces los sentimientos hace cometer cosas impulsos nos dejamos llevar tanto por ellos que perdemos nuestro rumbo. Sonreí ampliamente, no era el momento de pensar de analizar de darle vueltas si no de actuar hacer frente a la situación que tenia en mis manos, hacer frente a mi futuro que esta por dar un giro de 190 grados

Vi en su mirada que comenzaba a abrirse en su mente un mundo de nuevas posibilidades gracias a mis palabras. Yo solamente me había limitado a señalarle un par de puntos que, en su tristeza, tal vez aún no había advertido. Sonreí ante sus dulces palabras, y entonces la besé.

Respondió a aquel beso de un modo que yo no había podido prever, con pasión. Yo le devolví el entusiasmo, y nuestros labios continuaron unidos durante varios instantes más. Jadeamos un poco cuando nos separamos, y no pude evitar el reír cuando soltó aquella exclamación.

-Tú también, Vane. Más de lo que te imaginas.

Tomé la mano que me tendía estrechándosela con cariño, y tras recoger nuestras cosas, salimos de la hemeroteca en dirección al parque.