Desahogandome (Kyra)

Aquella mañana lo primero que habia hecho, era llamar a la rubia que habia conocido hacia una semana practicamente en Manhattan. No sabia su nombre y en el movil la habia registrado como "chica misteriosa" asi que marco su numero y la invito a encontrarse en el centro deportivo de Houston.

Después de un par de conciertos y bolos por los alrededores, estaba agotado pero una rabia todavía dentro contenida necesitaba salir. Y donde mejor que en el gimnasio? Nunca había sido bueno para las peleas, o de eso intentaba convencerme. Pero si le había gustado correr.

El gimnasio de la calle paralela a mi Loft, no tenia mala pinta. Entre y aproximadamente en 10 minutos, estaba subido en una maquina corriendo y sudando mientras mis pensamientos no paraban ni un momento.

El chico que había conocido en Manhattan me llamó, la verdad es que ni siquiera me lo esperaba, pero sentía cierta curiosidad. Me citó en el centro deportivo, de entrada no me gustó la idea, allí me conocían y conocían a Jeremy, no quería dar lugar a malentendidos, pero aún así no me negué.

Ni siquiera sabía su nombre, lo que lo hubiera hecho mucho más emocionante si no tuviera a alguien metido dentro de la cabeza. Cuando llegué me cambién en un minuto en los vesturios y fui directa a la zona de máquinas. Allí estaba, dándose caña en una de las cintas. Le silbé y sonreí cuando me vio.

Fui educada y me aguanté la risa cuando casi se mete el ostiazo del siglo en la cinta, por no estar atento a sus pies y mirarme a mi. Esperé a que parara, recobrando un poco el aliento y me acerqué, mientras saludaba, no, claro que no iba a darle unos besitos o un abrazo, con un hola iba servido, incluso con algo más. -Bien, aquí...- lo que era obvio, - tratando de provocar accidentes- añadí, divertida, en referencia a su pequeño tropezón. -Veo que sigues tan torpe como la última vez- dije luego, echándole un vistazo sin preocuparme por ser discreta.

Era un imán para los accidentes... pena que no todos fueran tan divertidos como sus traspiés. Me mantuve algo más serie, sin llegar a parecer enfadada o molesta, simplemente me había cansado de las sonrisas. -Bueno, lo mío es la lucha cuerpo a cuerpo...- el ring o los sacos de boxeo me gustaban mucho más y daban más lugar a confusión, seguro, pero no impondría mis condiciones. -Pero quizás me venga bien correr un poco antes- añadí, mientras ponía en marcha la cinta contigua, primero a trote ligero para aumentar un poco después.

No sabía si era bueno o no en el boxeo, parecer lo parecía, pero cuando dijo que quizás pudiera enseñarle algo uno: o era una excusa para meterme mano o bien, dos: era patoso para pelear... y si no me hubiera dado ya varias muestras de lo torpe que podía llegar a ser, pensaría qe ligaba conmigo.

-¿Estás seguro? Uno de los dos podría hacerse daño- él, yo... él. Aumenté el ritmo de carrera, igual que él, y le miré de soslayo. -¿Y cómo puedo llamarte?- no le pregunté su nombre, si no como quería que le llamara, que para mi era totalmente diferente, aunque no un nombre no me mataría, al fin y al cabo, quizás no fuera tan malo verle.

Sonreí aumentando la velocidad a medida que él la disminuia, sonriendo. -Sería raro hacerte llorar- era un tipo grande, pero me las había visto con tipos bastante más grandes. En todo caso, no pretendía hacerme el ángel de Charlie, sólo quería pasarlo bien, había ido allí movida por pura curiosidad. -James...- repetí, pensativa, él no preguntó mi nombre, quizás le diera igual, quizás prefería seguir llamándome chica misteriosa, no me incomodaba que no supiera mi nombre, me daba cierta ventaja, pero no me negaría a contestar, allí quien más y quien menos me conocía de oídas.

No tenía mucho sentido seguir corriendo si él paraba la máquina y se iba, así que reduje, haciéndome un poco de rogar en la respuesta, tenía que admitir que James era bastante más agradable de lo que podía haber pensando por el aspecto que tenía y por mi primera impresión, la de patoso engreído. Bajé de la máquina y le sonreí -Soy Kyra- le tendí la mano, a pesar de no ser muy amiga de las presentaciones formales. Él la apretó y yo aproveché para darle un tirón y llevármelo hacia el otro lado de gimnasio, a la zona donde estaban los boxeadores.

-Vamos, no seas así- dije parándome frente a él con una ligera sonrisa, me había hecho gracia su primer comentario, pero parecía un tipo capaz de valerse por mi mismo. -¿De verdad que no puedes conmigo?- no, probablemente yo tenía las de ganar, pero más por la técnica y la práctica que por las cualidades físicas, seguro y James parecía en forma. Me subí a un ring y le hice una señal para que subiera también, mientras me ponía los guantes, pareció titubear. -Venga, no querrás quedar en evidencia delante de todos estos chicos sudorosos...-

A la fuerza tenían que reírse de él, no porque fuera un chiste con patas, si no porque allí solían verme con Jeremy y como que nadie quería que él se enfadara por risitas indeseadas... aún así, cuando iba sola, se sentían algo más libres para hacer comentarios jocosos a mis espaldas o mirarme como no podían hacerlo si estaba él ¡ja! Como si yo no pudiera machacarles casi con la misma facilidad.

-Bueno, no suelo ser la... profe- sonaba estúpido, pero claro, tampoco solía hacer vida social y eso se parecía bastante. -Atácame- fue lo único que se e ocurrió, quería ver qué sabía hacer, por donde entraba, de donde cojeba, lo de siempre, aunque claro, los tíós solían mostrarse algo reticentes a la hora de pegar a una tía. -Venga, no seas idiota, atácame- insití, al ver que no se decidía.


Off: vale y yo convencida que de aún no habías posteado... sí, lo sé, merezco el infierno y la condenación eterna pero... ¿y la cirujía?¿por qué? Con lo enamorada que estoy yo de JRM xDDDD ains :p

Sonreí poniéndome de pie y ofreciéndole la mano para ayudarle a levantarse. -¿Cómo voy a saberlo?- pregunté, haciendome la tonta. -Soy rubia...- y las rubias no tenían famas de ser muy inteligentes.

Miré a James y después eché un vistazo alrededor, más de uno nos miraba, a mi me daba igual, pero seguramente a él le molestara, por eso del orgullo de macho. -Venga, chicos... ni que vosotros pudierais tumbarme- le guiñé un ojo a James y volví a sonreír, entrenando con quien entrenaba, ninguno tenía nada que hacer conmigo.


Off: sufriré en silencio xD

Solte una sonora carcajada mientras Kyra me tendia su mano para que me pudiera levantar. Acepte encantado y mire luego mientras ella replicaba a los tres o cuatro tios fornidos, que cochicheaban como cotillas mientras algunos se reian al verme caer ante la flacucha rubita. – Seguramente no, pero soy yo el que tiene que tumbarte… - Negue con la cabeza porque estaba seguro de que por mucho que lo intentara, terminaría igualmente en el suelo.