Compras poco comunes (libre)

Paseaba tranquilamente camino de casa, había estado haciendo unas compras un tanto fuera de lo habitual para cualquier persona. Hierbas, raíces, pequeñas partes de animales... todo lo necesario para realizar un pequeño ritual, aunque aún me faltaba algo, quizás lo más importante, algo que no podía encontrar en mis tiendas habitaules, al menos no aquel día: sangre.

No tenía preferencias, no necesitaba la sangre de una virgen, ni de un niño, ni nada especial, simplemente sangre, fresca, recién obtenida de un cuerpo vivo. Hace unos años eso me hubiera repugnado, pero había cambiado y ahora me parecía bastante normal.

Noté una presencia empalagosa, esa bondad que emana de los ángeles, de los molestos seres celestiales... un ángel rondaba por allí, demasiado cerca y, aunque en un pasado los había respetado como si fueran dioses, ahora no eran para mi mucho más que unos débiles farsantes.

Sin embargo sentía curiosidad, si uno se acercaba probablemente podría obtener algo de él, por poco que fuera era mejor que nada, el tema de conseguir sangre humana podría esperar, aunque no mucho, así que me dispuse a convertirme en la amable Bedisa, había tenido una gran profesora en esto de los tejemanejes de fingir simpatía, nunca había sido mi fuerte.