Reaparición (Kyra)

*Esto era alucinante. Acaba de volver de los muertos como aquel que dice y ya me estaba volviendo loca a la hora de localizar a Kyra y a Wendy. Por un impulso, me fui para el motel... y miré la hoja de los clientes y BINGO ahi estaba el nombre de Kyra. Fui hacia esa habitación, y llamé a la puerta.*

No esperaba a nadie y últimamente había aprendido que hasta los malos llamaban a la puerta. Le quité el seguro a una de mis armas y abrí muy despacio... me quedé blanca, estupefacta, era imposible.
-No me jodas...- musité, no tenía otra cosa que decir. Sólo podía pensar en qué mierda había hecho Wen. -Me cago en la puta... ¿Bel?- Pero ella estaba muerta.

-Esa lengua enana, a ver si te tengo que lavar la boca con jabón.
*Bromeé con una sonrisa torcida, me apoyé en el marco de la puerta riendo.*
-Ves Kyra? Imposible is nothing, y por cierto, ¿Por qué estás tan pálida?
*Dije preocupada, porque notaba que había algo más.*

¡Estaba viendo a una muerta!¿De qué color quería que me pusiera?¿Rosita? Pensé en agarrarla y arrastrara dentro de la habitación, pero no me atrevía ni a tocarla.

-¿Dónde está Wen?¿Ella ha tenido algo que ver con esto?- porque si era así y no estaba muerta por ello, la buscaría y la mataría yo, por inconsciente. -No puedes ser tú... tú estabas... moriste... - No me daba la cabeza para más.

*Se me esombreció el rostro.*
-¡¡Por favor dime que Wen no ha sido tan gilipollas como para querer traerme de vuelta a costa de su alma!!
*Aunque ya lo dudaba, marqué el número de su despacho en mi celular. Y respiré alivida cuando me lo cogieron.*
-¿Esta por ahi la agente Wendy Sammers? Ah, que está interrogando a alguien... no, dejelo, ya llamaré más tarde.
*Vale, la muy desgraciada seguia viva.*
-Esta en el despacho, y bueno... podemos decir que me fugué del infierno. Me escapé.

Gracias a Dios... por no meterse en medio, claro. Al menos Wen estaba bien, pero no podía fiarme de Bella, quizás ya no fuera Bella. -Vale, California está bien- dije en alto, negando con la cabeza y comenzando a caminar por la habitación.
¿Se había fugado del infierno?¿Y cómo? Cualquiera que se fugara del infierno volvía con un toque de él.

-Dispara... sé que ahora toca interrogatorio.
*Dije con suavidad. Gracias a dios Wendy estaba bien... aunque debía recordar gritarle y quizás pegarle un torta por hacer el gilipollas. Bueno... ¿o quizás debería darle un abrazo? No lo sé... segui con la mirada perdida el paseo que se daba Kyra por el cuarto, inquieta.*

Yo iba a pegarle, así que le dejaba a Bella el abrazo.
Por suerte ya supo lo que tocaba, así que no resultó tan violento. -Entra- le pedí, haciéndola pasar y cerrando la puerta cuando estuvo dentro. -¿Cómo lo has hecho?- No entendía cómo había sido capaz, aunque lo que más me preocupaba era que siguiera o no siendo ella. Es que, aunque quisiera, hasta que no hubiera despejado todas mis dudas no podría alegrarme de verla.

*Entré en la habitación.*
-Pues... me costó. Ahí abajo ha habido conflictos, rebeliones entre los demonios y las almas de los muertos. Abajo hay una puerta que te permite salir del infierno y volver a la vida... lo que hice fue intentar pasar desapercibida abajo, que no se quedasen con mi cara. Así que en mitad de una refriega por el poder de varios demonios unas cuantas almas aprovechamos y cruzamos el portal, volviendo aqui.
*Suspiré.*
-Lo bueno, es que tengo bastante información... por ejemplo, a las dos os han metido en medio de una conjura demoniaca para eliminaros, sois objetivo número uno.

Genial, ser el objetivo número uno de una hondonada de demonios asesinos y sanguinarios furiosos por salir a la superficie y matar era, exactamente, lo que iba a pedir por navidad.
-Vaya...- era realmente complicado, tenía que habero pasado muy mal, tenía que haber sufrido mucho y yo estaba allí, interrogándola como su fuera Wen con uno de sus sopechosos.

Sin decir nada me acerqué y la abracé, esperando notar algo extraño, pero no fue así, simplemente me devolvió un fuerte abrazo. -Me alegro de que estés aquí ¿cómo te sientes?- al fin algo de preocupación sentimental por mi parte, no era tan de hielo.

*La abrazé fuerte.*
-Bien, me siento algo rara, esto de volver de los muertos es algo raro. Os eché de menos, Kyra... me sentía impotente cuando escuchaba a esos hablar de qué os iban a hacer. Ahora estar aqui hablando contigo se me hace como si estuviera dormida y estuviese soñando... pero estoy bien, chiqui... bicho malo nunca muere.
*Dije intentando tranquilizarla.*

Eso era lo que me daba miedo, que se sintiera "rara" que esa rareza significara algo malo, algo demoniaco. -Los demonios hablan mucho, pero la mayoría no son muy listos- bufé apartándome un poco de ella para verla bien. Le pasé la mano por el pelo y sonreí ligeramente. -Cuando Wen te vea... - se moría allí mismo, pero de la felicidad. Volvía a abrazarla con fuerza, no era propio de mi, pero no todos los días una amiga regresa de la muerte y golpea tu puerta.

-Si y bastante chulitos cuando saben que tu no puedes hacerles nada estando muerta.
*Me reí cuando mencionó a Wen, seguramente ella pondría el grito en el cielo y me estrangularía. Kyra me volvió a abrazar y se lo volví a devolver. La había echado mucho de menos.*
-te eché de menos, Kyra.... pero tranqui, que ya vuelvo con las pilas puestas para patearles el culo a los que os quieren mal.

Negué con la cabeza, separándome de Bella, tratando de pensar con algo de claridad. -No, de eso nada. Te has escapado del mismísimo infierno ¿crees que no te estarán buscando?- sobre todo siendo quien era y conociendo a quien conocía. No podía dedicarse a dar la nota, debía hacerse olvidar durante un tiempo. Quizás Wen pudiera acogerla en su casa, al fin y al cabo yo malvivía en un cuarto de motel.

-Un alma más un alma menos, y de las que no llaman la atención.... lo tienen jodido, es como buscar una aguja en un pajar.
*Dije con una sonrisa traviesa.*
-No quiero estar a la sombra demasiado.
*dije adivinando sus pensamientos.*

Había más de una modo de localizar un alma fugada y eran modos sobrenaturalres, así que estaríamos hablando de una aguja muy grande y cantosa en un pajar normalito. -Uno no escapa del infierno dos veces, Bella- que no jugara, si volvía allí, se quedaría allí. -Joder, aún no me lo creo- me tuve que sentar y repetirme a mi misma que era real y que estaba bien, que Bella estaba allí de pie, conmigo y que Wen no había tenido que perder su alma para que eso ocurriera.

-Vale vale... capto el mensaje.
*Dije con una carcajada, me apoyé en la pared, me era raro volver a estar hablando con ella.*
-¿Y vosotras? ¿Cómo os la habeís apañado sin la tramposa del grupo?
*Dije intentando cambiar de tema, hablar del infierno me ponía los pelos de punta. Creo que tardaría en superarlo.*

¿Tardar el superarlo? No, esas cosas no se superaban.
-Bueno... California está como siempre- metiendo mano en el FBI para sacarnos de líos y disfrutando de su amada libertad e indepencia. En cuanto a mi...- Yo, digamos que he estado peor, así que no me quejo- Bella me conocía, ya sabía lo rara que era, así que no debía preocuparse, aunque lo haría, no entendía por qué, pero lo haría.

-hay algo más ¿verdad?
*Dije con suavidad, notaba algo distinto.*
-Quizás si que haya salido con alguna secuela de ahi abajo... creo que me estoy volviendo algo paranoica.
*Murmuré para mi.*

Yo también ere paranoica y no había estado en el infierno... aunque había pasado año y medio de mi vida en un lugar bastante parecido, así que el comentario de Bella también tenía connotaciones negativas que me tocaban muy personalmente.
-Siempre hay algo más, aunque realmente es una tontería- porque no iba a costarme la vida ni provocándolo.

-Y en este caso? te advierto que sigo siendo buena escuchando.
*Dije con una peqeña sonrisa. Me sentía ultra vulnerable. Y esa sensación la odiaba. Con toda mi alma... pero bueno, tocaría reforzarse la coraza frente a los demás.*

-Ya, pero yo sigo siendo penosa hablando- como si no me conocieran. Odiaba eso, tanto en Bella como en Wen, esos momentos en los que esperaban cualquier atisbo de debilidad para tratar de hacerme hablar de mi misma... no, no lo lograrían.
De todos modos, hacía tanto tiempo que no veía a Bel que me daba igual, podía hacer y decir todo lo que quisiera. -No te preocupes por mi, Bel, ahora sólo tu importas- dije sonriendo. -Has vuelto.