Waking the fallen (Shady)

¿Cuál es el mejor sitio para pasar un Sábado por la noche? Cualquiera diría que una discoteca, un bar, el asiento trasero de un coche, la cama... Pero en realidad lo que había que tener en cuenta era que se buscaba exactamente hacer ese Sábado por la noche. Yo no quería precisamente volverme loco bailando o ponerme un traje de mujer y salir por ahí en una carroza porque esas mierdas, obviamente, no iban conmigo. Pero, si le preguntabas a un grupo de chavales góticos o que se creían oscuros y malos por llevar pintauñas negro, eyeliner, cortes en los brazos y vestir de negro incluso en verano... Ellos te dirían que El Cementerio... BINGO! Yo no me iba a unir a ningún grupito de adolescentes que se dedicaran a hacer ritos satánicos, a jugar a la ouija o a intentar resucitar a los muertos, ni mucho menos, básicamente... Iba a darles un susto de muerte, un escarmiento, para demostrarles que con esas cosas no se jugaba y... Bueno, luego iba a matarlos lenta y dolorosamente a cada uno de ellos... Joder, me encantaba tener planes como aquel, eran exquisitos y no tenían ningún fallo! Además, había estado vigilando a aquel grupito durante un tiempo, el suficiente como para averiguar que esa noche estarían ahí. Llegué pronto, quizá demasiado y me dediqué a fumarme un cigarro mirando la luna llena, oh, si, tenía que haber luna llena, sino, sus malditas mierdas de "magia negra para principiantes" no funcionaría. No tardaron demasiado en aparecer y no se hicieron de rogar y allí estaban todos, las chicas eran jóvenes pero vestían como unas completas zorras, de esas que tenían cara de que hacían de todo con tal de que les dieras algo de droga y... Mira por donde! Yo tenía algo de droga! Sonreí para mi mismo y esperé a que comenzaran con su maldito ritual pero, entonces, algo salió mal... No estaba previsto que tuviera compañía y me giré a todos los lados esperando ver quién había por allí, no vi a nadie. Gruñí y decidí actuar antes de que nadie me quitara la diversión de la noche. Salí de entre las sombras, con los ojos completamente negros y con un cuchillo en la boca, cortándome a mi mismo en las comisuras de los labios y haciéndome sangre. Alcé los brazos y todos acabaron volando por los aires, chocando contra las lápidas y haciéndose daño en alguna parte del cuerpo, sobre todo en la espalda, empecé a matarlos sin perder mucho tiempo, clavándoles el cuchillo en el estómago y abriéndolos en canal, dedicando muy poco tiempo a saborear su sangre o deleitarme con sus miradas aterrorizadas. Quedaban apenas un par de chavales vivos cuando escuché pasos detrás de mi. Solté de nuevo un gruñido y me giré para ver quien me había interrumpido y que coño quería. Para variar, no había nadie detrás de mi... ¿Acaso estaban jugando conmigo?

-¿Quién coño eres y qué leches quieres? - le grité a la nada, en medio de la oscuridad esperando que aquella cosa se dejara ver y, al menos, me contestara... Pasaron apenas unos segundos y no recibí respuesta alguna así que, sin más, me giré y volví a levantar el cuchillo para matar a otro de los adolescentes que quedaban vivos...

Mientras bajaba el cuchillo hacia el cuerpo de aquella chica, algo ocurrió, en realidad fue demasiado rápido porque no me dio tiempo a matarla. De repente estaba solo y, al segundo siguiente, había alguien delante de mi. Me cogió por las muñecas sin hacer demasiada fuerza, solo parándome en seco e impidiendo que matara a aquella chica, alcé la mirada, cabreado, y me encontré con una chica morena de ojos claros. Alcé una ceja, estudiándola, ¿Qué leches sería? Entonces habló y sus palabras me lo dejaron bastante claro, era un vampiro... Oh, Venga, Va! ¿Un vampiro en un cementerio? ¿Enserio? Aquella chica había visto demasiado Buffy Cazavampiros porque, Joder! Era el tópico más utilizado del mundo, tanto que me hacía gracia y ni siquiera vi venir su pierna cuando me empujó y me hizo caer al suelo. Vale, en realidad la había visto pero me la sudaba. Entonces, cogió a la chica por los hombros y me miró, mierda... Me iba a quitar la diversión. Solté un bufido y miré por última vez a la chica antes de que clavara sus colmillos en ella, era guapa, sí, incluso podía habérmela tirado antes de matarla... Pero no, tenía que haber aparecido aquella maldita Elisabeth Bathory para joderme la noche. La mordió, bebió su sangre y, una vez que su corazón dejó de latir, la tiró a un lado... La chica había gritado y le había rogado a la vampiresa que la soltara que haría lo que ella quisiera... Pero no, aquella noche iba a morir, ya fuera por ella o por mi. Se relamió los labios y se giró hacia el único chaval que quedaba vivo. ¿Pensaba matarlo ella también? No, perdona, yo había llegado allí primero. Me levanté de golpe y alcé el brazo, el chaval se elevó sobre el suelo y seguía en aquel estado de shock que le hacía parecer un completo muerto viviente salvo porque en su expresión cada vez había más terror.

-Perdona, preciosa... Pero yo los he visto primero.. Así que más bien son "mi cena". - dije cuando se giró para ver que leches hacía con el chaval. Bajé el brazo de golpe y se cayó sobre una de las lápidas rompiéndose algún hueso por el CRACK! que pudimos escuchar. - Ups! - me acerqué a ella, yo también tenía sangre en la boca y me relamí cuando llegué a su lado. - Mira, podemos hacer un trato, yo lo torturo y luego tú... Acabas con él bebiéndote tu sangre... Es la mejor oferta que puedo ofrecerte... - me encogí de hombros. - La tomas o lo dejas, yo pienso matarlo de todas maneras.

La vampiresa aceptó mi propuesta y me limité a sonreír, cosa que, con la sangre de mis labios quedó algo sádico pero... Así era yo. Cruzó los brazos sobre el pecho y antes de nada pasó un dedo por mi cara, recogiendo parte de la sangre que había en ella y se lo llevó a los labios, me dijo que no le aburriera, que tenía hambre y me limité a morderme el labio inferior, Oh, no se iba a aburrir en absoluto, aquello iba a ser un espectáculo digno de contemplar... Y, si... ¿Por qué no? Seguro que al final la vampiresa acababa cachonda y todo. Se sentó sobre la lápida en la que había caído el chaval y, recogiendo el cuchillo que había quedado abandonado en el suelo me acerqué a él. Lo primero que hice fue arrancarle la aquella camiseta negra de rejilla que llevaba que me estaba molestando mucho, su cuerpo pálido y escualido daba asco así que decidí decorarlo un poco... Empecé a clavar el cuchillo en su piel haciendo pequeños dibujos, pentagramas invertidos, símbolos de mágia negra y otras tantas estupideces, aproveché para lamer toda la sangre que salía de sus heridas, el chaval se quejaba en voz baja y tuve una idea. Con el cuchillo le hice dos cortes no demasiado grandes en las comisuras de los labios, sabía por qué lo había hecho, sus ojos desorbitados me lo decían y me limité a sonreirle, ahora empezaba lo bueno... Le mordí con fuerza en el cuello clavando mis dientes todo lo que pude en su piel y haciendo que la sangre fuera directa a mi boca, saboreandola y deleitándome con su sabor... Vale, la sangre de humanos no era como la de los demonios pero... Sí podría decirse que me encantaba beberla... El chico apretó los labios con fuerza intentando no gritar de dolor y sus ojos se llenaron de lagrimas, los cerró rápidamente y empezó a moverse debajo de mi, intentando escapar. Me mordí el labio inferior, ahora venía la mejor parte de la tortura.... Hacer que gritara. Dejé el cuchillo a un lado y clavé mis uás y casi mis dedos al completo en su piel, arañándole con fuerza y levantandole la piel mientras bajaba hacia abajo por su pecho. El chaval sollozaba pero no gritaba...

-Vaya, vaya... Así que eres un hueso duro de roer, chaval... - sonreí. - Mejor para mi...

Me encogí de hombros y volví a coger el cuchillo, esta vez sabía lo que tenía que hacer para que gritara como una nena, nunca mejor dicho, bajé lentamente con el cuchillo por su pecho hasta llegar a sus pantalones, una vez en su entrepierna, le miré divertido y le guiñé un ojo, abrí muchisimo sus ojos y cuando le clavé el cuchillo soltó un alarido brutal de dolor que hizo que sus mejillas se abrieran por completo, dejando en su cara una permanente sonrisa que jamás se borraría. Me levanté de golpe y le hice un gesto con la cabeza a la vampiresa para que terminara el trabajo.

-Todo tuyo... Aunque... Date prisa, no tardará demasiado en morir... - me encogí de hombros y empecé a relamerme la sangre que tenía en los labios. - Mmmmm... Deliciosa.

Me aparté rápidamente del chaval moribundo y miré a la vampiresa, la incité a que se diera prisa y poco después de aplaudirme por mi actuación saltó sobre el chico y le abrió la yugular, la sangre empezó a brotar de él y había tanta que incluso a la vampiresa se le escapaba parte de ella, me apoyé en una de las tumbas mientras miraba sonriente el espectáculo, joder, la verdad es que todo aquello me estaba dando un hambre terrible, como quien no quiere la cosa, me giré y observé los cadáveres que había a nuestro alrededor, vale podría haberme divertido más con la mayoría de todos aquellos chavales pero, en cierto modo, la vampiresa me había jodido la juerga... Pero bueno, al menos había disfrutado con una de las torturas y... Estudié a la vampiresa mientras seguía desangrando al flacucho gótico hasta matarlo, no pude evitar relamerme y noté el sabor de la sangre en mis labios. Vale, quizá no había sido tan mala idea dejar que se alimentara. Cuando metió la mano dentro del cuerpo del chico y apretó con fuerza no pude dejar de mirar en ningún momento, toda aquella sangre, aquella vampiresa bebiéndola mientras se empapaba con ella, le daba un toque realmente sexy y yo... Era un maldito salido. Así que me encantaba. No tardó demasiado en levantarse de allí relamiéndose los labios y lamiendo la sangre que quedaba en sus dedos, el resto de la sangre descendía por su escote y me hacía que mirara descaradamente sus pechos. Habló, me felicitó por lo que había hecho y me llamó... ¿Demonio? Empecé a reírme sin poder parar dijo que estaba delicioso y se colocó el pelo. Yo seguía riéndome y me acerqué a ella, enredé una de mis manos en su pelo y la besé con pasión mientras lamía la sangre que quedaba en sus labios y los mordía, además de juguetear con mi lengua dentro de su boca. Me separé de ella mordiéndole con fuerza el labio inferior y casi haciéndole sangre.

-¿Crees que un demonio besa tan bien? - esbocé una media sonrisa. - Y bueno, vampiresa... ¿Ya has saciado toda tu sangre o tengo que conseguirte algún otro gótico de tres al cuarto para cenar? - dije a modo de broma mirándola divertido. - Si quieres... Podríamos divertirnos un rato... - dije acercándome a ella y besandole el cuello, lamiendo la sangre que descendía por él. Me separé con una enigmática sonrisa. - Por cierto... Soy... - y de nuevo aquel dilema constante de qué nombre decir. Nikki había muerto hacía tiempo, nunca más iba a volver y, aún así, seguía utilizando su nombre de vez en cuando pero ahora... No veía razones para hacerlo. - Puedes llamarme Sikki.

Había conseguido exactamente lo que esperaba con el beso: sorprenderla y lo mejor era que había sido una grata sorpresa por la cara que puso y luego, cuando empecé a lamer su cuello, no pude evitar que la sed de sangre se volviera a apoderar de mi simplemente al saborear unas cuantas gotas... No pude evitar sonreír cuando me llamó "no demonio", bueno, en teoría eso tampoco era cierto pero no me apetecía discutir con una chica tan guapa fuera vampiresa o lo que ella quisiera, estaba buenísima y eso era un hecho. Me alejé de ella con una sonrisa mientras me decía que le apetecía algún otro humano... Perfecto, así mataríamos dos pájaros de un tiro: Ella bebería la sangre de algún oro pringado con muy mala suerte y yo lo torturaría acallando así mis ansias de muerte y de sangre. Sin más la vampiresa se giró y comenzó a caminar dejándome allí, pensando y, entonces, no pude evitar quedarme medio embobado mirándole el cuelo, su cuerpo se contoneaba mientras andaba haciendo que fuera casi hipnótico... Joder, la de cosas que se me estaban pasando por la cabeza hacerle... Tragué saliva y sonreí, escuché como me preguntaba si iba con ella y obviamente lo hice sin dudar, empecé a caminar lentamente con las manos en los bolsillos sin perderme ninguno de sus movimientos... Entonces me dijo su nombre Shady, luego se giró y me dijo que era un placer conocerme... Le devolví una sonrisa llena de picardía y no dije nada más, simplemente la seguí. No sabía a donde íbamos pero no tardamos demasiado en dejar el cementerio a nuestras espaldas. El pueblo, a aquellas horas de la noche, no es que fuera muy animado que digamos y la zona del cementerio estaba más bien a las afueras y era más conocida por su mala reputación que por otra cosa. Me adelanté enseguida y me puse a su altura.

-Espero que no seas demasiado exquisita en tus gustos a la hora de beber sangre... - me encogí de hombros. - Porque ya he encontrado a tu víctima...

Sonreí y sin más me adelanté y me metí en un oscuro callejón que había al final de la calle, en él había dos personas, un camello que parecía tener serios problemas con las drogas y una prostituta que estaba bastante aburrida de trabajar en aquel pueblo en el que no sacaba nada de dinero. Me acerqué y le di una patada al yonki, que ni siquiera se revolvió ni se defendió, acabé quitándole toda la droga que tenía y guardándomela en las botas y luego... Fui directo hacia la prostituta con una sonrisa más bien sádica. Cogí una de las pastillas del yonki, algo de Speed que mezclé con alucionógenos me las puse en la lengua bajo su atenta mirada, no le dio tiempo a decir nada porque la puse contra la pared del callejón y la besé con fiereza mientras acallaba sus palabras y hacia que se tragara las drogas. Le hice un gesto a Shady para que se acercara y empezara a beber su sangre, yo me ocuparía de distraerla...

Yo seguía comiéndole la boca a la prostituta, mientras Shady se dedicaba a beber directamente de su cuello, poco a poco notaba como su lengua dejaba de forcejear por que la dejara escapar, se estaba consumiendo poco a poco y terminé por morder su lengua con todas mis fuerzas haciendo que sangrara y bebiendo su sangre directamente de su boca, así que, Sahdy y yo terminamos alimentándonos de ella hasta que murió. La soltamos a la vez y ella se desplomó sobre el suelo, mientras nosotros la mirábamos como si fuera una obra de arte y, entonces, me di cuenta de que mi cuerpo no podía dejar de moverse y de que, además, estaba viendo un montón de hombrecillos verdes con cascos y metralletas por todas partes que empezaban a rodearnos... Mierda, la droga había actuado tan rápido que cuando Shady y yo habíamos bebido la sangre de la prostituta habíamos ingerido la droga y yo era medio humano y me afectaba bastante aquella combinación de drogas pero no sabía si Shady también estaría colocada por culpa de la sangre. La miré de reojo mientras observaba como los hombrecillos verdes empezaban a trepar por mi cuerpo y, para olvidarme de que existían y dejar de hacerles caso de una maldita vez puse a Shady contra la pared y la besé con necesidad, cuando ella notó la sangre en mi boca intento beberla haciéndome una herida en el labio que sangraba bastante y empezó también a beber de ella. Mis manos se deslizaron por su cuerpo mientras me concentraba en aquello para olvidarme de las malditas alucinaciones. Me separé de golpe y le lamí el lóbulo de la oreja.

-Shady... - susurré en tono seductor. - Ya te has alimentado.... ¿Qué te parece si... Ahora nos divertimos de otra manera?

Mis manos se deslizaron por dentro de su ropa y empecé a acariciar su espectacular cuerpo que estaba helado, típico de los vampiros, pero me daba igual, en aquel momento mi propio cuerpo estaba ardiendo y cada vez más. Si me rechazaba... Bueno, me daría igual, acabaría haciendo lo mismo con ella aunque tuviera que forzarla porque, después de todo, le encantaría lo que iba a hacerle... Además... Iba a poder beber de mi sangre cosa que no muchos vampiros pueden presumir de haber hecho y, además, seguir con vida...