Trabajo de noche [Anika Lucius]

Estaba cerrando la caja, alguien apareció entre la oscuridad, palpando las paredes. Alzo la mirada para observar una chica que estaba herida me acerco rápido para tomarla de los brazos, estaba a punto de doblegarse y caer al piso contra el frío piso. La tome despacio para depositarla en la silla
-Estas bien- observo un corte en su brazo -¿Quién demonios te hizo eso?
Sin pensar mucho me acerco hasta el botiquín de urgencias, y enciendo las luces para curar la herida que tenia. No parecía muy profunda. Me acerco con el maletín lo abro
-¿a sido un vampiro? –observo que no era el modus operandi de un vampiro, un vampiro seria menos solo dos pequeños inficiones en cuello o en el muslo. En ese momento recordé cuando Sookie estaba con ese vampiro, casi siempre llevaba algo para tapar aquellos agujeros que el vampiro le marco. A pesar de eso no era bueno para clientela no todo creen que los vampiros eran bien recibidos en mi bar, al menos les tengo respecto pero nada más que eso. –esto te va escocer un poco-
Empapo la gasa presiono la herida, - voy a tener que coserte esto o llevarte al medico. Como te llamas?
Observo a la chica, que parecía desmayarse por el esfuerzo. No se quien demonios le ataco pero algo me dice que nada bueno debe ser. La tomo en brazos antes de que caiga su cabeza contra la mesa –vamos a otra parte –

Más tarde en mi caravana donde intento terminar de taparle la herida que le había curado el brazo. Ella se despierta esbozo una sonrisa asintiendo levemente –Estas bien? Te he traído a mi caravana, tranquila esta todo al lado. –Me acerco para levantar la cortilla mostrarle el bar donde el letrero ya estaba apagado, pero se podía apreciar el nombre de Merlotte. Asiento levemente me acerco a ella de nuevo con el ceño fruncido-¿Qué paso?
Espero una respuesta de aquella chica, que aún no sabía su nombre.

Había tenido unos días bastante duros. Había encontrado un caso de demonios por aquella zona, al principio creía que serían de 3 a 6 como mucho, pero en realidad me encontré con unos 10 demonios. Aquello como era de esperar no terminó muy bien. Conseguí exorcizarlos, pero perdí muchas energías y fuerzas, más aparte que me habían atacado y me había hecho una profunda herida en el hombro al caer contra una vitrina de cristal.

No sabía cómo había conseguido salir de aquel lugar aún con vida, mucho menos el taparse la herida y conducir, gracias a Dios que había un pequeño bar abierto por la zona, no me apetecía dar explicaciones, pero tenía que entrar, por lo menos que llamaran a una ambulancia y no desangrarme por ahí.

Cuando entré en el loca enseguida vino un hombre hacia mi, yo apenas podía mantenerme en pie. Me preguntaba mi nombre y quién me había hecho esto, cuando oí la palabra vampiro supe que podría contarle lo que me había pasado, si creía en los vampiros ¿por qué no en los demonios? Pero no pude contestarle ya que me desmayé.

Cuando desperté no sabía dónde me encontraba, me incorporé para ver la pequeña estancia, debía de ser una caravana. Él me lo confirmó y me dijo que estaba justo al lado del bar, apartó la cortina para que lo viera (el bar). Volvió a preguntarme cómo me llamaba y quién me había hecho esto. Le sonreí a duras penas.

Vale.. me llamo Ana, aunque la mayoría me dice Anika, es un apodo cariñoso.. creo -Sonreí y vi la herida que me la había curado y estaba bendada- Y esto.. -Señalé la herida- Me lo han hecho demonios.. ya sé que es una locura, pero el que tú sepas de la existencia de vampiros.. no sé, no conozco a mucha gente que me encuentre de repente y que sepa de la existencia de seres sobrenaturales.. -Me froté los ojos para despejarme- Y bien.. ¿Y tú quién eres mi salvador? -Vi la cara que ponía ante el apodo. No pude evitar reir- jajajaja Es la verdad.. me has salvado.. así que.. ¿podrías decirme cómo puedo agradecérselo caballero andante? -Sonreí- Vale.. mira lo que hablo y eso que estoy aún algo convalenciente, imagina cuando esté perfectamente jajajajajaja

Ana me gusta tu nombre –Dibujo una pequeña sonrisa, y cierro el botiquín para colocarlo en el estante. Me pregunte que le había echo aquella herida como pudo salvarse de su atacante, pero espere a que ella lo dijera. Me acerco de nuevo, ella señalo su herida, por lo que esbozo una sonrisa de lado. Ella comienza hablar rápido contando que fueron los demonios quien le infligió aquella herida –Unos demonios te hicieron eso?- Ella se frota los ojos observo que esta algo cansada la apoyo en la cama –Debes descansar por ahora- Ella sonrío y pregunto quien era yo su salvador. Salvador valla…no espere ser algo así, moviendo la cabeza sonriendo asentí con un movimiento de cabeza pose mis ojos en los suyos-Puedes llamarme Sam – Sigo sonriendo por aquello de salvador, comienzo reír –Nunca una mujer me ha dicho eso de salvador – Me apoyo para incorpórame, la verdad es que estaba cansado observo que ella no quiere estar en la cama. -¿quieres un café? –Lo más seguro que esa noche no nos íbamos a quedar despiertos –

Más tarde estamos sentados, me levanto para tomar la cafetera y servile a Anika una taza de café humeante. Me siento me sirvo otra taza –Entonces demonios no?- Había escuchando algo sobre demonios incluso un demonio, bueno más que demonio Maryann –Bueno se ha visto mucho por aquí de todo un poco, por estos lados –tomo un sorbo del café frunzo el ceño –pero que haces cazando demonios?- sigo entrevistando aquella chica, era bastante hermosa aunque aquella noche solo estaba preocupado por como se marcho Sookie. Parecía tan metida en su mundo, vuelvo de nuevo a la realidad asiento a las cosas que dice Anika sobre los demonios.-Debes tener mucho coraje para enfrentarte a esos demonios –esbozo una sonrisa sigo tomando del café.

Bebí del café humeante, el café estaba bien cargado, cosa que me gustaba ya que era una fanática al café, más que fanática adicta. Le hablé sobre los demonios, hablaba poco más bien nada sobre aquellos temas, no sabía por qué pero con ese hombre me sentía a gusto hablando. Me preguntó el qué hacía cazando demonios. "Yo tampoco lo sé" me dije a mi misma. Dijo que tenía mucho coraje para enfrentarme a los demonios, me sonrojé ante aquello.

¿Yo? ¿estás de broma, no? Esto es para mi algo rutinario, aparte, no tengo nada mejor que hacer. Aparte.. ¿qué es de la vida sin una pizca de peligro? Al menos puedo descargar mi adrenalina peleando con esos bastardos de ojos negros.. -Le miré- Vale.. no soy muy asídua a hablar así, pero hay que tener en cuenta que casi me matan -Sonreí- Aparte.. ¿Y tú cómo sabes de vampiros? Sé por algunas personas que en tu bar suelen ir vampiros.. pero no sé, la gente de.. "a pie" no suele saber de la existencia de ellos.. y si se enteran lo niegan.. pero tú no tienes aspecto de vampiro, así que.. dime -Reí- Yo también tengo derecho a preguntar ¿eh? jajajajaj -Volví a beber del café- Por cierto, te felicito por el café, amo el café y más si está cargado, poca gente lo hace así, la mayoría de las cafeterías te sirven un café malísimo y además aguado jajajaja