Perfeccionando mis dotes interpretativas(Amanda)

Ouch, zas en toda la cara como mínimo por el mandoble que esta perra me acababa de dar en toda la cara. Me lo merecía, sí, de acuerdo, pero hay límites y límites. Además, debería aprender de mí, que estaba aguantando con una paciencia que haría las delicias de los más férreos estoicos mientras ella no dejaba de decir que me iba a matar. Lo mínimo era defenderme, y como sabía que con la fuerza no iba a ir a ningún sitio porque todavía no me había vuelto loca del todo y sabía que contra un demonio físicamente lo tenía crudo; decidí que lo mejor era defenderme verbalmente. La cuestión era que yo cuando me ponía podía ser muy borde, mucho más de lo que me convenía y más en situaciones como estas, y por eso terminaba como terminaba, a tortazo limpio por mucho que tratara de evitarlo.
Cambió de actitud tan rápidamente como su mano se había lanzado a pegarme, y se puso ahora a acariciarme el borde de la cara con suavidad y casi diría que con ¿mimo? Vale, eso era raro. ¿Todos los demonios que conocía tenían que tener semejantes ataques de bipolaridad o era simplemente ella que era especial? No lo sabía, pero casi me daba más razones para mantenerme atenta y alerta contra cualquier reacción posible por su parte cuando estaba melosa que cuando se comportaba como una loca asesina. Y fue por ello por lo que decidí subir la guardia del todo, intentando dejar mi maldito orgullo al margen para que no me metiera en problemas de los que no era capaz de salir.
Asentí cuando dijo que era cazadora y que tendría amigos cazadores, con cautela. Me imaginaba por dónde iban los tiros y no tardó en aclarármelo, por si me consideraba más estúpida que lo que ella misma era. Suerte que no he dicho eso en voz alta.
- No me parece un buen plan, Odette, y deberías saber que no soy tan egoísta como para querer salvar mi vida a cambio de la de otro cazador. Así que, sintiéndolo mucho, mi respuesta a tu alternativa sólo será: NO. - contesté con sinceridad y logrando, por priemra vez, que mi tono no saliera de maner petulante u orgullosa y así intentar cabrearla sólo por el contenido y no por el tono, que posiblemente hacía tanto o más que el mensaje que quería transmitir.

Como no...la dignidad aparecio en la habitacion,cuando ella,con esas palabras me dejo claro que no iba a hacer ningun tipo de trato conmigo,y mucho menos iba a "vender" a ningun compañero suyo ni aunque su vida dependiera de ello.

Empece a dar vueltas,mas vueltas,apoyando mi mano en el menton y pensando,poniendo a trabajar esa cabecita mia,dandole vueltas a todo lo que podia hacer con ella,pero no...queria otra alternativa distinta a aquello que siempre hacia,y,por muy tentadora que fuera la idea de acabar con otro cazador,tenia que sopesar los pros y los contras de hacerlo.Por un lado,seria una experiencia maravillosa acabar con su vida lenta y dolorosamente.Hacia mucho tiempo que no mataba a ninguna cazadora,el ultimo intento fue en el bosque,y,por culpa de aquel otro cazador entrometido,no pude acabar con mi tarea.Por otro lado...si ella se confiaba en que no iba a hacerle nada,podria seguirla,tener plena libertad a la hora de enterarme cuales era sus amistades,sus movimientos,...en fin,una mini-agenda,perfectamente cuadrada que me ayudaria mucho mas que si la mataba ahora.

Me pare de golpe frente a ella,y deje de hacer presion sobre su cuerpo.La mire muy sonriente.-Bien,puedes marcharte...eres demasiado aburrida como para andar manchandome las manos contigo.-dije intentando que aquello no se notase mucho.Ella me miraba en silencio,hasta que suspire cansada.-Vamos!vas a irte o tengo que prenderle fuego a esto contigo dentro?.-

Cuando le respondí me sorprendió bastante su actitud. En lugar de cabrearse y empezar a arrancarme la piel a tiras, o hacer arder el suelo en el que estaba conmigo encima, o empezar a despedazarme lentamente, o a disolver mi piel en ácido, o cualquier otro método de tortura imaginable que, por supuesto, a Odette le pegaba demasiado por lo que había tenido ocasión de conocer de ella en el poco rato que llevábamos juntas (y que para mí se había hecho demasiado largo); se puso a dar vueltas por la habitación, con la mano puesta en el mentón, prácticamente como si estuviera planteándose qué quería hacer conmigo. Posiblemente fuera eso en lo que estaba pensando, y la verdad es que me resultaba bastante extraño. ¿No iba a matarme? Que fuera tan bipolar no ayudaba nada, porque encima de que yo ya tenía medio asimilado que iba a morir ella misma me da esperanzas de que podía no ser así, resultando de todo menos ayuda en este momento. Hija mía, decídete un poco.
Dejó de apretarme el cuerpo en el momento en que su paseo errabundo se detuvo, gracias al cielo, pero hizo que la angustia que con el cese del dolor había despaparecido en mí volviera a instalarse en la boca de mi estómago cuando me miró con aquella sonrisa tan falsa, tan grande y, sobre todo, tan peligrosa. Significaba que lo tenía todo bajo control, y eso no podía significar nada bueno para mí. Me dijo que me podía marchar, y me quedé mirando a Odette fijamente sin decir nada, tratando de leer en su rostro los planes que me tenía reservados. Asentí cuando me dijo que me fuera y cogí mi botella de agua bendita para después salir de la cabaña, con paso rápido y echando la vista hacia Odette de vez en cuando pero sin llegar a correr, tampoco. Una vez fuera, con el aire impuro y contaminado de la sociedad, me fui de allí corriendo, evitando que tratara de seguirme. Una vez llegué a la plaza donde me la había encontrado paré en seco, pues ya me había dado cuenta de la utilidad que podía tener para ella. Me quería para seguirme y poder meterse en el mundillo de los cazadores, aquella pedazo de zorra. Pues bien, no iba a ponérselo tan fácil. Aunque eso supusiera alejarme del pueblo y de toda la gente a quien había conocido y apreciado desde que estaba aquí (por mucho que me doliera pensar en alejarme de Jimmy, o de Cath, o de Sam) para así no ponerles en peligro. Cualquier cosa con tal de que Odette no se saliera con la suya. Esto ya era personal, y con mi orgullo interpuesto entre nosotras no le iba a dejar ganar, costara lo que costase salirme con la mía.
Bebí un trago de agua de una fuente y me dirigí al motel con paso tranquilo, importándome más bien poco que, en este momento me siguiera. Estaba decidida a no dejar que tuviera control sobre mí, y desde luego necesitaba fuerza mental suficiente como para ser capaz de suponer una amenaza seria. Llegué a la habitación y me metí a la ducha, ideando mil planes para mantenerla al margen mientras en el peublo iba anocheciendo. Se nos había pasado la tarde muy rápidamente...

OFF: TEMA CERRADO