Nuevo destino, nueva amistad (Katherine)

Una vez que pude liberarme de mi pésima infancia y empezar lo que se podría conocer como una "nueva vida", vida de la que no me quejaba dado que había tenido todo lo que había querido, dinero, fama, fiestas desenfrenadas y demás cosas, ahora a mis representantes les había dado por llevarme a Townhidden, un lugar donde apenas era conocida para que según ellos pusiera de nuevo los pies en la tierra. Al menos había conseguido averiguar como controlar las visiones que desde hace poco me afligían, bebiendo la sangre de lo que hace poco había descubierto que eran demonios, criatura que ni siquiera sabía que existían y resultaba ser así.
Así que ahí estaba yo, montada en un autobús rumbo a Townhidden, deseando llegar ya de una vez para al menos respirar aire fresco y salir del maloliente autobús.
Una vez que llegamos a la estación saqué mi cajetilla de tabaco del bolso y me encendí un cigarrillo para al menos calmar mis nervios y relajarme ya que llevaba unos días con muy mal humor.
Al poco de estar allí comencé a caminar sin rumbo por la estación, en busca de algún taxi cuando me choqué con alguien y solté con tono frío y sin emoción alguna, como en un principio solía - Perdón.

Llevaba un buen rato dando vueltas por la estación del bus en busca de un medio de transporte que pudiera usar para llegar al Motel en el que me alojaría durante la próxima temporada. Todos los taxis estaban llenos y no había ninguno esperando a por un cliente.

Cuando me giré, note una presión que me golpeaba con un tono seco. Alguien se había chocado conmigo.
Miré a esa mujer arqueando ligeramente una ceja.

- Perdón - Repetí mientras me echaba ligeramente hacía atrás.
Vi como la mujer estaba encarada hacía la zona de taxis, supuse que iba a por uno.

- Si tienes la intención de coger un taxi, está un poco cruda la cosa. - Dije mientras giraba levemente la cabeza para ver como se alejaba el último taxi de allí.

Mire de reojo a la chica con la que me había chocado, asintiendo aceptando así sus disculpas y suspiré exhalando ya de paso el humo del cigarrillo mientras veía los taxis, llenos todos, iba a ser una especie de misión imposible encontrar uno libre.
Escuché lo que me dijo la otra chica y le dije con voz resignada - ya me estoy percatando de ello, ¿tu también esperas uno?, lo digo para así compartirlo y será más fácil pillar uno - aunque se veía que la cosa iba para rato ya que había muchísima gente a la espera de uno. Bueno por lo menos no tenía prisa alguna, además la habitación en el motel ya la tenía reservada y no me hacía especial ilusión llegar.
-Soy Shanon - me presenté a la chica, al menos si conversábamos se nos haría esto más ameno, además notaba algo en ella, algo familiar y parecido a mi.... por lo que quise saber más de ella.

Escuché a la chica con interés. Notaba alguna cosa en ella que me resultaba familiar, aunque no podía decir de que se trataba.

- Claro, yo voy al Motel. Si te viene bien, por mi no hay problema - Eché un vistazo rápido en la zona de los taxis para ver la gente que se quedaba a esperar uno. No tenía mucha prisa para llegar al motel, pero llevaba una bolsa que pesaba bastante colgada en la espalda, que contenía el material de caza. Suspiré mientras ella se presentaba.

- Mucho gusto, yo soy Katherine. - Le dije dibujando una sonrisa y tendiéndole la mano. - Puedes llamarme Kate o Kath, como prefieras. -

Le miré enarcando una ceja, igual y todo íbamos ambas al mismo motel, no si que razón tenía el que dijo aquello de que "la vida es un pañuelo" - también yo voy al Motel, así que es buena idea entonces que lo cojamos juntas.
Noté que le pesaba la mochila y le dije tras observar la zona y ver que cerca había unos bancos - ¿por qué no nos sentamos allí mientras esperamos y así puedes descansar de la mochila? - me preguntaba que llevaría en ella ya que parecía muy pesada, pero seguramente sería meterme donde no me llamaban.
Estreché la mano que me había tendido y le dije - Encantada Kath, puedes decirme Shan si lo prefieres. - Luego le pregunté para seguir charlando y hacer tiempo - ¿de dónde eres?

Hice una pequeña mueca de sorpresa cuando dijo que también iba al Motel. Así que no solo la tendría de compañera en el taxi, también nos alojaremos en el mismo edificio.

- Me parece bien. - Dije haciendo un par de pasas en dirección al banco.
Dejé la mochila con cuidado, intentando hacer el mínimo ruido, encima del banco. Pude notar como me quitaba un gran peso de encima, y nunca mejor dicho.
Me senté al lado de la bolsa mientras asentía con los apodos.

- Soy originaria de Canadá. Aunque llevo estos dos últimos años viajando por todo Estados Unidos. - Me apoye al respaldo del banco para poder acomodarme mientras esperabamos el taxi. - ¿ Y tu ? - Giré levemente la cabeza para encararme con Shan.

Noté su alivio cuando se quitó la mochila y aunque intentó no hacer mucho ruido, el poco que hizo confirmó mi teoría de que lo que fuera que llevara dentro pesaba lo suyo.
La miré cuando empezó a contestar mi pregunta y una vez cara a cara pasé a contestar yo la suya - pues yo nací en Roma, pero llevo también un año viajando por Estados Unidos y ahora me han mandado aquí - dije con voz fría y cara de disgusto, esa decisión la odiaba con todas mis fuerzas, pero no había tenido más remedio. Al menos esperaba que el lugar me gustara. - ¿Por qué decidiste venir aquí? - le pregunté con curiosidad, lo mio había sido forzado y nunca me había llamado la atención este lugar, por lo que saber sus motivos me daba cierta intriga.

Escuche a Shan mientras me hablaba con tono de disgusto. Estados Unidos lo tiene todo, no lograba entender porque parecía disgustada con su estancia aquí. ¿Una estancia forzada? Me picaba la curiosidad por sus motivos, pero ella se me había avanzado antes con la pregunta.
Arqueé las cejas ante su pregunta mientras me pasaba la mano por el pelo.

- Es una larga historia. Pero podríamos decir que es cuestión de trabajo. - Dije mientras movía la mano derecha para mostrar unos aires de "no pasa nada" - Es como una locura y algo difícil de explicar. - Le aclaré.
La verdad es que mucha gente no creé en los demonios y estos tipos de seres, así que muchas veces, cuando lo he contado anteriormente, me tomaban por loca. Y mas tratandose del contenido de la mochila pesada. Por eso decidí no decirle que era una especie de cazadora de bichos demoníacos, por si acaso.

Escuché su respuesta observando su gesto con el que quería quitarle importancia y le dije simplemente encogiéndome de hombros - bueno, el tiempo al parecer nos sobra y créeme que estoy abierta a escuchar locuras... últimamente he vivido algunas.... - eso podría sonarle normal a cualquiera, pero al tipo de locuras que me refería estaban relacionadas con la matanza indiscriminada de demonios por lo que de contárselo a alguien me metería directamente a un psiquiátrico como mínimo. - Venga cuéntamelo, te prometo que no te daré por loca - total, ¿qué había más loco que decir que una persona bebía sangre de demonio? nada, así que no creo que lo de ella fuera peor, además seguía notando esa familiaridad en ella y quería descubrir de qué se trataba.

Miré a Shan con determinación mientras me animaba a contarle acerca de mi trabajo. Cogí la mochila y la puse entre ella y yo, abriendola lo justo como para que solo pudiera echar un vistazo en su interior ella. En su interior habían desde cuchillos y armas de fuego, a todo tipo de utensilios y bolsitas de piel llenas de sal y demás. Se podía observar una libreta en el interior de la mochila, algo gruesa repleta de papeles desgastados que salían por los lados.

Subí la mirada hacia la cara de Shan mientras sacaba una media sonrisa.

- Soy cazadora. - Le dije con un tono contundente. - De demonios y otros seres. Estoy aquí por mi prioridad de encontrar a uno en especial. Pero de hace poco me han llegado rumores de que Lucifer anda cerca. - Me quedé mirandola durante unos segundos, dudando de si añadir o no mis dones, cosa que termine por hacer. - A parte, puedo ver secuencias de sucesos que aún no han pasado, asesinatos causados por demonios, generalmente. Y hace muy poco tiempo, descubrí que puedo controlar a las personas. -

La miré atentamente esperando su respuesta.

Noté su determinación a contarme cual era la razón por la que había decidido venir aquí y la miré mientras ponía la mochila entre ambas, abriéndola un poco para poder ver lo que había dentro. Pude ver de todo tipo de armas, tanto cuchillos, como armas de fuego y demás cosas.
Le miré enarcando una ceja cuando elevó la mirada hacia mí. Hacía muy poco que sabía de la existencia de demonios y ver esto ahora me impresionaba algo y esperé curiosa su explicación. La escuché atenta hasta el final, sin interrumpirla en ningún momento hasta que acabó y después de unos momentos de silencio le dije - Bueno, yo no hace mucho que se de demonios y demás criaturas porque al igual que tu, y eso es lo que más me extraña, también veo visiones y hace poco descubrí que tengo telepatía y telequinesis... ya casi las tengo dominadas... - me quedé pensativa un momento y le pregunté - ¿eso quiere decir que somos iguales, no?, ya sabes... el mismo tipo de ¿criatura?, pero ¿qué somos? - le pregunté, ya que al parecer ella estaba mucho más puesta que yo en este tema y yo lo único que sabía es que una manera de sentirme mucho pero que mucho mejor era bebiendo la sangre de demonios. Ese pensamiento me hizo recordar una cosa que dijo - Espera, ¿has dicho que Lucifer está aquí?, ¿y piensas cazarlo? - eso si que más que a locura me sonaba a suicidio.

Me sorprendí algo cuando me dijo que tenía dones ella también. Telepatía y telequinesis... Ella también formaba parte de ese plan, por lo que parecía.
Sabía muy poco sobre ello, ya que mi tío murió mientras me lo contaba.
Tras un suspiro, me puse a pensar de que forma tendría que contarle nuestro supuesto destino.

- Si somos "iguales" - Le dije mientras hacía una leve mueca con la boca. - Yo, a diferencia de ti conozco todo eso de los demonios de bien pequeña. Mis padres eran cazadores ya. Aunque murieron poco después de que naciera. Luego viví con mi tío y él me contó parte del tema ese de los dones. No es algo fácil de creer, aunque sepa poco. - Le dije mientras apartaba la mochila y la dejaba en mis pies. - Tus dones se deben a que formas parte de... un plan demoníaco mayor. Un ejercito para el apocalipsis. - Le dije bajando ligeramente la voz para que solo fuera audible para ella.

- Y si, es una locura, pero según mis fuentes, Lucifer anda cerca. Y si no hacemos algo, podría ser el fin de los días buenos. - Le dije respondiendo a su otra pregunta con tranquilidad.

Todo lo que me contaba me sonaba a chino prácticamente, ya de que encima hacía poco que sabía de la existencia de demonios, ahora resultaba que ella y yo formábamos parte de un plan de ellos. Eso si que me hubiera sonado ya algo fantasioso hace unos años, pero con todo lo que me había pasado este último año ya no. - ¿Un ejército para el apocalipsis?, ¿pero del ejército de quién? - le pregunté también en voz baja para que la gente de alrededor no nos oyera. La verdad que a mi eso del bien y del mal me parecía relativo, no solía estar a favor ni del uno ni del otro, simplemente vivía mi vida al máximo y ya.
-Solo espero que tengas suerte y no acabes mal, yo no entiendo de demonios, ni cazadores, ni nada de eso.... pero no creo que matar a Lucifer sea cosa fácil, así que ten cuidado - eso si que era nuevo en mi, decirle algo así a alguien era muy raro en mi, pero la chica me había caído bastante bien y por rara vez no quería que acabara mal, esperaba que nos volviéramos a ver fuera del estrés este de intentar pillar un taxi libre.