Riot in Everyone (Ruth)

No podía evitar gemir, aún mordiendo su hombro, lamiéndolo, besando su piel, manteniendo mi boca ocupada continuamente, los gemidos seguían saliendo precipitadamente de mis labios sin ningún reparo, jamás hubiera pensado que me encontraría en una situación similar, teniendo ese tipo de relaciones sexuales, pero para negarlo, me encantaba, me volvía absolutamente loca, todo lo que hacía, y sobre todo me ponía a mil, que me mordiera, que me hiciera sangre, tendría que haber salido corriendo verdad? Pues todo lo contrario, aunque mi mente lo intentase negar, mi cuerpo le dejaba bien claro, que me encantaba, y que quería más y más, se movía en mi interior con rapidez, sacándome a la fuerza todo tipo de sonidos de placer, y también haciéndome arañarle sin pensarle, morderle y besarle desesperadamente, me mordió el cuello, gemí, y aferre mi mano a su cabello, enredándola en este, y masajeándole la cabeza, cada vez aumentaba mas el ritmo, haciéndome descender a un terreno prohibido, y jamás adentrado, almenos no hasta ahora.
De repente caímos al suelo, el se golpeó contra algo que no pude ver lo que era, aunque tampoco me importó, quede sobre él y me dedique a besar su pecho, y a morderlo con intensidad, mientras notaba como volvía a rodar para quedar sobre mí de nuevo, de repente me embistió con toda su fuerza, mientras tomaba mis rodillas, escuche su gruñido de placer, me mordí el labio inferior con fuerza, haciéndome sangre, pero no me importó, salió de mi interior, le mire sin entender nada, de repente me giro sobre mí misma, dejándome a cuatro patas, me apoye con las manos al sofá y notando como volvía a entrar en mi, gemí todavía más fuerte, cuando note como acariciaba mis pechos, los agarraba, y me hacia estremecerme, pellizcando mis duros pezones, y moviéndose con rapidez, notando como mi cuerpo empezaba a hacer pequeñas convulsiones junto al suyo, llegando próximamente al clímax, pero sin ganas de parar, deseándole como nunca jamás… deseando más…y que aquello no tuviera final..

Agarraba sus pechos quizá con demasiada fuerza, clavando mis uñas en ellos mientras la penetraba nuevamente y notaba como, por sus gemidos, ella estaba próxima al orgasmo... Sin palabras, me pedía que no parara, que continuara y que fuera más rápido... Eso hice y sus gemidos aumentaron, mientras mis manos estaban agarradas a sus pechos y entretenidas con sus pezones, notaba como yo también estaba a punto de llegar al clímax y me moví con mucha más fuerza y violencia dentro de ella hasta que soltó un gemido que casi fue un grito y no pude aguantarlo más, notaba el cosquilleo descender mor mi estomago y me moví rápidamente mientras notaba como mi pene palpitaba dentro de ella, sus fluidos empapaban mi pene y nuestra temperatura era tan elevada que era casi imposible no quemarnos al tocarnos. Entonces me corrí dentro de ella soltando un gemido que no pude reprimir y moviéndome un poco más en su interior hasta salir completamente de ella que se tumbó boca arriba en el suelo. En apenas unos segundos recuperé el aliento y vi que en sus labios habían restos de sangre, me incliné y la besé, lamiendo sus labios con avidez y al separarme sonriendole. ¿Acaso pensaba que ya había acabado con ella? Pobre ilusa. Observé como le había dejado unas pequeñas marcan alrededor de sus pechos y me incliné, lamiéndolas esperando que de alguna de ellas saliera sangre aunque no hubo suerte pero aún así me recreé de nuevo en sus pechos, era mi parte favorita de la mujer y se notaba, los acaricié y los besé, sin olvidarme de morderlos mientras notaba como ella enredaba sus manos en mi cabello... ¿Acaso quería pararme? Me separé un poco de ella y volví a subir lentamente hasta su rostro, quedando frente a frente, una sonrisa pícara se dibujó en mis labios.

-La muerte no resulta ahora tan mala idea, ¿Verdad? - pregunté con un tono seductor. - He dicho que quería matarte pero... No he dicho como. - me mordí el labio inferior. La estaba retando porque se había portado tan bien que no pensaba matarla... Aunque aún no habíamos terminado así que no tenía demasiado claro que podría pasar al final de la noche... Había una cosa en ella que me encantaba: No me tenía miedo. Y eso era bueno para ambos, así ella disfrutaría y yo podría aprovecharme para hacer lo que quisiera... En el momento en el que se resistiera no dudaría y la mataría... Era así de sencillo. - ¿Qué te parecería...Probar cosas nuevas? - de nuevo aquella sonrisa llena de picardia mientras mis manos se deslizaban por su cuerpo y lo recorrían dejandole arañazos y marcas hasta llegar a su trasero y apretarlo.

Agarraba mis pechos con una fuerza descomunal, haciéndome gritar de dolor y placer, en alguna ocasión lleve mis manos sobre las suyas, sin ninguna intención de retirarlas al contrario, obligándole a tomar mis pechos con mas fuerzas, sin poder evitar gemir, notando sus uñas, y como seguía penetrándome con rapidez, no podía mirarle, ni resistirme al placer que me daba, mis gemidos y movimientos, le pedían mas y mas, el cuerpo es sabio, pensé mientras notaba como él se movía con más fuerza, incluso con violencia, embistiéndome, haciendo que nuestros cuerpos sudorosos, y próximos al orgasmo, chocaran sin piedad, de repente note como no podía aguantar más, grite su nombre “Sikki” creía recordar, que me había comentado que podía llamarle así, y así lo hice, grite su nombre sin poder evitarlo, no lo había nombrado, en todo el rato, hasta ese momento, note como mis fluidos descendían por su zona, sin reparo, emanando como si no tuvieran fin, toda la excitación contenida, finalmente note como él se corría en mí, gemí a su par, encantada por esa sensación, cálida y abrumadora, siguió moviéndose un poco más, hasta que finalmente salió, me tumbe boca arriba para poder mirarle, en realidad quería más, pero necesitaba respirar un poco, lleve un dedo a mi boca, aún jadeante, y lo mordí con suavidad, mirándole, por un momento me sentí cohibida, y presa de sus “encantos” o cómo quisieras llamarlo.. El no tardo ni un minuto en recuperarse, vi como miraba mis labios y se inclino, para besarme, saque el dedo de mi boca, y le correspondí con gusto, intentando recuperar el aliento, se separó sonriendo, después note como miraba mis pechos, de nuevo se aferro a ellos, para lamerlos otra vez, recreándose en ellos, besándolos, incluso mordiéndolos, haciéndome arquear de nuevo la espalda, y jadear, enrede mis manos en su cabello, acariciándolo, aunque en realidad lo paraban un poco, más que nada por la necesidad de calmarme un poco, nada más lejos de querer parar.

Volvió a subir y vi como sonreía, le mire con interés, me comento que ahora la muerte no resultaba tan mala idea, sonreí y susurre entrecortadamente -Nunca dije que lo fuera, de lo contrario no estaría contigo- admití mirándole, después comentó que quería matarme pero no como, solo sonreí, viendo como se mordía el labio inferior, que aquello hizo que me encendiera de nuevo, que mi cuerpo, se preparara de nuevo, para lo que pudiera llegar, me comento que, que me parecía, probar cosas nuevas, no pude evitar sonreír de nuevo de manera picara, y notar como sus manos arañaban mi cuerpo, cerré los ojos por un momento, notando como el final de su recorrido fue mi trasero, el cual apretó, abrí de nuevo los ojos, me precipite a sus labios y los bese con lujuria, después descendí mis manos por todo su cuerpo, intensamente, pasando incluso por su zona, sin ningún reparo, si se pensaba que no podía más estaba muy equivocado...

Me había sorprendido gratamente que cuando llegó al clímax y gimió pronunciara mi nomre... Mi verdadero nombre no el de Nikki. Oírlo pronunciado de aquella manera, como un gemido de placer me excitó más y me dio ideas, me recordó cosas que hacía mucho tiempo que no ponía en práctica y aquello no podía ser... No, el maldito Nikki me había tenido encerrado durante demasiado tiempo y las consecuencias de aquello eran una sed insaciable de sangre y sexo... Y sin duda, diversión! Cuando apreté con fuerza su trasero, ella abrió los ojos de golpe y se me lanzó a los labios, como animándome a hacer lo que tenía en mente, pero no.. Quizá después, le devolví el beso de aquella brutal manera que solo yo sabía y al separarme le eché un vistazo a la mesa, llena de botellas y esbocé una media sonrisa, me incliné besandole y mordiéndole todo el cuerpo desde sus labios hasta su entrepierna, dejandole unas feas marcas rojas de mordisco que no se irían en un tiempo, volví a subir y le sonreí de forma misteriosa, me levanté y busqué mi camiseta, la rompí y con uno de los trozos le vendé los ojos para que aquello fuera aún mejor. Saqué un cuchillo que tenía escondido en una de mis botas y empecé a recorrer todo su cuerpo con el filo, acariciándolo y haciendo que notara el frío tacto del acero sobre su piel. Noté como su expresión cambiaba y por un momento pude ver algo de dudas y quizá miedo reflejados en su cara. Sonreí ampliamente y volví a ponerme sobre ella, calentando su cuerpo con el mio, que seguía ardiendo.

-Adivina adivinanza... - le susurré al oído. - ¿Qué tengo en mis manos?

Empecé a apretar la hoja del cuchillo contra su piel haciéndole sangre y cortes por el cuerpo, cada vez que había una nueva herida pasaba mi lengua por ella, lamiendo su sangre y emitiendo sonidos de placer. Cuando tenía cortes repartidos por todo el cuerpo, no demasiado profundos y de los que ya no salía sangre lancé el cuchillo al suelo, lejos de nosotros y en medio del silencio que había ahora en la habitación se escuchó un gran estruendo de metal al golpear el suelo. Ruth tenía la respiración entrecortada, alargué una mano y cogí una de la botellas. La acerqué a mi dejándola preparada y la cogí por las muñecas apretándolas y poniéndolas sobre su cabeza mientras pegaba mi cuerpo al suyo y le besaba en el cuelo, le mordía la oreja, otro beso en la mejilla y uno más en los labios.

-¿Te ha gustado eso preciosa? - pregunté en un susurro con una voz tan grave que casi ni se escuchó. - Pues eso era un aperitivo... Aún hay más!

Cogí sus dos muñecas con una de mis manos y con otra descendí por su cuerpo, arañandola y acariciándola a la vez, deteniéndome en sus pechos, para acariciarlos, apretarlos y pellizcarle los pezones, volví a descender y de nuevo mi mano acabó en su entrepierna, masajeandole el clítoris lenta y pausadamente, haciendo que se desesperara, que se excitara y que ella misma fuera la que me pudiera más... No tardó demasiado en gemir y en mover su pelvis contra mis dedos de una forma casi violenta, sonreí, no tuvo que pedirlo demasiado porque enseguida aumenté el ritmo de mis caricias y empecé a juguetear con su clítoris de nuevo y cada vez más rápido notando como poco a poco iba humedeciéndose cada vez más y más, entonces, en apenas un momento quité mi mano y agarré la botella y sin previo aviso la introduje en ella, por la parte del cuello, haciendo que gimiera de forma lastimosa y entonces empecé a mover la botella dentro de ella cada vez más y más rápido dándome cuenta como cada vez entraba hasta más abajo y comprobando como sus fluidos descendían por ella hasta manchar la mano con la que la sujetaba...

Lo quisiera admitir, o no me estaba gustando todo aquello, cosa que me asustaba, porque no tenía nada que ver conmigo, y con todo lo que había hecho y lo que era con anterioridad, aquello no iba a cambiarme seguiría siendo la misma, pero joder! No podía negar que me encantaba esa mezcla de sensaciones que me estaba haciendo descubrir Nikki, extraño sí, pero como todo me era bastante igual, probablemente después de aquella noche, acabaría o bien muerta, o no volvería a verle así que, me era igual, mi final… no tenía pensado como sería, pero aunque sonará, típico había probado cosas nuevas, había experimentado, en este ultimo tiempo, había hecho más que en toda mi vida, y después de esta sesión, igual me podía morir tranquila y todo, quien sabia… cuando apretó mi trasero y yo salí de mis pensamientos y me precipite a besarle con lujuria, y rudeza, el me correspondió de la misma manera, incluso muchísimo más duro, la verdad es que nunc ame había besado así y no estaba mal, daba cierto morbo que no podías conseguir con un beso típico, se separo y miro las botellas, le mire con la cabeza ladeada, en realidad no sabía que pensaba, y quizás me daba un poco de.. precaución, quizás esa era la palabra, hubiera querido tener cierta cautela, por lo que hiciera a continuación, pero mi parte racional, parecía haberse ido de vacaciones, así que me limite a sonreírle de manera picara, vi su sonrisa misteriosa, me encogí de hombros y vi que tomaba su camiseta, y la rompía, ups! Alguien se iría a casa sin camiseta, dudaba que le importara.

De repente note que tomaba como una larga tira de ella y me vendaba los ojos, lo dicho, no tenía miedo, jamás lo tenía por cualquier cosa, aunque supiera que él era peligroso, mi respiración era un poco descontrolada y de repente note, algo frío y metálico sobre mi piel, por todo mi cuerpo, no pude evitar pensar que era eso, y que quería hacer, pero cuando note de nuevo que se posaba sobre mí, decidí de nuevo dejar de pensar, cuando me susurró aquello al oído mi cuerpo se contorsiono debajo del cuchillo, note como cortaba mi piel y después pasaba la lengua, aquello tendría que haberme hecho ver que era mejor salir de allí, pues no gemí, y apreté mi cuerpo contra el suyo y en consecuencia con el filo del cuchillo, de repente se escucho un estruendo metálico de algo que caía sobre el suelo, mi cuerpo se estremeció ante tal ruido, además no podía ver que era, pero ya no notaba el metal sobre mi piel.

Tomo mis muñecas dejándolas por encima de mi cabeza, no sabía bien porque pero esa situación me excitaba, en gran medida, note como su cuerpo se arrimaba al mío, jadee y me beso en el cuello, mordió mi oído, los labios… después dio un susurro en mi oído, lo dijo de una manera que no pude evitar excitarme, no entendía que me pasaba, pero me estaba encantando todo lo que hacía, incluso cuando me cortaba, o me mordía, dolor? Lógicamente lo sentía pero el placer era mayor, almenos eso me parecía a mí… note como de nuevo descendía por mi cuerpo con una mano, arañándome y acariciándome, se volvió a centrar durante unos instantes en mis pechos, parecía ser una parte de la mujer que le gustaba mucho, porque siempre se recreaba un buen rato en ellos, y a decir verdad, era genial, cuando note su mano de nuevo en mi zona, no pude reprimir un gemido, no tenía nada que poderme llevar a la boca, no dije nada, pero mi cuerpo, contorsionándose, chocando contra su mano, ya pedía bastante, sin necesidad de hablar, necesitaba más, joder mucho mas, mis caderas se movían contra su mano violentamente, reclamando mas y él se dio cuenta, enseguida, de repente note que su mano se apartaba, emití un pequeño gruñido y note algo frio que se precipitaba en mi interior, aullé de dolor y placer, note como movía lo que fuera.. pensé que podía ser al notar cómo se movía y como mi humedad descendía por ella caí en la cuenta, una botella? Gemí desesperadamente, notando la rapidez con la que Nikki la movía en mí.

Aquel gemido que soltó al introducirle la botella, mezcla de dolor y de placer, me hizo sonreír. Ella no podía evitar sentirse excitada y moverse contra la botella, hacer que se metiera mucho más en su interior, pronto noté como gimió con desesperación, intentó dejar de moverse, intentó no gemir más mordiéndose el labio inferior, hacía todo lo posible por intentar no que aquello no le resultara placentero pero era evidente que no podía conseguirlo y menos aún con la rapidez que hacia entrar y salir de ella la botella, joder si mi mano estaba empapada con sus fluidos, ¿Y pretendía hacerme creer a mi o a si misma que aquello no le estaba produciendo placer? Solté una sonora y aterradora carcajada por aquello pero en ningún momento solté la botella, joder estaba a punto de llegar al clímax, arqueó la espalda en un movimiento imposible y soltó un gemido, moví más y más rápido la botella en su interior y entonces se corrió de nuevo soltando otro gemido casi más brutal que el primero. Saqué la botella d su interior, que ahora estaba pringosa y volví a subir hacia ella, pasé la mano manchada con sus fluidos por sus labios esperando a que abriera la boca, desesperado enterré mi cabeza en su cuello y la volví a morder con fuerza, uno, dos, tres mordiscos y continué mordiéndola sin parar intercalando los mordiscos con chupetones, dejandole unas marcas moradas y enormes en el cuello y haciéndole pequeñas heridas en las que salía algo de sangre pero muy poca, aún así lamí su cuello intentando conseguir toda la sangre posible, de nuevo acaricié sus labios con mi mano y ella no pudo evitarlo y empezó a lamer mis dedos haciendo que me estremeciera, joder podía darle otra cosa para chupar... ¿Pero qué coño...? Iba a hacerlo! Me puse sobre ella apoyando mis rodillas a ambos lados de su cuerpo a la altura de sus pechos e hice que se inclinara un poco, entonces empecé a acariciar sus pachos con mi pene, notando como cabía perfectamente entre ellos, solté un gemido involuntario de placer al sentir el calor de sus pechos envolviendo mi miembro... No hizo falta que hiciera mucho más, ya que ella misma se soltó de mi mano y, a ciegas, buscó con sus manos mi pene y empezó a acariciarlo y masajearlo, masturbándome y haciéndome cerrar los ojos por un momento, abandonándome al placer que me estaba produciendo. Bajo su contacto mi miembro se iba poniendo más y más duro y cada vez me masturbaba más rápido, subía y bajaba su mano por mi miembro sin parar y finalmente llevó su boca hacia él y empezó a lamerlo, al notar el contacto de su lengua con mi pene solté un gemido, joder, aquello se le daba bastante bien... Me quedé allí y me dejé hacer mientras ella seguía con los ojos cubiertos por el trozo de tela, le cogí del pelo y empecé a dictarle el ritmo, acercándola y alejándola de mi miembro que se metía y se sacaba de la boca cada vez más rápido, lamiéndolo e incluso besándolo... No podía evitar soltar gemidos de placer de vez en cuando, la verdad era que aquello estaba valiendo la pena y por nada del mundo iba a dejar que parara... Al menos no hasta que acabara.

Joder es que no podía evitar sentirme excitada de aquella manera, jamás había pensando que me meterían una botella, por dios! ¿En que estaba pensando? Pero lo cierto es que no podía evitarlo y me ponía increíblemente cachonda, con todas sus letras, acabé mordiéndome el labio inferior casi partiéndolo por la mitad, pero por suerte no pasó, mis caderas se movían en busca de la botella, cada vez que Nikki la sacaba de mi interior, aunque era un movimiento bastante inútil, pues la movía con tal rapidez que apenas me daba cuenta de si entraba y salía, solo me daba cuenta del placer que me producía, uno de los momentos intente liberar uno de mis brazos, pero me fue imposible, cada vez notaba el cristal más caliente, y chorreando, si en algún momento había querido, disimular todo lo que me producía era imposible, más obvio imposible, y lo cierto es que me daba rabia ser tan predecible, escuche su carcajada e intente no moverme por un momento, vaya se estaba divirtiendo, pero no estaba segura de quien se divertía mas, pues esto le producía placer a él? No estaba del todo segura, lo que si notaba es que cada vez estaba más próxima de llegar al clímax, gemí de manera estridente, y después cuando el movió la botella más rápido todavía, no pude evitarlo y llegue al orgasmo, arqueando la espalda, como jamás antes, creando un ángulo poco saludable con mi cuerpo y pegando un brutal chillido de placer, notando todo mi cuerpo acalorado, sobre todo notaba como ciertas partes de mi cuero ardían, note como sacaba la botella de mi, incluso yo la notaba viscosa, jadee, note como subía por mi cuerpo, y de repente su mano totalmente mojada en mis labios, trague saliva e intente hacer caso omisa a ella, pero.. dios me apetecía lamerla, empezó a besar, morder y lamer mi cuello, jadee de nuevo abriendo mi boca y haciendo que su mano entrara en ella, no pude evitarlo, me sentía aún muy excitada empecé a lamer sus dedos húmedos notando mi sabor y olor en ellos.
De repente note como se separaba un poco y subía su cuerpo más hacia el mío sentándose sobre prácticamente, mis pechos, un poco más abajo tal vez, note como me inclinaba, a lo cual no puse objeción y después su pene acarició mis pechos, me mordí el labio inferior, di un tirón firme de sus manos y las descendí hasta su pene, acariciándolo a ciegas, delicadamente, para después empezar a masturbarlo con rapidez, notaba como se endurecía rápidamente, y mis caricias se hicieron más intensas, así que sin pensarlo dos veces llevé mi boca a él, y empecé a besarlo a ciegas, para después lamerlo e introducirlo en mi boca, rodeando su punta con mi lengua haciendo una delicada presión en ella de vez en cuando, mientras que mis manos seguían masajeándolo, todavía no veía nada, y dudaba que él me quitara la tela de los ojos, pero lo cierto es que ahora estaba demasiado concentrada en darle placer a él, como para preocuparme de otra cosa, escuche su gemido, y sonreí cuando empezó a tomarme del cabello para dictarme un ritmo todavía más rápido en alguna ocasión, mordisquee su miembro con suavidad para después lamerlo mucho más rápido, seguía gimiendo cada vez mas evidentemente, aquello me gustaba, seguí introduciendo su miembro en mi boca, cada vez más adentro y más intensamente, era una extraña posición, estuve de aquella manera durante un rato bastante largo después lo saque mi boca, sin importarme si quería o no, y lo coloque entre mis pechos, masturbándolo con ellos, apretando mis pechos contra su pene y moviéndolos para darle placer, estaba segura de que estaba próximo al orgasmo y quería probar algo nuevo, y aquello me parecía interesante, quería saber si le gustaba…

No podía evitar gemir de placer y cada vez que lo hacía ella aumentaba el ritmo, me mordía o incluso lamía con especial cuidado la punta de mi pene, joder! cada vez que me mordía gemía, me encantaba aquello, más que dolor, el placer que me producía era jodidamente indescriptible y ella lo sabía, disfrutaba masturbándome y lamiendo de aquella manera que me estaba volviendo loco. De repente y sin avisar, sin venir a cuento, alejó sus labios de mi pene y solté un gruñido de queja, sin saber qué estaba haciendo, seguía masturbándome y moviendo sus manos rápidamente pero aquello no se podía comparar en nada a como era cuando me lamía o incluso cuando me mordía... Cogió mi miembro y lo puso entre sus pechos, los apretó contra mi pene y empezó a moverlos hacia arriba y hacia abajo masturbándome con ellos y haciéndome soltar un gemido, ahora yo empecé a moverme contra ellos sintiendo la calidez de sus pechos envolviéndome sintiendo su piel contra mi piel... Empecé a notar un cosquilleo descender por el estómago hacia abajo y empecé a moverme mucho más rápido contra ella, puse mis manos sobre las suyas, agarrando sus pechos con fuerza y moviendolos a la vez que movía mi pene, apretándolos contra mi cuerpo con fuerza y empecé a respirar entrecortadamente notando como estaba a punto de llegar al clímax, estaba gimiendo sin poder parar, necesitaba morder algo, pero no tenía anda a mano. Entonces gemí y me corrí en sus pechos notando como aquel cálido fluido descendía por ellos y la manchaba saqué mi pene de ahí y me tumbé sobre ella, empecé a lamer sus pechos, notando mi propio sabor en ellos, me daba igual, le mordí los pechos con fuerza, le dejé marcas los pezones amoratados y ella seguía gimiendo entonces, alguien habló junto a nosotros, alcé la cabeza y observé a un maldito gordo con droga en la mano que acababa de entrar por la puta cortina interrumpiendo nuestro momento. Instintivamente me puse a gruñir y sin más, mis ojos se volvieron negros, salté hacia él lo tiré al suelo, Ruth no sabía que leches estaba pasando así que se quitó la tela que cubría sus ojos, lo que encontró al abrirlos fue a mi, desnudo sobre aquel hombre, con los ojos completamente negros, acuchillandole una y otra vez, abriéndole en canal y sacando sus vísceras, esparciéndolas por todo el lugar, no podía evitar reírme de forma maliciosa mientras lo hacía, la imagen debía ser horrible para cualquier persona normal, para mi era, simplemente perfecta, era lo único que me faltaba, una muerte. Estaba manchado de sudor y de sangre por todo el cuerpo lleno de fluidos de Ruth y propios, desmembré al tipo sin necesidad del cuchillo simplemente estiré de sus extremidades con todas mis fuerzas y se las arranché del cuerpo dejando piernas, brazos y cabeza separados del torso, empecé a lamer la sangre que tenía en las manos deleitándome con su maravilloso sabor, cogí el cuchillo y empecé a lamerlo también, cortándome en la lengua y bebiendo mi propia sangre.

-¿Qué pasa, preciosa? ¿Nunca has visto un muerto? - esbocé una media sonrisa, mis ojos seguían siendo negros. Ella parecía asustada, esta vez de verdad. - ¿Sabes? Creo que te mereces vivir... Aunque creo que te voy a dejar decidir a ti... - me levanté y me volví a poner sobre ella cogiéndole por las muñecas otra vez y manchandola de sangre, le besé el cuello y de nuevo en los labios, introduciendo mi lengua en su boca y jugueteando en ella llegando tan al fondo como me fue posible después de un buen rato, haciendo que bebiera mi propia sangre. Me separé de ella con una sonrisa. - ¿Y bien, preciosa...? ¿Qué será? ¿Vivir...o morir?

Cuando deje de lamer su miembro tal y como esperaba gruñó prácticamente como un animal, no le gustaba que le dejaran a medias no pude evitar sonreír y seguir a lo mío esta vez con mis pechos, al empezar a hacerlo no tardó en soltar otro gemido, lo cual me hizo sonreír, entonces estaba bien, me esmere en mi cometido, masturbándole con mis pechos, notando como incluso el empezaba a moverse contra mis senos, y al cabo de un rato incluso, coloco sus manos, sobre las mías, ayudándome, y note como finalmente se corría sobre mis pechos, notando un liquido caliente sobre ellos, aquello me gustó, a decir verdad, se tumbó sobre mí y empezó a lamer mis pechos, saboreando su propio jugo, me mordió los con fuerza, gemí, y deslice mis ojos hasta estos, viendo que habían quedado amoratados, aunque poco me importó, de repente escuche una voz, alcé la cabeza casi al mismo tiempo que Nikki, con la diferencia de que seguía con los ojos vendados y no veía nada, y emití un pequeño gruñido -Que mierda?- me queje entonces note como Nikki salía de encima de mí, sin entender nada, me incorpore y me saque la tela de los ojos viéndole sobre el gordo y como le tiraba al suelo, me quede quieta mirándoles sin saber qué hacer, desde luego no me puse a chillar, pues eso me parecía muy molesto, incluso para hacerlo yo misma, de repente vi sus ojos negros, apreté una mano contra el sofá, sin poder creer lo que estaba viendo, empezó a acuchillar al gordo, después lo abrió en canal y para mi horror, empezó a esparcir sus vísceras por toda la estancia, seguidamente se empezó a reír, con una carcajada horrorosa, me eche un poco hacia atrás, topándome con el respaldo del sofá, en realidad pánico no acababa de tener, un poco de miedo si , de acuerdo loca estaba, pero dios! No tanto como para no sentir algo de miedo por esa escena, aunque en realidad lo que más sentía eran náuseas y asqueada, más que nada era eso, jamás había visto una escena de tal calibre y era absolutamente asqueroso, más allá del miedo, que eso me parecía secundario, no se quedo ahí sino que empezó a arrancarle las extremidades con una fuerza descomunal, alomejor.. algo así me deparaba a mí… trague saliva con fuerza, obligándome a respirar, que parecía olvidado ya, y me faltaba el aire, vi como lamía el cuchillo lleno de sangre, y se cortaba su propia lengua, después cuando me pregunto si nunca había visto un muerto, me quede extremadamente quieta, deseando que se fuera, dijo que creía que merecía vivir y que iba a dejar decidirme a mí, se puso de nuevo sobre mí, desvié mi mirada, tomo de nuevo mis muñecas, no sabía qué hacer, cuando volvió a besar mi cuello, notaba la sangre del gordo manchando mi cuerpo, desvié mi mirada asqueada, cerré los ojos intentando calmarme, volvió a besar mis labios, e introducir su lengua en mi boca, jadee entre sus labios, y no pude evitar corresponder a sus besos, lo que había visto.. era.. horrible, pero él no dejaba de excitarme, me odiaba a mi misma por ello, notaba su sangre mezclarse con nuestras salivas, y sin poder evitarlo me la tragaba, no me gustaba su sabor metálico, pero mezclado con nuestros fluidos no acababa de estar mal, a decir verdad, después de un rato se separó con una sonrisa, arquee mi espalda y jadee, le mire y susurre -Dejaras que me vaya..?- pregunte , ya que me parecía muy extraño que lo hiciera sin más, ahora sí que creía que lo mejor era irse, si me lo permitía claro estaba…