Reencontrandonos nuevamente (Sam)

No podía alzar los ojos para mirarla, pero sabía que se estaba marchando y que nunca la volvería a ver. No era capaz de contemplar su marcha, no a sabiendas de que eran mis palabras y mi historia las que la estaban apartando de mi lado para siempre. La verdad duele, pero no siempre duele a quien la escucha. A veces quien más sufre es el que la cuenta.

No quería ni imaginarme qué estaría pensando sobre mí en aquellos instantes. Seguramente, creería que le había contado una excusa cruel para mi desaparición, y se preguntaría entre otras cosas si mi mente estaba en perfecto estado o solamente era un loco que de verdad creía aquella historia.

La historia de mi vida, ni más ni menos. Era la reacción más común que solían tener las personas cuando se enteraban de la realidad. Y supe, por el dolor que me había causado, que me estaba causando el verla en Jessica, que de algún modo un tanto estúpido, había creído que ella lo comprendería. Que, como Adam, sabría entender la verdad de mis palabras y mi historia. Tonto de mí, mi hermano había sido un caso especial. Él tenía la sangre de papá en sus venas. Y además, a él no le habíamos tenido que decir que llevaba muerto mucho tiempo.

Alcé los ojos cuando oí que se detenía, sin demasiada vida en ellos. Sabía que estaban impregnados de dolor, de la tristeza que sentía en mi interior, y hubiese deseado poder ofrecerle una última imagen de mí algo mejor. Que, aunque estuviese cubierta por la rabia de creerse engañada, al menos fuese la de una persona fuerte. Pero las cosas nunca son como uno quiere. Al menos, no en mi caso.

-Te lo he dicho, vi la foto. También vi que tenías un perrito pequeño, apenas una bola de pelo blanca en brazos. Está en el cementerio aún, en la lápida.

Desvió la mirada a sus manos, y prorrumpió en lágrimas. Mi voz no quería salir, no podía salir de mi garganta, y de pronto supe que yo también estaba llorando.

-Yo...solo cuento la verdad, Jess. Llevo seis años sin ti, temiendo olvidarte y ansiando vengarte, y tu recuerdo nunca me ha abandonado, ni de día ni de noche. Pero, si te vas...al menos sabré que estás bien. Y te deseo lo mejor...Solo te pido que...que no me olvides. Ódiame si quieres, haz con mi recuerdo lo que quieras....

Escuchar a Sam hablar mientras lloraba y las palabras que me estaba diciendo me partia el alma.
No podia creer lo que decia,me parecia una locura pero Sam cada vez que hablaba afirmaba que eso era verdad.

Intente creerle,de veras que lo intente pero en mi mente eso parecia imposible.
Si estaba muerta por qué le veia ? y no se supone que los muertos abandonan este mundo ¿ que hago yo aqui ? y ....
millones de preguntas que no tenían sentido,pero Sam habia hablado acerca de mi tumba y sobre mis trenzas cuando era niña.

Esto que estaba apunto de decir me parecio una locura.
Rei ante la idea,mientras me secaba las lagrimas que corrian por mi rostro.
No tenia fuerzas para mirar a Sam,pero si no acababamos con esto de una vez seria como el pez que se muerde la cola un circulo vicioso sin final.

-Sam...mirame-dije acercandome a él lentamente- intento .... intento creerte de verdad que lo intento.Pero necesito algo... que me... que me de credibilidad a tus palabras.

Le mire directamente a los ojos para limpiar con mi mano una lagrima que caia por su mejilla.

-Necesito ver mi tumba -dije firmemente- quiero verla Sam.

Esta situación nos desbordaba a los dos, nos estaba haciendo cada vez más daño. Y, sin embargo, ¿qué otra cosa podíamos hacer? ¿Qué podíamos decir? Ella quería la verdad, y no se creía lo que le contaba porque parecía una locura. Yo la quería a ella, y por ello le contaba la verdad y la perdía. Y así estábamos, en un ciclo que parecía que no iba a tener final y que solamente podía dañarnos más y más.

Dejé de mirarla, dejé de contemplarla cuando las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos con más y más intensidad. Mi mirada descendió hasta mis manos, igual que la suya lo había hecho antes.

Escuché su risa, una risa carente de alegría, y me pregunté qué la estaría causando. ¿Por qué se quedaba allí, dicho ya todo lo que teníamos que decir? Una leve esperanza se encendió en mi corazón, débil y dolorosa. Traté de reprimirla con todas mis fuerzas, porque al desaparecer me dejaría tan destrozado por dentro que no habría forma de redimirme nunca.

Escuché cómo me llamaba, y alcé la vista. Apenas era capaz de contemplarla, entre el dolor y las lágrimas, pero de algún modo conseguí hacerlo. Escuché su petición, su murmullo, y sentí su mano enjugando las pequeñas gotas saladas que brotaban de mis ojos.

-Jess... Jess, eso solo te haría daño -le dije.- Pero si...si estás segura de que quieres hacerlo...Estoy dispuesto a llevarte. Pero, por favor, piénsalo bien...

Me quede congelada,mi mente recordaba a mis compañeros de clase,lo ocurrido con Sam como muy reciente y sin embargo él decia que yo llevaba muerta 6 años.
No sabia que pensar,y nisiquiera sabia por que le habia dicho a Sam lo de ver mi tumba,realmente me estaba volviendo loca de verdad.

Tal vez al acabar esta extraña conversación con Sam que no nos estaba llevando a nada a ninguno me pusiese en manos de un especialista para que me ayudase.
Ya que realmente estaba empezando a creer que tenia problemas,y Sam más graves que los mios.

Pero supongo que comprobar que lo que decia Sam no era real sería una forma de aclarar de una evz este asunto y al mismo tiempo salir de dudas.
Aunque eso último lo pense casi riendome de ello.

Pero no soportaba ver a Sam,de esra manera eso me asustaba,Sam jamas se habia puesto del modo en el que esta ahora.
Es como si fuese otro Sam,lo veo cambiado... mas mayor.

Y su voz,si logro leer bien en el tono de su voz y sus palabras derocha culpa.
Sí,definitivamente acabar de una vez con todo y saber la verdad seria lo mejor para ambos.
Estar aqui mareando la perdiz no servia de nada.

Si lo que Sam aseguraba era cierto yo nosesitaba pruebas y verlo por mi misma.
No tenia fuerzas para hablar,mi mente queria ser fuerte hablar con convicción y no balbucear al pronunciar su nombre o simplemente mirarlo a los ojos.
Pero mi corazón le ve abatido y lo unico que desea es abrazarlo y besarle y acurrucarnos como tantas veces hicimos en el pasado.

Trague saliva para poder hablar a Sam,eleve mi vista a sus ojos verdes que me miraban,pero cuando se encontraón solamente un segundo no pud contener mi mirada.
Suplicaba en mi fuego interno que me perdonase,decidi dejar de marear la perdiz y cojer al toro por los cuernos de una vez y hablar:

-Lo e pensado bien Sam.Nesecito verla,si es cierto lo que me estas diciendo yo nesecito verla.-dije seriamente-por favor....-dije apenas con un hiliyo de voz baja.

Por mi mente pasaron los días de la universidad, las salidas con Jess y los demás compañeros. El día en que me convencieron para hacer pesas con los libros de la universidad y lo dolorido que estuve al día siguiente; el modo en que Jess estuvo a mi lado, sin reírse de mí ni decirme "ya te lo dije", solo cuidándome con cariño y paciencia hasta que se me pasó.

Y luego la noche en que Azazel me la arrebató, la búsqueda incansable de su asesino, el tiempo pasado con Dean; todas las cazas y peleas, las bromas, todo lo que había vivido hasta entonces, siempre teniéndola presente en mi mente, siempre temiendo olvidarla y amándola aún, sabiendo en cierto modo que jamás escaparía de mis pensamientos. Que me acompañaría mientras viviese.

Y ahora estábamos los dos allí, algo que no había creído posible ni en sueños, y la situación no podía ser más complicada ni dolorosa para ambos. La sombra de lo sucedido aquella noche planeaba sobre ambos, separándonos como un abismo insalvable a causa de lo increíble que resultaba.

Solamente un frágil puente parecía unirnos aún, la petición de Jess, pero amenazaba con romperse de un momento a otro. Tal vez el ver su tumba fuese más de lo que ella podría pero, ¿cómo podía yo negárselo? Necesitaba verlo con sus propios ojos para poder creer en mis palabras.

Para ella sería doloroso, sería la confirmación de que mi historia era real, algo que nunca resultaba agradable y en este caso menos que nunca.

Para mí sería un recordatorio cruel de mi culpa, una forma de ver otra vez mi maldad; de recordarme que había visto lo que iba a pasar y de que no había hecho nada para evitarlo. No había movido un dedo para salvarla.

Nunca podría compensarla por ello. Nunca podría perdonarme a mí mismo por haberla dejado morir de una forma tan cruel a manos de un demonio.

Tragué saliva y contesté:

-Está bien, entonces. Te llevaré allí -prometí.- Pero es un viaje largo, y antes deberíamos descansar un poco de todas las emociones. Ésta tarde iremos allí. Jess... no quiero que te pase nada malo. Ten cuidado, por favor -supliqué, con un murmullo.

Cada vez que miraba a Sam a los ojos veia dolor y culpa en ellos,eso me hacia ponerme aun peor.No solo por que Sam hablaba en serio con todo eso de mi muerte si no por que se culpaba de ello.
Lo unico que realmente deseaba desde que habia llegado al parque era abrazarle fuertemente y besarle si realmente aun me quería.

Las cosas no habian salido como las planee,de repente estabamos hblando de muertes y resucitados.
Esta conversación se parecia mas a un guión de pelicula de terror donde la final la chica debe partir y dejar a su amado.

No pude evitar extremeserme ante esa idea,abandonar a Sam!! no volver a saber nada de él,por dios no!! -pensaba aterrorizada-.
No podria estar en paz ni...a donde quiera dios que fuese ni tampoco él.Y no queria hacerle mas daño,no me lo perdonaría.

Recorde que de nuevo me habia quedado divagando en mi mente acerca de Sam y que este permanecia callado y en silencia mirandome esperando una contestación de mi parte.

-Deacuerdo -dije nerviosamente.

No sabia que podia pasar, y que me encontraría en ese lugar donde estaba mi tumba,ni tampoco como reaccionaría.
Pero estaba asusatda,por nada en el mundo queria perder a Sam de nuevo.

Me miraba a los ojos, y parecía que todo aquel odio y aquella rabia por sentirse engañada y traicionada se habían calmado un tanto, sustituidos por una especie de sentimiento de duda. Asimismo, en ellos vi también una cierta compasión y una débil chispa de lo que creía ya apagado para siempre. Aparté la mirada, porque ver la compasión en sus ojos me hacía daño. No la merecía, no después de lo que le había hecho, de todo el mal que le había causado por mi egoísmo.

Tampoco quería ver aquella chispa de esperanza y hacerme ilusiones que luego podrían quedar reducidas a apenas ceniza en un solo instante. Mi pobre corazón no sería capaz de soportar otro golpe como ese.

Aunque tal vez fuera lo que me mereciese: quedar con el corazón destrozado, sufrir como nadie a sufrido nunca por amor, por haber sido el causante de las mayores desgracias y los mayores daños de mi amada. Por haber dejado que ella muriese a manos de Azazel aquella noche, a causa de mi egoísmo y mis ansias por ser una persona normal. Tal vez si me hubiese quedado, si solo le hubiese advertido de algún modo...

Pero eso no había pasado, y nunca podría pasar. Igual que jamás me perdonaría a mí mismo, y probablemente ella tampoco me perdonaría al saber la verdad.

La observé, sin mirarla a los ojos, aguardando una respuesta de su parte. Por fin reaccionó, volviendo de dondequiera que estuviese en aquellos momentos.

-Bien, entonces. Volveremos a encontrarnos aquí a las 3, y te prometo que te llevaré a verla -murmuré.

No sabía qué hacer para despedirme de ella hasta entonces. ¿Le daba un beso? ¿Un abrazo? ¿O un apretón de manos? Quizás solamente debiera irme, diciendo adiós con la mano; podía ser que ella no quisiese que la tocase...

Cuando dijo que se marcharía se me encojio el corazón,pensar en volver a perderlo,aunque fuese solo unas horas me aterrorizaba.
Y ¿qué devia hacer ahora? ¿cómo le digo hasta luego? es todo tan complicado.
Siempre habia escuchado de que a veces las personas nos bloqueamos y no sabemos que hacer, durante mucho tiempo a mi eso nunca me habia ocurrido.

Hasta ahora,cuando estaba delante de Sam de nuevo y no sabia por primera vez en toda mi vida que era lo que queria hacer.
Estaba bloqueada,una parte de mi no quiere dejarle marchar,teme no volver a verl.Sin embargo la otra desea respirar tranquila una vez se haya marchado.Aunque sabia que realmente era por todo este tema de mi supuesta tumba y la impresión que me causo el volver a verle.

Al final decidi hacer caso a esa pequeña voz en mi cabeza que me susurraba al oido que no dejase que se marchara.

-Sam, no tienes que irte... -dije agachando la vista,y sintiendome avergonzada derepente era como volver al pasado cuando eres una chiquilla que se declara a su primer novio y quiere una cita con él-. podemos comer juntos... -dije mirandole de vez en cuando a la vez que hablaba-.

Ahora tocaba esperar su respuesta.

Dios por que estoy tan nerviosa! -pense mentalmente mientras intentaba calmar los latidos de mi corazón y respirar de forma normal.

Ninguno de los dos sabía qué hacer o qué decir en aquellos momentos. En mi cabeza una voz me chillaba que no la dejase ir, que quizás mientras estábamos separados se lo pensase mejor y decidiese que estaba loco y nada más, y no volviera a presentarse a la hora de la cita. Tal vez aquella era la última vez que la veía, que estaba con ella, y no era capaz de mirarle a la cara, a los ojos, por pura vergüenza y dolor. Además, quería darle cierta intimidad y que los pensamientos que tuviese y que pudiesen reflejarse en su rostro quedasen solo para ella.

Quería darle la oportunidad de decidir no volver sin que yo me enterase. Tal vez, si eso pasaba, sería lo mejor para ambos. Al menos de ese modo yo no estaría durante toda la comida pensando en dónde estaría Jess en aquellos momentos y si habría abandonado el Pueblo ya.

Cuando la oí hablar, alcé por fin la cabeza y traté de confirmar con los ojos que de verdad había oído aquello. Por fin me convencí de que así había sido y sentí un calorcito en mi interior, como la primera vez que me nos habíamos atrevido a pedirnos una cita mutuamente. Aquel día había sido extraño, pero muy especial, y en realidad éste también lo estaba siendo.

Sería, en cierto modo, una última cita de despedida, si ella decidía que no quería volver a verme después, o quizás una primera cita, la primera de una nueva oportunidad.

-Está...está bien Jess -respondí, con voz baja.- Sí... si tú quieres.

Su voz era baja y con algo de temor,me preguntaba si temería que le dejase.
Yo no quería alejarme de él,me habia pasado meses buscandole como para ahora dejarle marchar.

Ademas el me habia dicho que me queria pasase lo que pasase,fuese cierto o no lo que me decia.
No queria renunciar a él,me relaje cuando contesto que si a mi propuesta.

Iriamos a comer,como habiamos hecho tantas veces en el pasado,sus comidas sanas y llenas de vitaminas.
Pero habia algo que me dolia,y es que ahora no sabia exactamente que eramos....
¿Eramos pareja? ¿O solo amigos?

Eso ahora no importaba,ya pensaría en eso despues,por unas horas antes de marchar al cementerío no queria pensar en nada.Solo en mis recuerdos con Sam cuando nos conocimos... y como poco a poco descubri a el Sam que se escondia de todos.

-En ese caso vamos -dije cojiendo mi bolso y mirandole mientras le dedicaba una sonrisa.