Inocencia (JeremyL.)

Eran las 3 de la madrugada. Jadeaba. Corría sin parar, hasta llegar a la estación del bus. Me senté en el banco vacío y, con las pálidas luces de las farolas, tuve que conformarme para poder ver con claridad. Me desgarré la manga, ensangrentada. Miré la herida del brazo izquierdo y dejé ver una mueca de dolor. Sentía cómo la sangre bombeaba y resbalaba hasta el codo. ¿Qué hacer? No tenía el coche cerca y no podría ir caminando a casa... me habría muerto desangrada antes de llegar. Coger el bus era demasiado precipitado, llamaría la atención del conductor.
Maldije al wendigo y me sujeté el brazo. -Vamos, piensa Angela, piensa...-murmuré para mí misma. El dolor no cesaba y cada vez escocía más.

Estaba sentado en la parada de autobus, la verdad podia parecer una pelicula de risa viendo a un vampiro esperando un transporte y mas publico, pese a eso esperaba por lo menos aquella noche conseguir una victima lo suficiente decente como para saciar mi sed.
Mi postura en el banco era bastante chula, recostado hacia atras, con las piernas abiertas y estiradas.

Note, como alguien se acercaba a donde estaba yo, podia oir sus jadeos, la sangre? Iva herida o herido.
Poco despues pude llegar a ver la pequeña silueta de una chica, joven, el olor a sangre inundo toda la calle, el rasgar de una pieza de ropa y unas palabras rompieron el silencio de la noche.

Fije mi vista en ella asta que se sento en el banco donde estaba yo, a una distancia bastante prudente.
Me gire mirandola.

- Estas bien? *no podia apartar la mirada de aquella simulacion de venda de su brazo*

Una voz me hizo reaccionar. Me giré y me encontré con un hombre, sentado en el mismo banco a cierta distancia. Ni me había percatado de su presencia hasta ahora. Asentí levemente.

-Sí, estoy bien... Solo es un corte. - mentí. Lo único que me faltaba era otro preocupándose -si es que lo hacía- por mí. Entonces caí en la cuenta. ¿Qué hacía a esas horas... en una parada de bus? Temí lo peor, pero intenté restarle importancia. No estaba en condiciones para echar amistades en esos momentos.

Su contestacion fue totalmente concisa, pese a eso mantuve mi mirada fija en ella recorriendo todo su cuerpo asta llegar nuevamente al pequeño trozo, ya casi todo del color que mas me agradaba. Puse una mano en su herida, mientras ella retocedia unos milimetros.

-Tranquila no pienso acerte nada *por lo menos no aun*

Le sonrei amablemente, no sabia como los humanos podian ser tan confiados en estas circumstancias.
Lentamente fue deshaciendo el vendaje asta encontrarme con el gran pastel, un tajo bastante profundo. Lo recorri con la punta de mis dedos mientars veia de soslayo la cara de dolor que ponia ella

El tipo acercó la mano a la herida y, inconscientemente, retrocedí el brazo. No quería que nadie me tocara... no en un momento como ese. A pesar de sus palabras, seguía sin fiarme del todo. Traté de calmarme, si me ponía más nerviosa de lo que estaba, la sangre fluiría con más rapidez y perdería más de ella.

Acercó uno de sus dedos en el corte. ¿Qué intentaba hacer?
-No, espera... - murmuré.
Me levanté, apartándome notablemente de él.
-Creo que será mejor que me vaya a un hospital... Gracias de todos modos. - Dije mientras le dedicaba una sonrisa algo forzada. Respiré hondo, deseando irme de allí lo más rápido que pudiera. Era una situación demasiado extraña para mi.