comprobando los niveles de sangre (Logan Ventury)

Tras un duro día de trabajo, por fín llego a casa, pongo algo de comer a Tobby y me siento en el sofá con una buena cerveza mientras ojeo los periódicos que había comprado de camino a casa. Nada interesante en las primeras páginas hasta que llego a una página que llama mi atención. Una serie de cadáveres han aparecido en Townhidden, pero lo curioso era que estaban sin una gota de sangre en el cuerpo. Resignada, recojo a toda prisa los objetos que podía necesitar ( principalmente sangre de muerto y agua bendita), me monto en el coche y conduzco hacia allí.

Unas horas después, ya oscurecido el cielo, llego al pueblo y me acerco al parque, donde se concentraban el mayor número de víctimas. Aparco y recojo mis objetos. Luego empiezo a pasear, atenta a cualquier movimiento raro.

Varias jóvenes paseaban hablando y riendo, alguna pareja paseaba mostrándo su enamoramiento, y otras símplemente volvían a casa del trabajo.

Tras varios minutos dando vueltas, me parece ver algo, una sombra entre los árboles.

Salí del trabajo, algo pronto, puesto que, como siempre, había alguien que estaba dispuesto a trabajar por mi. Además, con lo vago que podía llegar a ser a veces... No quería sobrecargar mi gran mente. Pasaba de todas esas tonterías.

Con una botella de Whisky que había conseguido en un bar próximo, pasé por el parque. Me detuve a la entrada de esta y me adentré. Hacía tiempo que mi "yo" preocupado por este mundo, no sabía sobre los ataques de vampiros. Sinceramente, me daba igual. No era yo quién causaba todos esos embrollos. Era muchísimo más cuidadoso que esos estúpidos y torpes vampiros que estaban por allí pululando. Puesto que era sumamente listo, sabía qué hacer para que esos entrometidos cazadores no dieran conmigo. Nunca me había gustado meterme en jaleos. Así que... ¿Quién podría dudar de mi?

Di un largo sorbo a lo que quedaba de Whisky y decidí irme a sentarme en algún lugar. Seguro que estar de pie tanto tiempo no era bueno para mi salud.

Me acerco a la sombra, pero al dar unos pasos veo salir de entre los árboles a una pareja, que por el aspecto que llevaban, acababan de pasar un buen rato. Sonrío más relajada y sigo paseando. Cada vez era más de noche y el parque se había quedado casi vacío. Iba a marcharme cuando un chico jóven sentado en un banco, mientras bebe algo de una botella, llama mi atención.

Lentamente me acerco, llevando una de mis manos al bolso, donde llevaba mi botella de agua bendita.

-¿No crees que es tarde para estar aquí solo?

Con mi bien afinado oído, noté que alguien se acercaba al lugar donde me encontraba. Sin modestia alguna, me giré y reconocí que era una cazadora. Bien. Ahora que quería descansar un rato... Tenía que volver a poner mi mente en funcionamiento.
Cuando estuvo cerca, sonreí, no muy amigablemente que se diga. Las manos de la cazadora fueron a parar a un bolso donde seguramente estaría o agua bendita o alguna cosa de esas que tenían ellos.
- Lo mismo digo. Puedes aplicarte esa teoría. Tú también estás sola -repliqué.- Aunque, es verdad, como cazadora tienes esas cositas tuyas que usas para matar, ¿cierto? -comenté con un aire despreocupado. Miré detenidamente la botella de Whisky que ya estaba sorprendemente vacía.- Otra que se va y muere perezosamente -dije para mi. La dejé en el banco. Podría servirme de algo. Aunque bueno, ya vería.

Le miro sorprendida. Mi presentimiento parecía ser cierto. No era humano, algo que me confirmó al reconocerme como cazadora. Analicé su forma de expresarse, su altanería, y por supuesto, el hecho de que estuviera en el sitio de los ataques para reconocerlo como un vampiro.

-Puede que este sola, pero no desprevenida, y mucho menos sin algún juguetito que pueda usar contra tí. Asique te lo repetiré, ¿Qué haces aquí? ¿Buscando más víctimas? No te han bastado las que ya has tenido...

Mientras hablabamos, había abierto la botella de agua, y de un rápido movimiento le rocío con un chorro del contenido.

- Puedes decirmelo ahora, o más tarde, todo depende de lo que te apetezca sufrir.

La chica, mejor la cazadora comenzó a hablar, por lo que me limité a mirarla. Dijo algo que hizo que me sobresaltara. Así que, había hecho mal en deja mi lado preocupado por el mundo. Habían habido ataques, según pude suponer, y esa cazadora pensaba que había sido yo. Suspiré, y una sonrisa torcida, respondí.
- Oh, al parecer eres una chica bastante espabilada -ironicé. No me dio tiempo para responder o replicar, pues fue más rápida que yo. En ocasiones como estas, el Whisky no era algo que se podría considerar... bueno. Así que, un chorro de agua bendita me roció una, no muy grande, parte del cuerpo. Comenzó a "quemarme". Eso hizo que me moviera y dejara mi cómoda posición. Gafe era. Siempre me tenía que mover cuando tenía la posición cogida... Ese echo hizo que suspira y la mirara más atentamente.- Todavía no te he hecho nada para que me rociaras con agua bendita. Nunca sabrías si te contestaría o no. No te hagas la dura -dije sin pelos en la lengua. Luego cogí la botella y la puse delante de sus narices.- ¿No ves lo que estaba haciendo? ¿Buscando víctimas? Sí, mi Whisky -si hubiera sido un poco más... replicón, me hubiera callado. Pero no me gustaba meterme en esto... No tenía ganas.

-¿Espabilada? Aún no me conoces. Pero bien, te dare una oportunidad. No creo que estuvieras solo bebiendo. Es demasiada casualidad. Aparece un gran número de personas desangradas en este parque, vengo a visitarlo y adivina qué me encuentro. Un vampiro demasiado bocazas.-le respondo en su mismo tono.

La verdad esque antes no tenía muy seguro que fuera un vampiro, pero con su reacción al agua, lo confirmé.

Aparto su botella de un manotazo y cae al suelo, haciéndose añicos y derramándose el poco líquido que contenia.

-Y ahora, ¿Quiéres confesarlo antes de que acabe contigo?

- Soy más listo de que crees -dije con un tono extremadamente superior.- Oh, gracias, bella damisela, por concederme una oportunidad -comenté sarcásticamente. Como ya me encontraba de pie, a la vez que decía eso, hice como una pequeña reverencia. Vaya. Al parecer esa cazadora era difícil de convencer. Que cabezotas podían llegar a ser.- ¿Bocazas? ¿Yo? ¡Pero si no he dicho nada! -me quejé como si fuera un niño. Mal. Mi parte infantil volvía a surgir de entre la oscuridad. Pero eso era algo que nunca podía evitar.
Observé cómo se estrellaba la botella contra el suelo.- Bueno, ahora que me has cortado el rollo... ¿Qué quieres que te diga? Yo quería ser el de la primicia de tirar esta botella al suelo -me encogí de hombros. Me volví a sentar, e hice un gesto con la mano para que se sentara.- Me gusta más hablar a la misma altura, ¿sabes? Además, los bancos son libres de impuestos -ironicé. Parecía no estar al tanto de sus movimientos, pero prevenía que esa chica haría cualquier tontería, como echarme otro chorro de agua bendita.

Miro como se sienta y me señala el banco para que le acompañe.

-Oh vaya, siento lo de tu botella. ¿La querías mucho? No voy a sentarme a tu lado. Antes preferiría bañarme desnuda con pirañas hambrientas.

Cansada de su juego, su ironía y sus estupideces varias, desenrosco la botella de nuevo y amenazo con volverle a duchar.

-Me estoy cansando chupasangre. Y la verdad, esque iba a preguntarte porqué mataste a todas esas personas pero ya sé la respuesta. Asique me la ahorraré. Podemos pasar a la parte en la que te mato si lo prefieres. Asique levántate. No me gusta mataros si no os defendéis. Pierde la gracia.

Al parecer era más terca de lo que aparentaba. Debía tener una vida muy mala para poder vivir así.
- Era parte de mi. Nunca consiento que la gente trate así a mis botellas de Whisky -dije con una sonrisa irónica.- Vaya, pues ya puedes ir en busca de unas pirañas hambrientas que quieran bañarse contigo. Pero te aviso, cuando te metas, descubrirás que has rechazado una oferta muy valiosa. Nadie se puede negar a una persona como yo. Nadie se niega a Ventury -comenté enfatizando la palabra nadie.
Al parecer no me había equivocado. La cazadora-poca-paciencia, así decidí llamarla puesto que desconocía su nombre, había decidido volver a atacarme por un método más fácil.
- Cazadora, todavía tienes oportunidad de descubrir varias cosas, antes de que comenzar esa "lucha" -hice unas comillas con los dedos al decir tal palabra, que no me gustaba para nada- y bueno, morir en el intento. Aunque no sé de dónde has sacado tal respuesta de quién ha matado a decenas de personas. Espera... ¿Tengo un cartel en la frente o algo? -pregunté tocándome la frente, con un tono bastante sarcástico.- Lo diré por última vez. Yo no he hecho nada. Simplemente estaba aquí, tomando mi Whisky. Aunque bueno, con lo terca que eres... No me creerías ni aunque te invitara a un crucero.

-!Vaya¡¿Eres el famoso Ventury? Oh dios mio... he rechazado una oferta de Ventury. Que la muerte se me lleve, no merezco seguir viviendo-obviamente, no le conocía,pero me hacía gracia su gran ego.

Cambio el peso de una pierna a otra y dejo caer " accidentalmente" unas gotitas de agua cerca de donde se encontraba él sentado.

-No creo que no hayas sido tú. Asique si dices que hay cosas que puedo descubrir, dímelas, y quizá te permita morir rápido.

Esbocé una sonrisa satisfactoria al oír lo que dijo, aunque sabía de sobras, que lo decía en plan sarcástico.
- Así me gusta. Que te des cuenta del gran error que has cometido -miré hacía otra parte, un tanto aburrido. Oh, no podía ser. Yo, con lo vago que era... ¿Cansado por estar sentado? No. ¿Qué me pasaba?
El ruido de cómo, la cazadora, dejaba caer unas gotas de mi querida agua bendita al suelo, cerca de donde estaba.
- Qué casualidad que se te haya caído accidentalmente unas gotitas de eso cerca mío, ¿no crees? -pregunté incorporándome.- Que pena que no me creas. Siempre soy sincero... -primera gran mentira. Era un mentiroso compulsivo.- ¿Cosas que quieres descubrir? Creo que eres lo suficientemente lista para poder descubrir quién es realmente el asesino de esos simples humanos. Otra cosa... ¿de verdad te crees que conseguirás matarme? -inquirí con una sonrisa y una mirada incrédula.

Los vampiros eran mentirosos, pero empezaba a pensar que era posible que él no hubiera sido.

-¿Has visto? Unos centímetros más y habría caido en lo que sea que los vampiros tengáis en la entrepierna. Y eso sería una gran pérdida ¿verdad?

Miro como se levanta el vampiro mirando alrededor.

-Personalmente, si, seguro que podría matarte ¿lo intentamos?Además estoy cansada. Si de verdad no has sido tú, ¿por qué no me dices quien ha sido? O mejor, ayúdame a matarlo.

Reí con sarcasmo en la risa.
- Sería un gran desperdicio, sí. Creo que lo echaría muchísimo de menos, como mi botella -le recordé. Si ella estaba cansada... ¿cómo debería estar yo? Estaba... chamuscado. Nunca había caminado ni pensado tanto. Siempre había alguien que estaba allí ayudándome y continuando lo que yo había comenzado.- ¿Intentarlo? Sería todo un honor... A no ser que estuviera también cansada, pero de caminar. ¿Quieres que te diga quién ha sido? Ni idea. Si lo supiera, ya habría tenido una pequeña charla con él, puesto que estás aquí preguntándome quién coño es, mientras ese querido vampiro está quién sabe dónde -expliqué. Negué con cabeza.- No me gustan las peleas. Yo soy más de esos... pacifistas, ¿sabes?

-Bueno, yo también lo soy. Cuando tengo que serlo. Pero hoy no es ese día. Además, dudo que tuvieras ninguna palabra con nadie. No te conozco demasiado, pero creo que eres un muerto de lo más idiota, egocéntrico y egoista.

Aprovecho que tiene bajada la guardia para terminar de vaciarle la botella de agua bendita encima.

-Respuesta incorrecta Ventury. Si no me ayudas es porque eres tú, y por eso tienes que morir.

Saco las dagas que llevaba en el pantalón, preparándome para una posible pelea.

- ¿Ahora tienes una máquina de esas del tiempo? -pregunté irónico. Luego reí al escuchar lo que dijo.- Se nota que todavía no me conoces, pequeña cazadora.
¿Ella pacifista? Para nada. Había vuelto a verter lo que quedaba de agua bendita encima mío. Hice indicio de gritar puesto que me había mojado los pantalones nuevos, pero me aguanté.
- ¿Así que eres pacifista? Creo que no entiendes el concepto. Además, creo que has hecho todo mal. Has conseguido que quiera matarte. ¿Era eso lo que querías? -sabía que ella diría, que como buena cazadora, moriría, pero eso no podría ser. Tenía muchísimo más años que ella y estaba más acostumbrado de lo que aparentaba estar. Vale, aparentaba ser un vago, y lo era, pero siempre podía activar mi otro yo.
- ¿Sabes? Creo que estamos en desventaja. Sabes mi apellido y yo no sé nada de ti, bueno que eres una cazadora de lo más cruel, pero nada más -repuse con un tono demasiado aniñado para esa ocasión. Observé sus dagas y su preparación para la pelea. Eso hizo que sonriera de una forma divertida.
- Esto lo has querido tu. Yo no seré el responsable si sales herida... O... bueno, ya sabes, muerta -enfaticé la última palabra, poniéndome delante de ella, con un aire despreocupado, con las manos en los bolsillos de los pantalones.
- Espera, que me quito la chaqueta. Es Armani, ¿sabes? Y no quiero estropearla -me la quité y la dejé en el banco. Quería presumir de mis pertenencias.- Bueno, ya estoy listo -me puse delante de ella, otra vez.

-¿Máquina del tiempo? Por supuesto que no, ¿para qué querría una, para volver a verte?

Dios su altanería me exasperaba. Se quita lentamente la chaqueta de Armani, que la verdad esque me daba igual desgarrar, romper o manchar de sangre.

-Tienes razón, perdona mi poca cortesía. Soy Martha Jhonson.

Diciendo eso, le doy una patada en el bajo vientre, haciéndole retroceder.

-Tranquilo, prometo liberarte de cualquier heridita que logres hacerme.

- Pues claro que es para verme. ¿Para que otra cosa sino? Nadie se resiste a Ventury... -al decir nadie hice un gesto como si señalara a todos los que estaban en el parque, aunque fueran pocos.- ¿Cortesía? ¿Ahora te das cuenta de tu poca cortesía? -pregunté sorprendido.- Diría encantado de conocerte, Martha, pero eso sería abusar de la confianza que está deambulando por esta atmósfera -añadí una vez delante de ella, esperando a que se dignara a hacer algo útil, o algo más bien parecido a una lucha.
Patada en el bajo vientre. Buen comienzo.
Retrocedí unos pasos, esta vez, preparado al siguiente paso.
- Parecer fuerte, eh -comenté ironizando. No estaba dispuesto a pelear, menos con una chica, ya que eso bajaría mi autoestima. Espera. ¿Qué autoestima ni que leches? Me volví a acercar a la cazadora, cierto, a Martha. Volvió a intentar por darme, pero fui más rápido y lo esquivé.
A no ser que realmente resultara con muchos rasguños, comenzaría a dar algo más propicio para esos momentos.

Saco mi daga empuñándola ante él, puede que fuera rápido, pero no pienso dejarme ganar por ese vampiro, perdon, por Ventury. Y tampoco pensaba perder toda la noche con él. Debía matarle y marcharme a casa, rápido a poder ser.

-¿Parecer dura? No lo parezco, lo soy. En cambio tú... en fín ¿qué decirte? ahí hablando. SÓLO hablando. Eres un vampiro ladrador, pero poco mordedor.

Le doy una nueva patada en el vientre tentándole a que me ataque.

-¡Vamos maldito vampiro! Atácame.-veo que no le hace mucho efecto, asique opto por la mejor opción que se me ocurre para nublar su " parte racional" y dejar salir al animal. Por eso cojo la daga y me hago un corte en la mano para que la sangre emane de mi cuerpo, y su olor le llegue a su desarrollado olfato.--¡VAMOS!