Primeras impresiones

-tu no, algo que traes contigo-dije-javna jamas haria conexion con los mortales a menos que sea para asesinarlos

- Me queda el consuelo de que no voy a tener que verle la cara directamente, al menos. ¿Y puedo preguntar qué es eso que se supone que traigo conmigo? - pregunté ya sin preocupación, sino con tranquilidad. El asunto prometía ser bastante peliagudo, pero una vez lo había asimilado volví a mi estado de calma habitual, simplemente esperando su respuesta con paciencia.

-vaya al parecer ni siquiera lo recuerdas-dije mirandola-el amuleto de tu bisabuela, fue entregado a ella para que lo protegiera yo misma se lo entregue a cambio que jamas dejara que nadie supiera lo que era

- Mi bisabuela murió antes de que yo naciera, y nadie de mi familia me dio ningún amuleto como herencia familiar, al menos que yo recuerde. Mi relación con mi familia era bastante especial, digámoslo así. Aunque seguro que tú eso ya lo sabías usando tus dotes de ángel para meterte dentro de mi cabeza, ¿no? - pregunté con cierta malicia, pues no me gustaba que pareciera saber más cosas de las que yo misma sabía.

-asi es aunque no me gusta alardear de mis poderes, tu madre no te dejo algo de ella diciendo que mientras lo tuvieras siempre estaria contigo?-pregunte

- No, de hecho no. Yo con mi madre me llevaba muy mal: tuvimos bastantes broncas muy fuertes, y creo que en el fondo se alegró de haberse librado de mí. Sí recuerdo que encontré una vez en casa una especie de colgante con un camafeo, bastante bonito, y decidí quedármelo. - dije uniendo hilos bastante rápidamente. Era el collar que llevaba más escondido de todos los que tenía puestos, pues estaba bajo mi camiseta. Lo saqué y se lo enseñé. El retrato era de color marfil, y estaba rodeado de adornos en pedrería. Unido por arriba había un lazo, también de pedrería, que lo comunicaba con la cadena. A la luz refulgió con nuevo brillo, dejándome impresionada.

-ahi estas-dije-el amuleto de falashure,es amuleto es el vinculo del demonio javna con este mundo

- ¿Y qué tengo que hacer con él, ahora que sé que es un vínculo de un demonio y que lo pueden usar contra mí? ¿Destruirlo? ¿Ocultarlo? ¿O hay alguna otra alternativa? Si se pudiera al menos eliminar ese vínculo... - agregué pensativa, pues el colgante me gustaba mucho y se había convertido con los años en uno de mis signos de identidad. Me dolería perderlo, aunque estaba dispuesta si no había otra alternativa que garantizase seguridad.

-esperar-dije-hay que esperar que javna resucite y destruirlo con la mano de fatima para desterrarlo de nuevo y asi destruir vuestro vinculo

- De acuerdo, esperar es algo que puedo hacer. - al menos mientras me mantuviera ocupada y evitara pensar en ello no tendría el más mínimo problema en ello. - ¿Y se sabe algo de cuándo va a resucitar o por el momento será una fecha indeterminada y habrá que adivinarlo por signos que lo presagien? - pregunté ya más interesada en el asunto. Si podía ayudar a destruirle me suponía más ventajas que no hacerlo.

-eres bastante curiosa sabes, esta bien para que javna resucite faltan al menos una luna llena, en menors de 12 dias resucitara, pero no te buscara inmediatamente necesia alimentarse primero para poder rastrearte

- Gracias, supongo. - contesté a su extraño halago. No sabía, de hecho, si tomármelo como tal o como reproche. - Entonces me alegra saber que dispongo de un plazo de tiempo razonable para prepararme contra él. Es bueno saber que no irá primero contra mí, eso da ventaja a la hora de esbozar un plan. ¿Cuanto con tu ayuda contra él, Neliel? - pregunté esperando que la respuesta fuera afirmativa.

-eso no se pregunta-dije-javna es un demonio y mi trabajo es acabar con todos y cada uno de los seres demoniacos

- Muchas gracias, entonces. - Le respondí con una sonrisa de agradecimiento verídico. Sabía que con demonios de ese nivel no podría yo sola ni aunque quisiera, por lo que tenerla a ella como ayuda podría resultar hasta bueno para mí. Podría aprender bastante de ella, y oportunidades como esas no se dan demasiadas en la vida. Miré el reloj y vi que se empezaba a hacer tarde, además de que me estaba empezando a entrar hambre. - Bueno, Neliel, ha sido un gusto conocerte y saber algo más acerca de mi futuro, pero tengo que irme. Ya sabes, necesidades humanas. - le dije sonriendo. Ella asintió y se despidió escuetamente, yéndose como había venido. Yo sacudí la cabeza y me levanté del banco para irme a comer, que ya lo iba necesitando.

OFF: TEMA CERRADO