El encuentro (Vane, Cath)

No faltaba mucho para la hora que habían fijado, así que después de dejar la hemeroteca Vanessa y yo nos dirigimos directamente al parque. Ella estaba nerviosa, se le notaba bastante, pero era algo normal teniendo en cuenta que estaba a punto de encontrarse por primera vez con su hermana gemela. Además, tal vez le estaba dando vueltas a lo del beso, pensando qué era lo que había querido hacer yo con ese beso. Quizás no había sido una buena idea bersarla en estas circunstancias, pero no me arrepentía de haberlo hecho. Tan solo sentía el causarle más dudas y preocupaciones en un momento en el que ya las tenía ella sola de sobra.

Le apreté suavemente la mano para transmitirle todo mi apoyo cuando llegamos al lugar dela cita. En cualquier otra circunstancia, estaría mirando nerviosamente a mi alrededor, preguntándome qué aspecto iba a tener su hermana, pero sabiendo que eran gemelas me hacía una idea bastante aproximada.

-Tranquila, todo va a ir bien -le prometí en un susurro, mientras aguardábamos.

Espere con Sam que igual estaría pensando en lo que paso en el hemeroteca-gracias por todo lo que haces por mi Sam - no me arrepiento de volver a besar esos labios, aunque en el fondo tenia miedo de que me hiciera daño o de que algo pasara o de una ilusión a mi edad eso ya no se vive, no porque cuando has pasado por tantas malas experiencias aprendes de algo de ello es: “ a desconfiar un poco más” ¿y porque no me pasa con Sam? Con Sam es diferente es distinto al resto es especial dulce lo que una mujer desea estos momentos, y eso…….me daba miedo de que solo sea “un beso nada mas” ahí ¿Cómo puedo estar pensando esto, mientras mi hermana?
-Mi hermana –

Apreté la mano un poco de Sam sentí mi corazón palpitar rápido creía que se me iba a salir del corazón cuando la vi, era mi vivo reflejo mi viva imagen era tan extraño, como….si tuvieras un espejo delante estuviera devolviéndote tu reflejo – eres tú –me acerco a mi hermana aun mirándole a los ojos – eres como yo –sonrío muy nerviosa- quiero decir….que Woo no se que decir-miro a Sam me muerdo el labio- como decir esto….-Catherine soy…..-tanto cuesta decir las palabras tanto me cuesta decirle “ soy tu hermana “ respire hondo para tranquilizar los nervios que tenia acumulados diciendo –soy tu hermana -

Últimamente todo estaba del revés para mí, me habían pasado tantas cosas que no sabía qué iba a ser lo próximo. Primero el asesinato de mi familia, el cambio de hogar, el mundo sobrenatural que se había abierto ante mí a raíz de todo aquello, la muerte de Jeremy, la terrible confesión de Odette... Todo eso me había dejado una marca profunda, imborrable. Pero nunca, ni siquiera en mis más extraños sueños, hubiese imaginado que iba a pasar aquello.

Una hermana. Tenía otra hermana. Al oír aquellas palabras al otro lado de la línea, mi primera reacción había sido la de pensar que era un error, una mentira o una trampa. Pero pronto, algo en mi interior me dijo que no era nada de eso. Que era cierto, que ella era mi hermana. De repente, sentí que toda la maraña de sentimientos que se habían ido acumulando en mi interior estallaban, convirtiéndose en sollozos.

Quedamos en vernos un rato despues, en el parque del pueblo. Los nervios me mordían por dentro cuando me dirigí a su encuentro. ¿Cómo sería ella? ¿Cómo reaccionaría al verme? Y, ¿cómo reaccionaría yo al verla?

Cuando llegué al lugar, me quedé sin aliento. Supe quién era nada más verla, estaba acompañada de un chico muy alto de rostro dulce, que le sostenía la mano para calmar sus nervios. Yo no tenía a nadie que me tranquilizase, pero me arreglé como pude. Caminé hacia ella como en un sueño. Era extraño, era como tener un espejo delante de mí, como ver a Christine de nuevo.

Se acercó a mi, los ojos clavados en los míos. Tartamudeó, sin saber qué decir. Yo tampoco lo sabía, no era capaz de pronunciar las palabras mágicas.

-Vanessa... -murmuré.

Aguardamos a que ella llegase, mi mano estrechando la suya para ayudarla a tranquilizarse. Le sonreí cariñosamente cuando me habló.

-No es nada, Vane -murmuré.- Tú harías lo mismo por mi, a fin de cuentas.

Le apreté la mano al sentir su nerviosismo, notando en su mirada que no solo el encuentro presente la estaba inquietando. Sabía que estaba pensando en el beso, en lo que podía significar y lo que no, en si yo me arrepentía de haberlo hecho o no... Pero no era momento de sacar el tema. Ya lo hablaríamos en otro momento, más tarde.

Entonces ella apareció. Acudió sola, al otro lado del parque, buscando con la mirada. Tenía un rostro idéntico al de Vanessa, eran como dos gotas de agua. No era la primera vez que veía gemelos, pero ésto era diferente. Se parecían demasiado, ambas tenían aquel aire de... no sabría decirlo con exactitud, pero era algo patente en Dean y en mí también, de hecho en todos los cazadores que conocía.

-¿Ella también...? -murmuré, para mí.

Se acercó lentamente, la mirada fija únicamente en su hermana, los ojos clavados en los de Vanessa, quien tartamudeó nerviosamente al quedar de frente. Me miró, en busca de apoyo, y yo le sonreí para darle ánimos. Catherina la miró, una profunda emoción rebosando de los ojos de ambas, y murmuró una única palabra: el nombre de su gemela.

Muchas veces en mi vida he tenido situaciones en lo que no sabía como actuar, esta es una de ellas. Me sentía atrapada en un mar de confusiones ¿era verdad? Mi vida había tomado un rumbo distinto cuando supe de la existencia de unas de mis hermanas. Estaba aterrada igual ella la vi confundida como yo éramos dos desconocidas, apenas sabíamos de la otra ahora, era el momento de poder arreglarlo, de conocer más sobre mi pasado de mi verdadera familia, ella dijo mi nombre. No pude ocultarlo por más tiempo mis sentimientos mis lagrimas salieron por si solas me acerque a mi hermana para abrazarla

-Soy yo, tu hermana, dios mío he estado esperando este momento……..yo no se que decir estoy tan sorprendida tanto como tú. Tenemos que contarnos tantas cosas, todo lo que hemos perdido podemos recuperarlo-
Ya no tenía miedo no ya ese sentimiento se fue calmando en mi interior para ser yo Vanesa la chica que no teme a nada, ni a la muerte y si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano. Mire a Sam que parece igual emocionado, le sonrío para acércame con mi hermana presentárselo.
-Esté es Sam el me ayudo a encontrarte, estuvo en los momentos que más necesitaba apoyo de alguien. Sam este es mi hermana Catherina

Asiento mirando a mi hermana como se presenta a Sam, caray que alto es Sam ahora que me fijo prácticamente soy un enana a su lado, debo decir que Sam tiene lo que una mujer quiere un hombre dulce, que la proteja cuando esta en ese momento del mes… ¿Por qué estaré pensando en esto?, claro a ver no se que decirles a ellos me siento como rara ahis debo decir algo, ahí va.
-En fin ya estamos todos, no se por donde empezar-

Mi vida estaba patas arriba desde la muerte de mis padres, y últimamente más que nunca. No era, tal vez, el mejor momento para descubrir que tenía una hermana, que para más datos era hermana gemela, de la que nunca nadie me había dicho nada. O tal vez sí que lo era, quizás era lo que estaba necesitando: una buena noticia en medio de tanta tristeza y tanta desesperación. Aunque era una buena noticia que arrastraba implicaciones no del todo buenas ya que, si Vanessa era mi hermana gemela (como de hecho había constatado) y de ella no había ninguna clase de imagen o registro en la familia, eso significaba que alguien la había dado en adopción, que la habían separado de Christine y de mi, de forma consciente y deliberada. ¿Quién había sido capaz de semejante atrocidad? ¿Y por qué?

Vi una confusión idéntica a la mía en sus ojos. Si para mí ya era difícil, ¿cuánto más lo sería para ella? Ambas lo estábamos pasando bastante mal, era una situación complicada: éramos completas extrañas la una para la otra y, sin embrago, estábamos más ligadas que la mayoría de las personas. Al menos, lo de ser extrañas tenía un remedio: empezar a conocernos ya mismo.

Durante unos instantes ninguna de las dos dijo ni hizo nada. Entonces, simultáneamente, rompimos a llorar y nos abrazamos. Fue extraño, pero me di cuenta de que las restricciones de lo que me pasaba con ella no funcionaban, al igual que con Christine.

-Lo sé...es...es extraño -murmuré, en respuesta, una vez nos separamos.- Hay muchas cosas por contar...

Vane me acercó a su acompañante, el chico que había estado sosteniendo su mano y que casi había olvidado con la emoción. Antes apenas me había fijado en él, pero ahora que lo veía me di cuenta de que lo había visto antes en algún lugar, no sabría decir dónde...

-Encantada, Sam -dije.

Miré a mi hermana, parecía tan nerviosa como yo me sentía por dentro, aunque ocultar esas cosas siempre se me ha dado bien. Sonreí dulcemente y tranquilizadora en respuesta.

-¿Qué tal si nos sentamos primero? -sugerí, señalando con la cabeza unos bancos.

Una vez instalados allí, me coloqué para mirarlos de frente a ambos.

-Bueno, tengo una pequeña noción -comenté.- ¿Qué tal si me contáis cómo me habéis encontrado?

Me había visto atrapado en situaciones muy extrañas a lo largo de toda mi vida, y aquella se incluía entre las más raras. Aunque, por otro lado, era algo agradable: pocas veces tiene uno la oportunidad de presenciar el primer encuentro de dos gemelas separadas al nacer. Teniendo en cuenta que casi siempre, las cosas fuera de lo normal que me pasaban, eran malas, ésto suponía un cambio muy positivo.

Ambas parecían haberse olvidado de mí por completo en la emoción de ver a la otra, algo totalmente normal. Tras unos instantes de duda, rompieron a llorar y se fundieron en un abrazo, lo que provocó que por mi rostro se extendiese una sonrisa. Me alegraba tanto por ellas, especialmente por Vanessa, que tal mal lo había pasado aquellos últimos tiempos...

Se acercaron a mí, para presentarme formalmente a Catherina, quien me dedicó una larga mirada escrutadora.

-Lo mismo digo, Catherina -respondí.

Vane estaba muy inquieta y nerviosa, cosa que su gemela pareció percibir. Le dedicó una sonrisa cariñosa para calmarla, y sugirió que nos fuésemos a sentar en un banco cercano. Una vez sentados, preguntó cómo la habíamos encontrado. Yo sonreí y apreté el hombro de Vanessa: era mejor que lo contase ella.

Las lagrimas resbalaba por el rostro de la joven que presiono su cuerpo con la de su hermana, de nuevo el destino las unión para no separarlas más. Dicen que el destino esta escrito por extraño que parezca es así a veces da vueltas no sabes donde va a parar o que va a pasar con tu vida, sigues atrapada en un mar de confusiones sin poder evitarlo te haces mil preguntas en tu cabeza, que algunas no son respondidas. Arrancada de mi verdadera familia ahora tras pasado tanto tiempo de nuevo estamos unidas. Le presente a Sam que parece estar presente en algo tan importante en mi vida, tan dulce tan especial como es el, apenas le conozco puedo percibir algo bueno y una luchar interior consigo mismo, si lo conozco esa sensación de lucha de luchar cada día de mi vida para seguir adelante. Salí de mis propios pensamientos algo habitual parpadeando varias - Lo siento, es que…….esto es tan - me seque las lagrimas me senté junto a mi hermana ¿Qué puedo decirte? Quiso saber como conocí a Sam, en ese momento sentí su mano en mi hombro, signo de que tenia que ser yo quien lo contara, di un pequeño suspiro
-Va aparecer una locura Cat, lo que te voy a contar ha pasado así. Unos signos de
presagios me dijeron que algo estaba ocurriendo, en estado Dakota del Sur, exactamente a Sioux Falls. Supongo que los motivos, eran validos, pero también lo eran los míos, la gente que se levantaba de las tumbas. Averiguamos mucho más tarde que era el jinete de la muerte quien causaba todo aquello. Después de aceptar en mi teoría fui a investigarlo por mi cuenta pero……no estaba sola había alguien más un ángel llamado Neliel con su ayuda logramos encontrar a muerte. El me contó la verdad sobre mi familia-miro a mi hermana preocupada - es loco muy loco bastante verdaderamente loco lo que estoy contándote. Así que -mire a Sam -el me ayudo a encontrarte gracias a el -cogo la mano de Sam - encontramos tu ubicación, te debo mucho Sam- miro a mi hermana -yo…..

Un fuerte viento despeino los cabellos de la joven un ruido como un gruñido de un animal grande. Sam o Sam ¿Por qué miras asi?, lo sabes pero no lo dices sabes de donde proviene ese ruido. Giramos nuestras cabezas hasta ver los charcos pisadas de un animal, alce mi cabeza cuando Sam dijo perros del infierno- Sam ¿Qué estas diciendo?-fruncí mi ceño aterrada no dispuesta a hacer lo que debe hacerse en este tipo de situaciones -correr-

Que equivocada estaba no me di cuenta de que Sam le agarro esa cosa invisible -No-tire de la nada de lo invisible que agarro mis propias entrañas- Sam sal corriendo-aun manchada de sangre -cubre a mi hermana- mi cuchillo me dio ventaja para que ellos se marcharan, le vi en sus ojos terror miedo no si antes de besarte para dar mi ultimo beso viva -te quiero, corre rápido yo me ocupo de ellos-


La muerte puede llegar cuando menos lo esperas un ataque al corazón, un tropiezo inesperado, la muerte nos persigues donde vallamos mi destino era ese morir ante las personas que amaba más que mi propia vida. Corri rápido donde ¿Dónde puedo ocultarme?- el restaurante- sali corriendo con todas mis fuerzas olvidandome del dolor de mi vientre. Los perros estaban dentro rodeada, entre en la cocina del restaurante encendiendo el gas -ahora mi hora- encendiendo el fósforo dejándolo caer

Autora:

Una gran explosión que acabo con la vida de la chica que creyo que se libraria de su destino, la muerte nos siguen pequeña oración de despedida

Cuando yo me muera, no quiero que nadie esté triste
Todo lo que quiero que hagais es llevar mi cuerpo a casa

Si, para que pueda morir a gusto
Si, para que pueda morir a gusto
Jesús preparará mi lecho

Ven a mí Jesús, encuentrame en el aire
Por si me fallan las alas, Señor, ven a mí con otro par

Si, para que pueda morir a gusto
Si, para que pueda morir a gusto
Jesús... alguien, alguien...
Jesus preparará mi lecho

Oh, San Pedro, a las puertas del cielo, ¿no me dejas pasar?
Nunca causé daño, nunca hice mal

Oh, Gabriel, déjame soplar la trompeta
Oh, nunca causé, nunca causé daño

Sólo fui joven una vez. Nunca pensé que le haría mal a nadie
No, ninguna vez

Oh, fui bueno con alguna gente. Bueno con alguien...
Oh, fui bueno con alguna gente. Debo haber sido bueno con alguien...

Y los veo en las calles
Y los veo en el campo
Y los oigo gritar bajo mis pies
Y sé que debe ser real
Oh, líbrame Señor
De todo el mal que he cometido
Puedes librarme, Señor
Yo sólo quería pasarlo bien

Escucha marchar a los ángeles, escúchales marchar, escúchales marchar,
Escúchales marchar, marchar