The Bellows Of St, Mary,s (( Todos ))

The Bellows Of St, Mary,s

Tic tac

Hace ya que me estaba cansado de los entupidos patéticos mortales ((winchester))
me aburría soberanamente ya es hora de que mi amado Lucifer se alce ante todos
No parece que no estoy sola, Vanessa la estupida patética perdedora quiere ganar esta batalla no va pasar -Vanessa quieres morir morirás

-Miré de arriba abajo a la demonia- Tal vez antes mueras tú, bonita. –Me lancé hacia ella para descargar mi ira, aunque sabía que me quedaba poco tiempo, por mucho que intentara matarla “ella” era un demonio superior, el más poderoso al que me había enfrentado nunca. La rocié con agua bendita, aunque sabía que aquello apenas podía acabar con ella, por lo que comencé a decir las palabras del ritual de exorcizamiento. “Si al menos esto funcionara…” me decía a mi misma-

-Jajajaajajajajajaja eres patética ¿me quieres exorcizar? Jajajaajjajajajaj morirás por esto-

La luz sale proyectada de mis manos para córtate a pedazo a pedazo tu rostro, abriendo en canal su cuerpo para elevarlo a dos centímetros del suelo de la iglesia, donde debajo esta mi amado creador lucifer.

-no te di la opción de la última palabra –

Suelto tu cuerpo cae al vacío destrozado manchándolo de sangre, así es como muere unas de las cazadoras.

-Mi turno-

Acaricio la puerta de mi adorable padre los sellos se quebraron todos menos uno, cogiendo el puñal de planta me degolló el cuello. La sangre inunda el sello para que Lucifer se alce.

Lucifer ya esta libre…………………………………….yo era el sello final está escrito que el primer demonio será el último sello. Hello Lucifer bienvenido al mundo es tu hora sorry no traerte tu recipiente (( buscarlo))

Apocalipsis now

"Había una vez... existió una pedante demoníaca que quería resucitar a Lucifer... se acabó".

La historia acaba de empezar. Llevaba tantos años esperando esto... El convento abandonado de St. Mary era el sitio donde me indicaron los cagados de mis compañeros. Así que fui yo y mi prepotencia. A qué temer? Salté hasta el tejado de la iglesia, medio rota. Miré por el gran agujero, donde una mujer rubia se degollaba a sí misma y su sangre dibujaba una especie de portal. Bajé, cayendo de pie, a unos metros de ella. Curioso. Muy curioso. Lucifer iba a llegar al mundo y no sentía absolutamente nada. Ni miedo, ni pánico... Además, tenía entradas de primera fila para ver el espectáculo... y dependiendo de lo que iba a ocurrir, participaría. Sonreí con mi habitual cinismo.

Los cazadores ya estaban tardando en llegar.