Gracias por acompañarme [Sam][+18]

Tras mucho batallar y discutir con ella, por fin la había convencido de que se quedase en el motel por si la necesitábamos. La desaparición de Lilith me inquietaba demasiado y tenía que saber dónde estaba Ruby por si las moscas.
-No estás atrapada -dije, con una sonrisa.- Solamente quiero saber dónde buscarte si te necesito por cualquier circunstancia...o tú me necesitas a mí -añadí, pensando en Alistair.
Se me ocurrió que en cuanto me hubiese ido probablemente ella se lagase, así que le lancé una larga mirada.
-Por favor, no me obligues a encerrarte aquí, sabes que a mí tampoco me gusta pero si es necesario llenaré la habitación de sellos y de Llaves de Salomón -la amenacé.

Me hizo gracia su gesto, que se asemejaba un tanto al de una niña pequeña pillada en falta. Suspiré y entré a la habitación tras ella, viendo cómo corría de nuevo la cortina. Eché un vistazo por encima de mis hombros y vi el cielo encapotado. No había llevado paraguas, así que más me valía que no se pusiese a llover.
-Sé que puedo llamarte -asentí.- Pero me tranquiliza el saber dónde vas a estar.
Puse los ojos en blanco.
-Vale, pero ¿te gusta ser torturada? Porque a mí no me gustaría, la verdad. Toda ayuda es poca, y toda precaución también.
Me rasqué la nuca y confesé:
-A muí tampoco me hace gracia tener que amenzarte y menos que encerrarte, pero a veces es la única solución -torcí el gesto ante su mención de Dean.- ¿Por qué os lleváis tan mal? Parecéis el perro y el gato.

Me encogí de hombros. La verdad, yo tampoco lo entendía del todo pero la verdad es que era así y no podía evitarlo.
-Si se puede evitar, mejor que mejor. Y no hay discusión posible, Ruby. Ya lo hemos hablado y no vamos a volver a hacerlo.
Desvíe la mirada. La sangre demoníaca me hacía más fuerte, incrementaba mis poderes, que eran otorgados por la sangre de Azazel.
-Dean es como es, y no hay forma de cambiarle. Es mi hermano, me gusta tal como es...Y también me gustaría que os llevaseis bien, al menos una vez para variar -la pinché.
Miré por la ventana.
-Solo serán unos días, hasta que Lilith dé señales. Entonces te prometo que podrás hacer lo que te dé la gana sin que yo te pueda decir nada -di mi palabra.

Cuando algo de lo que decía Sam no me gustaba yo le recriminaba todo hasta que por fin terminaba cediendo, pero aquella vez sabia que hablaba enserio, y que por mucho que dijera, el seguiría igual, sin cambiar de opinión sobre mi "encierro". Escuché el comentario de Dean y bufé, no quería llevarme bien con él, era superior a mis fuerzas y estaba en mis treces ... no haría nada que para él fuera bueno.
Noté como desviaba su mirada al mencionar la sangre demoníaca, y le observé mirar por la ventana. Me coloqué detrás de el, y puse mis manos sobre sus hombros.
- Sabes que es por tu bien, es la unica manera de que logres acabar con Ruby .- dije, refiriendome a nuestra "actividad" - Bueno, me gusta lo de hacer lo que me dé la gana, siempre y cuando no desaparezcas de mi vida Sam Winchester, ya me he acostumbrado a que intentes llevarme siempre por el buen camino .- dije con una sonrisa, bajando mis manos por su espalda

No insistió, pareciendo comprender que no iba a ceder aunque acostumbrase a hacerlo. Le agradecí en silencio el que aceptase la derrota de una vez, sin necesidad de gritos ni nada parecido. No me gustaba la agresividad, aunque era muy capaz de hacer uso de ella.
No se me escapó que ignoraba por completo el comentario acerca de mi hermano, pero lo dejé correr. No valía la pena malgastar el aliento en aquello.
Vi por el rabillo del ojo que se ponía tras de mí, y sentí sus manos en mis hombros, conciliadoras.
-Que sea por mi bien no significa que tenga que gustarme -dije, en tono algo cortante.- No volveré a hacerlo si se puede evitar -añadí, con tono más suave.
A fin de cuentas, ella no tenía la culpa de que fuese así; solo intentaba concederme el mayor número de oportunidades frente a Lilith.
-¿Quién ha dicho que vaya a desaparecer? -contesté, burlón.- No tendría ninguna gracia si no intentase llevarte por el buen camino....Me gustan los casos difíciles -añadí, girándome hacia ella.
Suspiré, mientras sentía sus manos deslizarse por mi espalda y despertar cientos de sensaciones.
-Ruby...prometí que volvería pronto -murmuré, acariciándole una mejilla.

En mi interior me debatía con fuerza entre el deseo de rendirme a sus caricias y el de volver a casa de Bobby con éste y con mi hermano.
Llevaba mucho tiempo alejado de Dean y le había echado de menos, eso era verdad.
Pero Ruby tenía algo que siempre me hacía caer.
Sentí el roce de sus labios y me separé un poco, para mirarla.
-Ruby...No debo -dije, dejando traslucir mi lucha interior.- No quiero hacerlo, no quiero beberla -murmuré.- Me hace menos humano...
Bajé la mano de nuevo, girándome de nuevo hacia la ventana.
-Tengo que encontrar un modo de vencerla que no implique tomar sangre de demonio...

Observé cómo se ponía de frente a mí y finalmente aceptaba momentáneamente mi decisión. Ambos sabíamos que no se iba a dar por vencida, pero también que por aquella noche al menos no volvería a insistir.
-Es lo que yo he decidido Ruby -murmuré.- Gracias por respetar mi decisión -añadí, en voz baja.
No tuve tiempo de agregar nada más antes de que me agarrase por la camiseta y me atrajese violentamente hacia si para besarme con fiereza.
El sabor de sus labios me cogió por sorpresa, tanto que acabó por completo con mis dudas. Me dejé llevar por el deseo y respondí con pasión a su beso, deslizando mis manos por su espalda hasta su cintura para pegarla más a mí. Me aparté de sus labios y deslicé mi boca por su cuello mientras nos apartaba a los dos de la ventana.

El olor de su piel penetró en mi interior y me volvió loco. Sus manos se enredaron en mi cabeza para acercarme más a su cuello, al tiempo que un gemido escapaba de entre sus labios y me erizaba la piel.
La apoyé contra la puerta y pasé mis manos bajó sus piernas para alzarla en vilo, besando sus labios una vez más.

Mis labios dejaron escapar un corto jadeo antes de volver a hundirse entre los suyos y beber de su sabor y su aliento, que era como una droga para mí. La atraje más hacia mí por la cintura y después me di la vuelta, cargándola en aquella posición, mientras mis labios comenzaban a descender poco a poco por su cuello hasta sus hombros.
Caminé hasta llegar a la cama y después la apoyé con suavidad sobre la colcha, tendiéndola de espaldas y acariciando sus piernas con las manos.

Off. Siento la tardanza, he estado hasta arriba de examenes.

Sus labios seguian besando los mios con total naturalidad como solo Sam sabia besarme, aquellos besos eran prohibidos y lo sabia, pero no podia evitar no sentirme deseada cuando estaba a su lado. Me recostó sobre la cama, y gemí un poco cuando me separé de el, para besar su barbilla, bajando hasta su cuello, al mismo tiempo que el acariciaba mis piernas, sonreí dandole un pequeño mordisco, para luego, volver a unir mis labios con los suyos


Off: No te preocupes, siento yo tambien la tardanza en contestar