Un fantasma o algo más? (Synyster)

Desde hacía unos días mi única diversión había sido torturar almas inocentes sin ningún sentido aparente por el momento. Infiltrado en una casa donde había una burda leyenda influenciada por culpa de la tontería humana, muchos jóvenes se acercaban a ver si era cierto, y como era de esperar, devore sus almas sin pensarlo dos veces.

Un día esperando me lleve una grata sorpresa. Una cazadora se había acercado a la zona... Mal para ella. Seguramente pensase que era a causa de un alma descarriada. Que risa me hacían en esos casos...

Sin mas espere a que entrase, y cuando lo hizo lo primero que hice fue crear una corriente de viento fuerte que cerrase la puerta tras ella de un golpe, y abriese la de su lado haciendo un estruendo. Sonreí observándola y esperando su reacción.

Reí gratamente y luego negué con la cabeza a todas y cada una de las acusaciones que ella había nombrado. Alce un dedo señalándola, luego salió despedida contra la pared que tenía detrás de ella, golpeándose la mano y haciendo que su cuchillo cayese al suelo.

- Has estado cerca, vuelve a intentarlo.

Sonreí gratamente, y ahora fui yo quien empezó a dar unos cuantos pasos hacia ella.

- Hacía mucho que no veía a un cazador por aquí...¿Donde habéis estado?¿Tenéis miedo de alguien?

- Entonces eres idiota.

Respondí simplemente, y volví a levantar mi dedo, esta vez señalando su puñal, haciendo que se desintegrase y se convirtiese en polvo de hierro. La mire fijamente y espere su reacción.

- Todo ser vivo tiene miedo a algo, si no, no vive.

Aclare, para llevar mi mano a su cuello y levantarla del suelo, apoyando su espalda contra la pared que tenía detrás de ella.

No pude prever que su rodilla se dirigiría a mi entrepierna, por lo que al recibir el golpe me doble de dolor soltándola y dando unos pasos atrás. Gracias a su falta de aire el golpe no era muy potente, pero lo suficiente como para hacer que me doblase de dolor durante un buen tiempo. Alce mi vista hasta la suya, y negué con la cabeza.

- No lo entiendes verdad... Yo no soy como ellos... Soy mucho mas poderoso.

Respondí sin mas, y en pocos segundos el dolor desapareció de mi cuerpo. Alce mi vista hacia ella.

- Soy la muerte... Y la vida.

Sonreí de forma sarcástica y algo malévola. Con una mano apunte a su mano herida, e hice que el tiempo pasase mucho mas rápido para esa mano, haciendo que en pocos segundos envejeciese casi a la edad de noventa años. Sonreí cuando ella se dio cuenta, luego volví su mano a su estado normal, y le cure la herida, volviendo su mano como perfecta, ni estando débil, ni nada, estaba perfecta.

Sonreí y deje escapar una carcajada larga, me acerque un poco mas a ella, casi quedando mi rostro pegado al suyo. Pase una mano hasta su mejilla, y luego la baje hasta su barbilla, tomándola de esta forma y alzando su rostro hacía mi para que me mirase fijamente.

- Al parecer, si que tienes miedo a algo.

Dije, con tono risueño. Luego me separe un poco mas de ella. Dude unos segundos el decirle que era, o si simplemente dejarla con la intriga.

- Digamos... Que si eres cristiana, soy algo como el anticristo, y si eres atea, soy el hijo de un demonio, desde un cuerpo humano.

- Se puede decir que si, soy algo así.

Reí levemente y atendí a sus palabras. Dude unos segundos en responder, para finalmente asentir con la cabeza y dirigir mi mirada hacia la suya.

- No es que no me guste ir de caza pero... Es demasiado aburrido, prefiero este tipo de cosas, antes que ir en una simple caza colectiva... Es aburrido.

Escuche lo que dijo ella, y dibuje una pequeña sonrisa en mi rostro. pude ver como daba un paso atrás, y rapidamente lleve mi mirada tras de sus hombros, observando la puerta de la casa. En mi interior una larga carcajada se formo. Con que... Piensas que podrás huir, y seguramente quiera volver para intentar exorcizarme o incluso matarme... Bien, pues que lo haga.
Pase por completo de lo que sus intenciones deseaban hacer, y me centre en responder a sus acusaciones. Negué con la cabeza.

- Somos una raza superior. ¿A caso vosotros no hacéis lo mismo con los animales?

Pregunte dibujando una pequeña sonrisa. Luego al escuchar lo que dijo, no pude evitar que de mi garganta saliese una risa entre malévola, alocada y algo malintencionada.

- No... Me escondo aquí por que se que no tengo que esperar mucho para que algún tipejo como tu tardara mucho en llegar a hacerse el héroe... Las almas de los... "Héroes" saben mucho mejor.

La mire un tanto... Molesto. Alce una ceja, y deje que saliese de mi garganta un chirrido lo mas parecido a una risa malévola.

- No lo entiendes verdad... No voy a buscaros por que es una perdida de tiempo... Si os busco, os encuentro, y una vez delante de mi no sabéis reaccionar cuando os encuentran... Es mas divertido si venís preparados para la acción, y os encontráis con un enemigo al que no podéis vencer con vuestras estúpidas armas...

La volví a observar, notando que cada vez daba pasos atrás mas grandes, y dibuje una sonrisa en mi rostro.

- Que yo conozca, solo existe un arma que pueda matarme... Y para ello tendrías que cogerme con la guardia baja, y te aseguro que eso es muy, muy difícil.

Vale,estaba metida en un lio...porque no estaba segura de si ese arma que decía sería el exorcizarle o no.
Sintener muchas opciones,le miré a los ojos fijamente y me abalancé sobre él,tirándole al suelo y quedándome sobre él.
Algo tenía que hacer,asi que lo iba a intentar.
Ojalá funcionase,aunque me había dejado el libro en el coche y no estaba muy segura de recordarlo bien...

Le sujeté las manos hice fuerza con mi cuerpo para que no se levantara,cosa que no creía que hiciese mucho contra él...

Siin apartar mi vista de su rostro empecé a recitar:

-Ergo,maledicte diábole,recognósce senténtiam tuam,et da honórem Deo vivo et vero-paré unos segundos para pensar cómo seguía...

No me espere ese repentino movimiento suyo, haciendo que cayese al suelo con ella encima de mi. Debo admitir, que no me encontraba nada incomodo con ella encima, todo lo contrarió. Lleve mis manos hasta su cintura, acercándola a mi.

- No es el exorcismo el arma que necesitas, preciosa... Y al parecer, no recuerdas muy bien las palabras.

Dibuje una pequeña sonrisa en mi rostro, y girando mi mano tome yo sus muñecas, las eche un poco atrás, y me incorpore notando su pecho contra el mio. La mire.

- Quieres... ¿Que te ayude a hacer memoria?

Reí y negué con la cabeza. Hice fuerza sobre el suelo, rompiéndolo y metiendo sus manos dentro, saque las mías y luego hice que el suelo se reparase, dejando sus manos atrapadas dentro de este. Dibuje una sonrisa, y me senté frente a ella.

- No, no voy a matarte...

Reí, y se me ocurrieron miles de cosas que hacerle, y cada una mejor que la anterior.

- Al menos yo no... Creo que te dejare aquí, sola y en esta posición, con una pistola cargada con una bala, y una mano libre... Luego me iré y cerrare la puerta con llave.

Reí al escucharla, luego me acerque un poco a ella.

- Te puedo asegurar que por matar a un cazador mas con mis manos, no me dará ninguna satisfacción... Por eso a ti te dejare que te suicides... Y ye puedo asegurar, que con el tiempo observaras a esa pistola de una forma distinta.

Sonreí y la mire.

- Y si lo que intentas es camelarme para que te mate yo... No te dará tiempo para que hagas nada...¿Crees que no me entere de que estabas reculando?

- ¿Intentas seducirme?

Reí, y me acerque un poco a ella, quedando casi mi rostro pegado al suyo, lleve mi mano hasta su nuca, acercándola un poco mas a mi.

- Déjame decirte, que no funcionara...

Sonreí de forma grata.

- Pero sigue intentándolo, no lo haces nada mal.

Debilite un poco el agarre de su mano derecha.